En caso de que te sientas estreñido, realizarte un enema puede ser una forma rápida de aliviar tus síntomas. Si es que nunca te hiciste uno antes, podría parecer un poco intimidante, pero es un proceso bastante simple. Tan solo debes tener cuidado de contar con algo de privacidad y tiempo libre para permanecer cerca del inodoro. Sin embargo, debes tener en cuenta que los enemas solo deben realizarse de vez en cuando, y es recomendable que converses con tu doctor antes de realizar uno en casa debido a que puede hacer que corras un mayor riesgo de deshidratarte o experimentar inflamación o incluso perforaciones en el intestino.[1]

Método 1
Método 1 de 3:
Prepararte para el procedimiento

  1. 1
    Conversa con tu doctor antes de realizarte un enema tú mismo. Por lo general, es seguro realizarte un enema, pero es probable que de todos modos sea recomendable conversar primero con tu doctor al respecto. Quizás te recomiende que pruebes primero con otros métodos para aliviar el estreñimiento (por ejemplo, tomar un suplemento de fibra o un laxante sin receta en caso de que aún no lo hayas hecho). En caso de que te recomiende un enema, puede informarte acerca de la frecuencia con la que debas realizártelo o qué hacer si no te alivia los síntomas de estreñimiento.[2]
    • Algunas veces, es posible que tu doctor te pida que te realices un enema antes de presentarte para un procedimiento (por ejemplo, una colonoscopia).
  2. 2
    Prepara tu propia solución en caso de que vayas a realizar un enema de solución salina. A menos que tu doctor te indique lo contrario, lo más seguro es usar una solución salina simple al realizar un enema. Es fácil preparar tu propia solución salina. Tan solo añade 2 cucharaditas de sal de mesa a 1000 ml (1 cuarto de galón) de agua destilada tibia.[3]
    • Debes comprar agua destilada debido a que es posible que el agua del grifo contenga contaminantes que no quieras introducirte en el recto.
    • En caso de que vayas a preparar una solución casera para un enema, también será necesario que compres una bolsa y un tubo para enema.
    • Evita añadir cualquier otro ingrediente a la solución salina a menos que tu doctor te lo recomiende. Aunque lo veas recomendado en línea o por tus amigos o tu familia, evita añadir jugos de fruta, hierbas, vinagre, café o alcohol al enema. Los riesgos que conlleva introducirte estas sustancias en el colon pesan mucho más que cualquier posible beneficio.[4]
    • Después de preparar la solución salina, llena la bolsa para el enema con 180 ml (6 onzas fluidas) para niños de 2 a 6 años, 350 ml (12 onzas fluidas) para niños de 6 a 12 años y 470 ml (16 onzas fluidas) para cualquier persona de 13 años en adelante.
    • Evita realizarle un enema a un niño de menos de 2 años a menos que tu doctor te lo indique.
  3. 3
    Compra un kit en caso de que tu doctor te recomiende un enema de aceite mineral o de fosfato. Tanto el aceite mineral como el fosfato se usan como laxantes y, por tanto, pueden incrementar la eficacia del enema. El aceite mineral puede ser menos irritante que un enema de fosfato, aunque debes conversar con tu doctor antes de usar cualquiera de ellos.[5]
    • Por lo general, los enemas de confección vienen en tamaños para niños y adultos. Lee con cuidado la etiqueta para tener la certeza de adquirir el enema adecuado para tu edad y el tamaño de tu cuerpo.
    • En el caso de un enema con aceite mineral, la dosis será de 60 ml (2 onzas fluidas) para niños de 2 a 6 años y 130 ml (4,5 onzas fluidas) para cualquier persona de más de 6 años.
    • En caso de que vayas a usar un enema de fosfato, la dosis será de 30 ml (1 onza fluida) para los niños con un peso de 9 kg (20 libras) o más, 60 ml (2 onzas fluidas) para los niños con un peso de por lo menos 20 kg (40 libras), 90 ml (3 onzas fluidas) para alguien que pese 30 kg (60 libras) en adelante, 120 ml (4 onzas fluidas) para alguien que pese 35 kg (80 libras) y 130 ml (4,5 onzas fluidas) para alguien que pese 40 kg (90 libras) en adelante.

