El mal aliento, también conocido como halitosis, puede ser un problema complicado y embarazoso de tratar, pero, afortunadamente, es bastante sencillo. Con algunas medidas de higiene oral sencillas y algunos cambios en tu estilo de vida, puedes deshacerte del mal aliento para siempre.

Método 1
Método 1 de 3:
Quitar el mal aliento

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    Cepíllate los dientes durante dos minutos, dos veces al día. Esto es lo primero que debes hacer para combatir el mal aliento. Usa un cepillo de dientes y una pasta dental con flúor, y cepíllate los dientes todas las mañanas y las noches. Configura un temporizador para dos minutos o escucha una canción breve para tener un registro del tiempo, dado que muchas personas no suelen cepillarse durante el tiempo completo.[1] Si realmente te preocupa tener mal aliento, cepíllate después de cada comida.
    • No "refriegues" los dientes demasiado fuerte. Sostén el cepillo como si fuese un lápiz y realiza movimientos circulares suaves.[2]
    • Sujeta el cepillo a un ángulo de 45 grados, junto al borde de las encías.
    • No olvides cepillar la lengua y el paladar.
    • Reemplaza tu cepillo cada dos o tres meses.
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    Usa hilo dental una vez al día. Esta es la forma más efectiva de eliminar los restos de comida y las placas entre los dientes, donde puede irritar las encías y promover el crecimiento de las bacterias que causan el mal olor. Asegúrate de cepillar todos los lados de cada pieza dentaria.
    • El hilo debe formar una "C" alrededor de cada diente.
    • Solo debes pasar el hilo dental en la línea de la encía. Si comienza a sangrar, enjuágate la boca y vuelve a pasar el hilo con suavidad.
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    Usa un enjuague bucal antibacteriano para lavarte toda la boca. Usa este producto algunas veces por semana después de cepillarte y usar el hilo dental. Jamás uses un enjuague con alcohol, dado que resecará la boca y empeorará el aliento a largo plazo.[3]
    • Por lo general, el enjuague bucal oculta el mal aliento, en vez de curarlo. Por lo tanto, asegúrate de seguir usando el hilo dental y cepillándote los dientes de manera frecuente.
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    Mantente hidratado. La deshidratación es una de las causas principales del mal aliento, pero se puede remediar fácilmente. Asegúrate de beber entre cuatro y cinco vasos de agua por día para mantener la boca saludable y limpia.[4]
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    Masca chicles sin azúcar. La goma de mascar promueve la producción de saliva, lo que permite mantener la hidratación en la boca y el equilibrio de las bacterias. Sin embargo, las versiones con azúcar empeoran el aliento, dado que alimentan a las bacterias de la boca y crean un aliento más fuerte.
    • Mascar un chicle sin azúcar después de cada comida puede ayudarte a mantener la boca saludable.[5]
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    Masca perejil fresco para quitar el mal aliento como una solución temporal. Las hierbas de hojas verdes como el perejil contienen clorofila, conocida por desodorizar la boca de manera natural. Masca algunas ramitas para refrescar el aliento rápidamente.[6] [7]
    • La albahaca fresca, el cardamomo, el romero y el té verde también tienen propiedades similares a la hora de refrescar el aliento.
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    Incorpora más zinc en tu dieta. El zinc, presente en algunos enjuagues bucales, ayuda a combatir la halitosis y a prevenir el mal aliento. Se encuentra en las semillas de varios tipos de calabazas y calabacines, en el cacao y en las vísceras y los órganos de los animales, como el hígado. También es una parte esencial de muchos multivitamínicos y se puede comprar en forma de suplemento en cualquier farmacia.
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    Visita a tu dentista o higienista bucodental cada seis u ocho meses. Las limpiezas profesionales remueven la placa y permiten observar cualquier señal antes de que se convierta en un problema. Asegúrate de pedir las consultas regulares y hacerle preguntas a tu dentista con respecto al aliento.

