Las flores secas de manzanilla tienen muchos usos y beneficios para la salud. Se pueden convertir en tés relajantes y cremas para aliviar la piel, y añadir a recetas por su sabor. Tal vez acabas de recoger algunas flores de manzanilla del jardín o acabas de volver del mercado de agricultores con un ramo fresco; sin embargo, muchas recetas de brebajes de manzanilla requieren de flores secas, no frescas. No te preocupes, hay unas cuantas maneras de secarlas en casa. Una vez que las hayas secado, estarán listas para el proyecto que elijas, ya sea que se trate de té, de cocina, de medicina, de cosméticos, de decoración o de un baño aromático agradable.

Método 1
Método 1 de 3:
Secar al sol la manzanilla

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    Revisa las flores y elimina cualquier insecto o residuo. Desecha las flores que tengan partes podridas o que los insectos se las hayan comido. Agita o sopla suavemente las flores para eliminar los residuos.[1]
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    Elimina los tallos si deseas. A menos que te guste cómo se ven, no tiene mucho sentido que los conserves. Es la cabeza de la flor la que contiene las propiedades curativas y el sabor, pero si te gusta cómo se ven o cómo huelen los tallos, puedes dejarlos.
    • Por ejemplo, si quieres usar la manzanilla para hacer té, funcionará ya sea que conserves o no los tallos. La flor es la parte que da al té su sabor y que contiene los beneficios para la salud.[2]
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    Lava las flores en agua si crees que han sido expuestas a pesticidas. Remójalas cuidadosamente en un tazón de agua fría aproximadamente por un minuto. Ten cuidado de no destruir las flores delicadas agarrándolas bruscamente o rociándolas con un chorro de agua.[3]
    • Escurre las flores usando un colador de malla y dándoles palmaditas suavemente con una toalla para ayudar a que se sequen.[4]
    • Si crees que las flores no están sucias o contaminadas con sustancias químicas, es mejor no lavarlas. Humedecerlas aumenta la probabilidad de que se enmohezcan a medida que se secan.[5]
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    Pon las flores a secar. Colócalas en una sola capa sobre un pedazo plano de periódico, una sábana o una malla. Asegúrate de que las flores no se superpongan, pues esto desacelerará el proceso de secado. Deja un poco de espacio entre cada flor.[6]
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    Deja que las flores sequen por 1 o 2 semanas. Ponlas en espacios interiores, en un área que sea cálida, que esté bien ventilada y que no sea húmeda. Evita la luz solar directa, el calor extremo y la humedad.[7]
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    Guarda las flores en un recipiente hermético una vez que estén completamente secas. Una buena opción es un frasco de vidrio con una tapa que lo selle. Mantén el recipiente en un lugar fresco y seco hasta por un año.[8]

Método 2
Método 2 de 3:
Usar un deshidratador de alimentos

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    Precalienta el deshidratador a la temperatura que desees. La temperatura que escojas depende de tus preferencias y del tamaño y de la sequedad de las flores. Por ejemplo, 41 °C (105 °F) es una temperatura típica para las flores de tamaño promedio.[9]
    • Por lo general, no hay lugar a error si usas el nivel más bajo de temperatura en el deshidratador. Las temperaturas más bajas pueden tardar más, pero secarán las flores minuciosamente sin dañarlas.[10]
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    Coloca las flores en el deshidratador en una sola capa. Si las flores son lo suficientemente pequeñas para caerse por las grietas de la bandeja del deshidratador, alinea primero la bandeja con el papel manteca.[11]
    • Para impedir que las flores se muevan de su lugar, pon un forro de malla encima de ellas.
    • Asegúrate de que las flores no se superpongan. Deja espacio entre cada flor para que estén expuestas a la mayor cantidad de aire posible.
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    Deja que sequen. Revísalas aproximadamente cada 30 minutos. Dependiendo de la temperatura, las flores pueden demorar en secar completamente algunas horas o un día entero.[12]
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    Fíjate si las flores se han secado completamente. Sabrás que están listas si están crujientes y quebradizas. Tócalas suavemente con la mano para ver si su textura ha cambiado.
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    Guarda la manzanilla en un lugar seco. Si no la usas inmediatamente, puedes mantener las flores secas en un recipiente hermético, como un frasco de vidrio, hasta por un año.[13]

Método 3
Método 3 de 3:
Usar artefactos de cocina

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    Seca las flores de manzanilla en el horno. La temperatura más baja del horno debe ser suficiente para secarlas en algunas horas. Espárcelas en una sola capa sobre una bandeja para hornear forrada con papel manteca.[14]
    • Coloca la bandeja para hornear en el horno y espera algunas horas, revisándola aproximadamente cada 30 minutos.
    • Considera la posibilidad de dejar la puerta ligeramente abierta para una mejor ventilación.
    • Si tienes un horno de gas, ni siquiera necesitas encender el horno. Probablemente, la luz piloto sea suficiente para secar las flores por la noche.[15]
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    Usa un microondas si tienes una pequeña cantidad de manzanilla. Este método funciona si tienes solo un puñado de flores que desees secar rápidamente. Si tienes un cantidad mayor de manzanilla, usa otro método.
    • Ajusta el microondas a la temperatura más baja. En muchos microondas, este es el modo de "descongelamiento".[16]
    • Esparce las flores en una capa uniforme sobre una superficie plana forrada con papel manteca o con una toalla de papel. Asegúrate de que haya espacio entre cada flor y que ninguna se superponga.
    • Calienta las flores por 30 segundos a la vez.
    • Sácalas del microondas para que reposen a temperatura ambiente al menos por un minuto entre cada intervalo de 30 segundos.
    • Repite estos intervalos hasta que las flores estén secas. Todo el proceso debe durar varios minutos.[17]
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    Toca las flores para asegurarte de que estén listas. No debes sentir nada de humedad en las flores. Si no están crujientes y quebradizas, entonces debes secarlas por más tiempo.[18]
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    Guarda las flores en un lugar fresco y seco. Cuando no haya nada de humedad, las flores de manzanilla secas se pueden usar inmediatamente o se pueden mantener en un recipiente hermético para usarlas a lo largo de los siguientes meses. Mantener el frasco sellado en el armario de la cocina funcionará bien.[19]

Consejos

  • Secar al sol es el método más simple y económico, pero puede hacer que las plantas pierdan un poco de sabor y de color.[1]
  • Por lo general, es preferible usar una temperatura más baja que una más alta. Secar manzanilla en un horno o en un deshidratador muy caliente, o bajo luz solar directa, la cocinará en vez de eliminar lentamente la humedad.[20]
  • Es probable que no puedas notar a simple vista si las flores están secas. En vez de eso, trata de tocarlas para verificar la sequedad. Cuando estén quebradizas y crujientes, y no flexibles, entonces estarán listas.[21]

Advertencias

  • Si no usas la manzanilla seca inmediatamente, asegúrate de guardarla en un recipiente hermético en un lugar que no sea muy húmedo.

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Categorías: Salud alternativa