Ya sabes cómo va. Alguien te pide que leas un libro o capítulo e intentas cumplir. En el camino, notas que no tienes deseo de terminarlo. El texto quizás te dé ganas de dormir o quizás no tenga sentido para ti. La escritura podría tener un vocabulario intencionalmente arcaico o jerga científica dura. De todas formas, la tarea es la misma: terminar de leer. Con una buena estrategia, puedes terminar de leer el texto antes de que tus ideas malévolas sobre qué hacer con el texto te ganen.

Método 1
Método 1 de 3:
Leer literatura para clase

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    Comienza a leer tan pronto como puedas.[1] Son pocas las personas que pueden leer un libro de una sola vez. Comienza a leer con anticipación para marcar el ritmo de la lectura. Esto te permitirá limitar el estrés que te podría generar tener que forzarte a leer. Si comienzas a tiempo, podrás tomarte pausas cuando las necesites.
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    Usa materiales complementarios cuando estén disponibles.[2] Ten siempre un diccionario y tesauro a mano cuando leas. Los resúmenes de capítulos y libros pueden ayudarte a recordar lo que olvides y destacar puntos que hayas pasado por alto. Esto puede ayudarte cuando te bloquees o confundas.
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    Evita leer resúmenes antes de terminar el texto. Si quieres saber qué ocurrirá en una historia y no quieres leerla, resiste la tentación de leer un resumen. Además, no les preguntes a tus amigos qué ocurre. Utiliza ese interés en la historia para inspirarte a leer. Una vez que leas un resumen, tendrás mucho menos interés en leer. Quizás no termines de leer el texto y te pierdas detalles importantes.
    • Los resúmenes son mucho más efectivos para recordar algo que ya has leído. Si ya has leído el texto y sabes qué ocurrirá, los resúmenes detallados pueden ahorrarte mucho tiempo.
    • Si la escritura te resulta muy difícil, como a algunas personas les ocurre con autores antiguos como Shakespeare, lee un resumen mientras lees el texto. Esto te ayudará a comprender lo que ocurre para enfocarte más en el lenguaje.
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    Elimina las distracciones que te ralenticen. Al leer algo que no te gusta, las distracciones posiblemente surjan de todos lados. Las cosas que rara vez te distraen podrían convertirse en molestias importantes. Si puedes evitarlo, no intentes luchar contra las distracciones. Aléjalas o vete a otro sitio donde no haya distracciones.
    • No intentes hacer muchas tareas a la vez al tener el televisor o la computadora encendidos mientras lees. Quizás creas que completas más cosas, pero tu concentración estará dividida y no podrás comprender mucho de la lectura.[3]
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    Respeta un cronograma de lectura. Por más que comiences a tiempo, es importante que leas a un ritmo constante para completar el libro. Comenzar temprano te permitirá marcar un poco más tu ritmo, pero con menos lectura diaria. Sin embargo, si comienzas a retrasarte, ponerte al día puede ser bastante difícil. Quizás parezca una tarea irremontable. Respeta tu cronograma de lectura a toda costa.
    • Una forma sencilla de determinar tu cronograma es dividir la cantidad de páginas entre la cantidad de días que tengas para leer el libro. Por ejemplo, si tienes 14 días para leer un libro de 300 páginas, tendrás que leer al menos 21,5 páginas por día si lees siete días a la semana. Sin embargo, si no quieres leer los fines de semana, tendrás que leer al menos 30 páginas por día.
    • Programa un momento específico del día para leer. Anótalo en el calendario o la aplicación de planificación en tu teléfono. Ten una cita contigo mismo para leer, al igual que harías para ir a clase o visitar al dentista. Sé fiel a la hora de "presentarte" para leer durante el tiempo establecido.[4]
    • Si comienzas a retrasarte, es posible que tengas que duplicar o triplicar la lectura por uno o dos días. Hazlo tan pronto como pierdas un día. Si te retrasas demasiado, duplica la lectura por varios días seguidos en vez de intentar ponerte el día en un solo día.
    • Ten cuidado de no compararte con los demás si lees más lento. Esto solo acentuará tu dificultad. Planifica con anticipación para leer a tu propio ritmo. Si quieres unirte a un grupo de estudio, considera la posibilidad de buscar uno cuyos integrantes lean más a tu rimo.
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    Lee cuando estés bien despierto.[5] Si estás cansado, leer algo que no te gusta te pondrá a dormir. Si lees antes de acostarte, quizás te duermas con el libro abierto. Dormirte mientras lees te quitará tiempo de lectura. También hará que llegues tarde a los encuentros o las clases si te duermes durante el día.
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    Escucha un audiolibro. Esto utiliza distintos sentidos para procesar la misma información. Cuando escuches un audiolibro, escucharás la historia. No tendrás que forzarte a leer. Es mucho más pasivo. Si te distraes, la lectura continuará hasta que la pauses o detengas. Esto es muy útil si conduces o viajas largas distancias, y puedes aprovechar el tiempo de viaje para ponerte al día con la tarea.
    • Quizás te veas tentado a ocuparte de distintas tareas a la vez mientras escuchas el audiolibro. Ten cuidado de seguir escuchando y prestando atención a la historia del audiolibro. No realices una tarea demasiado compleja al mismo tiempo. Enfócate en las tareas inconscientes y domésticas para que tu mente pueda escuchar mientras trabajas.
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    Planifica recompensarte cuando termines. Una de las peores cosas que puedes hacer es permitir que tu recompensa por terminar sea comenzar a leer el próximo libro de la lista. Planifica recompensarte por tu trabajo según corresponda. Cuando pienses en tu próxima lectura, pensarás en estar mucho más cerca de tu recompensa.
    • No permitas que tus calificaciones en los exámenes te desmotiven a leer. Pensar en que fallarás podría ralentizarte o hacer que te rindas. Piensa en leer el libro como un logro en sí y por sí. Recompénsate por alcanzar tu objetivo.
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    Únete a un grupo de estudio que lea el mismo material.[6] Unirte a un grupo para leer juntos es muy útil. Puedes mantenerte al día con las lecturas para no retrasarte en el grupo. Por más que te retrases, tus compañeros podrían ser más comprensivos que tu profesor. También podrían darte pistas sobre los temas importantes y eventos a recordar.
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Método 2
Método 2 de 3:
Leer capítulos de libros de texto

