Tener un perro que ladra a la puerta puede ser muy molesto, sin importar cuál sea la razón. Afortunadamente, hay varias técnicas que puedes emplear para hacer que deje una mala conducta. Puedes lograrlo aplicando técnicas de modificación de conducta, entrenándolo o tratando los problemas subyacentes. No importa si los ladridos son porque quiere salir, porque hay alguien en la puerta o simplemente por un ruido del exterior. Puedes evitar este tipo de conducta con técnicas adecuadas y específicas para tu perro, y con un poco de trabajo.

Método 1
Método 1 de 4:
Entrenar al perro para que no ladre a la puerta

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    Haz que el perro socialice. Algunos perros ladran a la puerta porque no están acostumbrados a interaccionar con otras personas además de ti. Para superar esta conducta, trabaja para lograr que el perro se acostumbre a conocer a muchas personas. Procura pasear con el perro por una calle concurrida para que pueda ver mucha gente. Haz que estas interacciones sean entretenidas y agradables dejando que las personas le den bocadillos y que lo acaricien cariñosamente.[1]
    • El objetivo es enseñarle al perro que interaccionar con muchas personas es normal y que no todos los desconocidos son una amenaza.

    Consejo: también puedes llevarlo a un parque para perros y a una guardería canina para que se acostumbre a interaccionar con otros perros de manera constante.

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    Lleva a cabo el entrenamiento de obediencia básica. Si no le has enseñado a obedecer ningún comando, ahora es el momento de empezar. Enseñándole a sentarse, a pararse y a tumbarse, sentarás las bases para que pueda dejar de ladrar cuando se lo pidas. El entrenamiento de obediencia básica se hace normalmente con refuerzo positivo. Eso significa que, cuando el perro te obedezca, debes darle un bocadillo para lograr que quiera hacer lo que le pidas en el futuro.[2]
    • No importa si tienes un cachorro o un perro adulto, puedes entrenar a cualquier perro con algo de tiempo y esfuerzo.
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    Enséñale el comando "silencio" o "alto". Si has hecho parte del entrenamiento básico con el perro, aprovecha esas habilidades y entrena al perro para que deje de hacer ruido cuando se lo pidas. Empieza diciendo la palabra "silencio" o "alto" cuando el perro ya haya dejado de ladrar. Dale un bocadillo cuando haya estado en silencio por unos segundos. Después de algunas semanas de hacerlo, empieza a decir la palabra "silencio" o "alto" cuando el perro ladre activamente y espera a que se detenga para darle el bocadillo. Debe aprender que solo recibirá el bocadillo cuando deje de ladrar.[3]
    • Una vez que el perro haya aprendido a dejar de ladrar cuando digas "silencio", pasa gradualmente de darle un bocadillo cada vez que se detenga a dárselo cada dos veces, luego cada tres o cuatro, y finalmente a solo acariciarlo y darle cariño cuando te obedezca.
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    Hazle caso cuando ladre para que sienta que ha cumplido su misión. Por lo general, un perro ladra a la puerta para advertirte de algo en el exterior. Por ejemplo, puede percibir al cartero o al vecino como una amenaza potencial, y querer hacerte saber que debes estar alerta. Si le haces caso cuando ladre, es posible que se detenga, pues sabrá que eres consciente del problema y se calmará.
    • Di algo como "Gracias, Sultán. Ya está bien".
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    Manda al perro a hacer otra cosa para distraerlo. Es probable que se olvide de ladrar si le ordenas que haga otra cosa. Aunque puedes escoger cualquier tarea, las mejores opciones son hacer que busque un juguete o que vaya a una alfombra o una cama designada cuando se lo ordenes. Una vez que aprenda a responder a la orden, estará demasiado distraído para ladrar.
    • Mandar al perro a buscar su juguete favorito tiene la ventaja añadida de que hará que tenga la boca ocupada, lo cual impedirá que ladre.
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    Haz que el perro se vuelva insensible a los ruidos. Exponer a un perro a una variedad de ruidos de manera constante puede hacer que esté menos interesado en ladrar a la puerta cuando escuche algo inusual. Haz ruidos repentinos y diversos a lo largo del día, incluyendo ruidos fuertes y suaves. Hazlo en el transcurso de varias semanas y el perro se acostumbrará al alboroto.[4]
    • Prepárate para lidiar con una gran cantidad de ladridos a medida que el perro se acostumbra al ruido.

