Muchos productos cosméticos y de cuidado de la piel que están disponibles en el mercado incluyen químicos dañinos para la piel. Por suerte, existen alternativas naturales y caseras que mejoran tu cutis en general y le dan a la piel un brillo saludable. Además de utilizar remedios naturales, también es necesario evitar los factores responsables de dañar la piel. Existen muchas formas de hacer tu propia crema para la piel y así evitar dichos químicos agresivos.

Método 1
Método 1 de 3:
Hacer una crema natural para la piel

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    Determina tu tipo de piel. Los distintos tipos de piel demandan distintos cuidados. El dermatólogo te indicará tu tipo de piel y cualquier otra enfermedad cutánea que podrías tener. Esta información te ayudará a evitar alimentos, medicamentos, suplementos y productos de belleza que podrían agravar tu piel. En general, los tipos de piel son los siguientes:
    • Piel normal: se caracteriza por tener poca o ninguna sensibilidad, poros muy pequeños y un cutis brillante. No es muy seca ni grasosa.
    • Piel mixta: puede ser seca o normal en ciertas zonas y grasosa en otras. Las zonas grasosas suelen ser la frente, la nariz y el mentón. Puede provocar la aparición de poros muy dilatados, puntos negros y un brillo grasoso en determinadas partes de la piel.
    • Piel grasosa: presenta poros dilatados y una tendencia a los puntos negros, las espinillas y otras imperfecciones. El cutis puede ser opaco o brillante.
    • Piel seca: se distingue por su escasa flexibilidad y la presencia de zonas enrojecidas, arrugas y líneas más notorias, poros casi invisibles y un cutis opaco. Ciertos factores empeoran la piel seca, por ejemplo: cambios hormonales, clima seco, duchas calientes prolongadas, medicamentos, radiación ultravioleta y los ingredientes de productos para la piel. Esto la deja irritada, inflamada y con escamas.[1]
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    Elige los mejores ingredientes para tu tipo de piel. Si piensas utilizar tu crema casera, es muy importante saber qué ingredientes ayudarán a tu piel y cuáles la empeorarán. Por lo general, debes lavar tu piel dos veces al día como mínimo para mantenerla limpia. Así evitarás los problemas que provocan las bacterias, los hongos y los radicales libres.
    • Las personas con piel seca deben utilizar cremas con agentes hidratantes como el aloe vera, la miel, el aceite de oliva y la manteca de cacao. Estos reparan la piel agrietada y reducen las cicatrices. El ácido hialurónico es una sustancia presente de forma natural en el cuerpo que sana la piel dañada a la vez que retiene la humedad. Se encuentra en ciertos productos comerciales de cuidado de la piel. Ciertos estudios indican que el ácido hialurónico también puede reducir el aspecto de la piel envejecida, las cicatrices y las imperfecciones.
    • Si tu piel es grasosa, elige aceites poco comedogénicos, ya que tapan menos los poros. El ácido salicílico es un limpiador natural que proviene de la corteza de sauce. Neutraliza las bacterias y absorbe el exceso de aceite en la superficie de la piel, lo que evita los brotes de acné. Los aceites esenciales que contienen ácido cítrico, como el limón, permiten controlar la piel grasosa a la vez que promueven su reparación. El aceite de árbol de té también es de gran ayuda para la piel grasosa.
