Comenzar la preparatoria puede ser intimidante y es perfectamente normal ponerse nervioso. Mantente optimista y recuerda que tus nuevos compañeros de clase también están nerviosos. Antes de tu primer día, averigua más sobre tu nueva escuela revisando su sitio web y páginas de redes sociales. Ve a la sesión de bienvenida, donde te darán el horario, los mapas y demás información. Ponte a conversar con gente nueva y haz lo posible por no sentirte intimidado por los alumnos de los últimos grados y maestros. El volumen de trabajo podría parecer chocante, pero al final te acostumbrarás a tener un poco más de tarea. Una vez que te establezcas, ¡te preguntarás por qué te pusiste nervioso!

Método 1
Método 1 de 4:
Calmar tus nervios

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    Mantente positivo y anímate. Es normal sentirse nervioso por el primer día de la preparatoria. Pero trata de abrirte a las nuevas experiencias, conocer gente, aprender y demás oportunidades emocionantes que ofrece la preparatoria.[1]
    • Céntrate en los pasos nuevos y emocionantes que tienes por delante: podrías conocer a un amigo para toda la vida o descubrir una pasión que te lleve a una carrera profesional que te encante. La preparatoria podría parecer una montaña rusa a veces, pero habrá muchos momentos asombrosos y lecciones de vida importantes.
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    Recuérdate que tus nuevos compañeros de clase también están nerviosos. Las situaciones nuevas pueden ser estresantes, pero ¡no estás solo! Tus nuevos compañeros de clase sienten los mismos nervios que tú. Aunque alguien parezca fresco como una lechuga, probablemente esté bastante nervioso por dentro.[2]
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    Procura no darles muchas vueltas a las preguntas que te ponen nervioso. Tu mente quizá esté dando vueltas con preguntas como “¿Haré amigos?” o “¿Les caeré bien a mis maestros?”. Cuando te sientas ansioso y empieces a hacerte preguntas así, respira profundo. Dile a tu mente que deje de pensar en esas preguntas que te ponen nervioso y procura pensar en algo que te parezca relajante.[3]
    • Repite en tu cabeza “No tienes nada de qué preocuparte. Has tenido muchas primeras veces antes y has llegado hasta aquí. Te acostumbrarás a tu nueva escuela y esos nervios desaparecerán”.
    • Recuerda que no es el fin del mundo si te pierdes o entras a la clase equivocada. Aunque algo salga mal, al final lo recordarás como una historia graciosa de primer día de clases.[4]
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    Conversa con uno de tus padres, hermanos mayores o amigos sobre tus nervios. Tus padres y demás parientes han pasado por la experiencia de la preparatoria y muchos otros eventos de la vida. Comprenden cómo te sientes y pueden ayudarte a centrarte en los aspectos positivos de la preparatoria.[5]
    • Si estás en contacto con amigos que eran de un grado más avanzado en la escuela secundaria, también puedes hablar con ellos sobre tus nervios.

Método 2
Método 2 de 4:
Aprender más sobre tu nueva escuela

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    Averigua más sobre tu escuela por internet. El sitio web y las páginas de redes sociales de tu escuela pueden ayudarte a hacerte una idea de tu nuevo ambiente. Busca mapas de las instalaciones y los edificios, información sobre las actividades extracurriculares y fotos de tus nuevos compañeros de clase y maestros.
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    Ve a la sesión de bienvenida. Lo más probable es que tu preparatoria ofrezca una sesión de bienvenida para los alumnos de primer año antes del primer día de clases. ¡No faltes! Te darán mucha información útil, como tu horario y mapas, y tendrás la oportunidad de conocer a tus nuevos compañeros de clase.[6]
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    Estudia el mapa de tu escuela. Cuando te den el mapa de la escuela, marca las ubicaciones de tu clase de curso, casillero, clases y demás puntos clave. Procura hacerte una idea de cuánto tendrás que caminar para ir de una clase a la siguiente.[7]
    • Por ejemplo, si dos clases se encuentran en lados opuestos de las instalaciones, puedes planificarte para llevar los libros para ambas clases. Luego, puedes regresar a tu casillero y cambiar esos libros por los materiales que necesitarás para la siguiente clase.
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    Pídeles consejos a tus amigos mayores que van a tu nueva preparatoria. Averigua si algún amigo de la escuela secundaria de más edad que tú va a tu nueva preparatoria. Si tienes algún amigo que ha comenzado a estudiar en tu nueva preparatoria el año pasado, ponte en contacto con él. Pregúntale cómo es tu nueva escuela, qué debes esperar y si tiene algún consejo para acostumbrarse a la preparatoria.
    • Si tienes hermanos mayores que van a tu nueva preparatoria, también puedes pedirles consejos.

