El lóbulo frontal siempre trabaja duro, por más que no lo notes. Ya sea que salgas a caminar, pases el rato con amigos o cuentes el cambio en una tienda, el lóbulo frontal trabaja duro para hacer todo.[1] Además, la corteza prefrontal (o la parte frontal del lóbulo frontal) desempeña un rol importante en el pensamiento crítico y la toma de decisiones.[2] Si bien no existen máquinas o píldoras que estimulen esta parte del cerebro, existen muchas formas de mejorar el funcionamiento cerebral en general.

Método 1
Método 1 de 10:
Memoriza acrónimos y oraciones tontas

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    Los juegos de palabras fuerzan a la corteza prefrontal a acceder a la memoria. Asume un desafío adicional al leer acertijos complejos o al aprender de memoria chistes especiales, juegos de palabras y acrónimos. Crear distintas asociaciones de palabras fuerza al cerebro a pensar de una forma un poco más flexible a medida que hace malabares con las mismas.[3]
    • Este es un acertijo simple: ¿Qué tiene agujeros, pero está lleno de agua?
      La respuesta: ¡Una esponja!

Método 2
Método 2 de 10:
Resuelve acertijos o juegos mentales

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    El lóbulo frontal desempeña un rol importante en la memoria.[4] Afortunadamente, los juegos y acertijos pueden darle un buen estímulo a la memoria. Prueba distintos juegos de palabras, como formar distintas palabras más pequeñas con cinco letras. Los juegos espaciales, como contar cuadrados en una cuadrícula o reorganizar mondadientes en distintas formas, también son una forma ideal de mantener el cerebro activo.[5]

Método 3
Método 3 de 10:
Prepara una receta nueva

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    Cocinar es una forma ideal de ejercitar la corteza prefrontal. A diferencia de otras actividades, utiliza los cinco sentidos. Busca en línea recetas sencillas que puedas preparar antes de probar con algo más difícil. Esta también es una gran forma de mejorar la memoria a medida que prepares los platos más de una vez.[6]

Método 4
Método 4 de 10:
Ejercita de manera frecuente

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    El ejercicio le da un impulso a la memoria. Algunos estudios han demostrado que las personas que ejercitan de manera regular tienen más volumen en la corteza prefrontal, al igual que otras partes del cerebro. El ejercicio regular por solo seis meses puede darle un impulso a la corteza prefrontal. Para realmente mejorar la memoria, ejercita al menos 120 minutos por semana.[7]
    • No es necesario que hagas algo demasiado intenso. El solo hecho de dar caminatas enérgicas de manera regular puede mejorar la memoria.

Método 5
Método 5 de 10:
Medita de manera regular

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    La meditación incrementa la materia gris en la corteza prefrontal. No es necesario que realices un cambio grande en tu estilo de vida. Algunos estudios han demostrado que ocho semanas de meditación básica pueden mejorar la función cerebral.[8] Para comenzar, escucha meditaciones guiadas, dado que te guiarán durante el proceso.[9]
    • ¡Existe todo tipo de duración de meditaciones guiadas! Puedes sentarte y escuchar una meditación de 15 minutos o probar con una de 4 minutos.

Método 6
Método 6 de 10:
Mantén un horario de sueño constante

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    Levántate y acuéstate a la misma hora todos los días. Algunos estudios han demostrado que la memoria mejora después de descansar. Piensa en tu cerebro como si fuese el buzón de entrada del correo electrónico; cuando duermes, el cerebro tiene más tiempo para organizar los "correos" que han inundado tu bandeja de entrada durante el día.[10]
    • Los adultos necesitan entre siete y nueve horas de sueño, mientras que las personas de más de 65 años necesitan dormir entre siete y ocho horas. Los adolescentes funcionan mejor cuando duermen entre 8 y 10 horas.[11]

Método 7
Método 7 de 10:
Come remolacha

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    La raíz de la remolacha tiene muchos nitratos, que se convierten en nitritos después de ingerirlos. Los nitritos ayudan a dilatar los vasos sanguíneos y a que más sangre fluya al área del lóbulo frontal.[12] La espinaca, el hinojo, los rábanos y otras verduras de hoja también son ricos en nitratos.[13]

Método 8
Método 8 de 10:
Ofrécete como voluntario en tu comunidad

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    Algunos estudios han demostrado que el voluntariado estimula la función cerebral. Si tienes algo de tiempo libre, busca oportunidades de voluntariado, como en un comedor o en la limpieza de basura. De esta forma, ¡mejorarás tu comunidad local y tu cerebro![14]
    • Un estudio específico ha demostrado que las mujeres más grandes que han sido tutoras voluntarias por seis meses mejoraron sus habilidades cognitivas.[15]

Método 9
Método 9 de 10:
Abraza la curiosidad y las preguntas nuevas

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    Intenta no procesar experiencias y pensamientos nuevos de forma automática. En cambio, haz muchas preguntas y desafía tu forma de pensamiento normal. Este tipo de mentalidad realmente permite ejercitar el lóbulo frontal.[16]
    • Si notas un bello atardecer, quizás investigues por qué el cielo está lleno de colores en vez de simplemente admirar la vista.

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