Método 2
Método 2 de 3:
Evitar el mal aliento

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    Toma un probiótico una vez al día. El desequilibro de las bacterias en el tracto digestivo puede promover la formación de gases y olores que se trasladan al aliento. Los probióticos (disponibles en la mayoría de los supermercados y las farmacias en la sección de suplementos) permiten restablecer el equilibrio de las bacterias intestinales para mejorar la digestión y el aliento.
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    Evita las comidas picantes, el ajo y la cebolla. Estas comidas pueden causar mal aliento, sin importar cuánto te cepilles los dientes. Esto se debe a que, durante su digestión, las sustancias químicas que causan el olor se liberan en el torrente sanguíneo y se eliminan más tarde a través de los pulmones.[8]
    • En el caso de no poder evitar estas comidas, lleva una chicle sin azúcar o un enjuague bucal de tamaño viaje para usar después de comer.
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    Evita los productos con tabaco. Muchas personas sufren mal aliento crónico dado que fuman o mascan tabaco, lo que mancha los dientes y daña las encías. Esto puede promover el crecimiento de las bacterias y causar mal aliento.[9]
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    Reduce el consumo de alcohol. La cerveza, el vino y los licores pueden causar mal aliento hasta por 8 o 10 horas después de beber.[10] El alcohol seca la boca, y el azúcar presente en la mayoría de las bebidas alimenta a las bacterias responsables por el mal aliento.
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    Enjuágate la boca después de cada comida. Esto es muy útil si no puedes cepillarte rápidamente. Después de comer, enjuágate con varios sorbos de agua fría y escúpela para eliminar las partículas de comida que puedan causar mal aliento.
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    Lleva una dieta completa y saludable. Asegúrate de llevar una alimentación completa al incorporar frutas naturales, vegetales y cereales. Los alimentos y las bebidas con mucha azúcar (como los refrescos y los dulces) contribuyen al mal aliento.
    • Las dietas bajas en carbohidratos (menos pan, pasta, cereal, etc.) promueven el mal aliento, dado que el cuerpo libera "cetonas", sustancias con un fuerte olor.[11]
    • El ayuno y las dietas extremas pueden causar un mal aliento que no se puede quitar.[12]

Método 3
Método 3 de 3:
Diagnosticar el mal aliento crónico

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    Presta atención a las señales de la enfermedad de las encías. La periodontitis (o enfermedad de las encías) ocurre cuando las encías retroceden de los dientes y crean un “bolsillo” donde se acumulan bacterias. Además de llevar a un mal aliento incontrolable, este problema puede dañar los dientes si no se trata rápidamente. Los síntomas incluyen:
    • encías sensibles o inflamadas
    • pérdida de las piezas dentales
    • sangrado o dolor durante el cepillado[13]
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    Visita a un dentista de inmediato si observas caries o restauraciones agrietadas. Estos son puntos críticos de infección que causan mal aliento. Si sientes un dolor constante en algún diente u observas una sensibilidad repentina ante los cambios de temperatura, debes pedir una cita con tu dentista cuanto antes.
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    Reconoce los posibles problemas estomacales que causan mal aliento. Ciertas afecciones estomacales, como el reflujo gástrico, pueden crear gases y sustancias químicas con un olor fuerte que se elimina por la boca. Consulta con tu médico si sufres dolores estomacales crónicos, tienes problemas de digestión o si el mal aliento persistente después de cepillarte los dientes y usar un enjuague bucal.
    • Si el mal aliento ocurre de forma repentina, puede ser una señal de una afección más importante. Pide una cita con tu médico tan pronto como sea posible.[14]
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    Observa los efectos secundarios de tus medicamentos. Desafortunadamente, algunos medicamentos pueden causar mal aliento. Por lo general, los efectos secundarios como "resequedad de la boca" pueden llevar a un desequilibrio de las bacterias de la boca, lo que promueve el mal aliento. En el caso de que el problema se convierta en algo muy molesto, habla con tu médico para conocer otras opciones de medicamentos.
    • Por lo general, los fármacos que tratan la depresión, la ansiedad, las alergias, el acné y la obesidad pueden causar mal aliento.[15]
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    Comprende que ciertas enfermedades crónicas pueden causar mal aliento. La diabetes, la bronquitis crónica, las enfermedades hepáticas y las infecciones respiratorias pueden causar un mal aliento que se debe tratar de cerca. Asegúrate de cepillarte los dientes y usar hilo dental con frecuencia, además de tener a mano chicles sin azúcar para ocultar el mal aliento que no se puede tratar.

Consejos

  • Cambiar tu cepillo de dientes de manera regular te ayudará a limpiar la boca correctamente.
  • Cepillarte los dientes después de cada comida evita el desarrollo del mal aliento.

Advertencias

  • Pide una cita con tu dentista o médico si el mal aliento dura más de una semana y no responde al cepillado y el uso de hilo dental.
  • Evita los enjuagues bucales con alcohol.

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