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    Adopta un ritmo de acuerdo a la cantidad que puedas procesar.[7] Reserva cerca de seis minutos por página [8] cuando planifiques tu cronograma. Considera leer una parte al día si tienes tiempo. Esto te permitirá aprender un poco cada día con menos días de no estudio que te harían olvidar lo que hayas leído.
    • Cuando retomes la lectura, planifica la revisión. Tómate unos minutos para revisar lo que has leído para recordar lo que has aprendido la última vez. De esta forma, evitarás bloquearte por olvidar el material previo.
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    Tómate algunas pausas para no agotarte.[9] El ritmo apropiado no está completo sin pausas para relajarte y recuperarte. Lo último que querrás es presionarte más allá de tus límites. Si notas que el ritmo es demasiado rápido, tómate una pausa. Incluye esas pausas en tu ritmo, en caso de ser posible. Quizás puedas tomarte uno o dos días libres durante la semana en vez de leer todos los días.
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    Enfócate en comprender en vez de completar capítulos. En ocasiones, lo importante no es leer palabra por palabra sino comprender los conceptos. Si te enfocas en leer palabra por palabra, quizás pases por alto los temas generales. Hojea el material y enfócate en aprender conceptos y temas siempre que puedas.
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    Toma muchas notas.[10] Si no comprendes el material, sin dudas comenzarás a odiar la lectura. Una de las mejores formas de evitarlo es tomar muchas notas. Escribe las definiciones y los conceptos. Memorízalos en tu tiempo libre.
    • Los libros de texto generalmente proporcionan un glosario con definiciones de términos clave y conceptos. Úsalo siempre que encuentres un término que desconozcas. Si notas que olvidas mucho un término, haz una tarjeta o ficha y úsala para hacerte preguntas hasta que sepas su significado de memoria.
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    Habla del material con compañeros de clase o estudio. Encontrar un grupo de estudio puede ser de gran ayuda a la hora de comprender una clase. Si no comprendes un tema, estas personas podrían ayudarte. Asimismo, cuando no comprendan, puedes enseñarles. Esto ayudará a todos a tener una mejor comprensión del material.
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Método 3
Método 3 de 3:
Leer libros de autoayuda en casa

