La rosa del desierto, o Adenium obesum, es una planta fuerte que crece bien en temperaturas cálidas y en suelo seco. Crecen bien en macetas y en contenedores cuando se colocan dentro de la casa, debido a que se pueden controlar sus condiciones de mejor manera, convirtiéndose en una buena opción como planta casera. Hay muchas formas de plantar rosas del desierto, incluso germinando la semilla. Debes sembrarlas dentro de tu casa, porque son muy delicadas y se pueden ir volando hasta con la menor brisa.

Método 1
Método 1 de 4:
Compra las semillas

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    Compra vainas de semillas frescas de una planta activa. Las semillas frescas pueden crecer; sin embargo, las secas no crecen bien.
    • De forma alternativa, puedes obtener vainas de semillas frescas de tiendas para jardín u otro distribuidor reconocido.
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    Cuando las vainas de semillas aparecen en una planta adulta, envuélvelas con alambre o cordel. Si las vainas de semillas se abren, las semillas se dispersarán y no podrás usarlas para plantarlas.
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    Quita las vainas de la planta una vez estén maduras. Debes permitir que maduren antes de quitarlas; de lo contrario, puede que las semillas no estén bien desarrolladas para crecer. Cuando las vainas de las semillas intenten abrirse, ya estarán maduras y listas para quitarlas. Córtalas con un cuchillo que tenga filo o con unas tijeras.
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    Coloca las vainas en una superficie plana en el exterior. Déjalas secar.
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    Quita las ataduras de las vainas y ábrelas lentamente con la uña de tu pulgar. Cada vaina debe contener múltiples semillas en forma de plumas.
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Método 2
Método 2 de 4:
Germina las semillas

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    Prepara una bandeja de plástico o macetas pequeñas para germinar. Si los contenedores no tienen agujeros para drenaje, debes hacerles unos en la parte de abajo antes de plantarlas. En el caso de las bandejas plásticas, esto lo puedes hacer con la punta de un lapicero o aguja grande en el fondo de cada compartimiento. El agujero no necesita ser grande.
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    Llena los contenedores con un medio para crecimiento que se pueda drenar bien. La vermiculita funciona bien, también es útil una mezcla de suelo y arena o de suelo y perlita.
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    Esparce las semillas en el medio de crecimiento. Si estás usando bandejas o contenedores con un diámetro de diez centímetros (cuatro pulgadas) o menos, solo planta una semilla por compartimiento. Si usas una maceta más grande, esparce varias semillas de forma pareja en el suelo.
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    Cubre las semillas con tierra. Usa solo el suelo que sea suficiente para apenas cubrir las semillas, para prevenir que se vuelen. Las semillas no deben de sembrarse profundamente.
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    Llena una bandeja ancha o un recipiente con piedras y agua. Las piedras deben cubrir por completo el fondo de la bandeja, y el agua no debe llegar más alto del nivel de las piedras.
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    Coloca la bandeja para las semillas encima de las piedras. Agrega agua todos los días para proveerles de suficiente agua en el fondo.
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    Rocía agua encima del suelo una vez cada tres días. Usa un atomizador hasta que la superficie del suelo se sienta húmeda al tacto.
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    Coloca toda la estructura encima de un calentador con la temperatura baja. Durante la germinación, el suelo y sus semillas deben mantenerse a una temperatura entre 27 a 29 grados Celsius (80 y 85 grados Fahrenheit). Analiza el suelo periódicamente con un termómetro para monitorear la temperatura correctamente.
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    Deja de regar una vez que las semillas germinen y sean plántulas. Esto debe suceder en la primera o segunda semana. Debes continuar regándolas en la parte de abajo durante el primer mes.
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    Trasplanta las plántulas a contenedores permanentes. Cada plántula debe tener seis hojas verdaderas en el momento de la trasplantación.
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Método 3
Método 3 de 4:
La trasplantación

