Las rosas son unas de las flores más bonitas, tradicionales y fragantes que puedes plantar en tu jardín. Por supuesto, no hay rosa sin espina, pero estas maravillosas flores presentan la ventaja de no requerir muchos cuidados. Lo único que necesitan es un poco de atención, un lugar soleado y un suelo con buen drenaje. Si quieres saber cómo plantar rosas y conseguir que florezcan alcanzando todo su potencial para aportar un toque alegre y colorido a tu casa, sigue estos pasos.

Parte 1
Parte 1 de 4:
Preparar todo para plantar las rosas

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    Elige la variedad de rosas que quieras plantar. Cualquier variedad de rosas quedará bien en tu jardín, pero es importante comprobar cuáles pueden crecer mejor en la zona en la que vives consultando una guía regional de rosas. Además del tamaño, puedes tener en cuenta el aspecto. A continuación tienes algunas de las variedades de rosas más populares y hermosas:
    • Floribunda: este tipo de rosas es el más colorido y florece libremente en frondosos arbustos que producen grupos de entre 3 y 15 capullos. Estos arbustos pueden crecer aislados, pero el resultado será más vistoso si se plantan muchos juntos, formando filas.
    • Rosal híbrido de té: esta es una de las variedades de rosales más populares y crece en forma de arbustos verticales que producen una sola flor por cada tallo. Estas rosas tal vez sean las que se encuentren con más frecuencia en las floristerías.
    • Grandiflora: esta hermosa variedad de rosas es una mezcla entre la floribunda y el rosal híbrido de té. El rosal puede llegar a alcanzar los 1,80 m (6 pies) de altura, produciendo las clásicas rosas híbridas de té en grupos de varios capullos.
    • Rosales paisajísticos: este tipo de rosal puede alcanzar distintos tamaños y adquirir distintas formas, y puede adaptarse a cualquier paisaje. Estos rosales crecen cerca del suelo y son resistentes por naturaleza a las enfermedades, por lo que requieren menos cuidados que otras variedades y producen rosas fuertes que duran largas temporadas.
    • Rosal trepador: esta variedad puede dar vida a cualquier jardín y suele crecer alrededor de vallas y rejas. Estos rosales tienen tallos largos y arqueados que pueden producir muchas flores, cubriendo columnas, muros o cualquier estructura que les ofrezca soporte.
    • Rosal miniatura: estos rosales son los más pequeños que existen y pueden crecer en cualquier sitio, alcanzando una altura de entre 15 cm (6 pulgadas) y 70 cm (2 pies). Esta variedad florece continuamente y es estupenda para plantar en macetas y para bordear el jardín, además de adaptarse perfectamente a los lugares pequeños.
    • Rosal de pie alto: este tipo de planta tiene raíces muy fuertes injertadas a un tallo largo a cuyo extremo, a su vez, se le injerta un rosal. El rosal de pie alto es visualmente espectacular, pero requiere más cuidados para sobrevivir al invierno.
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    Decide si quieres plantar raíces sin hojas o rosales ya florecidos en macetas. La diferencia entre las dos opciones es muy importante, ya que tendrás que plantar las rosas de forma diferente dependiendo de cuál elijas (a partir de las raíces o a partir de rosales florecidos en una maceta). Independientemente de lo que elijas, tendrás que plantar las rosas en el suelo para que las raíces crezcan en la tierra, pero debes elegir entre las dos opciones que describiremos más adelante para saber cómo plantar tu variedad favorita de rosas. Aquí tienes todo lo que necesitas saber sobre los dos tipos de rosas:[1]
    • Raíces de rosales: las raíces no tienen flores, pero esto no es mala señal, simplemente quiere decir que el rosal puede dirigir toda su energía al desarrollo de las raíces sin tener que mantener las flores. Puedes plantar las raíces antes de que comience la temporada de cultivo, hasta 6 semanas antes de la fecha en la que suela producirse la última helada en tu región (al comienzo de la primavera en muchos sitios), pero nunca dejes pasar más de 2 semanas a partir de dicho momento. Si plantas las raíces en el momento adecuado y empleando el método idóneo, las flores crecerán más rápido que plantando rosales ya florecidos en macetas.
    • Rosales florecidos en macetas: estos rosales tienen la ventaja de contener flores de antemano y, por lo tanto, de ser más bonitos en el momento de trasplantarlos al jardín. Normalmente se venden en macetas de 3.8 l (1 galón) de capacidad como mínimo, y tendrás que tener cuidado de plantarlos en plena primavera, ya que suelen ser menos resistentes a las heladas.
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    Elige la zona de cultivo. La zona de cultivo del rosal determinará su futuro, independientemente de lo bonitas y fuertes que sean las primeras flores que broten. Debes elegir un lugar que reciba al menos de 5 a 6 horas diarias de luz solar, especialmente durante la mañana. También debes plantar las rosas cerca de cualquier elemento que las proteja, como un muro o una valla, si se encuentran en una zona con mucho viento. A continuación, otras cosas que debes tener en cuenta a la hora de elegir el lugar idóneo para las rosas:[2] [3]
    • Si el clima es cálido, los rosales deben disponer de algo de sombra para protegerse del sol. Si el clima es frío, los rosales deben disponer de un muro o una valla que los protejan.
    • La tierra debe estar bien drenada. Antes de que plantes las rosas, cava un hoyo y vierte agua sobre él para asegurarte de que haya drenado después de unas horas. Si la tierra es demasiado húmeda, las raíces de las rosas podrían pudrirse. En tal caso, deberías considerar la posibilidad de plantar las rosas en camas de cultivo elevadas sobre el suelo.
    • Asegúrate de que la tierra no sea ni demasiado compacta, ni demasiado arenosa. Añadiendo materia orgánica como estiércol deshidratado de vaca, corteza de árbol triturada o compost podrás modificar la tierra para darle la consistencia adecuada.
    • Evita plantar las rosas cerca de árboles o arbustos. Si lo haces, tendrán que competir para obtener el agua, la luz y los nutrientes necesarios, y lo más probable es que salgan perdiendo.
    • La tierra no solo debe retener la humedad fácilmente, sino que además debe mantener su nivel de pH entre 6,5 y 7.
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    Reúne los materiales necesarios para plantar rosas. Disponer de las rosas y del lugar adecuado es un comienzo estupendo, pero si quieres plantarlas con éxito, tendrás que reunir todos los materiales necesarios. Aquí tienes una lista con todo lo que necesitarás:
    • fertilizante
    • mantillo o abono
    • tijeras de podar
    • guantes de jardinería
    • compost o mezcla de nutrientes para rosas
    • pica
    • pala
    • regadera llena de agua