Método 2
Método 2 de 4:
Bloquear los desencadenantes del perro

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    Impide que el perro vea la puerta. Algunos perros ladran a la puerta únicamente cuando ven pasar a alguien. Para atenuar esta conducta y reducir la atención del perro en la vigilancia, haz que no pueda mirar a la puerta. Si tienes una puerta con ventanas, bloquea los cristales. Si hay ventanas junto a la puerta, haz que el perro no pueda ver a través de estas. Coloca un material protector, como papel adhesivo o un trozo de cartón, sobre el cristal.[5]
    • Puede ser algo tan simple como quitar un mueble de la ventana a fin de que el perro no pueda subirse para vigilar la fachada de la casa.

    Consejo: si al perro le gusta arañar la puerta, coloca el papel adhesivo o el cartón en el exterior para que el perro no lo destruya de inmediato.

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    Mantén al perro en otra habitación. Una de las maneras más simples de reducir la ansiedad del perro con respecto a la puerta es mantenerlo alejado de esta. Mantenerlo en una habitación que esté alejada de la puerta, aunque no totalmente aislado, le impedirá vigilar la puerta y ladrar a cada visita o al menor ruido. Esta técnica es más efectiva si pasas la mayor parte del tiempo en esta habitación. No es conveniente que encierres al perro y que lo apartes de ti y de tu familia. La clave es mantenerlo en un área en la que pueda relajarse y ser feliz, pero no solo.[6]
    • Si no tienes otra habitación en la que puedas poner al perro, puedes colocar barreras a la puerta. Bloquea el área con puertas para bebés o cambia de lugar los muebles para que el perro no pueda llegar a la puerta.
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    Crea un ruido de fondo para que el perro no escuche a las visitas. Si el desencadenante del ladrido es únicamente el ruido, haz que no pueda escuchar el de la puerta. Pon música o enciende una máquina de ruido blanco o un ventilador para ahogar el ruido externo. Este método funciona especialmente bien si mantienes al perro en una habitación alejada de la puerta principal.[7]
    • Este método funciona bien con una variedad de ladridos, incluyendo los ladridos de saludo y los ladridos territoriales.

    Consejo: este método es especialmente útil si vas a salir y al perro no le gusta quedarse solo. Una cantidad moderada de ruido puede ser relajante e impedir que ladre a la puerta.

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    Pídele a la visita que no toque el timbre ni golpee la puerta. Si el ruido de la puerta o del timbre es el desencadenante de los ladridos, pídeles a los amigos y a otras visitas que esperes que no hagan ningún ruido al llegar a tu casa. En vez de eso, haz que te envíen un mensaje de texto o que te llamen para hacerlos entrar sin que se produzca ningún ruido.
    • Obviamente, este método no funcionará si llegan visitas inesperadas a tu casa. Sin embargo, al menos, reducirá la frecuencia con que el perro ladre a la puerta.
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    Evita gritarle al perro, pues harás que ladre más. Los gritos hacen que los ladridos empeoren de dos maneras. Primero, hacen que le des más atención al perro, lo cual hará que siga ladrando. Segundo, el perro puede percibir los gritos como tu manera de ladrar, lo cual hará que entienda que ladrar es algo correcto. De cualquier manera, aumentarás las probabilidades de que el perro siga ladrando.

Método 3
Método 3 de 4:
Calmar la ansiedad que haga ladrar al perro

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    Trata la ansiedad por separación del perro. Si ladra a la puerta cuando no estás en casa, el ladrido probablemente sea producto de la ansiedad por separación. En el caso de la mayoría de los perros, esta ansiedad se puede tratar con una terapia de desensibilización que haga que el perro se acostumbre gradualmente a estar solo.[8]
    • Para distinguir los ladridos derivados de la ansiedad por separación de los de la vigilancia, recuerda que este tipo de ladridos suelen ser constantes y no responden a otra causa que no sea el hecho de estar solo.
    • Para tratar la ansiedad por separación, debes demostrarle al perro que nada malo sucederá si se queda solo y que siempre volverás. Empieza dándole un bocadillo que se demore en masticar y sal de la casa durante más o menos un minuto. Vuelve a entrar antes de que termine de comer el bocadillo y no hagas aspavientos al volver. Repite este proceso yéndote por más tiempo cada vez.
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    Haz que el perro haga mucho ejercicio.[9] Algunos perros ladran a la puerta porque tienen un exceso de energía, la cual se transforma en un exceso de actividad en torno a la puerta. Para evitarlo, haz que el perro haga entre 30 minutos y 2 horas de ejercicio diario. Llévalo a pasear por la mañana antes de ir a trabajar y a dar un paseo cuando vuelvas a casa del trabajo. Este tipo de esfuerzo físico le ayudará a estar más tranquilo y relajado.[10]
    • Si no puedes hacer que el perro haga el tipo de ejercicio que necesita, contrata a un paseador para que lo saque.
    • Cada tipo de perro requiere una cantidad determinada de ejercicio. Por ejemplo, los perros pastores o deportistas necesitarán más ejercicio para mantenerse tranquilos que los perros de compañía.
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    Lleva al perro al veterinario si sospechas que está adolorido o enfermo. Un perro que está enfermo es más propenso a romper las reglas, a portarse mal y a ladrar. Para asegurarte de que los ladridos no sean producto de un problema médico, haz que un veterinario revise al perro. Este también es el momento de hablar con el veterinario sobre las soluciones que pueda sugerir para la mala conducta del perro.[11]
    • El veterinario puede sugerir una serie de técnicas con las que puedas combatir la ansiedad del perro. Esto puede incluir rutinas de ejercicio, cambios dietéticos, consultar con un especialista en conducta animal o el uso de medicamentos calmantes.

