Si te encuentras en una situación en la que necesitas escapar de unas esposas, es totalmente posible hacerlo usando objetos ordinarios. Las esposas tienen mecanismos de cierre estándar que pueden abrirse fácilmente con una llave improvisada o una cuña. Usar una llave improvisada es un proceso complicado, pero implica menos riesgo que usar una cuña, la cual puede causar que las esposas queden más ajustadas. Las cremalleras tienen un mecanismo de cierre similar a las esposas, pero también pueden romperse si pones suficiente presión y fuerza sobre ellas.

Método 1
Método 1 de 3:
Escapar de las esposas con una llave improvisada

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    Busca una horquilla, un clip de papel o un pedazo de alambre. Para crear una llave improvisada, necesitarás un pedazo de metal delgado que pueda doblarse. Ubica una horquilla, un clip de papel o un pedazo de alambre. Asegúrate de que el alambre sea lo suficientemente fuerte para actuar como una llave.[1]
    • Si usas una horquilla, asegúrate de quitar la punta de plástico si tiene una.
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    Endereza el metal. Si trabajas con una horquilla, usa el pulgar y el dedo índice para separar los dos lados y enderezarla. Si usas un clip de papel, asegura el medio entre los dedos de una mano, y usa la otra para abrirlo y hacer un pedazo de alambre recto. Abre o endereza cualquier otro tipo de alambre que uses.
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    Dobla la punta de la horquilla, clip de papel o alambre. Sostén el extremo de la hebra de metal entre tus dos dedos índices. Posiciona un dedo aproximadamente a unos 0,5 cm (un cuarto de pulgada) debajo de la punta. Usa el otro dedo para doblar la parte superior del metal en un ángulo de 90 grados.[2]
    • La punta doblada de la llave improvisada solo debe entrar la mitad en la cerradura de las esposas.
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    Coloca la punta en el ojo de la cerradura y dobla el metal hacia atrás. Usando los dedos, palpa hasta encontrar el ojo de la cerradura de las esposas. Orienta la punta de la llave improvisada hacia adentro. Una vez que hayas insertado la punta en la cerradura, dobla la llave hacia atrás para hacer otro ángulo de 90 grados.[3]
    • Quita la llave para sentirla. El extremo de la llave ahora debe tener como la forma forma de una "Z".
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    Inserta la "llave" en el agujero. Busca el agujero otra vez con los dedos. Mueve la parte doblada dentro del agujero de manera que apunte hacia la palanca de cierre. Debe estar en un ángulo de 90 grados con el ojo de la cerradura.[4]
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    Tuerce la llave en diferentes direcciones. En algún momento la llave debe levantar el dispositivo de cierre de adentro y abrir los grilletes. Sé paciente durante este proceso, ya que tomará algo de tiempo.[5]
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    Abre una cerradura adicional para las esposas de doble cerradura. Las esposas de doble cerradura son básicamente esposas normales con un mecanismo de cierre adicional para una mayor seguridad. Para escapar de estas, inserta la llave improvisada en la cerradura, apuntando lejos del centro de las esposas. Tuerce la llave hasta que sientas un ligero clic, y luego quita la llave y vuélvela a insertar hacia el otro lado para abrir el mecanismo de cierre básico.

Método 2
Método 2 de 3:
Escapar de esposas estándar con una cuña

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    Busca un pedazo de metal plano. Busca un pedazo de metal que sea tan delgado como una tarjeta de crédito. Esta "cuña" debe ser lo suficientemente angosta para entrar en el mecanismo de cierre de las esposas. El clip de metal de un bolígrafo podría servir como una "cuña", por ejemplo.[6]
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    Inserta la cuña entre el mecanismo de cierre y los dientes. Desliza la cuña en el mecanismo de cierre de manera que pase a lo largo de los dientes. Básicamente estás metiendo la cuña en el grillete a lo largo del borde. Si tus manos están detrás de la espalda, palpa lentamente para ubicar este punto e inserta la cuña con cuidado.[7]
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    Ajusta el grillete y empuja la cuña. Con la cuña en su lugar, ajusta el grillete una muesca. Empuja la cuña hacia adelante mientras ajustas el grillete. Ten en cuenta que si no logras abrir las esposas de esta manera, acabarás con las esposas más ajustadas que antes.[8]
    • Si tienes éxito, las esposas deben abrirse.

Método 3
Método 3 de 3:
Escapar de cremalleras

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    Usa tus dientes para ajustar la cremallera y luego rómpela. Asegura el extremo suelto de la cremallera entre los dientes. Tira de la hebra de plástico hacia arriba y hacia ti, ajustando el lazo. A medida que tiras más fuerte, intenta romper el lazo con las muñecas.[9]
    • El ajuste debe crear una tensión en el lazo que haga que sea más fácil que se rompa.
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    Usa una cuña para anular el mecanismo de cierre. Inserta un objeto pequeño en el seguro de la cremallera. Una vez que el seguro se separe de las cerraduras de la cremallera, podrás quitar el lazo del mecanismo de cierre. Intenta usar tu uña, un alfiler pequeño, una tarjeta de crédito o cualquier otra cosa que puedas encontrar.[10]
    • El mecanismo de cierre es básicamente una muesca pequeña que se hunde entre las pistas de la cremallera mientras la ajustas, manteniéndola segura.
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    Usa los cordones para "serruchar" la cremallera. Si tus manos están amarradas frente a ti y tienes zapatos con cordones, estírate y desátalos. Usa los dedos y los dientes para pasar un cordón a través de la cremallera. Átalo con un nudo a un cordón de tu otro pie de modo que estén conectados entre tu muñeca y el lazo. Levanta los pies y patea con ellos para adelante y para atrás hasta que el cordón "serruche" la cremallera.[11]

Advertencias

  • No intentes escapar de las esposas mientras estás detenido.

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Categorías: Trucos con el cuerpo