Calificar es más sencillo cuando revisan preguntas de selección múltiple. ¿Pero cómo hacerlo con ensayos, presentaciones o proyectos? Cuando se añade la subjetividad a la fórmula, la situación se torna mucho más complicada. Aprender a crear una rúbrica para asignaciones con distintos focos de evaluación ayuda a guiarte a través del proceso de calificación y les da una mano a los estudiantes a que conozcan más sobre las áreas en las que necesitan mejorar y comprendan qué implica realmente su nota. Puedes elegir tus criterios de calificación, asignar puntajes y usar tu rúbrica para hacer que el trabajo de calificar sea mucho más sencillo. Mira el paso 1 para más información.

Parte 1
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Escogiendo tus criterios

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    Determina el objetivo de la asignación. Las rúbricas generalmente se usan para asignaciones o proyectos grandes que involucran varias secciones o partes que requieren cierto grado de subjetividad en la calificación. En otras palabras, no usarías una para evaluar preguntas de selección múltiple, pero sí para calificar un ensayo o una presentación. Expresar claramente los objetivos específicos del proyecto a ser evaluado es bastante útil al momento de enfrentarse con detalles más específicos que verás mientras evalúas estos trabajos. Considera plantearte las siguientes preguntas:
    • ¿Cuál es el propósito principal de la asignación que estás evaluando?
    • Supuestamente, ¿qué deben aprender los estudiantes al terminar la asignación?
    • ¿Cómo reconocerás una asignación bien hecha?
    • ¿Qué hace que un proyecto sobresalga?
    • ¿Qué es “suficientemente bueno”?
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    Enumera todos los componentes del proyecto a calificar. Para empezar a asignar puntajes, distingue entre las partes de la calificación que serán asignadas por el contenido y las que serán otorgadas por haber cumplido con el trabajo. Dependiendo de la asignación que estés calificando, existen normalmente dos categorías principales de componentes que necesitarás determinar para completar una rúbrica detallada: el contenido y el proceso.[1]
    • Se entiende por componentes del contenido a la esencia de la asignación y la calidad de lo que el estudiante produce. Pueden incluir detalles como:
      • Estilo
      • Compromiso con los temas u objetivos del curso
      • Argumento o tesis
      • Organización
      • Creatividad y voz
    • Los componentes del proceso son los pasos individuales que un estudiante debe completar para realizar la asignación. Se refiere a detalles como:
      • Portada, nombre y fecha
      • Plazos y números de página.
      • Formato
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    Mantén la rúbrica simple. ¿Valdrá la pena dar puntos al alumno por su uso de oraciones transitivas? ¿Por controlar su respiración mientras daba un discurso? ¿Por la calidad del pegamento que usa? Prueba y escoge una cantidad manejable de criterios para observar y calificar. Mientras menos complicada sea tu rúbrica, mejor. Esta deberá ser detallada, pero no abrumadora. En caso de serlo, calificar sería algo tan frustrante para ti así como difícil de entender para el estudiante. Sé razonable al escoger los criterios y redúcelos a la menor cantidad de categorías posibles.
    • Por ejemplo, una rúbrica básica de ensayos podría incluir cinco secciones, ponderadas adecuadamente de acuerdo a sus valores respectivos: tesis o argumento; organización o división de párrafos; introducción y conclusión; gramática, uso del idioma y ortografía; fuente, referencias y citas.
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    Fija la escala de acuerdo a lo realizado en clase. Si no enseñaste cómo escribir una presentación de tesis en clase, no tendría mucho sentido asignar 50 puntos en la rúbrica por presentación de tesis. Lo más probable es que uses el contenido de tus lecciones para evaluar una asignación; en ese caso, usa el mismo contenido para desarrollar tu rúbrica.[2]
    • Si lo deseas, puedes ser más específico dentro de las categorías más grandes o básicas de tu escala. Por ejemplo, en la sección “Tesis o argumento” podrías asignar un puntaje en particular a las oraciones temáticas, la presentación de tesis, las afirmaciones y el uso de evidencia; todo esto dependiendo del grado que cursa tu alumno y los detalles específicos que enfocas en tu plan de lecciones.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Determinando puntajes

