Si estás buscando el brillo y la calidad de las pinturas al óleo sin gastar tanto dinero o tiempo, entonces los acrílicos son para ti. Aprender a pintar con acrílicos es un hobby gratificante y una buena manera de producir obras de arte para tu casa y amigos.

Parte 1
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Consiguiendo los materiales adecuados

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    Elige tu pintura acrílica. Existen docenas de marcas de acrílicos y están disponibles ya sea en tubos o frascos. Comprar acrílicos es una de las pocas ocasiones en la que es mejor derrochar y conseguir una marca más cara, como Golden o Liquitex. Las marcas baratas de acrílicos no tienen un pigmento tan espeso como las marcas más caras, y por lo tanto requerirán 2 a 3 capas de pintura adicionales para obtener el mismo brillo y color de una sola capa de una marca de pintura más cara.
    • Para comenzar, compra los colores más básicos: blanco titanio, negro de marte, azul ultramar, carmesí alizarina y ocre amarillo. La mayoría de colores de pintura que necesitarás se podrán hacer al combinar esas pocas tonalidades. Conforme pintes cada vez más, sabrás qué colores querrás agregar a tu colección.
    • Los tubos de pintura usualmente son los preferidos de los principiantes porque puedes comprar cantidades más pequeñas para empezar, pero no hay diferencia en calidad entre un tubo o un frasco de pintura acrílica.
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    Selecciona unos cuantos pinceles. Los pinceles son bastante diversos y se categorizan basado en dos factores: la forma de la punta del pincel y el material de las cerdas. Hay tres tipos diferentes de puntas de pincel: plana, redonda y lengua de gato (redonda y plana). Hay muchos materiales que se utilizan para hacer las cerdas de los pinceles, pero los más comunes son sintéticos y pelo de jabalí. La mayoría de los pintores principiantes prefieren los pinceles sintéticos de varias puntas.
    • Visita una tienda de suministros de arte y siente unos cuantos pinceles diferentes para tener una buena idea de qué prefieres. Los pinceles sintéticos son más suaves y más fáciles de limpiar que los pinceles de pelo real.
    • A menos que quieras seguir pintando por un largo tiempo, no derroches tanto en tus pinceles. Aunque es posible que tener buenos pinceles para trabajar sea beneficioso, es más importante tener una pintura de buena calidad.
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    Encuentra una paleta. Necesitarás algo en donde mezclar la pintura y almacenarla entre sesiones de pintura. Si estás sintiéndote frugal, un plato de papel o plástico servirá. Y se puede usar una superficie amplia, plana y limpia como una paleta trabajable. Sin embargo, ya que los acrílicos secan increíblemente rápido, tal vez sea beneficioso invertir en una paleta húmeda que mantenga tu pintura húmeda y trabajable por varias semanas a la vez.
    • Mantén a la mano una envoltura de plástico o cualquier cubierta de algún tipo para conservar en tu paleta las pinturas que no estés usando en dicho momento.
    • Si estás mezclando grandes cantidades de pintura a la vez, quizás sea beneficioso tener vasos o tapas pequeñas para almacenar tu pintura entre sesiones. Esto conservará los acrílicos mejor que una paleta cubierta con envolturas de plástico.
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    Decide sobre qué pintar. Los acrílicos son espesos y pesados, y por lo tanto solo se pueden usar en pocas superficies. Las superficies acrílicas más comunes y populares son los lienzos estirados o encuadrados, el papel acuarela o la madera tratada. Debes tener éxito pintando sobre cualquier cosa que no sea grasosa, aceitosa ni muy porosa.
    • Si temes pintar sobre algo costoso, comienza con papel acuarela y trabaja hasta llegar al lienzo o a la madera
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    Reúne otros artículos pequeños. Aparte de todos los artículos costosos mencionados anteriormente, necesitarás unos cuantos artículos adicionales que probablemente tengas en tu casa. Necesitarás 1 a 2 frascos o vasos para agua, un cuchillo de paleta, un trapo viejo, una botella rociadora para agua y jabón para limpiar tus pinceles. Todo esto está disponible en tiendas de suministros de arte en caso no los tengas, pero ninguno de estos tiene que ser un artículo especializado.[1]
    • Ya que los acrílicos secan notoriamente rápido, rocía tu pintura o tu paleta de rato en rato para mantener húmedas las pinturas.[2]
    • Puedes usar una bata o un polo viejo mientras pintas, para evitar manchas en tu ropa con los acrílicos.
    • A algunos pintores les gusta colocar papel periódico en sus tableros para evitar grandes desastres.
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Parte 2
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Empezando

