Aprender a leer de manera efectiva hace que la lectura sea mucho más disfrutable y beneficiosa. Podrás retener mejor lo que lees, te resultará más sencillo comprender las cosas y terminarás sintiendo que realmente has aprendido algo. ¿La mejor parte? ¡Leer de manera más efectiva no es difícil! Este artículo analiza algunos cambios simples que puedes hacer en la forma en que lees para aprovechar al máximo los libros de texto, los artículos, las novelas y otros materiales de lectura.

Parte 1
Parte 1 de 4:
Previsualizar el texto

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    Determina el género y propósito del texto. Antes de sumergirte por completo en las páginas del libro o artículo, comienza con el título y el autor. Revisa el recuadro interior o el dorso del libro para tener una previsualización de nivel elevado del tema que trata. Si lees un artículo dentro de una revista o una página web, tómate un momento para saber de qué trata la editorial. Usa esta información para determinar el género o tipo de texto que leerás.[1]
    • Lee la biografía del autor para familiarizarte con su importancia o credenciales. Esto te ayudará a comprender si ha escrito en determinada época o género.
    • El libro podría ser una novela clásica de misterio de Agatha Christie diseñada para emocionar a los lectores o un libro de texto de historia para informar a los estudiantes inscriptos en clases avanzadas.
    • Saber sobre qué leerás te ayudará a adoptar la mentalidad correcta para dicho tipo de texto. Por ejemplo, puedes tomar un bolígrafo y un cuaderno antes de leer el libro de historia, pero quizás prefieras preparar una taza de chocolate caliente para leer una novela de misterio.
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    Hojea el documento para tener una visión general del tema. Una vez que tengas una idea básica del tipo de texto que leerás, explora la tabla de contenidos. Revisa los encabezados y los títulos de las secciones. Echa un vistazo a las figuras como los gráficos, las tablas o las ilustraciones.[2] Evalúa si puedes identificar patrones y temas en lo que ves.
    • Convierte el título de los encabezados y títulos en preguntas. De esta forma, cuando leas lo que sigue, podrás buscar información que responda esa pregunta.[3]
    • Si el título de una sección es "Fort Lee, NJ y el nacimiento de la industria del cine", conviértelo en "¿Cómo Fort Lee, NJ desempeñó un rol en el nacimiento de la industria del cine?".
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    Lee el pasaje final para comprender la idea principal. Si lees un libro de texto o un libro de no ficción que cuenta con un glosario, pasajes subrayados, preguntas de seguimiento, cuadros de texto de llamada o una lista de puntos principales, evalúa estas secciones de cerca.[4] Por lo general, se encuentran dispersas por el capítulo y destacadas en el final.
    • Si bien comenzar por el final puede parecer contraproducente, te ayudará a leer de manera más efectiva porque sabrás sobre qué información lees.
    • Esta estrategia no será tan útil para trabajos de ficción o poesía. Sin embargo, si el trabajo que lees incluye un prefacio o una línea de tiempo que proporciona contexto para el trabajo, léelo.
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    Hojea un poco todo el texto. Echa un vistazo a la introducción y conclusión de cada capítulo o sección para tener una noción de las ideas principales que encontrarás. Luego, hojea esas páginas y dedica tres a cinco segundos a cada una, echando un vistazo al texto para ver qué palabras claves captan tus ojos.[5]
    • Hojear es muy útil si necesitas evaluar una fuente de relevancia si quieres encontrar una solución a un problema o una fuente para tu investigación.
    • Si trabajas con un ensayo para una clase sobre el uso de la nanotecnología en la agricultura, pero no ves palabras relacionadas con el tema al hojear un artículo en particular, ese artículo quizás no sea una buena fuente.
    • Usa CTRL+B en una computadora o la función "buscar en la página" en un dispositivo para buscar las palabras clave primarias y secundarias que buscas mayor rapidez.
    • Si has encontrado un artículo en una revista en línea, presiona CTRL+F y escribe "nanotecnología" en la barra de búsqueda. Hojea los pasajes circundantes para tener una idea rápida de qué abarcará el artículo. Luego, haz una segunda búsqueda para "agricultura" para ver cómo se aborda ese tema.