Parte 2
Parte 2 de 4:
Plantar rosas a partir de las raíces

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    Planta las rosas entre 6 semanas antes de la fecha habitual de la última helada en tu zona y 2 semanas después. Este periodo es el más adecuado para plantar rosas a partir de sus raíces. Si bien puedes comprar rosas en macetas y continuar regándolas y cuidándolas antes de trasplantarlas al suelo, en el caso de las raíces hay que plantarlas inmediatamente después de adquirirlas, así que asegúrate de disponer de todo lo necesario para hacerlo.
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    Cava un hoyo un poco más grande que la planta. El hoyo debe ser más grande que las raíces del rosal, las cuales deben agarrarse bien a la tierra para ofrecer un buen soporte mientras la planta crece. Esto es todo lo que necesitas para plantar rosas a partir de la raíz. Muchas plantas se venden en grupos de tres y plantarlas de esa forma puede ser una idea estupenda. Sin embargo, si plantas más de un rosal, asegúrate de que las plantas queden separadas al menos de 70 a 90 cm (de 2 a 3 pies) entre sí, dejando espacio para que sus raíces crezcan sin problema.[4]
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    Mezcla la tierra con un poco de compost. Mezcla bien el compost con la tierra hasta formar un montículo al fondo del hoyo recién cavado.
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    Coloca la raíz del rosal sobre el montículo de tierra. Si plantas el rosal en una zona de clima cálido, debes colocarlo de forma que la unión de los brotes quede justo sobre el nivel del suelo. Si lo haces en una zona de clima más frío, la unión de los brotes debe quedar a unos 2,5 a 5 cm (1 a 2 pulgadas) bajo el nivel del suelo. Las raíces deben quedar cubiertas, pero el tallo tiene que quedar por encima del suelo.
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    Remueve con la pala la mezcla de tierra alrededor de las raíces. De esta forma evitarás que se formen burbujas de aire debajo de la tierra que puedan estropear las raíces y, por lo tanto, la planta. Después, golpea la tierra alrededor de las raíces para compactarla. Continúa rellenando el hoyo con la mezcla hasta que hayas llenado unas 3/4 partes. Si cavas la tierra con las manos, ten cuidado con las espinas.
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    Rellena el hoyo con agua. Deja que el agua penetre bien en la tierra y, después, vuelve a rellenar el hoyo. Recorta los tallos de las rosas dejando unos 20 cm (8 pulgadas) de altura. Haz cortes en ángulo a unos 6 mm (0,25 pulgada) por encima de los brotes que sobresalgan.
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    Haz un montículo de tierra de unos 15 cm (6 pulgadas) de altura sobre la planta. De esta forma, protegerás los tallos del rosal, evitando que se sequen. En unas 2 semanas, deberán aparecer brotes nuevos, momento en el que podrás eliminar el montículo de tierra.
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    Pisa el montículo con cuidado para aplanarlo. Este es un viejo truco de jardineros para ayudar a que la planta retenga la humedad y para evitar que se caiga con el viento.[5]