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    Selecciona una buena ubicación. Como muchas cosas, se pinta mejor bajo la luz natural. Instala tu puesto de pintura cerca de una ventana abierta o un cuarto que tenga mucha luz natural. Serás capaz de ver los colores y las pequeñas tonalidades en tus pinceladas que de otra forma no serías capaz de identificar.
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    Distribuye todos tus suministros. Cada artista tiene su propia forma de organizar sus suministros, pero es mejor ubicarlos como quieras antes de que empieces a pintar. Llena tus frascos con agua, saca los pinceles y las pinturas que quieres usar y pon tu paleta en la posición más ideal. Quizás también quieras ponerte tu bata o tu polo viejo en ese momento.
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    Decide tu tema. Como pintor principiante, es posible que tengas una idea de lo que quieres pintar o que estés buscando algo de dirección. Piensa en temas o modelos posibles que puedas usar para tu primera pintura. Es más fácil trabajar a partir de un objeto tridimensional o una fotografía, en lugar de ponerle pintura a algo que estás imaginando. Si no estás seguro de qué pintar, los temas fáciles de pintura para principiantes incluyen:
    • Un cuenco de fruta
    • Un jarrón de flores
    • Objetos en tu casa
    • Un amanecer o atardecer
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    Crea un bosquejo. Si sientes confianza en tu habilidad para pintar exactamente lo que ves, entonces puedes empezar y saltarte a la parte de la pintura. Sin embargo, la mayoría de las personas requieren un boceto para seguir con sus pinceles. Usa un lápiz regular para bosquejar el contorno de las figuras principales directamente en tu lienzo; no te preocupes demasiado en los detalles o matices.
    • Puedes hacer múltiples bosquejos en papel antes de hacerlo en el lienzo, solo asegúrate de tener confianza en el dibujo de tu tema.
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    Mezcla tus pinturas. Un error común es mezclar las pinturas a medida que vas trabajando, en lugar de mezclarlas todas antes de empezar. Usa tu tiempo y pintura eficientemente al mezclar todas tus pinturas (en todos los colores que necesites) antes de comenzar a pintar. En este caso, es mejor prevenir que lamentar al mezclar más pinturas de las que probablemente uses. Puedes almacenar la pintura extra para pinturas futuras, pero será casi imposible mezclar exactamente el mismo tono de pintura dos veces.
    • Usa un círculo cromático como una referencia útil para mezclar tus pinturas. Se puede obtener todos los colores básicos al mezclar las tonalidades primarias (rojo, azul y amarillo) y los colores más específicos al mezclar las tonalidades primarias y secundarias.
    • Recuerda, si no puedes obtener el tono exacto de pintura que buscas con una paleta de pintura limitada, puedes comprar casi cualquier color premezclado en tubo o frasco de cualquier tienda de suministros de arte.
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Parte 3
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Pintando