Parte 2
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Establecer objetivos de lectura

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    Establece un objetivo de comprensión antes de comenzar a leer el texto de cerca. Establece un objetivo relacionado con el nivel de comprensión que desees alcanzar. Quizás sea encontrar una solución específica para un problema, comprender las causas y los efectos de cierto evento, o ser capaz de definir una palabra o idea nuevas.[6] Anota el objetivo en un cuaderno si planeas tomar notas mientras lees.
    • Si lees "La pequeña Dorrit", decide si quieres poder explicar el uso de Dickens de cierto dispositivo de trama en clase mañana, o si simplemente disfrutas la ficción victoriana por primera vez.
    • Si lees "Spin Selling", evalúa si quieres aprender tácticas de venta que puedas poner en acción de inmediato o si buscas una introducción general del tema de las ventas.
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    Establece un objetivo estipulando la cantidad de tiempo o el contenido que quieras leer. Ya sea que quieras leer dos capítulos de una novela, avanzar de la página 375 a la 400 en tu libro de texto o enfocarte en la antología de poesía durante la próxima hora, especifica tu objetivo cuantitativo con anticipación.[7] Esto hará que leer las tareas y los artículos más aburridos sea más manejable.
    • Si lees un libro de texto y deseas obtener una comprensión profunda, limita las sesiones de lectura a ráfagas breves de 20 minutos aproximadamente.
    • Para la lectura por placer, reserva más tiempo y elimina las distracciones.
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    Prémiate con una pausa cuando cumplas tus objetivos de lectura. Si has avanzado al capítulo 23 del libro asignado y has podido señalar el argumento principal del autor, o has pasado 20 minutos de esfuerzo enfocado en tu libro de consejos empresariales, ¡celebra tu pequeño logro! Consiéntete con un premio simple, pero significativo. Puedes tomarte una pausa del estudio, ponerte de pie para estirar las piernas o revisar tu correo electrónico.[8]
    • Tomarte pausas ayuda a reducir la fatiga. Además, tu cerebro podrá absorber toda la información de la sesión de lectura.

Parte 3
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Aplicar estrategias inteligentes de lectura

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    Lee cuando tengas un estado mental alerta y enfocado. Si tienes hambre, sueño, te distraes o estás molesto, te resultará difícil comprender lo que leas. Toma el libro o artículo solo cuando te sientas positivo, despierto y atento.[9] Lee en un lugar que te ayude a enfocarte, ya sea una biblioteca tranquila o una cafetería ruidosa, y deja a un lado las distracciones, como tu celular o computadora.
    • Para las tareas de lectura, planifica con anticipación para no dejar la lectura para último momento cuando no tengas ganas de hacerlo.
    • Asegúrate de tener una buena iluminación para no sufrir fatiga ocular.
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    Hojea intensamente ciertos pasajes para avanzar más rápido con la lectura. Para encontrar las ideas primarias y secundarias más rápido, practica la lectura selectiva.[10] En vez de leer cada oración, palabra por palabra, lee los pasajes más relevantes en función de tus objetivos de comprensión. Hojea las oraciones temáticas y las concluyentes de cada párrafo para comprender el flujo del texto y sus puntos secundarios. Lee más de cerca cuando encuentres una sección que responda tus preguntas o profundice el tema que te cause curiosidad.
    • Escanea los párrafos para encontrar palabras clave que se relacionen con tus objetivos de lectura. En el caso de un libro de historia, quizás sea una fecha específica o el nombre de una persona.
    • Busca palabras de señalización para tener rápidamente una noción de cómo se relacionan las ideas entre sí.[11]
    • Las palabras de señalización como "porque" y "por lo tanto" indican relaciones de causa y efecto. Los términos como "primero" y "por último" sugieren que las ideas se presentan de forma secuencial. Las frases como "por otro lado" y "sin embargo" sugieren un próximo cambio o contraste.
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    Lee más despacio cuando encuentres ideas nuevas. Si el capítulo comienza con información que parezca una revisión, hojea rápida pero intensamente el texto hasta encontrar un concepto o una palabra que no conozcas. Lee más lento ese pasaje palabra por palabra. Si encuentras explicaciones técnicas profundas u oraciones y párrafos complejos, tómate un tiempo para asegurarte de comprender bien el material.[12]
    • Una vez que comprendas la idea nueva por completo, siéntete libre de hojear un poco más rápido los siguientes ejemplos.
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    Toma notas mientras lees para practicar la lectura activa. Espera hasta terminar de leer u hojear una sección o idea completa antes de tomar tu cuaderno. Tómate un momento para resumir la idea principal en tu cabeza en primer lugar. Si no puedes hacerlo, vuelve a echar un vistazo al texto. Una vez que te sientas seguro de que puedes identificar los puntos básicos, escribe algunas notas a mano. Escribe el número de la página y la fuente que resumes para poder ubicar más fácil más adelante.[13]
    • Haz una lista de preguntas o un resumen rápido de una oración sobre el material.[14]
    • Subraya o resalta el punto principal o haz anotaciones en los márgenes si tienes un libro propio o un artículo impreso. No escribas en un libro de la biblioteca o una empresa de alquiler de libros de texto.
    • Si tu objetivo de comprensión de lectura es comprender hechos o palabras de vocabulario, escribe el término clave y su definición en una tarjeta didáctica.
    • No te preocupes por anotar todos los detalles. Decide qué es lo más importante para ti como lector y enfócate en capturarlo en tus anotaciones.[15]
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    Haz una pausa entre las ideas principales para procesar lo que lees. Una vez que llegues al final de una idea principal, una sección o un capítulo, tómate unos momentos para absorber todo antes de retomar la lectura. Recurre a las habilidades de pensamiento crítico para cuestionar el texto y hacer tus propias suposiciones. Identifica el sesgo del autor, evalúa la validez de la evidencia que presenta y observa tus reacciones inmediatas.[16] Pregúntate si estás o no de acuerdo con la posición que se presenta y por qué.
    • Durante la pausa, por más que no tomes notas, haz una verificación mental para asegurarte de haber comprendido la idea principal.
    • Revisa tus anotaciones mientras procesas todo. Anota las ideas nuevas o preguntas que surjan.
    • En función de tus objetivos de comprensión de lectura, piensa qué es lo que aún no sabes y predice qué es lo próximo que podría surgir.
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    Visualiza la imaginería presentada en el texto. Esto puede ser muy útil con la ficción, la narrativa y la poesía. Si lees un pasaje que incluye una descripción detallada de algo, haz una pausa por un momento y visualiza esa imagen en tu imaginación. De esta forma, podrás recordar el personaje, la ubicación o una serie de eventos con más facilidad la próxima vez que aparezcan en el texto.
    • Si no sabes cómo luce cierto lugar u objeto, busca una imagen en línea. Los autores incluyen descripciones vívidas y referencias por un motivo. Si el texto de ficción o no ficción transcurre cerca de la Sagrada Familia y no sabes dónde está o cómo luce, quizás pierdas algunas de las ideas principales.
    • Usa imágenes mentales de actores que hayas visto y recuerdos de lugares que hayas visitado para "proyectar" los roles y las ubicaciones en tu imaginación.

