Los tapones para los oídos pueden ser increíblemente beneficiosos, ya que, además de ayudarte a dormir tranquilamente durante la noche o a estudiar en una habitación ruidosa, también pueden proteger tu salud al prevenir la pérdida de la audición inducida por el ruido (NIHL, por sus siglas en inglés). Por ejemplo, si necesitas bloquear de inmediato los ruidos fuertes por un par de horas, considera la posibilidad de fabricar unos utilizando papel higiénico. Por otra parte, si quieres unos que puedas utilizar por un tiempo más prolongado, entonces puedes hacerlos con bolas de algodón y plástico.

Método 1
Método 1 de 3:
Hacer unos tapones personalizados con un kit

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    Compra un kit de tapones personalizados. Los kits para tapones personalizados te permiten crear tu propio juego de tapones en casa. Además, son mucho más efectivos y cómodos que otros tipos de tapones.
    • Puedes comprar estos kits en Internet y también en algunas tiendas físicas.
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    Separa los materiales que necesitarás. Los kits para tapones personalizados deben venir con dos tipos distintos de materiales, los cuales, a su vez, deben tener dos clases de colores diferentes y estar empacados por separado. Toma los materiales y divide cada pieza en dos del mismo tamaño.[1]
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    Mezcla los materiales de diferente color. A continuación, necesitarás mezclar los materiales de diferentes colores para crear el tapón. Toma las dos piezas de los materiales de espuma de cada color, apriétalas y amásalas durante algunos minutos hasta que se combinen y se cree un color uniforme.[2]
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    Presiona la espuma contra tus oídos. Después de combinar bien los materiales, presiona una pieza en cada oído a la profundidad suficiente como para bloquear el sonido, de manera similar a cómo lo harías con otros tipos de tapones.
    • Los tapones deben sentirse cómodos y no demasiado ajustados ni sueltos.
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    Déjate los tapones puestos durante 10 minutos. Déjate los tapones en los oídos durante 10 minutos. Durante este tiempo, el material se secará y mantendrá su forma. Una vez que te los quites, tendrás tu propio par de tapones personalizados.[3]

Método 2
Método 2 de 3:
Hacer tapones para los oídos con papel higiénico

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    Enrolla un poco de papel higiénico. Toma dos pedazos de papel higiénico limpio y seco y enróllalos hasta formar dos bolitas. Estos rollos deben tener el tamaño suficiente como para caberte a la perfección en el canal auditivo.
    • Ten en cuenta que solo debes utilizar este tipo de tapones en caso de que no tengas otra alternativa. No los uses con regularidad, pues algunos pedazos de papel higiénico podrían quedarse adheridos en tus oídos y provocarte una infección.[4]
    • Solo utilízalos como una solución de corto plazo, como cuando te encuentras en un concierto, y evita dormir con ellos puestos.
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    Humedece los rollos de papel higiénico. Colócalos bajo un chorro ligero de agua durante unos segundos para humedecerlos bien y luego exprímelos para que solo queden húmedos.[5]
    • Si los rollos se encogen a causa del agua, probablemente necesites añadir un poco más de papel.
    • Es importante humedecer el papel higiénico, ya que, si está seco, no bloqueará muy bien el ruido. Además, las fibras del papel podrían adherirse en tus oídos y provocarte así una infección.
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    Colócate los rollos de papel higiénico en los oídos. Colócate los rollos de papel higiénico en tus canales auditivos para ver si encajan. Si no lo hacen o si te causan incomodidad, probablemente necesites añadir o quitar un poco de papel higiénico.[6]
    • Asegúrate de adaptar la forma de los rollos antes de volver a ponértelos.
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    Desecha los tapones después de quitártelos. No los utilices nuevamente o podrías sufrir una infección de oído. Lo mejor es que los deseches inmediatamente después de quitártelos.
    • Si necesitas otro par de tapones, utiliza unos nuevos y limpios.