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    Encuentra tu fuente de luz. El color cambia dependiendo de la forma en la que la luz cae sobre este, así que antes de comenzar a pintar tu tema, ubica la fuente primaria de luz. Presta atención a esto durante el proceso de pintura; debes tener colores más claros cerca de la fuente de luz y colores más oscuros mientras más se alejen. Tal vez parezca elemental, pero escoger la fuente de luz antes de comenzar ayudará a mantener tus colores en buen camino.
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    Examina la composición de tu tema. Incluso si únicamente estás pintando un solo objeto, debe ponerse en capas con otras superficies y fondos. Mira tu tema y determina qué está más cerca de ti y qué está más lejos. Presta atención a las superposiciones, los cambios de color y la textura. Recrearás cada uno de estos en tu pintura, así que asegúrate de tener una buena idea de cómo hacerlo antes de comenzar.
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    Empieza pintando el fondo. Cuando pintes, estarás pintando capas hacia arriba; por lo tanto, pintar desde el fondo hasta el frente es el método más fácil. Comienza con tus colores de valor medio, seguido de tus colores más oscuros luego los más brillantes, para aplicarlos más fácilmente.
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    Añade detalles de fondo. Termina reforzando los colores básicos y luego añade detalles al fondo. Si es un color sólido, deberías añadir puntos de luces y sombras. Si tu fondo es estampado o recargado, añade textura y movimiento con pinceladas para completar la capa.
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    Pinta los objetos. Cuando comiences a pintar tu tema, divídelo en formas identificables y píntalas con todos sólidos. A medida que construyas formas y colores, tu tema comenzará a aparecer. Trabaja en secciones pequeñas por vez para hacer que el proceso de pintura sea un poco menos abrumador.
    • Algunos pintores principiantes encuentran sencillo usar un sistema de cuadrícula al pintar su tema. Divide tu lienzo en partes usando una cuadrícula imaginaria y pinta todo el espacio de una cuadrícula hasta el final antes de seguir con la siguiente.
    • Recuerda añadir colores de valor medio primero, seguido de los más oscuros y luego los colores más claros. Es difícil poner un color claro sobre uno oscuro, así que trabajar de esta manera hará que sea mucho más fácil extender capas de tonalidades.
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    Añade detalles usando diferentes técnicas de pintura. Cuando ya has añadido los colores y las formas básicos, puedes añadir los detalles con unas cuantas técnicas de pintura diferentes. Cada una de estas se concentra en añadir textura y movimiento a través de pinceladas y aplicaciones de colores diferentes.
    • Puntea pintura al sostener tu pincel verticalmente y dar golpecitos con él en el papel. Esto funciona mejor con un pincel seco y una cantidad pequeña de pintura, y le dará a apariencia de muchos puntos pequeños
    • Usa un cuchillo de paleta para extender las amplias pinceladas de color. Para un estilo de pintura rugosa y sin editar, pinta con un cuchillo de paleta. Cubre el cuchillo en una capa gruesa de pintura y muévela a través de tu lienzo para cargar capas gruesas de pintura con relieve.
    • Crea una aguada de color al diluir tu pintura en agua. Esto le da un efecto similar a las acuarelas, en donde la pintura se aclara gradualmente en tu lienzo. Esto es bueno para crear un efecto de gradación.[3]
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    Termina tu pintura. Presta mucha atención a tu tema y añade cualquier detalle final que creas necesario para perfeccionar tu pintura. A menudo esto incluye los toques finales de luz y oscuridad, cualquier contorno que tal vez quieras incluir y las últimas capas de color.[4]
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Parte 4
Parte 4 de 4:
Terminando

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    Puedes agregarle barniz a tu pintura cuando se seque. Aunque no se requiere, a muchos pintores les gusta añadir una capa final de barniz para sellar los acrílicos. Esto ayuda a la pintura a unirse químicamente al lienzo y la protege mejor del daño.
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    Limpia tus pinceles y tu zona de trabajo. Es imprescindible que limpies tus pinceles apenas termines de usarlos. La pintura acrílica puede dañar y arruinar seriamente los pinceles si se deja secar en las cerdas. Lava los pinceles con agua fría y jabón hasta que el agua salga limpia (el agua tibia o caliente endurecerá la pintura en los pinceles). Limpia cualquier resto de pintura en la superficie de tu pintura y enjuaga los frascos de agua.
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    Guarda cualquier pintura sin usar. Los acrílicos durarán varios meses en un contenedor hermético, así que si te sobra alguno déjalo a un lado para una pintura futura. Pon la pintura en contenedores pequeños con tapa o séllala en tu paleta húmeda.
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    Deja que seque tu pintura. Pon tu pintura en un lugar para secar por 1 o 2 días. Los acrílicos tienen un tiempo muy corto de secado, pero deben dejarse en un área donde no se desacomoden para endurecerse.
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    Presume tu obra de arte. El arte está hecho para ser compartido, así que muestra tu obra. Haz que le den un acabado mate y lo enmarquen si está en papel o en un lienzo encuadrado, o simplemente cuélgalo en tu casa.
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Consejos

  • Prueba técnicas más avanzadas cuando tengas más práctica. Añade profundidad con texturas, sombras, luces y añade cada vez más detalles. Tus pinturas mejorarán con el tiempo.
  • ¡Practica, practica y practica! Es posible que quieras empezar haciendo solo líneas, ¡empieza poco a poco! Luego intenta pintar un árbol o una flor. No tengas miedo e intenta pintar de diferentes maneras o estilos tales como la pintura de una pincelada o staffato.
  • Presta atención a los detalles. Calidad antes que cantidad, ¿cierto?
  • Si estás obsesionado con el orden y no quieres que tus manos luzcan sucias, lo mejor será usar guantes desechables de látex, o de vinilo si eres alérgico al látex.
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Acerca de este wikiHow

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