Si eres adolescente y te gustaría hacerte un tatuaje, quizá te preocupe la oposición de tus padres. Para convencerlos de que te dejen hacer uno, tendrás que pensar de antemano en sus objeciones y darles un buen motivo para hacértelo. Trata los puntos que más les preocupan, tales como la salubridad del tatuaje, el posible impacto en tu futuro empleo y su ubicación en el cuerpo. Por último, llévalos al estudio de tatuajes y deja que le hagan preguntas directamente al tatuador.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Informarte antes de convencer a tus padres

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    Organiza tus ideas. Antes de empezar a hablar con tus padres acerca del tatuaje, escribe tu motivación para hacerte uno y por qué consideras que tus padres deben darte permiso. Escribir tus ideas te ayudará a tener un argumento más sólido. Ponte a pensar y a escribir lo siguiente:
    • El tiempo que has querido hacerte el tatuaje. Si presentas tu decisión como algo que has analizado por meses, es decir, que no es por impulso, será más probable que tus padres tomen tu elección más seriamente.[1]
    • Piensa en las justificaciones que puedes dar para hacértelo. ¿Has sido responsable el mes pasado (o incluso desde antes)? ¿Has tenido un comportamiento decente y respetable?
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    Escoge palabras o imágenes que sean aceptables para tus padres. El contenido del posible tatuaje puede influir en tus padres. Si quieres tatuarte palabras positivas como “esperanza”, “amor” o “paz”, es más probable que tus padres apoyen tu decisión. De igual manera, si quieres que el tatuaje sea una imagen positiva con significado personal, verán tu petición con mejores ojos.[2]
    • Sin embargo, si quieres tatuarte una palabra soez o una imagen negativa, podrían tomarlo como algo contra ti.
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    Escoge un lugar conservador para el tatuaje. Hay más probabilidades de que tus padres estén más dispuestos a que te lo hagas si quieres tatuarte en un lugar relativamente no visible (pero tampoco en una zona demasiado privada).[3]
    • Te recomendamos lugares como el hombro, entre los hombros, en la espalda, en las pantorrillas, en el tobillo o incluso en el costado del abdomen.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Convencer a tus padres

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    Expresa por qué quieres hacerte un tatuaje. Tus padres se sentirán obligados a preguntarte cuáles son tus motivos para hacerte uno. Algunos motivos, como “Será un recordatorio diario de algo que pasó en mi vida” o “Quiero que este tatuaje sea un símbolo de uno de mis valores (o uno que quiero alcanzar)”, les demostrarán tu madurez emocional y lo mucho que has reflexionado sobre la decisión de hacértelo.[4]
    • Decirles algo como “Solo quiero hacerme uno porque se ve chévere” o “Quiero uno porque uno de mis amigos se lo acaba de hacer” no convencerá a tus padres.
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    Explícales que entiendes que los tatuajes son permanentes. Para muchos padres que se preocupan, esta es la señal de peligro más grande. Diles que estás seguro de querer ese diseño en tu cuerpo para siempre.[5] Luego, exponles todo lo recopilado durante la fase de búsqueda de información para responder sus preguntas antes de que siquiera las hagan.
    • Cuéntales por qué te gusta tanto el diseño. Quizá sea un tributo a un ser amado o una imagen o frase que tiene un significado personal. Esto les ayudará a comprender por qué lo quieres permanentemente en tu cuerpo.
    • Puedes decirles, por ejemplo, “Tengo entendido que este tatuaje estará en mi cuerpo para siempre. Pero no tengo problema. El dibujo [o las palabras] significa mucho para mí, y creo que siempre será así”.
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    Aclárales que el tatuaje no te impedirá encontrar trabajo. Quizá les preocupe que tatuarte te cause problemas para encontrar trabajo. Explícales que, a decir verdad, muchas personas no tienen problema para encontrarlo.[6]
    • Si siguen preocupados, diles que el tatuaje (si quieres hacértelo en los brazos, las piernas o el torso) estará en un lugar que puede cubrirse fácilmente con ropa en un ambiente laboral conservador.
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    Permíteles contribuir con sus ideas. Si tus padres quieren opinar con respecto al tamaño, al lugar o al tema del tatuaje, tómalo en cuenta. Escuchar sus comentarios y llegar a un acuerdo (si es necesario) ayudará a convencerlos de que te lo hagas.
    • Puedes decirles “¿Qué opinan los dos de esta idea? Me gustaría sus opiniones o sugerencias, aunque espero que apoyen mi deseo”.
    • Por ejemplo, si tienes muchas ganas de hacerte un tatuaje visible, tus padres podrían sugerirte hacértelo en un lugar fácil de cubrir si hay momentos en que no quieras que se vea.
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    Anticipa su negativa. Si tus padres no se inmutan ante tus argumentos y siguen en desacuerdo con la idea del tatuaje, no te enojes. Espera unos meses antes de retomar el tema. Por ley, los menores de edad (menores de 18 años) no pueden hacerse un tatuaje sin el consentimiento escrito de un padre o tutor, así que necesitarás su permiso expreso.[7]
    • Si te dicen “no”, puedes decirles “Bueno, esa no es la respuesta que esperaba, pero igual me alegra que hayamos tenido esta conversación”.
    • Si tienes más de 18 años e igual quieres tatuarte a pesar de las objeciones de tus padres, tienes el derecho legal para tomar esa decisión.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Hacerte el tatuaje

