Incluso si eres un maniático de la limpieza, es probable que tu consola Playstation 4 acumule polvo, lo que puede provocar que se sobrecaliente y corra el riesgo de dañarse. Para prevenir esto, puedes utilizar una lata de aire comprimido y paños secos para limpiar la parte externa y los mandos de la consola según sea necesario. Es probable que el ventilador interno también necesite una limpieza ocasional si notas que comienza a hacer ruido. Además, puedes humedecer los paños de manera ocasional para eliminar otras formas de suciedad.

Método 1
Método 1 de 3:
Limpiar la parte externa

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    Desenchufa todos los cables. Primero, debes desenchufar el cable de alimentación de la consola para que no exista electricidad mientras la limpias. Luego, desengancha los mandos. Debes hacer lo mismo con cualquier otro elemento que se encuentre conectado para que tengas acceso a todos los puertos de la consola.[1]
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    Coloca la consola sobre una superficie limpia. Si vas a limpiar la consola, es probable que el lugar en el que la guardas también necesite una limpieza. Retira la consola y colócala sobre una superficie limpia y sin polvo. Te resultará más sencillo llevar a cabo el trabajo de limpieza sobre una superficie limpia para que no tengas que limpiar la consola dos veces.[2]
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    Utiliza el aire comprimido de manera adecuada. Antes de comenzar a rociar el aire comprimido sobre tu costoso dispositivo electrónico, debes tener en cuenta que en su interior puede existir humedad. Siempre debes sujetar la lata en posición vertical para reducir el riesgo de liberar dicha humedad.[3] Además, debes sujetar el pulverizador por lo menos a 13 o 15 cm (5 o 6 pulgadas) de distancia, ya que el aire comprimido resultará menos efectivo si lo acercas más.[4]
    • Debes leer las instrucciones específicas sobre la lata de aire comprimido para que obtengas consejos o advertencias adicionales.
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    Elimina el polvo. Comienza por disparar descargas breves a lo largo de la hendidura que se encuentra en el centro de la consola. Luego, continúa con los puertos que se ubican sobre la parte frontal y posterior. Por último, elimina todo el polvo que puedas de las superficies restantes y de todos los conductos.[5]
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    Limpia la consola con un paño de microfibra seco. Asegúrate de utilizar un paño limpio y seco para eliminar las suciedades difíciles, ya que podrías dañar la consola si humedeces el paño.[6] Para terminar, debes limpiar todos los lados de la parte externa. Mientras trabajas en cada lado, siempre debes limpiar en una dirección continua y alejada del sensor de luz para que el polvo no termine en ese lugar. Además, debes evitar que el polvo ingrese en cualquiera de los puertos, ya que podrías arruinar el trabajo de limpieza.[7]
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    Limpia el lugar en el que guardas la consola. Debes dejar la consola a un lado y limpiar el área en la que la guardas. Dependiendo de cuánta suciedad se encuentre acumulada y cuánto aire comprimido le quede a la lata a medida que limpias, debes esperar hasta que el polvo que flota en el aire vuelva a asentarse para repetir el procedimiento de limpieza. Luego, puedes volver a colocar la consola en su sitio.[8]

Método 2
Método 2 de 3:
Limpiar el ventilador de la consola

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    Ten en cuenta la garantía. Debido a que el ventilador se encuentra dentro de la consola, es necesario que la abras para limpiarlo. Sin embargo, debes tener en cuenta que este procedimiento anulará la garantía. Por lo general, la garantía solo dura un año, pero al anularla, esto afectará el valor de reventa si tienes la intención de vender o canjear tu consola en el futuro.[9]
    • Lo más probable es que vas a tener que limpiar el ventilador en algún momento. Sin embargo, debes hacerlo siempre y cuando el ruido se vuelva claramente más fuerte de lo que era cuando utilizaste la consola por primera vez. Lo ideal es que esto no ocurra hasta después de un año. Si ocurre antes, debes limpiar el ventilador (aunque pierdas la garantía) para evitar que la consola se sobrecaliente.
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    Retira los cables, los tornillos y la mitad inferior de la consola. Debes desconectar la consola de la fuente de alimentación y el resto de cables para que no te estorben. Luego, ubica los cuatro tornillos en la parte posterior de la consola. Al menos dos de estos se encontrarán cubiertos con calcomanías de garantía que debes retirar. A continuación, debes desenroscar todos los tornillos utilizando un destornillador T8 o T9 y extraer la mitad inferior de la consola con mucho cuidado.[10]
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    Limpia el ventilador y los demás componentes con el aire comprimido. Ahora que los componentes internos se encuentran descubiertos, debes utilizar el aire comprimido con mucho cuidado para evitar rociar la humedad. Sujeta la lata en posición vertical por lo menos a 13 o 15 cm (5 o 6 pulgadas) de distancia entre el pulverizador y el ventilador. Debes limpiar primero el ventilador. Si es necesario, debes llevar a cabo lo siguiente:[11]
    • Rocía el aire comprimido en cualquier otro lugar en el que detectes polvo, con excepción de la unidad de disco (ya que podrías dañarlo).
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    Deja que el interior se seque al aire. No debes arriesgarte a dañar los componentes internos frotándolos con un paño como lo harías con la parte externa de la consola. Debes evitar los daños y dar por sentado que un poco de humedad va a escaparse de la lata de aire comprimido. Deja que la consola se seque al aire durante media hora (o más, si es necesario), solo por si acaso.[12]
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    Vuelve a armar la consola. No te preocupes si te faltó limpiar una mota de polvo. Debes volver a armar la consola si ya te has deshecho de la mayor parte de la suciedad. Siempre y cuando hayas esperado el tiempo suficiente como para que se seque al aire, puedes enchufarla y volver a utilizarla con seguridad.

Método 3
Método 3 de 3:
Limpiar los mandos

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    Retira todos los cables de los mandos. Al igual que con la consola, debes acceder a los puertos del cargador para llevar a cabo una limpieza más completa. Desenchufa el cable del cargador y realiza lo mismo con los auriculares (si también se encuentran enchufados).[13]
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    Descarga el aire comprimido sobre los mandos. Nuevamente, al igual que con la consola, debes comenzar a eliminar todo el polvo que puedas utilizando el aire comprimido. Concéntrate en los pliegues que se encuentran entre el armazón y cada botón, almohadilla y palanca analógica, así como cualquier otro espacio a través del cual el polvo pueda abrirse paso hacia el interior del mando. También, asegúrate de proporcionarles unas breves descargas de aire a los puertos de tus cables.[14]
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    Limpia los mandos con un paño de microfibra seco. A diferencia de la consola, los mandos se mantienen entre las manos todo el tiempo, por lo que es probable que necesites limpiar más que solo polvo. Aun así, debes comenzar limpiándolos con un paño de microfibra seco. Debes observar qué tan bien funciona el paño seco antes de humedecerlo.[15]
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    Utiliza un paño húmedo si es necesario. Si un paño seco no es lo suficientemente resistente como para eliminar la suciedad difícil, puedes utilizar una toallita húmeda o humedecer la esquina de un paño limpio. Primero, debe escurrir toda la humedad que puedas para que no gotee por todo el lugar. Luego, a medida que limpias el mando, asegúrate de evitar pasar el paño cerca del puerto del cargador y del conector de auriculares para que la humedad no se filtre en el interior. Por último, deja que el mando se seque por completo antes de enchufarlo nuevamente.[16]

Cosas que necesitarás

  • una lata de aire comprimido
  • paños de microfibra
  • toallitas húmedas o paños (opcional)
  • un destornillador T8 o T9

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