El primer día de escuela puede ser un momento lleno de nervios. Sin embargo, hay muchas maneras en las que puedes prepararte con anticipación para hacer que tu primer día de clases sea lo más tranquilo posible. En tu primer día, trata de sonreír, respirar profundamente y mantenerte positivo. Durante las primeras semanas, el ambiente nuevo parecerá normal y habrás olvidado los nervios de tu primer día de clase.

Método 1
Método 1 de 3:
Prepararte para tu primer día

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    Ubica el salón en el mapa de la escuela. Si vas a ir a una escuela o universidad grandes, es realmente útil saber dónde se encuentra el salón. Imprime el mapa de la escuela y resalta dónde serán tus clases. Esto evitará que tengas que buscar el salón el primer día de clases.[1]
    • No tengas miedo de llegar tarde a las clases o no saber dónde quedan los salones. En el primer día de escuela, los profesores entienden que todavía no conozcas de memoria tu horario, y entenderán si llegas tarde. Si tienes problemas para encontrar el salón, pídele ayuda a un miembro del personal de la escuela.
    • Puedes encontrar el mapa de la escuela en su página web.
    • Lleva el mapa de la escuela contigo para que otras personas puedan señalarte la dirección correcta en caso de que te pierdas.
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    Revisa el sitio web de la escuela para obtener información de tus clases. Algunas escuelas y universidades tienen sitios web donde los estudiantes pueden iniciar sesión y buscar mensajes y materiales de sus maestros. Inicia sesión en el sitio web de la escuela antes de tu primer día para comprobar si hay algún mensaje o material especial que debas llevar.
    • Por ejemplo, es posible que un maestro haya publicado el programa de la clase en línea. Esto te dará más información sobre la clase, incluyendo los libros de texto, las tareas y las políticas del maestro.
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    Prepara algunas respuestas a las preguntas populares para romper el hielo. En el primer día de clases, lo más probable es que te inviten a participar de juegos para romper el hielo. Estos son una gran manera de llegar a conocer a las demás personas en la clase, pero pueden ser un poco angustiantes si eres tímido. Practica decir tu nombre, dos cosas sobre ti y de dónde eres.[2]
    • Dilo unas cuantas veces frente al espejo, o practica decírselo a tus padres. Esto te ayudará a sentirte más seguro cuando hables en frente de la clase.
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    Comunícate con tus amigos y pregúntales si tienen alguna clase contigo. Si conoces a alguien en la escuela, pregúntale si lleva contigo alguna clase o si comparten los mismos descansos de refrigerio. Si lo hace, organiza un encuentro antes de clase el refrigerio. Estar con a alguien que conoces te ayudará a sentirte más cómodo en un nuevo ambiente.[3]
    • Envíales a tus amigos una imagen de tu horario para que puedan compararlo con el tuyo.
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    Ve a dormir temprano la noche anterior. Esto te dará menos tiempo para preocuparte acerca del día siguiente. Si duermes lo suficiente, estarás más alerta, tendrás más energía y estarás listo para empezar el día. Trata de tener una tarde relajada e irte a dormir a una hora razonable.
    • No trates de ir a dormir mucho más temprano de lo usual; de lo contrario, es posible que te acuestes sintiendo muchas ansias.[4]
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Método 2
Método 2 de 3:
Tener una mañana relajada