    • Los ingredientes refrescantes como el aloe vera, el agua de rosas y el pepino calman la inflamación y la incomodidad que suelen presentar las personas con piel sensible o mixta a causa de su efecto refrescante. El ácido láctico, presente en la leche y el yogur, combate los radicales y las bacterias dañinas, retira las células muertas e hidrata la piel.[2] [3]
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    Haz una crema para la piel seca. Vierte 1/4 de taza de aceite de almendras, 2 cucharadas de aceite de coco, 2 cucharadas de cera de abeja, 1/2 cucharadita de aceite de vitamina E y 1 cucharada de manteca de karité en un frasco de vidrio. En una cacerola, pon a hervir 7,5 a 10 cm (3 a 4 pulgadas) de agua a fuego lento. Coloca el frasco en el agua hirviendo hasta derretir por completo los ingredientes. Luego, combínalos bien en el frasco. Traslada la crema a un frasco más pequeño donde vas a guardarla.
    • Deja la crema a temperatura ambiente hasta que se enfríe y endurezca. Cuando esté lo suficientemente fría, ponle la tapa al frasco.
    • Mantenla en un lugar frío y seco. Durará hasta 3 meses.
    • Dichos ingredientes son beneficiosos para la psoriasis, el eczema y las cicatrices. También tienen propiedades antienvejecimiento.[4]
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    Prepara una crema para la piel mixta. Calienta 2 cucharadas de aceite de almendras, 2 cucharadas de aceite de jojoba y 1 cucharada de cera de abeja en un baño maría hasta derretir y combinar los ingredientes, más o menos por 2 a 5 minutos. Vierte la mezcla en un bol grande y déjala enfriar a temperatura ambiente, por 1 a 2 horas. Mientras tanto, mezcla 1/3 de taza de gel de aloe vera con 5 a 7 gotas de un aceite esencial de tu preferencia.
    • Una vez fría la mezcla, empieza a combinar los aceites con un batidor de mano. Añade poco a poco la mezcla de aloe vera y aceite esencial mientras bates. Sigue añadiendo hasta lograr una consistencia espesa, más o menos por 10 minutos. Tal vez no vas a necesitar utilizar todo el aloe vera. Deja de añadirlo cuando obtengas el espesor deseado. Traslada la crema a un frasco.[5]
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    Prepara una crema para la piel grasosa. Calienta 5 cucharadas de aceite de jojoba, 2 cucharadas de aceite de semilla de cáñamo y 1 1/2 cucharaditas de cera de abeja en un baño maría hasta derretir y combinar los ingredientes. Luego, retira la mezcla del fuego y déjala enfriar a temperatura ambiente, hasta que empiece a endurecerse. Con un batidor de mano, bate los aceites, añadiendo 1 cucharadita de gel de aloe vera y unas cuantas gotas de aceite esencial de limón o de árbol de té. Sigue batiendo hasta obtener una crema lo suficientemente espesa. Luego, trasládala a un frasco pequeño.
    • Los aceites de jojoba y de semilla de cáñamo son poco comedogénicos, lo que implica que son ideales para la piel grasosa y no tapan los poros. El aloe vera calma la piel sin añadir aceite. Por último, el aceite de limón o de árbol de té ayuda a retirar el excedente de grasa de la piel.