    Consejo: hacer que examine al perro es especialmente importante si está bien entrenado y se porta bien de manera habitual, pero ha empezado a ladrar a la puerta.

Método 4
Método 4 de 4:
Hacer que deje de ladrar después de que haya empezado

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    Pronuncia un comando verbal para que deje de ladrar. Si el perro está bien entrenado, pero ha empezado a ladrar a la puerta, puede ser muy efectivo decirle "no" con una voz clara y seria. También puedes inventar un comando verbal específico para hacer que se aleje de la puerta.[12]
    • Esto solo funciona si al perro se le ha enseñado a responder a los comandos y si ese entrenamiento se refuerza constantemente. Si el perro no tiene entrenamiento básico, empieza con este.
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    Sorprende al perro para que se distraiga y deje de ladrar. En algunos casos, es necesario interrumpir la conducta obsesiva del perro para que deje de ladrar. Si el perro ladra a la puerta y no deja de hacerlo ni siquiera cuando le dices "no", es posible que debas interrumpir su atención a la puerta. Trata de ponerte detrás de él y hacer un ruido fuerte y repentino, como aplaudir o pisar el suelo. Esta acción sorprenderá al perro, captará su atención y hará que deje de ladrar.
    • Algunas personas usan una lata o una botella de plástico llena de monedas para hacer un ruido fuerte y sorprender al perro.
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    Ignora los ladridos que hace para llamar la atención. Algunos perros ladran a las puertas porque están aburridos o porque quieren atención. Por ejemplo, un perro puede ladrar para llamar tu atención y que lo dejes salir. Una manera efectiva de lograr que deje de hacerlo es ignorar completamente este tipo de conducta. El perro se demorará en darse cuenta de que no logrará el resultado deseado, pero si lo ignoras del todo, probablemente deje de ladrar.[13]
    • Esto solo funcionará si el perro tiene mucho interés en llamar tu atención. Los perros que ladran por problemas territoriales u otros problemas de conducta no responderán al hecho de que los ignores.
    • Si el perro ladra a la puerta para que lo dejes salir al baño, tendrás que empezar a sacarlo constantemente antes de que se ponga a ladrar. De lo contrario, ignorar este tipo de ladridos sin saber si el perro ha ido al baño recientemente puede provocar accidentes en la casa.

    Consejo: si un perro ladra para llamar la atención, decirle "no" o tratar de distraerlo solo reforzará la mala conducta.

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    Saca al perro del área. Si nada funciona, es posible que tengas que alejarlo físicamente de la puerta para que deje de ladrar. Si el perro no se aleja de la puerta por voluntad propia cuando se lo pides, puede que debas cargarlo o ponerle una correa para alejarlo de la puerta.[14]
    • Ten cuidado al moverlo físicamente y recuerda que si está molesto puede atacarte sin saber qué es lo que hace. Si bien no siempre puedes saber cuándo un perro está a punto de atacar, ten cuidado si gruñe levemente, si te mordisquea o si te enseña los dientes.

Acerca de este wikiHow

Ty Brown
Coescrito por:
Adiestrador de perros
Este artículo fue coescrito por Ty Brown. Ty Brown es un adiestrador de perros y conductista, además del propietario del Ty the Dog Guy, una empresa que brinda adiestramiento para perros a través de recursos digitales (podcasts, series web y cursos en línea) junto con adiestramiento canino en persona. Tiene más de 17 años de experiencia adiestrando perros y se especializa tanto en mitigar la conducta rebelde de las mascotas como en brindar servicio de adiestramiento canino. Ha recibido el galardón "Best of State Award" por adiestramiento canino en Utah diez veces, y su trabajo ha aparecido en ABC, NBC, CBS, Spike TV y Entrepreneur Magazine. Este artículo ha sido visto 1539 veces.