Parte 4
Parte 4 de 4:
Hacer una lectura posterior

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    Revisa las palabras de vocabulario o los conceptos que no hayas comprendido. Por más que revises de forma intermitente para asegurarte de haber comprendido el texto al leerlo o tomar notas, es importante que hagas una revisión final del material una vez que termines de leer. Revisa tus objetivos de comprensión de lectura y las preguntas que hayas anotado en función de cada encabezado de sección. Recurre a tu memoria o revisa tus notas y asegúrate de haber capturado toda la información necesaria.
    • Si sientes que has pasado algo por alto, pasa algunos minutos ubicando ese detalle en el texto. Vuelve a leer de cerca e intenta resumirlo una vez más.
    • Para las lecturas escolares asignadas, esfuérzate un poco más con tus anotaciones para no tener que revisar el texto una y otra vez.[17]
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    Asocia lo que leas con tus conocimientos o experiencias del pasado. En vez de abordar el texto como un trabajo de escritura aislado, conéctalo con otras cosas que hayas leído o experimentado. Si un punto de la trama te recuerda algo de tu vida, toma nota mental de ello. Si puedes conectar los ejemplos en el artículo de la revista con algo que hayas aprendido en clases, anota estas similitudes.[18]
    • Si la lectura te ha conmovido, date algo de tiempo para procesar esas reacciones y sentimientos. Pregúntate qué te ha afectado tanto y por qué.
    • Estas estrategias ayudan a que el texto se vuelva más significativo y memorable a nivel personal.
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    Siéntete libre de dejar de leer si el texto escogido no es interesante. Si lees un libro o artículo por elección y has decidido que no es interesante después de todo, no sientas la necesidad de seguir forzándote. Por más que un amigo te lo haya recomendado mucho o esté pregonado como un "clásico", pero no lo disfrutas, simplemente déjalo a un lado. Piensa por qué no lo has disfrutado y piensa en los libros y artículos que realmente te hayan gustado. Usa estas comparaciones para escoger algo mejor para la próxima lectura.[19]
    • Si el texto o artículo están por encima de tu nivel de lectura, quizás te resulte muy frustrante o complejo para disfrutar. Si te encanta el tema, pero el estilo del autor es bastante aburrido, está bien que lo dejes.
    • Recuerda que no "te rindes", sino que lees de manera suficientemente efectiva como para saber que es momento de dejarlo.
    • Si te han asignado la lectura para la escuela o el trabajo, sigue leyendo. Ten paciencia y divide las secciones de lectura entre sesiones más pequeñas o pide ayuda si lo necesitas.

Consejos

Acerca de este wikiHow

Grant Faulkner, MA
Coescrito por:
Escritor profesional
Este artículo fue coescrito por Grant Faulkner, MA. Grant Faulkner es el director ejecutivo de National Novel Writing Month (NoNoWriMo) y cofundador de 100 Word Story, una revista literaria. Grant ha publicado dos libros sobre escritura y ha sido mencionado en The New York Times y Writer’s Digest. Es coanfitrión de Write-minded, un podcast semanal sobre escritura y publicación, y tiene una maestría en Escritura Creativa de la Universidad Estatal de San Francisco. Este artículo ha sido visto 1371 veces.
Categorías: Lectura y comprensión