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    Usa números redondos para facilitarte el trabajo. Hay muchas formas de diseñar un sistema de puntajes durante el transcurso de un semestre; sin embargo, la forma más sencilla de hacerlo es trabajando con la escala básica de 100 puntos cuando se evalúan una serie de asignaciones. Esta escala también se puede convertir fácilmente en calificaciones de letras. Realizar los cálculos es sencillo, además que los estudiantes ya están familiarizados con este sistema. Prueba y asigna puntajes a tus criterios de evaluación hasta que sumen un total de 100 (en porcentaje y en puntos).
    • Como una manera de marcar distancia de más características propias de la calificación tradicional así como del estigma asociado con ellas, algunos profesores emplean sistemas de puntaje demasiado complejos. Podrá ser tu clase, pero entiende que estos sistemas complicados tienden a confundir más a los alumnos en lugar de ayudarlos; además, hace que se refuerce la impresión de que ellos están siendo evaluados subjetivamente por una cadena sin fin de caprichos provenientes de los profesores. A pesar de las imperfecciones que pueda tener, considera mantener la escala de puntaje de 100 puntos.[3]
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    Asigna puntajes de acuerdo a la importancia de las tareas individuales. Debido a que probablemente algunas partes de la asignación tendrán más valor que otras, deberías asignar los puntajes de acuerdo a esta ponderación. Esta parte puede ser la más difícil al momento de realizar tu rúbrica, lo que explica el porqué es útil reflexionar acerca de los objetivos principales de la asignación y del aprendizaje de los estudiantes. Tu rúbrica básica de ensayos podría ser así:
    • Tesis y argumento: _/40
      • Presentación de tesis: _/10
      • Oraciones temáticas: _/10
      • Afirmaciones y uso de evidencia: _/20
    • Organización y párrafos: _/30
      • Orden de párrafos: _/10
      • Fluidez: _/20
    • Introducción y conclusión: _/10
      • Presentación de la introducción de los temas: _/5
      • Resumen del argumento en la conclusión: _/5
    • Corrección: _/10
      • Puntuación: _/5
      • Gramática: _/5
    • Fuentes y citas: _/10
      • Referencias: _/5
      • Uso de citas en el texto: _/5
    • Alternativamente, puedes dividir las tareas individuales en puntajes equitativos para asignaciones en las que todos sus componentes tengan el mismo peso. Esto sería menos aplicable en asignaciones escritas, pero podría ser apropiado para una presentación u otro proyecto creativo.
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    Asigna calificaciones con letras de acuerdo a los niveles logrados. Esta forma de calificación ayuda a tener durante el semestre una distribución de notas afianzada para evitar el desarrollo de un esquema de calificación demasiado complejo. Por este motivo, se recomienda normalmente mantener la calificación con letras sobre una escala básica de 100 puntos.
    • Alternativamente, si no te gustan las connotaciones de la calificación tradicional con letras, puedes asignar términos como “sobresaliente”, “suficiente” e “insuficiente” a los distintos niveles de puntaje para expresar las notas a tus alumnos.
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    Define y describe las calificaciones con letras. Escribe descripciones detalladas para cada nivel, expresando con claridad lo que “significa” cada calificación en relación con su puntaje y cómo los estudiantes deben interpretar la nota que reciban. A veces, es más sencillo empezar describiendo el nivel más alto y luego identificar los aspectos que disminuirían la calidad del trabajo para cada nivel inferior. Señalar qué implica exactamente una “C” suele ser mucho más difícil que indicar lo que significa una “A”. Una distribución básica de calificaciones para una asignación del tipo ensayo podría ser así:
    • A (100-90): el trabajo del estudiante cumple con todos los criterios de la asignación de una manera creativa y excepcional. Este trabajo excede los criterios de la asignación y muestra que el estudiante tomó iniciativas extra para desarrollar creativa y originalmente el contenido, la organización y el estilo.
    • B (89-80): el trabajo del estudiante cumple con los criterios básicos de la asignación. El trabajo se puede considerar en cierto modo exitoso, pero se puede mejorar en organización y estilo.
    • C (79-70): el trabajo del estudiante cumple con la mayoría de los criterios de la asignación, aunque el contenido, la organización y el estilo presentan irregularidades en la calidad y puede requerir alguna revisión. Este trabajo no implica un gran nivel de originalidad y creatividad por parte del estudiante.
    • D (69-60): el trabajo no cumple con los requerimientos de la asignación o cumple con ellas de una manera muy insuficiente. En este nivel, el trabajo requiere mucha revisión y falla en gran medida respecto al contenido, la organización y el estilo.
    • F (Menos de 60): el trabajo no cumple con los requerimientos de la asignación. En general, los estudiantes que se esfuerzan legítimamente en hacer el trabajo no deberían recibir una F.
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    Organiza los criterios de calificación y los puntajes en una tabla. Organizar una tabla que puedas completar a medida que revisas cada asignación dinamizará el proceso de calificación y brindará a los estudiantes algo concreto que podrán observar cuando reciban sus evaluaciones de regreso. En lugar de una gran letra escrita con tinta roja, esta tabla tiende a ser mucho más útil al direccionar a los alumnos hacia las áreas que deben mejorar.[4]
    • Ubica cada objetivo o tarea en su fila correspondiente, indica los puntajes posibles en la parte superior de cada columna. Enumera lo que se espera en cada nivel de calidad debajo de cada título. De acuerdo a tu preferencia, los títulos deben ser ordenados según la calidad, desde la más baja hasta la más alta o viceversa.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Usando rúbricas