Parte 3
Parte 3 de 4:
Trasplantar rosas de una maceta

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    Trasplanta el rosal al final de la primavera o al inicio del verano. Esta suele ser la época en la que las rosas se venden y en la que las heladas ya han desaparecido por completo. Estos rosales vendidos en macetas son más propensos a la congelación, por lo que tendrás que plantarlos en la época adecuada para evitar el riesgo.[6]
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    Disminuye el nivel de humedad de las rosas. Si has tenido el rosal en una maceta durante un tiempo o si, simplemente, tiene demasiada agua, espera a que disminuya un poco el nivel de humedad para poder trasplantarlo sin problema. Si las rosas están demasiado húmedas, las raíces no crecerán tanto y podrías perder algunas de las flores al trasplantar el rosal.
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    Cava un hoyo un poco más grande que las raíces con el cepellón. Esto es lo mismo que debes hacer para plantar rosas a partir de su raíz. Utiliza una pala para cavar el hoyo.
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    Retira el recipiente. Primero, separa la base y después retira los laterales cuando lo coloques dentro del agujero. Retira la parte lateral del recipiente como si estuvieras pelando una naranja. Quizá el recipiente sea una maceta y que tengas que retirarlo todo de una vez.[7]
    • Si tienes un recipiente de plástico, acuna los tallos principales de la planta en tus manos. Gira el recipiente de lado y apriétalo con suavidad. Ahora coloca la planta libremente.
    • Si tienes un recipiente de cartón, primero quita la base y luego los lados una vez que lo coloques en el agujero. Retira el recipiente por los lados tal como si pelaras una naranja.[8]
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    Afloja la tierra del cepellón. De esta forma ayudarás a que las raíces queden algo más expuestas y a que se adapten mejor a la tierra del suelo. Además, de esta forma también podrás extender las raíces que se hayan enredado al crecer dentro de un recipiente pequeño. Para extender y desenredar las raíces, puedes hacer cortes verticales en el cepellón del rosal con un cuchillo afilado. Los cortes deben alcanzar una profundidad de unos 2,5 cm (1 pulgada) para dejar espacio para que las raíces crezcan.
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    Coloca el rosal en el centro del hoyo. Rellena el hoyo con tierra común para macetas cuando tengas todo preparado.
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    Trabaja la mezcla de tierra alrededor de las raíces. De esta forma eliminarás cualquier burbuja de aire formada debajo de la tierra y ayudarás a que las rosas crezcan sanas y fuertes.
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    Riega la planta. Riega la planta, espera a que la tierra drene el exceso de agua y vuelve a regarla para asegurar un buen comienzo. Si tienes abono orgánico como corteza de árbol, hojas de pino o virutas de madera, puedes añadir todos estos restos a la capa superficial de la tierra para facilitar la retención de humedad.