Método 2
Método 2 de 3:
Utilizar otros productos naturales para la piel

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    Prueba un hidratante. Mezcla 1/2 clara de huevo con 1 cucharadita de miel y aceite de almendras en un bol pequeño. La clara de huevo reafirma la piel, además de disminuir las arrugas y las líneas finas. El aceite de almendras hidrata con suavidad la piel y la miel retiene la humedad. Esta última también reduce el aspecto de las cicatrices y las imperfecciones.
    • Aplica la mezcla en el rostro en la mañana y la noche después de tu limpieza diaria. Lávate con agua tibia y sécate mediante toquecitos.[6]
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    Utiliza la zanahoria. Esta verdura contiene niveles elevados de vitaminas A, C y B6, vitaminas naturales que ayudan a la piel a mantenerse saludable y a retener su brillo natural. Para preparar tu propio hidratante de zanahoria, hierve 1 zanahoria picada en una cacerola por 5 a 7 minutos y luego cuélala. Machácala en un bol pequeño y déjala enfriar.
    • Añade 1 1/2 cucharadas de yogur a la zanahoria machacada para obtener un efecto refrescante y mezcla hasta lograr una consistencia homogénea. Guarda la crema en un lugar frío y seco en un frasco hermético. Aplícala dos veces al día después de tu limpieza.
    • Para mejorar mucho más tu cutis, come zanahoria y toma jugo de zanahoria de forma regular para brindarle al cuerpo los nutrientes esenciales.[7]
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    Prueba la leche. Limpia tu rostro con leche entera. El ácido láctico que contiene es un exfoliante suave que ayuda a retirar las células muertas. También empareja el tono de la piel y minimiza el aspecto de las cicatrices y las imperfecciones. También puedes utilizar leche de almendras, que está llena de vitamina E, sustancia que hidrata la piel y es recomendable para personas con piel seca.
    • Para utilizarla, moja una motita de algodón en 1 cucharada de leche y masajéala en la piel con movimientos circulares por 3 a 5 minutos como mínimo. Esto permite eliminar con eficacia la suciedad de los poros.
    • Si tienes espinillas inflamadas o piel grasosa, mezcla la leche con 1 cucharadita de arroz o harina de garbanzo. Masajéala con suavidad en la piel utilizando los dedos. Enjuágate con agua fría y sécate.[8] [9]
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    Prepara una mascarilla de aguacate. Este contiene muchos ingredientes que estimulan la producción de colágeno en el rostro. Las vitaminas A y C, presentes en el aguacate, poseen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que protegen la piel de la acción de los radicales libres. La vitamina E, otro nutriente presente en el aguacate, disminuye las cicatrices e hidrata la piel.
    • Para hacer una mascarilla de aguacate natural, pela un aguacate y machaca la pulpa en un bol. Aplica la sustancia cremosa en el rostro por 10 a 15 minutos antes de enjuagarte con agua fría y secarte mediante toquecitos. Aplícala a diario en caso de tener piel seca o sensible. Aplícala dos veces a la semana en caso de tener piel grasosa.
    • Para combatir el envejecimiento, mezcla 1/2 aguacate, 1 cucharadita de jugo de limón, 1/2 cucharadita de yogur natural y 1 cucharadita de aceite de coco en un bol pequeño. Revuelve hasta obtener una consistencia cremosa y homogénea. Te saldrá mejor con aguacates maduros.
    • Aplica un poco de la crema en el rostro. Mantén la crema restante en un lugar frío y seco en un recipiente hermético. La crema debe ser fresca cada semana, puesto que los ingredientes pueden echarse a perder. Utilízala en caso de tener piel seca y sensible.[10] [11]
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    Utiliza una mascarilla de lodo marino. Este tipo de lodo contiene sal marina. Está presente en las regiones costeras y tiene azufre, algas y ácidos grasos insaturados. Gracias a dichos ingredientes, el lodo marino posee propiedades antiinflamatorias y calmantes. También ayuda a alisar la textura de la piel retirando las células muertas y las bacterias. Además, mejora el aspecto de las cicatrices y las imperfecciones.
    • Puedes encontrar el lodo marino en muchas mascarillas faciales comerciales que suelen ser naturales. Por lo general, las mascarillas sugieren que las apliques dos veces por semana, pero también puedes consultar con el dermatólogo para saber qué cantidad debes utilizar según tu tipo de piel.
    • Si tu piel es seca, sensible o mixta, el azufre y la sal de la mascarilla pueden irritarla. También pueden agravar las cicatrices inflamadas.[12]

