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Puede ser difícil pasar de ser alguien conocido a ser amigo cercano de una persona. Incluso si te sientes cómodo con alguien del trabajo o de la escuela, puede ser abrumador invitarlo a tu casa. Si sientes nervios de invitar a alguien a tu casa, puede ser útil planificar con anticipación. Puedes invitar a tus amigos a tu casa sin sentir miedo de que te rechacen si les preguntas en el momento adecuado y te preparas para situaciones inesperadas.
Pasos
Parte 1
Parte 1 de 3:Asegurarte de que sea el momento adecuado
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1Establece que tienes algo en común con la persona que vas a invitar. Elige a alguien con quien tengas chistes internos, alguien a quien le gusten los mismos libros o bandas que a ti o alguien cercano a ti, como un amigo, que podría disfrutar estar allí. Elige a alguien con quien te sientas bien.[1]
- Si has decidido invitar a alguien a tu casa, no pienses con anticipación. Hacerlo puede causar que te sientas nervioso sobre algunos posibles resultados que aún no son una opción. Solo recuerda que, incluso si te rechaza, en verdad no es algo tan grave como crees que es en el momento.[2]
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2Pregúntales a tus padres o encargados antes de invitar a tu amigo. Esto evitará que canceles al último minuto de forma incómoda. También puede ser favorable evitar que tus hermanos estén cerca cuando preguntes.
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3Encuentra un momento oportuno para pedirle a tu amigo que vaya. Para poder crear planes concretos, espera hasta que hablen con entusiasmo sobre algo que quieren hacer, ya sea mirar un episodio nuevo de un programa de televisión o intentar preparar una nueva receta.
- Haz planes tan pronto como ambos acuerden realizar una actividad que quieren. Por ejemplo, puedes decirle “Saldrá un nuevo episodio de ese programa el miércoles. ¿Te gustaría ir a mi casa para verlo?” o “Tengo todos los ingredientes que se necesitan para hacer esa receta. ¿Te gustaría que la preparemos mañana después de la escuela?”.
Parte 2
Parte 2 de 3:Prepararte para la visita
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1Confirma la visita. Llama a tu amigo, y pregúntale si sus padres aceptaron y si aún irá a tu casa. Recuérdale qué planificaron hacer para se emocione por la visita.
- No le preguntes por mensaje de texto. Es muy fácil olvidar responder los mensajes. Puede ser aterrador llamar a alguien para asegurarte de que vaya a tu casa, así que solo menciónalo sin dar rodeos de forma extraña. Puedes decirle “¡Hola, (el nombre de tu amigo)! Solo quería saber si tus padres dijeron que estaba bien que vengas mañana para poder alistar las cosas”.
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2Arregla la casa para tu invitado. Limpia tu habitación. Asimismo, si quieres, ten algunos juegos o temas interesantes para empezar una conversación. Si planificaron ver una película o preparar una receta, asegúrate de tener todo lo necesario. Cerciórate de tener algo simple para comer (no querrás que tu amigo se vaya temprano porque tiene hambre).
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3Haz algo mientras esperas a que tu amigo llegue. Es posible que te pongas nervioso si solo te sientas a esperar. Cuando llegue, salúdalo con calidez y muéstrale la casa.
- No caigas en la trampa de intentar pensar en qué podrían decir. Las mejores conversaciones ocurren con naturalidad. Hazle preguntas, ya sea de lo que tengan en común o de lo que quieran aprender más.[3]
Parte 3
Parte 3 de 3:Hacer que la visita transcurra sin complicaciones
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1No dejes que un momento de incomodidad arruine la visita. Si sientes que tu amigo no quiere hablar de algo, redirige la conversación hacia la actividad que planificaron originalmente o sugiere una nueva.
- No es tu trabajo ser divertido o interesante. Los expertos dicen que las conversaciones que son más interesantes para las personas son aquellas donde pueden hablar más de sus propios intereses. Todo lo que tienes que hacer es preguntarle qué le interesa y escuchar atentamente para poder hacer preguntas complementarias.
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2Sé flexible y espontáneo. Si las actividades no funcionan, sugiérele algo que usualmente les gusta hacer. Si todo lo demás falla, den un paseo o vayan por comida. No dejes que los cambios arruinen la visita.
- Recuerda que algunas de las mejores visitas no se centran en una actividad específica. Las actividades son solo una excusa para pasar tiempo con las personas y para hablar. Si la están pasando bien sin realizar la actividad que planificaron, no te apresures en hacerla. Si en algún momento la conversación se acaba, la actividad será una buena forma de romper el silencio.
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3Recuerda que algunas amistades tardan en forjarse. No esperes ser su mejor amigo tan pronto como la visita termine.[4] Solo ten confianza en el hecho de que pudiste invitar exitosamente a alguien a tu casa. Sigue haciéndolo hasta que se vuelva algo natural.
Consejos
- Recuerda siempre que el rechazo es parte de la vida y que no es necesariamente un reflejo de ti. A veces, el rechazo no tiene que ver con nosotros para nada.
- Recuerda que los silencios en una conversación no significan que está yendo mal. No sientas nervios si hay un silencio.
Advertencias
- Nunca invites a nadie si alguno de tus padres no está de acuerdo. Se enterará y ambos podrían meterse en problemas, poniendo en peligro su amistad.
- Si tu amigo no acepta, no te enojes. Podría haber varias razones por las que no puede ir. Si más adelante parece que en verdad quiere ir, no dejes que su rechazo anterior evite que lo invites de nuevo.
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