    Advertencia: a los niños pequeños y adultos mayores no se les debe realizar enemas de fosfato, ya que pueden ocasionar un desequilibrio peligroso de electrolitos.[6]

  4. 4
    Bebe 1 o 2 vasos de agua 30 minutos antes del enema. En ocasiones, los enemas pueden deshidratarte, ya que estimularán a los intestinos a evacuar. Para ayudar a evitarlo, puedes beber entre 240 y 470 ml (8 a 16 onzas fluidas) de agua media hora antes de cuando tengas la intención de realizar el enema.[7]
    • También debes beber bastantes líquidos después del enema para reponer tu nivel de líquidos.
    • Beber más agua también podría ayudar a evitar que vuelvas a estreñirte.
  5. 5
    Coloca toallas dobladas en el suelo del baño. Es posible que debas ir al inodoro con mucha rapidez, por lo que lo mejor es realizar un enema en el baño. Asimismo, es el mejor lugar para asegurarte de tener privacidad durante el procedimiento. Puedes disponer la zona extendiendo varias toallas dobladas en el suelo del baño de forma que tengas un lugar cómodo para descansar en tanto esperas.[8]
    • Ten cuidado de que haya un lugar cercano en donde puedas colocar la bolsa del enema mientras esperas (por ejemplo, un taburete pequeño o un gancho del cual puedas colgarla).
    • Asimismo, quizás debas tener un libro o una revista a la mano de forma que tengas algo para leer mientras realizas el enema.
  6. 6
    Lubrica la punta de la boquilla del tubo del enema. Cubre los últimos 7,5 cm (3 pulgadas) de la boquilla con vaselina o un lubricante personal a base de agua. Esto facilitará la introducción de la boquilla cuando empieces el enema y hará que sea más cómodo.[9]
    • Si deseas, también es posible untarte un poco de lubricante alrededor del ano.

Método 2
Método 2 de 3:
Administrar el enema

  1. 1
    Recuéstate en el suelo y lleva tus rodillas hacia el pecho. Una vez que estés listo para empezar el enema, quítate la ropa y ten cuidado de que los suministros para el enema se encuentren cerca de las toallas que hayas colocado en el suelo. Luego, recuéstate por completo boca arriba y lleva las rodillas hacia arriba hasta poder alcanzar con facilidad tu trasero.[10]
    • En caso de que te sea difícil recostarte boca arriba, quizás prefieras recostarte sobre el lado izquierdo. Elige la posición que te resulte más cómoda.[11]
  2. 2
    Introduce la punta de la boquilla 7,5 cm (3 pulgadas) en el recto. En caso de que la boquilla tenga una tapa, quítasela. Luego, con mucha suavidad, empuja la punta de la boquilla dentro de tu trasero. Evita forzarla dentro y tómate tu tiempo. En caso de que necesites ayuda para relajarte, respira hondo lentamente varias veces y concéntrate en cuánto mejor te sentirás después de aliviarte el estreñimiento.[12]
    • Si bien es posible que esto se sienta un poco incómodo, no debe ser doloroso. La punta de la boquilla debe ser redondeada para que sea más fácil introducirla.
    • En caso de que vayas a realizarle el enema a un niño, debes introducirla únicamente entre 4 y 5 cm (1 1/2 a 2 pulgadas) en el recto.
    • Haz el intento de sujetar la boquilla con los dedos pulgar e índice a alrededor de un dedo del extremo. Cuando tus dedos toquen tu piel, habrás introducido la boquilla lo suficiente.
  3. 3
    Coloca la bolsa del enema o cuélgala a entre 30 y 60 cm (1 a 2 pies) más arriba que el recto. Extiende la bolsa sobre una superficie resistente o cuélgala de un gancho pequeño de forma que quede ligeramente elevada. Esto hará que la gravedad trabaje para vaciar el contenido de la bolsa dentro de tu recto y no tendrás que mantener sujetada la bolsa todo el tiempo.[13]
    • En caso de que vayas a usar un enema desechable, quizás debas exprimirte el contenido del recipiente en el recto. De ser el caso, debes hacerlo con lentitud y tener cuidado de vaciar toda la bolsa.
  4. 4
    Deja que la bolsa se vacíe y luego retira la boquilla. Es probable que tome entre 5 y 10 minutos para que toda la solución del enema se vacíe en tu recto. En tanto esperas, debes relajarte lo más posible y hacer el intento de no moverte. Después de que la bolsa esté vacía, desliza la boquilla con cuidado y lentitud para sacártela del recto.[14]
    • Quizás te sea de ayuda tener algo para distraerte durante este tiempo (por ejemplo, un libro, un poco de música o un juego en tu teléfono).
    • En caso de que experimentes calambres, quizás debas bajar un poco la bolsa. Esto ralentizará el flujo de la solución.
  5. 5
    Haz el intento de retener el enema dentro por hasta 15 minutos. Después de retirar la boquilla, recuéstate inmóvil y haz el intento de resistir por el mayor tiempo posible las ganas de vaciar tus intestinos. Lo mejor es retener el enema por alrededor de 15 minutos, aunque incluso esperar entre 5 y 10 minutos podría bastar para ayudar a estimular tus intestinos.[15]
  6. 6
    Evacúa el enema en el inodoro. Cuando hayan pasado 15 minutos o cuando ya no puedas retenerlo por más tiempo, levántate con cuidado y trasládate al inodoro. Luego, suelta tus intestinos para expulsar el líquido del enema. Después, quizás quieras ducharte o usar una toallita húmeda para limpiarte el lubricante restante de alrededor del trasero.[16]
    • Quizás tengas una deyección en este momento, pero no hay problema si no es así.
    • Es recomendable mantenerte cerca del inodoro durante alrededor de la siguiente hora, ya que es posible que tengas otra deyección durante ese tiempo. Sin embargo, cuando haya pasado una hora, estarás libre para reanudar tus actividades regulares.[17]
    • Es posible que experimentes calambres estomacales por un corto periodo de tiempo después de realizarte el enema. En caso de que te sientas un poco débil o mareado después del enema, recuéstate hasta que pase esa sensación.[18]
  7. 7
    Esteriliza el equipo del enema o deséchalo. En caso de que hayas comprado equipo reutilizable para enemas, lava muy bien la boquilla y el tubo usando agua jabonosa y luego coloca las piezas en agua hirviendo por alrededor de 10 minutos para esterilizarlas. Enjuaga la bolsa del enema con agua tibia.[19]
    • En caso de que hayas usado un kit desechable para enema, puedes desechar todo el equipo al terminar.