Método 3
Método 3 de 3:
Hacer tapones de algodón

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    Compra una bolsa de bolas de algodón. Estas vienen en una variedad de tamaños, pero generalmente podrás conseguir una bolsa de 100 bolas de algodón por menos de 5 dólares. Puedes adquirirlos en la sección de artículos médicos del supermercado o la farmacia de tu localidad.
    • Usa bolas de algodón de tamaño regular en lugar de unas de tamaño gigante.
    • No importa mucho si las bolas de algodón son estériles o no, pues de todas formas estarán envueltas en plástico.
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    Lávate las manos. Es importante que manipules las bolas de algodón con las manos limpias a fin de reducir las probabilidades de sufrir una infección en el canal auditivo.[7]
    • Utiliza un jabón antibacteriano y agua caliente para lavarte las manos, y luego sécatelas con una toalla limpia.
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    Desprenda una bola de algodón pequeña para que tenga el tamaño de una moneda de diez centavos. Luego enróllala hasta formar una bola, la cual debe encajar cómodamente en tu canal auditivo.
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    Envuelve la bola de algodón con una envoltura plástica protectora. Utiliza una envoltura de plástico que sea flexible pero no pegajosa, como un papel film común. Corta un pedazo lo suficientemente grande de plástico como para que puedas envolver toda la bola de algodón con él y sobre una pequeña lengüeta. Al envolver la bola de algodón con plástico, impedirás que las fibras perjudiciales ingresen en el canal auditivo y reducirás así la posibilidad de sufrir una infección o lesión.[8]
    • Envuelve bien el plástico alrededor de la bola de algodón, pero no hasta el punto de aplanarla.
    • Si utilizas unas tijeras para cortar la envoltura de plástico, asegúrate de que estén limpias. Puedes lavarlas con un jabón antibacteriano o detergente lavavajillas y una esponja limpia.
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    Prueba el tapón para ver si encaja bien. Introdúcete con cuidado la bola de algodón en el oído para ver qué tan bien encaja. Observa qué tan bien se siente en su interior.
    • El tapón debe encajar cómodamente, pero no como si estuviera apiñado en el oído o extendiéndolo. Si lo sientes flojo, necesitarás ajustar el tamaño.
    • Puedes agregar más algodón al tapón o quitar parte de él en caso de que sea demasiado grande.
    • Evita introducir demasiado el tapón en tu canal auditivo, ya que podrías provocarle algún daño. Solo colócalo en la entrada del oído, no más allá.
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    Ata el extremo de la envoltura de plástico. Después de haber probado el tapón y haber ajustado su tamaño para que encaje correctamente, toma una pequeña banda de goma y enróllala alrededor de la cola de plástico. Asegúrate de que esté muy bien ajustada alrededor de la envoltura.
    • Usa unas tijeras para cortar la pequeña cola de plástico, pero asegúrate de dejar una pequeña parte saliéndote del oído para que así te sea más sencillo retirar el tapón.
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    Pruébate los tapones. Si planeas usarlos durante el día, póntelos cuando estés en una cafetería o restaurante con mucho ruido. De esta manera, sabrás qué tan efectivos son para reducir el nivel de ruido.
    • Si planeas dormir con los tapones puestos, primero toma una siesta para así ver qué tal funcionan. Si te duermes de lado, probablemente necesites ajustar el tamaño del tapón que estará en el oído que esté apoyado contra la almohada.
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    Reemplaza los tapones semanalmente. Como el material con el que están hechos es de algodón, no será posible hacerles la limpieza debida. Por lo tanto, deberás reemplazarlos cada cinco a siete días a fin de prevenir la formación de bacterias provenientes de la acumulación de cerumen o aceites en el canal auditivo, ya que, de lo contrario, podrías sufrir una infección muy dolorosa.
    • Guarda los tapones en un recipiente sanitario, como una bolsa de plástico para sándwiches limpia.

Consejos

  • Puedes adquirir una gran variedad de tapones para los oídos de buena calidad y duraderos a menos de 10 dólares. Si bien tienen un precio, puedes estar seguro que han sido probados para garantizar su calidad y seguridad.[9]
  • Si tienes dificultades para dormir por la noche, considera la posibilidad de utilizar métodos de enriquecimiento del sonido en lugar de tapones para la cancelación de ruido. Dichos métodos podrían incluir el uso de equipos de ruido blanco o que produzcan música relajante para ayudarte a dormir.

Advertencias

  • Si estás atrapado en un cuarto de hotel o en un bus muy ruidoso y quieres dormir, es probable que te veas tentado a romper un pedazo de servilleta o esponja y colocártelo en los oídos. Nunca lo hagas, pues las fibras que contienen (en especial si no están limpias) podrían provocarte una infección de oído o perforarte el tímpano. Cuando hagas tus propios tapones para los oídos, siempre es mejor que utilices una cubierta de protección, como una envoltura de plástico alrededor de una bola de algodón.[10]
  • Si sueles trabajar en un entorno muy ruidoso durante un tiempo prolongado, sigue las pautas de seguridad. Por ejemplo, si trabajas en una construcción o en el consultorio de un dentista donde se utilizan taladros bulliciosos, sigue las normas del lugar con respecto a la correcta protección de tus oídos en lugar de confiar en productos caseros para proteger tu audición.[11]

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