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    Desarrolla una sensación de humildad con respecto al tema. Muchas personas que sienten que no pueden terminar un libro de autoayuda creen que ya saben lo que dice. Si eso fuese cierto, nadie te pediría que leas el libro. Por más que conozcas el material, tal vez tu aplicación no sea buena. Considera que necesitas un curso de actualización.
    • Lee sobre el autor para conocer sus credenciales. Las editoriales generalmente no gastarán dinero para imprimir el trabajo de un charlatán. Una vez que sepas exactamente de dónde procede, quizás puedas valorar mejor sus trabajos.
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    Respeta un cronograma constante de lectura. Dependiendo del motivo por el que leas el libro de autoayuda, quizás tengas mucho tiempo para leerlo. Esperar hasta tener que leerlo "mañana" posiblemente te lleve al fracaso. Planifica un cronograma de lectura para no tener que leer más de lo que puedes comprender.
    • Considera leer un capítulo por semana o por día. Los libros de autoayuda generalmente se leen por una cuestión de comprensión y no de ritmo. El objetivo es aprender los principios en vez de terminar el texto.
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    Practica los principios que aprendas.[11] Si sientes que pierdes tu tiempo con el libro, quizás te resulte útil practicar sus principios. Esto te proporcionará beneficios en el mundo real que hagan que la lectura sea provechosa.
    • Escribe los principios que aprendas en tarjetas. Puedes revisarlas durante el día. Esto te ayudará a recordar para implementar los principios durante el día.
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    Habla de la lectura con otras personas.[12] Si lees por ti mismo, quizás un amigo quiera unirse. Si lees para otra persona (por ejemplo, un cónyuge o terapeuta), quizás te resulte útil hablar del libro con ella. Es probable que esté feliz de ayudarte, en especial si es la persona que te ha pedido que leas el libro en primer lugar.
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    No te estreses con las instrucciones. Algunos libros de autoayuda terminan los capítulos con instrucciones. Si piensas que leer el material es un deber, este trabajo adicional probablemente te exaspere más. Enfócate en comprender los principios y omite las tareas, a menos que creas que pueden ser interesantes o esclarecedoras.
    • Algunos libros de autoayuda requieren trabajo adicional. Probablemente no tengas que completar todas las tareas recomendadas, pero no escatimes en las cosas importantes. Si hay autoevaluaciones o pruebas en otras partes del libro, intenta completarlas. Las instrucciones para escribir sobre tus pensamientos o sentimientos al final de un capítulo a menudo son actividades complementarias para rellenar el tiempo que puedes ignorar en un apuro.
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Consejos

  • Busca un lugar cómodo para leer donde puedas relajarte. Si hay algo que te distrae, corrígelo o vete a otro lugar sin distracciones.
  • Duerme lo suficiente. Leer algo que no quieres cuando estás cansado es una forma segura de dormirte sobre el libro.
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Acerca de este wikiHow

Megan Morgan, PhD
Coescrito por:
PhD en Inglés
Este artículo fue coescrito por Megan Morgan, PhD. Megan Morgan es una asesora académica del programa de posgrado en la Escuela de Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad de Georgia. Recibió su PhD en Inglés en la Universidad de Georgia en 2015.
Categorías: Lectura y comprensión
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