Parte 4
Parte 4 de 4:
Cuidar las rosas

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    Riega los rosales con frecuencia durante las 3 o 4 primeras semanas después de plantar las rosas. Normalmente, durante este período unos 5 cm (2 pulgadas) de la capa superficial de la tierra tienden a secarse. Para mantener las rosas sanas, tendrás que aportarles agua y nutrientes en abundancia.[9]
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    Continúa regando la cama de tierra. Cuatro semanas después de plantar las rosas, deberás empezar a regar la cama de tierra cada 2 semanas aproximadamente. Hazlo por la mañana para conseguir un resultado óptimo.
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    Comienza a fertilizar el rosal unos 3 meses después de plantarlo. Utiliza una capa de 7 a 15 cm (de 3 a 6 pulgadas) de mantillo o abono para controlar la humedad, la temperatura y para evitar la aparición de mala hierba. El mantillo, además, favorece la absorción de los nutrientes vitales que las rosas necesitan para crecer sanas y fuertes.
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    Poda las rosas. Podar las rosas evitará que se amontonen y ayudará a que crezcan sanas y fuertes. Solo necesitas unas tijeras de podar y buen ojo para detectar las partes que debes eliminar. Puedes cortar todos los chupones, que son brotes nuevos que aparecen a partir de las raíces, así como cualquier tallo que sea más fino que un lápiz y que se cruce o enrede con otro, o que no haya adquirido la forma deseada.
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    Protege las rosas del frío. Durante los meses de invierno, o cuando haga frío, quizá tengas que ponerte manos a la obra para mantener tu hermoso rosal vivo. Debes podar el rosal para mantenerlo a una altura máxima de 61 cm (24 pulgadas), evitando así que sufra los daños causados por el viento y el frío. Después, deberás atar los tallos con un cordel para mantenerlos unidos y proteger la planta del viento.[10]
    • Cada rosal debe tener un buen montículo de compost fresco y suelto o de tierra alrededor de la base.
    • Puedes añadir otra capa de heno y de paja sobre el montículo para aportarle al rosal un extra de protección.
    • Cuando llegue la primavera, podrás eliminar la capa extra de protección.

Consejos

  • No riegues las rosas al final del día. De esta forma evitarás las enfermedades por hongos.
  • Algunos cultivadores de rosas recomiendan rociar con agua las hojas de la planta para evitar la aparición de pulgones.
  • Te resultará más fácil adquirir rosas en cajas o envasadas al comienzo de la temporada. Las rosas en macetas se encontrarán disponibles cuando el clima sea más cálido y, por lo tanto, más apto para el cultivo de estas flores.
  • Acude a alguna oficina local de agricultura para pedir consejo a un jardinero experto.
  • Es mejor plantar las rosas en primavera. Elige una zona para plantar las rosas en la que el aire circule sin problema. Las rosas no crecerán en una zona cerrada o poco ventilada.
  • A las rosas les encanta el agua, pero son propensas a contraer muchas enfermedades por hongos y por bacterias si no reciben suficiente luz solar para secar la humedad acumulada en los pétalos y las hojas. Planta las rosas con la luz natural de la mañana y recuerda que deben quedar expuestas al sol al menos durante 6 horas.
  • Algunos cultivadores de rosas también utilizan una mezcla de agua jabonosa en espray para prevenir la aparición de pulgones. Pide consejo a algún jardinero local.
  • Las rosas crecen sin problema en el desierto, pero hay que regarlas con mucha frecuencia cuando el clima es seco.
  • Normalmente se puede acceder a los programas de jardinería profesional a través de la universidad.

Advertencias

  • Examina con frecuencia tus rosales para ver si tienen alguna plaga o enfermedad.

Acerca de este wikiHow

Tyler Radford
Coescrito por:
Especialista en plantas
Este artículo fue coescrito por Tyler Radford. Tyler Radford es un especialista en plantas en Hollie’s Farm & Garden en Tampa, Florida. Con más de nueve años de experiencia, Tyler se especialista en jardinería, siembra, colocación de mantillo y venta de macetas. Hollie’s Farm & Garden es un vivero de servicio completo que proporciona suministros de jardinería incluidos árboles, arbustos, mantillo y losas. Este artículo ha sido visto 365 346 veces.
Categorías: Rosas