Los juegos de simulación son una parte importante de la infancia. Los niños juegan a la casita o actúan para encontrar el sentido del mundo a su alrededor y explorar el entorno. Si juegas a la casita con un niño pequeño, coloca algunos accesorios en un lugar de juego para estimular su imaginación. Juega con él para que aprenda a interactuar y a simular. Cuando el niño sea un poco mayor, deja que invente las historias y que dirija el juego. Haz algunas citas de juego para que tu hijo pueda jugar a la casita con otros niños de su edad.

Método 1
Método 1 de 2:
Jugar con un niño pequeño

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    Establece un lugar para jugar a la casita. Puedes jugar con tu hijo donde quieras: en el dormitorio, en la sala, en el patio o el jardín. Es necesario estimular la imaginación de los niños pequeños de algún modo, así que sería buena idea que coloques una casa de juego o de muñecas para empezar a jugar. Si no tienes una de estas casas, coloca algunos cojines del sofá o unas cajas de cartón para formar un espacio de juego.[1]
    • Si haces una casita de cartón, permítele a tu hijo decorarla con etiquetas adhesivas, crayones o marcadores.
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    Coloca algunos accesorios con temas del hogar. A los niños les encanta jugar con artículos domésticos que sean de su tamaño. Coloca en el lugar asignado algunos juguetes o artículos domésticos seguros para jugar. Por ejemplo, puedes usar una aspiradora de juguete, una licuadora de juguete, herramientas de juguete, unas tazas medidoras reales, una mesita con sillas, plumeros y platos de plástico.[2]
    • No es necesario llenar todo el espacio con juguetes, ya que, si son muchos, pueden abrumar a los niños pequeños. En lugar de eso, rota los juguetes cada pocas semanas para que tu hijo mantenga el interés.
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    Juega con muñecos o estatuillas. Con frecuencia, los niños más pequeños prefieren jugar a la casita con sus muñecos o estatuillas favoritas. Saca los muñecos favoritos de tu hijo y pregúntale cuál le gustaría ser. También pregúntale cuál serás tú. No es necesario que los muñecos coincidan. Lo importante es que el niño se sienta motivado a jugar e imaginar.
    • Por ejemplo, es posible que tu hijo quiera que seas una muñeca mientras él juega a ser su elefante de peluche favorito. Podrías decirle: “Seré tu elefante, Nuffie, pero ¿quién serás tú? ¿Te gustaría ser Raggedy Ann?”.
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    Elige a los personajes. Es probable que debas empezar el juego diciéndole a tu hijo quién serás. Luego, él puede decirte quién será. Si el niño es muy pequeño, quizás debas motivarlo para que lo haga.[3]
    • Por ejemplo, puedes decirle “Hola, soy una muñeca pequeña. ¿Quién eres tú? ¿Eres mamá elefante?”.
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    Mantén el juego sencillo. Los niños pequeños no pueden seguir las historias complicadas o con muchos personajes, así que procura que el juego sea básico. Puedes hacer únicamente una tarea doméstica y pedirte a tu hijo que te imite. También puedes pedirte a tu hijo que te muestre lo que debe hacer con una herramienta o un artículo doméstico.
    • Si el juego es sencillo, puedes también enseñarle nuevas palabras al niño. El juego es una oportunidad excelente para ampliar el vocabulario de tu hijo.
    • Por ejemplo, mientras arregla algo, puedes decirle: “La llave inglesa es muy buena para apretar las cosas. Esta es la llave inglesa”.
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    Presta atención y motiva los intereses del niño. Deja que tome la iniciativa en el juego. Observa qué juguetes le interesa jugar e incorpóralos en el juego. Recuerda que no es necesario que los niños usen los juguetes de una forma tradicional, siempre y cando se diviertan.[4]
    • Por ejemplo, si tu hijo siente atracción por los juguetes de cocina, enfoca el juego de actuación en algo que se relacione con los alimentos. Puedes jugar a ser un invitado a una cena o un niño que quiere desayunar.

Método 2
Método 2 de 2:
Motivar a un niño mayor a jugar

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    Pregúntale a tu hijo a qué quiere jugar. Conforme el niño crezca, quizás quiera agregarle nuevas actividades al juego de la casita. En lugar de jugar siempre de la misma forma, pregúntale a tu hijo qué tareas o quehaceres quiere jugar. Quizás te haya visto hacer algunas cosas en la casa, entre las cuales podrían estar las siguientes:[5]
    • limpiar
    • cocinar
    • doblar la ropa
    • pagar las cuentas con monedas o con dinero falso
    • cortar el césped
    • regar las flores
    • cuidar a un hermano
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    Juega a la casita sin juguetes ni accesorios. Los niños mayores no necesitan tener artículos domésticos ni herramientas de juguete para jugar a la casita porque su imaginación está más desarrollada. Esto también quiere decir que no necesitas organizar un lugar de juego para jugar con tu hijo. En lugar de eso, juega a la casita en el momento y en el lugar que tu hijo quiera.
    • Por ejemplo, mientras tu hijo y tú esperan en el consultorio del médico, pregúntale si quiere jugar. Quizás el niño quiera ser el padre que lleva a su hijo al médico.
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    Ofrécele juguetes de cocina más avanzados. Si a tu hijo le gusta jugar a tomar el té o simular que cocina y prepara comidas, permítele jugar con utensilios de cocina que tengan partes o accesorios. Compra o crea una mini cocina con una estufa de juguete, comida de juguete y algunos platos. También puedes enseñarle a usar un hornito de juguete donde pueda hacer comida de verdad.
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    Crea historias y personajes divertidos. Crea una trama que incluya a los personajes y los temas favoritos de tu hijo. Puedes empezar la historia para motivar al niño a que te diga cómo actuarán los personajes o qué harán.
    • Por ejemplo, puedes decirle: “Había una vez una mamá que tenía un bebé dragón a quien no le gustaba que le cepillaran el cabello. ¿Qué crees que le gustaba hacer al dragón?”.
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    Pórtate como un chico. Puesto que tu hijo ya está familiarizado con los elementos básicos del juego de la casita, puedes agregar algunos elementos divertidos, sobre todo si el niño se aburre con los personajes habituales. Trata de incorporar algunos lugares como castillos, volcanes o el espacio. También puedes agregar algunos personajes nuevos, como un hermano, su muñeco favorito, piratas o superhéroes.[6]
    • Por ejemplo, puedes decirle a tu hijo: “Tú serás la mami que vive en la luna y yo seré un pirata espacial que llega a capturarte”.
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    Haz algunas citas de juego para que tu hijo pueda jugar con otros niños. Ahora que tu hijo ya se acostumbró a usar la imaginación, quizás quiera jugar a la casita con otros niños de su edad. Organiza una cita de juego con otros niños del vecindario o de la clase de tu hijo. Deja que los niños se hagan cargo de interpretar a los personajes.[7]

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