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    Levántate temprano para tener el tiempo suficiente para alistarte. Configura tu alarma un poco más temprano de lo necesario para que no tengas que apurarte y puedas tomarte el tiempo necesario para alistarte. De esta manera, puedes empezar el día sintiéndote relajado.[5]
    • Configura tu alarma la noche anterior para que puedas dormir tranquilamente, sabiendo que te despertará en el momento correcto.
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    Sal temprano de casa para asegurarte de llegar temprano. Llegar temprano te ahorrará vergüenza y te dará tiempo para encontrar el salón. Sal de casa 10 minutos antes para que tengas más tiempo de abrirte paso por el tráfico inesperado o solucionar los problemas de estacionamiento. Si llegas temprano, aprovecha la oportunidad para respirar profundamente un par de veces antes de entrar.[6]
    • Si tus padres te van a llevar a la escuela, explícales que te gustaría llegar unos cuantos minutos antes.
    • Si vas a llegar tarde, haz tu mejor esfuerzo para mantener la calma. La mayoría de las personas son comprensivas si llegas tarde en tu primer día de clases.
    • Si vas a tomar el bus, asegúrate de llegar al paradero de buses a tiempo para que no lo pierdas.
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    Elige un atuendo que te haga sentir seguro. Vestir algo que te hace sentir bien te puede ayudar a calmar tus nervios y hacerte sentir bien contigo mismo. Elige una de tus camisas favoritas o usa zapatillas que te gustan. Si la escuela tiene un código de vestimenta, asegúrate de que tu atuendo cumpla con los requerimientos.[7]
    • Revisa el sitio web de la escuela para saber si hay un código de vestimenta. Si hay un uniforme, esto hará que la elección de tu atuendo sea más fácil.
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    Alista tu mochila con todo lo que necesitarás para el primer día. Canaliza tu energía nerviosa en la preparación de tu primer día. Estar preparado te dará la tranquilidad de no haber olvidado nada. Ten tu mochila a la mano y escribe una lista de todo lo que podría ser útil para tu primer día. Esta es una gran manera de aliviar el miedo a olvidarte algo.[8]
    • Considera guardar un cuaderno, carpetas, archivadores, un planificador, lapiceros, una computadora portátil o una tableta, una bebida, tu almuerzo, bocaditos y una chaqueta.
    • Organiza tu mochila para que las cosas que necesitas con mayor frecuencia (como los lapiceros) sean fáciles de alcanzar.
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Método 3
Método 3 de 3:
Mantenerte calmado

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    Escucha música relajante en el camino hacia la escuela. Está demostrado que la música de piano o el jazz clásico reduce la ansiedad y disminuye el ritmo cardiaco. Escucha algo de música relajante o música que te haga sentir positivo. Concéntrate en la música para alejar tu atención de los nervios y ayudar a tu mente a relajarse.[9]
    • Prepara una lista de reproducción de canciones que te hagan sentir bien. Esta es una buena forma de levantar tu estado de ánimo.
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    Sonríe, incluso si te sientes tímido. Sonreír te ayudará a sentirte más seguro y positivo. También te hará ver más amigable y accesible para los demás. Cuando conozcas a alguien nuevo, trata de saludarlo con una sonrisa.[10]
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    Haz respiraciones profundas y prolongadas cuando te sientas nervioso. Respirar profundamente disminuye la frecuencia cardiaca y relaja los músculos. Esta es una gran manera de ayudar a controlar tus nervios. Respira profundamente y empuja tu estómago. Sostén la respiración durante 3 segundos antes de exhalar.[11]
    • Sigue respirando profundamente hasta que te sientas más relajado.
    • Trata de no concentrarte en los nervios, sino en tu respiración.
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    Ten pensamientos positivos y alentadores. Las palabras positivas y alentadoras son una buena manera de ayudarte a sentirte bien contigo mismo y calmar tu ansiedad. Si te das cuenta de que te sientes ansioso, repite pensamientos positivos y alentadores en tu cabeza para calmarte.[12]
    • Prueba frases como “soy una persona agradable y puedo hacer amigos fácilmente” o “puedo hacerlo”.
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    Recuerda que todos se sienten nerviosos en su primer día de clases. Es fácil pensar que eres el único que siente nervios. Sin embargo, la mayoría de las personas se siente bastante nerviosa cuando va a un lugar nuevo. Recuerda que todos han experimentado lo que sientes y la mayoría de las personas simpatizará con tus nervios.[13]
    • Incluso los maestros han tenido un primer día de clases. No tengas miedo de pedirle ayuda o consejos.
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Consejos

  • Trata de no preocuparte mucho. Una vez que empieces a asistir a la nueva escuela, te familiarizarás rápidamente con el nuevo ambiente y la rutina.
  • Simplemente sé amable con todos (incluyendo los maestros).
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Acerca de este wikiHow

Trudi Griffin, LPC, MS
Coescrito por:
Consejera profesional
Este artículo fue coescrito por Trudi Griffin, LPC, MS. Trudi Griffin es un consejero profesional con licencia en Wisconsin especializado en adicciones y salud mental. Brinda terapia a las personas que luchan contra las adicciones, la salud mental y los traumas en entornos de salud comunitaria y práctica privada. Recibió su maestría en Consejería Clínica de Salud Mental en la Universidad Marquette en 2011. Este artículo ha sido visto 35 399 veces.
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