Método 3
Método 3 de 3:
Cuidar de tu piel de forma natural

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    Evita el estrés. Es necesario hacerlo si quieres mejorar tu piel. Cuando estás estresado, el cuerpo produce hormonas que vuelven la piel más sensible a los irritantes externos. Esto a su vez aumenta la producción de sebo, aceite que produce la piel y puede provocar acné y otros problemas cutáneos. Además, el estrés puede retrasar la curación, generar irritaciones (como la urticaria y las ampollas febriles) e interrumpir tu rutina cotidiana. Evítalo con los siguientes consejos:
    • Haz ejercicios de forma regular porque esto puede levantar tu estado anímico y mantenerte activo y en forma. Da una caminata de intensidad moderada por 10 minutos al día o una caminata tranquila por 20 a 30 minutos al menos 5 veces por semana para levantarte el ánimo.
    • Duerme al menos 7 u 8 horas cada noche, puesto que la falta de sueño acelera el envejecimiento y deja la piel con un aspecto cansado.
    • Practica técnicas para controlar el estrés como el yoga, la meditación o los ejercicios de respiración profunda.[13] [14]
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    Toma té verde. Es rico en polifenoles, antioxidantes que reparan las células cutáneas y estimulan la producción de colágeno en la piel, lo que le da un brillo saludable y la protege de los radicales libres dañinos y la radiación ultravioleta. Dichas propiedades también reducen las arrugas y el estrés.
    • Para hacer té verde, calienta agua entre 80 y 85 °C (175 y 185 °F). Añade 2 o 3 g de hojas sueltas de té al agua caliente por 3 a 5 minutos y cuela. Toma el té dos o tres veces al día.
    • Existen tratamientos tópicos que contienen té verde, lo que puede ser beneficioso para tu cutis mejorando las imperfecciones y otros problemas.[15]
    • También puedes utilizar bolsitas de té verde en vez de las hojas sueltas.
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    Lleva una dieta saludable. Una buena alimentación mejora la piel desde adentro hacia afuera. Come muchas frutas y verduras frescas y granos enteros para mejorar tu cutis. Consume alimentos llenos de vitaminas A, C y E y zinc para disminuir la gravedad de la dermatitis y el acné. Las siguientes son algunas buenas fuentes de dichos nutrientes:
    • pimentones rojos
    • col rizada
    • espinaca
    • hojas de amaranto
    • hojas de nabo
    • camotes
    • calabaza
    • calabaza moscada
    • mangos
    • toronja
    • melón[16]
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    Protégete de la radiación. Los rayos ultravioleta (UV) del sol pueden provocar imperfecciones, manchas solares, arrugas y otros problemas cutáneos, además de aumentar el riesgo de cáncer de piel. Estas son algunas formas de protegerte contra la radiación:
    • Trata de mantenerte bajo la sombra el mayor tiempo posible y utiliza ropa protectora como las camisas manga larga, los sombreros de ala ancha y los lentes de sol, que ayudan a evitar la aparición de arrugas alrededor de los ojos.
    • Utiliza un protector solar de amplio espectro. Las personas con piel oscura deben optar por un FPS de 15 como mínimo, mientras que las de piel clara deben utilizar un FPS de al menos 30.[17]
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    Toca tu rostro lo menos posible. Si tu piel es mixta o grasosa, evita al máximo tocarte el rostro. La suciedad y las bacterias de las manos tapan los poros, lo que produce imperfecciones. Si tienes problemas frecuentes de acné, retira la suciedad excesiva con una toallita desmaquillante suave y sin aceite.
    • Nunca revientes ni aprietes las espinillas, ya que esto puede provocar cicatrices y esparcir aún más las bacterias.[18]
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    Utiliza productos de cuidado de la piel sin parabenos. Los parabenos son preservantes que rompen el equilibrio hormonal de la piel y te hacen correr mayor riesgo de sufrir cánceres propios de las mujeres. Si tienes acné o eczema, estos pueden irritar e inflamar la piel debido a que son potenciales alérgenos.
    • El butil y el propilparabeno se consideran más tóxicos que el metil y el etilparabeno. Sin embargo, estos últimos se absorben con mayor facilidad en el cuerpo humano. También vuelven la piel más sensible a la radiación UV, lo que provoca problemas cutáneos.[19] [20]

Referencias

  1. http://www.webmd.com/beauty/face/whats-your-skin-type
  2. http://www.dermadoctor.com/blog/what-ingredients-are-best-for-oily-skin/
  3. https://www.beneficialbotanicals.com/facts-figures/comedogenic-rating.html
  4. http://www.organicauthority.com/delicious-beauty/diy-homemade-anti-aging-face-cream.html
  5. http://pinsandprocrastination.com/homemade-aloe-vera-face-moisturizer/
  6. Nikogosian, N. (2009) Return to Beauty: Old-World Recipes for Great Radiant Skin
  7. Nikogosian, N. (2009) Return to Beauty: Old-World Recipes for Great Radiant Skin
  8. Nikogosian, N. (2009) Return to Beauty: Old-World Recipes for Great Radiant Skin
  9. Gabriel, J. (2012) The Acne Diet: Holistic Plan to Achieve Clear, Youthful, Acne-Free Skin with Natural Nutrition, Stress Relief and Organic Skincare

Acerca de este wikiHow

Zora Degrandpre, ND
Coescrito por:
Doctora en salud natural
Este artículo fue coescrito por Zora Degrandpre, ND. La Dra. Degrandpre es una médico naturista con licencia en Vancouver, Washington. También es revisora de subvenciones para los Institutos Nacionales de Salud y el Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa. Recibió su doctorado en neuropatía en el Colegio Nacional de Medicina Natural en 2007. Este artículo ha sido visto 7254 veces.