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    Elige una maceta o contenedor de tamaño mediano con uno o dos agujeros para drenar. La maceta debe tener entre 15 a 20 centímetros (seis y ocho pulgadas) de diámetro. A las rosas del desierto no les importa estar unidas a la raíz, de hecho crecen mejor de esta manera. Sin embargo, necesitarás replantar la planta conforme crezca.
    • Las macetas de cerámica sin barnizar funcionan mejor ya que el suelo puede secarse entre cada riego.
    • Si usas una maceta de barro, elige una que sea un poco más ancha de lo necesario para proveer a las raíces de espacio extra para expandirse. El barro se rompe fácilmente con la presión de las raíces al extenderse.
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    Llena la maceta con una mezcla para sembrar que drene bien. Una mezcla hecha de partes iguales de arena y de tierra de cactus para sembrar funciona bastante bien. Evita los suelos pesados que no drenan bien, ya que las plantas prefieren que sus raíces estén secas y pueden pudrirse rápidamente si se mantienen muy mojadas.
    • La arena fina, también se llama arena de silicio o arena para construir, tiene bordes afilados y se asemeja a la arena pequeña para acuarios. Se usa frecuentemente para preparar el concreto, y puedes encontrarla en una ferretería.
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    Mezcla un poco de fertilizante de liberación prolongada en la mezcla para sembrar. Revisa las instrucciones provistas en la etiqueta del fertilizante para medidas más precisas.
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    Cava un agujero pequeño en el medio de la tierra. Este agujero debe tener la misma profundidad que el contenedor de las semillas.
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    Quita la plántula de su contenedor suavemente. Si creció en una bandeja plástica delgada, hala los bordes suavemente del compartimento hasta que la plántula se suelte junto con la tierra y todo lo demás.
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    Coloca la plántula en el agujero agregándole suelo alrededor. La plántula debe colocarse en su lugar firmemente.
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Método 4
Método 4 de 4:
Cuidados

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    Coloca la maceta en el sol. Una ventana que esté orientada hacia el sur que reciba mucha luz solar es ideal, ya que tu rosa del desierto debe recibir al menos ocho horas de sol al día.
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    Considera colocar luz artificial si no puedes proveerle de suficiente luz solar. Coloca tus plantas a 15 centímetros () de la luz artificial, y déjalas allí durante 12 horas al día.
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    Riega tu planta de forma regular. Deja que el suelo se seque entre cada riego y solamente riega cuando la parte superior del suelo (2,5 a 5 centímetros o 2 pulgadas) se sienta seco al tacto. Riega levemente cuando sea necesario, haciendo que el suelo se humedezca sin saturarlo.
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    Mantén tus plantas cálidas. La temperatura ideal varía entre 24 a 29 grados Celsius (75 y 85 grados Fahrenheit), pero las temperaturas nocturnas bajan hasta 8 grados Celsius (15 grados Fahrenheit). A esta temperatura, la planta puede sufrir daño severo o incluso morir.
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    Alimenta tu rosa del desierto con aplicaciones frecuentes de fertilizante líquido hasta que florezca. Usa fertilizante 20-20-20, diluido a la mitad de su concentración. Un fertilizante 20-20-20 tiene niveles balanceados de nitrógeno, fósforo y potasio. El nitrógeno ayuda a que el follaje crezca, el fósforo ayuda al desarrollo de la raíz y el potasio mantiene a las flores brotando. Si el fertilizante contiene un porcentaje alto de cualquier elemento, tu planta podría dañarse.
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    Continúa alimentando la rosa del desierto con cantidades grandes de fertilizante incluso después de que florezca.
    • Dale agua a tu planta y fertilizante soluble líquido una vez cada dos semanas durante la primavera.
    • En el verano, cambia a una sola aplicación de fertilizante de palmera de liberación prolongada.
    • Aplícale de nuevo fertilizante de liberación prolongada durante el inicio del otoño.
    • Dale a las flores unas pocas dosis de fertilizante líquido durante el invierno, siempre y cuando logres mantener la temperatura del suelo a 27 grados Celsius (80 grados Faherenheit) o más.
    • Después de tres años, cuando la planta madure, deja de aplicar fertilizante líquido. Sin embargo, aún puede beneficiarse con fertilizante de liberación prolongada.
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Consejos

  • Si tienes dificultad para que tus rosas del desierto crezcan desde la semilla, intenta propagarlas cuando son esquejes. Los esquejes son la forma más fácil y popular de sembrar estas plantas.
  • Vigila las pestes y las enfermedades. Las chinches y los ácaros están entre los insectos que ocasionalmente atacan la planta, y son de los pocos que lo hacen. Sin embargo, las enfermedades son el mayor problema, y la consecuencia más grave es el pudrimiento de la raíz.
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Advertencias

  • Las rosas del desierto son plantas venenosas. No consumas ninguna parte de la planta y lávate las manos completamente después de tocarlas, ya que su sabia también es tóxica.
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Cosas que necesitarás

  • Semillas de rosas del desierto frescas
  • Tijeras
  • Alambre de amarre
  • Bandeja plástica para sembrar
  • Botella atomizadora
  • Regadera
  • Bandeja poco profunda
  • Piedras
  • Luces de crecimiento fluorescentes
  • Mezcla para sembrado
  • Maceta mediana u otro contenedor
  • Termómetro
  • Fertilizante

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Categorías: Propagación de flores
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