Método 3
Método 3 de 4:
Conocer gente nueva

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    Conversa con gente que no haya ido a tu escuela secundaria. Quizá haya mucha gente de tu escuela secundaria en tu clase de primer año de la preparatoria. Sin embargo, procura hacer nuevos amigos en vez de solo hablar con las personas que ya conoces. Haz lo posible por relajarte y aprovechar las oportunidades de conocer gente nueva.[8]
    • Tú y tus amigos de la escuela secundaria podrían distanciarse, pero es perfectamente normal. La gente y las amistades cambian con el tiempo, así que no te preocupes si empiezas a tener más cercanía con amigos nuevos.
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    Sé tú mismo en vez de poner una careta para impresionar a los demás. No creas que una nueva preparatoria es una oportunidad para cambiar drásticamente. Una cosa es hacerse un nuevo corte de cabello o cambiar de guardarropa, pero no muestres una careta cuando te presentes a nuevas personas.[9]
    • Por ejemplo, no renuncies a las cosas que te interesan, como un género musical o pasatiempo, por creer que así les caerás bien a los demás. No tienes que cambiar tu manera de hablar o tomar decisiones que te incomoden solo para tener onda.
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    Empieza conversaciones nuevas con temas triviales o haciéndole un cumplido a alguien. Puede ser difícil hablar con gente nueva, en especial si eres tímido por naturaleza. Hazle un cumplido genuino a la persona sentada a tu lado en la clase de curso o de matemáticas.[10]
    • Puedes decirle “Oye, ¡me gusta mucho tu suéter! ¿Dónde lo compraste?” o “¡Tus zapatillas están geniales! ¡He querido un par así por tanto tiempo!”.
    • También puedes preguntarle a qué escuela secundaria fue o romper el hielo diciendo “No sé tú, ¡pero esto de empezar la preparatoria me ha tenido bastante preocupado!”.
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    Procura no sentirte intimidado por los alumnos de los últimos grados. Tus demás compañeros de clase están en el mismo barco que tú, pero los alumnos de los últimos grados podrían parecer poco asequibles y dar miedo. ¡Ellos no viven para asustarte! Recuerda que una vez fueron alumnos del primer año, así que comprenden por lo estás pasando.[11]
    • No dudes en pedirle ayuda a un alumno de los últimos grados para encontrar un aula, consejos para saber qué pedir durante el refrigerio o para llegar a tiempo a tu siguiente clase a través de las instalaciones.
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    Considera la posibilidad de inscribirte a un club o actividad. Quizá empiecen a hablar sobre las actividades extracurriculares durante la sesión de bienvenida o en los primeros días de clase. Unirse a un club, deporte u otra actividad es excelente para conocer gente nueva con intereses similares.[12]
    • Entra al sitio web o a las páginas de redes sociales de la escuela para ver si encuentras actividades que llamen tu atención antes del primer día de la escuela. Cuando empiecen las clases, busca volantes o anuncios para inscribirse, sesiones de prueba o reuniones de bienvenida.