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    Comparte la rúbrica con tus alumnos antes de que ellos terminen la asignación. Siempre es bueno dar a los alumnos alguna idea de cómo serán calificados y qué se les evaluará. Dependiendo del tipo de asignación, probablemente debas hacer hincapié en la hoja de asignación específica; sin embargo, esto también puede ser útil para que el estudiante tenga una idea de los distintos aspectos que estás buscando en el trabajo y para que use la rúbrica como una lista de verificación antes de entregar la asignación.
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    Considera permitir el aporte de los estudiantes en la rúbrica. Haz en la pizarra una lluvia de ideas sobre distintas valoraciones para la calificación y deja que los mismos estudiantes elaboren la rúbrica. Normalmente, ellos ponderarán las cosas de la misma forma que tú lo harías; al hacerlo, ellos tendrán la sensación de que la calificación será justa y que ellos mismos han demarcado su propio éxito. Este es un ejercicio altamente recomendable para lograr que los estudiantes se comprometan en el proceso de su propio aprendizaje.
    • Recuerda que sigues siendo el profesor. Si los estudiantes se ponen de acuerdo para asignar 99 puntos a la gramática, puedes terminar el ejercicio sin completarlo. Sin embargo, utiliza esta actividad como un momento de enseñanza. Reúne a los alumnos con un nivel bajo de ortografía y pregúntales si realmente desean que casi toda su nota provenga de una revisión exhaustiva de las oraciones. Verás cómo ellos empezarán a captar la idea de todo este proceso.
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    Califica las asignaciones y mantente fiel a la rúbrica. Si estás en la mitad de un gran lote de ensayos y te das cuentas de que de alguna manera las calificaciones están desiguales, ya sea porque probablemente las ponderaste demasiado o diste muchos criterios para que todos obtengan notas positivas, a estas alturas no es el momento adecuado para cambiarlo todo y empezar a calificar inescrupulosamente de manera subjetiva. Mantente pegado a lo que señala la rúbrica y revísala en la siguiente ocasión.
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    Tabula las calificaciones y muestra a los alumnos la rúbrica completada. Asigna puntos a cada categoría, tabula las notas al final y comparte el producto final con el estudiante. Guarda una copia para tus registros y regresa la tabla que contiene la distribución individual de calificación a cada estudiante. En caso de que ellos deseen realizar consultas, tómate un tiempo para hablarles acerca de sus notas.
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Consejos

  • El estilo y la forma de una rúbrica puede cambiar dependiendo del tipo de trabajo evaluado. La rúbrica que crees debe ser sencilla y entendible para tu uso.
  • Busca sitios en línea para hallar plantillas de rubricas ya hechas. Cuando encuentres una que puedas usar, simplemente ingresa tu información y criterios.
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Advertencias

  • Trata de no usar lenguaje negativo o descripciones cuando menciones los criterios para cada nivel de calidad. Simplemente menciona qué detalles se esperan del trabajo y cuáles están faltando.
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Acerca de este wikiHow

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Categorías: Ocupaciones
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