Método 3
Método 3 de 3:
Cuándo buscar atención médica

  1. 1
    Consulta con tu doctor en caso de que no hayas tenido una deyección en 3 días. Un enema puede ser una forma rápida de aliviar el estreñimiento pero, en caso de que no hayas tenido una deyección en 3 días, es importante conversar con tu doctor. Él puede ayudarte a determinar si hay un problema que te ocasiona estreñimiento, y puedes consultarle si un enema podría ser una buena opción.[20]
    • En caso de que estés estreñido con frecuencia, tu doctor también podría recomendarte determinados cambios a tu estilo de vida (por ejemplo, beber más agua o consumir más fibra o alimentos fermentados).
  2. 2
    Llama a tu doctor en caso de que experimentes efectos secundarios después del enema. Es normal que te sientas un poco mareado o tengas algunos calambres estomacales después de un enema, pero los efectos secundarios más graves podrían indicar una lesión interna. En caso de que experimentes alguno de los siguientes síntomas después de un enema, llama a tu doctor y pide que te vea de inmediato o bien acude a una sala de urgencias:[21]
    • sentir mucho mareo, debilidad o cansancio
    • desmayos
    • desarrollo de un salpullido
    • incapacidad para orinar
    • diarrea grave y prolongada
    • empeoramiento del estreñimiento
    • hinchazón de las manos o los pies
  3. 3
    Acude de inmediato a la sala de urgencias en caso de que experimentes sangrado del recto o dolores abdominales graves. Realizarte un enema a ti mismo conlleva el riesgo de perforarte un lado de la pared intestinal, lo cual puede ser un problema muy peligroso. Por ende, debes solicitar asistencia médica de emergencia de inmediato si experimentas sangrado del recto o dolores o calambres graves en el estómago o la zona lumbar de la espalda.[22]
    • Asimismo, podrías experimentar fiebre, escalofríos, náuseas o vómitos.[23]

Consejos

  • La temperatura ideal para la solución del enema es de alrededor de la temperatura corporal, o justo alrededor de 38 °C (100 °F). En caso de que esté demasiado fría, podrías experimentar calambres y, si está muy caliente, podrías tener una sensación de ardor.[24]
  • Ten cuidado de tener cerca todo lo que necesites para que así no sea necesario estirarte ni alcanzar cosas incómodamente durante el enema.

Advertencias

  • Siempre debes lubricar muy bien la boquilla del enema.[25]
  • Evita realizarle un enema a niños menores de 2 años a menos que tu doctor te haya indicado que lo hagas.[26]
  • No debes usar nada que no sea una solución salina o una solución ya hecha para un enema. El alcohol es particularmente peligroso debido a que puede ocasionar intoxicación etílica e incluso la muerte.[27]

Acerca de este wikiHow

Personal de wikiHow
Coescrito por:
wikiHow Staff Writer
Nuestro equipo de editores e investigadores capacitados han sido autores de este artículo y lo han validado por su precisión y amplitud.

wikiHow's Content Management Team revisa cuidadosamente el trabajo de nuestro personal editorial para asegurar que cada artículo cumpla con nuestros altos estándares de calidad. Este artículo ha sido visto 1 390 605 veces.
Categorías: Salud