Método 4
Método 4 de 4:
Ir a tus primeras clases

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    Alístate y ve a la escuela caminando, conduciendo o tomando el bus. Despiértate lo suficientemente temprano para que puedas hacer tu rutina matutina y desayunes sin prisa. Si uno de tus padres va a llevarte en auto, dile que te deje en el lugar donde empezarás tu día, por ejemplo, en la clase de curso o asamblea de maestros y alumnos.
    • Si vas a tomar el bus, normalmente hay una sesión de bienvenida donde se puede conocer al chofer y saber cuáles son las paradas. Averigua si algún amigo tuyo toma el mismo bus y siéntate junto con él. Si no conoces a nadie del bus, procura ponerte a conversar con alguien nuevo.[13]
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    Empieza tu día en la clase de curso o la asamblea de maestros y alumnos. Lo más probable es que empieces el día en la clase de curso o la asamblea en el auditorio o gimnasio. La clase de curso o la asamblea son los lugares donde se pasa lista, se hacen anuncios y demás rituales matutinos. Sabrás donde empezará tu día normalmente en la sesión de bienvenida para los alumnos de primer año.[14]
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    Busca tu casillero e incorpóralo en tu horario. Si tu escuela tiene casilleros, probablemente te hayan dado un número de casillero y la clave del candado durante la sesión de bienvenida. Procura encontrar tiempos libres en tu horario donde puedas ir a tu casillero para cambiar de libros.
    • Por ejemplo, supón que tienes clases seguidas lejos de tu casillero y luego una tercera en el mismo pasillo donde este se encuentra. Lleva todos tus materiales para las dos primeras clases y luego haz una parada en tu casillero para ir a la tercera.
    • Si tu casillero no tiene un candado con clave integrado, recuerda llevar un candado en tu primer día de preparatoria.
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    Ve acompañado de alguien si va a la misma clase. Puedes preguntarle al que está sentado a tu lado cuál es su siguiente clase. Si es la misma a la que vas a ir, vayan juntos y conversen mientras caminan.
    • Puedes preguntarle cosas como a qué escuela secundaria fue y a qué actividades quiere inscribirse.
    • Si no estás seguro dónde está tu siguiente clase, quizá él conozca el camino. Aunque ambos se pierdan, ¡por lo menos podrán reírse juntos!
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    Pide direcciones si te pierdes. Nadie te juzgará por ser nuevo, así que pide ayuda si la necesitas. Si no tienes idea adónde ir y la cabeza te da vueltas, solo respira profundo y procura relajarte. Busca a tu alrededor a alguien que parezca bien orientado y pídele direcciones para ir a tu siguiente clase.[15]
    • No tengas temor de pedirles ayuda a los maestros y los alumnos de los últimos grados. Todos han tenido un primer día en una escuela nueva, incluso los alumnos de los últimos grados y los maestros que han trabajado en la escuela por años.
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    Recuerda que los maestros están para ayudarte. Los maestros de la preparatoria quizá parezcan estrictos e intimidantes, sobre todo en comparación con los de la escuela secundaria. En ocasiones, sientan las pautas siendo más estrictos de lo que en realidad son. En cualquier caso, los maestros tienen el deber de ayudarte a aprender, así que no les tengas miedo.[16]
    • Si haces tu tarea, prestas atención en clase y le pones ahínco a tu trabajo escolar, no tendrás problema alguno con los maestros.
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    Procura no dejar que el mayor volumen de trabajo te abrume. Después del primer día, quizá veas tu libro de tareas y te sientas abrumado. La preparatoria es más desafiante que la escuela secundaria, pero te adaptarás. Con el tiempo, aprenderás a administrar el tiempo efectivamente y a desempeñarte hasta alcanzar tu potencial máximo.[17]
    • No entres en pánico si te metes en problemas. Acostumbrarse a la carga de trabajo de la preparatoria puede tomar tiempo y hay maneras de obtener ayuda. Puedes pedírsela a tu maestro o uno de tus padres, conversar con un consejero o averiguar si tu escuela cuenta con un programa de tutoría entre iguales.

Acerca de este wikiHow

Ashley Pritchard, MA
Coescrito por:
Consejera escolar
Este artículo fue coescrito por Ashley Pritchard, MA. Ashley Pritchard es una consejera académica y escolar en la escuela secundaria regional Delaware Valley en Frenchtown, Nueva Jersey. Ashley tiene más de 3 años de experiencia en consejería en secundaria, universidad y carrera. Tiene una maestría en Consejería Escolar, con una especialización en Salud Mental de la Universidad de Caldwell, y está certificada como consultora de educación independiente por la Universidad de California, Irvine. Este artículo ha sido visto 8030 veces.