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    Ofrécete a ahorrar para el tatuaje. Si a tus padres les preocupa el costo del tatuaje (que puede ser alto rápidamente), asegúrales que pagarás los servicios del tatuador. Esto también ayudará a convencerlos de que tienes la madurez suficiente como para pensar de antemano en el costo de un tatuaje.
    • Sabrán que de verdad quieres uno si trabajas duro y ganas dinero para hacértelo.
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    Lleva a tus padres a los estudios para que vean y hablen con los artistas. De seguro querrán tener la seguridad de que el estudio es limpio e higiénico, y también querrán mirar el trabajo del artista para asegurarse de que lo hace bien y puede hacer tatuajes bonitos. Cerciórate de que su trabajo sea bueno, y de que tenga experiencia y profesionalidad.
    • Es probable que quieran ver su trabajo previo para estar seguros de que sabe lo que hace.
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    Infórmate sobre las prácticas de salubridad del estudio. Tus padres querrán conocer las prácticas de salubridad del estudio de tatuajes. Llama al estudio o envíales un correo electrónico si tienes su dirección. Pregúntales qué pasos toma el artista para limpiar sus herramientas y desechar las agujas usadas.[8]
    • Tus padres tienen todo el derecho de preocuparse sobre este tema. Si los tatuadores no limpian sus herramientas correctamente, o si reutilizan las agujas, podrías estar en riesgo de contraer una enfermedad grave.
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    Deja que te acompañen cuando te hagas el tatuaje. Pueden ser un buen apoyo moral. Así también se sentirán más cómodos con la idea del tatuaje si te acompañan mientras te lo haces.[9]
    • Si necesitas su consentimiento legal, tendrán que estar contigo de todas maneras.
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Consejos

  • Recuerda mantener una conversación alturada. Discutir o gritarles ciertamente no estará a tu favor.
  • Antes de hacerte un tatuaje, busca un diseño que te guste y espera 1 año aproximadamente. Si todavía te gusta, es probable que no cambies de parecer en el futuro. Evita los tatuajes con imágenes violentas, palabras soeces o cosas inapropiadas que tus padres puedan rechazar. Lo rechazarán por tu futuro por muchos motivos. Este tipo de tatuajes no serán buenos para cuando seas padre o madre y tus hijos lo vean. Así aprenderán un lenguaje no apropiado, se asustarán o decidirán decir cosas malas en la escuela. Si no estás casado, también podría ser malo para tu futuro cónyuge.
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Advertencias

  • Nunca te hagas un tatuaje en un estudio antihigiénico. Con todos los tatuajes, existe el riesgo de contraer una infección, por lo que un ambiente sucio solo hará que sea mayor.
  • Si bien tienes el derecho legal de tatuarte después de los 18, si dependes de tus padres (por ejemplo, para pagar tu alojamiento, educación, etc.), lo mejor será obedecer sus reglas.
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Acerca de este wikiHow

Michelle Myles
Coescrito por:
Artista de tatuajes y copropietaria de Daredevil Tattoo
Este artículo fue coescrito por Michelle Myles. Michelle Myles es la copropietaria de Daredevil Tattoo, una tienda de tatuajes ubicada en Lower East Side de la ciudad de Nueva York. Michelle tiene más de 20 años de experiencia en tatuajes. Ella también opera el Daredevil Tattoo Museum, la colección personal de recuerdos de tatuajes antiguos del copropietario Brad Fink que ha acumulado durante los últimos 27 años como tatuador. Este artículo ha sido visto 64 642 veces.
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