La humedad puede ser muy perjudicial para los libros y puede causar que las páginas se desgarren, se peguen y les aparezca moho si no se actúa rápidamente. Afortunadamente, los bibliotecarios y los curadores de los documentos del mundo han desarrollado muchas técnicas útiles para secar los libros humedecidos y para minimizar el daño causado por la humedad. Es posible secar tu libro y volver a darle una excelente condición en algunos días o en algunas semanas ya sea que esté completamente empapado, moderadamente humedecido o ligeramente húmedo.

Método 1
Método 1 de 4:
Secar libros empapados

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    Pasa un paño sobre el libro para absorber el exceso de agua. La cantidad exacta de pasos que tomes para secar un libro humedecido diferirá en base a cuán humedecido esté el libro. Deberás retirar tanta agua en exceso del exterior del libro como puedas si está tan empapado como para que gotee. Sujeta al libro cerrado y agítalo suavemente para retirar el líquido externo. Luego, pasa suavemente un trapo o una toallita de papel sobre la parte exterior de la cubierta del libro.
    • No abras el libro todavía. Las páginas estarán muy delicadas que se podrían desgarrar fácilmente si gotean agua. En esta fase, concéntrate en retirar la humedad que está en el exterior del libro.
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    Coloca algunas toallitas de papel. Luego, coloca unas toallitas de papel simples y blancas en un área despejada, plana y seca. Escoge un lugar despejado para que el libro se pueda secar.
    • Este lugar puede ser en el exterior si vives en un sitio de clima seco. Sin embargo, sin importar el sitio en donde vivas, no querrás dejar el libro ahí de la noche a la mañana ya que el rocío se forma en la mañana y puede anular el progreso que hayas conseguido.[1]
    • Puedes utilizar trapos secos si no tienes toallitas de papel simples y blancas a la mano. No utilices toallitas de papel teñidas ya que se destiñen cuando se humedecen.
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    Para recto el libro. Toma el libro humedecido y colócalo encima de las toallitas de papel de modo que se pare recto. Esto debe ser fácil en el caso de los libros de pasta dura. Solo abre ligeramente la cubierta (sin separar las páginas) hasta que el libro pueda pararse sin ayuda. Esto puede ser más difícil en el caso de los libros de pasta blanda. No querrás que tu libro ceda cuando se seque, así que utiliza un sujetalibros o unas pesas para mantenerlo recto si es necesario.
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    Coloca toallitas de papel dentro de las cubiertas. Luego, coloca toallitas de papel o trapos secos y delgados si no tienes toallitas y mételos dentro de cada cubierta. Las toallitas deben estar entre cada cubierta y el bloque de texto (las páginas internas del libro).
    • No toques las páginas cuando lo hagas. El bloque de texto debe permanecer básicamente en una "masa" grande. Poner las páginas ante un ventilador en esta fase puede hacer que se arruguen o deformen cuando el libro se seque.
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    Deja que el libro repose. Déjalo reposar en su posición recta cuando hayas colocado las toallitas de papel. El material absorbente de las toallitas de papel debe comenzar rápidamente a retirar la humedad del libro.
    • Puedes colocar una o más esponjas secas debajo de las toallitas de papel en las que el libro reposa para ayudar al proceso de absorción.
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    Coloca toallitas de papel según sea necesario. Revisa el progreso del libro cada hora más o menos. A medida en que las toallitas de papel retiren la humedad del libro, se saturarán en algún momento y no podrán contener más líquido. Retira con cuidado las toallitas de papel y reemplázalas por unas nuevas y secas cuando notes que las primeras estén saturadas de líquido. Exprime la esponja y vuelve a colocarla debajo de las toallitas de papel si utilizas una.
    • No olvides vigilar el libro. El moho puede comenzar a crecer en un papel humedecido entre veinticuatro a cuarenta y ocho horas si la humedad permanece en el libro.
    • Continúa de esta forma hasta que el libro ya no gotee o deje charcos cuando lo levantes. Luego, deberás seguir con el siguiente paso.

Método 2
Método 2 de 4:
Secar libros un poco humedecidos

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    Coloca las toallitas de papel cada veinte o treinta páginas. Podrás abrir las páginas cuidadosa y suavemente sin rasgarlas si el libro no gotea (o goteaba y ahora está parcialmente seco). Abre el libro y abre las páginas cuidadosamente, coloca las toallitas de papel absorbente entre las páginas, cada veinte o treinta páginas. Además, coloca una toallita de papel dentro de cada cubierta, entre la cubierta y el boque de texto.
    • Sé cauteloso con la cantidad de toallitas de papel que colocas en el libro. Es posible causar que el lomo del libro se flexione si colocas demasiadas toallitas, lo que puede hacer que el libro se deforme si se deja que se seque de esta forma. Podrías necesitar dejar más espacio entre las páginas cuando coloques las toallitas de papel si esto se vuelve un problema.
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    Deja que el libro repose de lado. Después de terminar de colocar las toallitas de papel en el libro, colócalo de lado para que se seque, en vez de colocarlo recto. Las toallitas de papel absorbente deben comenzar a extraer la humedad del interior del libro. Este proceso puede tomar cierto tiempo, así que sé paciente.
    • Para acelerar el proceso, asegúrate de que el libro esté en un lugar en el que circule continuamente aire seco. Puede ser de mucha ayuda utilizar un deshumificador si vives en un sitio de clima húmedo. De lo contrario, encender un ventilador o abrir algunas ventanas será suficiente.
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    Reemplaza las toallitas de papel según sea necesario. Como mencionamos anteriormente, deberás vigilar regularmente el libro mientras se seca. Cuando notes que las toallitas de papel se saturen con líquido, retíralas con cuidado e inserta unas nuevas entre cada veinte o treinta páginas más o menos. Para asegurarte de que el libro se seque uniformemente, trata de no colocar toallitas de papel entre la misma cantidad de páginas.
    • Cada vez que reemplaces las toallitas de papel, voltea el libro. Este evitará que las páginas se deformen y se doblen cuando se sequen.
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    Mantén el libro en forma de cuadrado a medida en que se seque. A medida en que el papel y el cartón se secan, se endurecen. Esto quiere decir en algún momento el libro se deformará permanentemente si está ladeado cuando se seca. Para evitarlo, mantén al libro en una forma perfecta de cuadrado a medida en que se seque. Utiliza un sujetalibros pesado o unas pesas para sujetar los bordes del libro si se resiste a tus esfuerzos de enderezarlo.
    • En algún momento, tu libro se secará hasta un punto en el que las toallitas de papel ya no se saturarán de agua, y el libro solo estará húmedo. En esta fase, deberás seguir con el siguiente paso.

Método 3
Método 3 de 4:
Secar libros ligeramente húmedos

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    Para el libro y ábrelo. Comienza a secar el libro húmedo al pararlo verticalmente. Como mencionamos anteriormente, esto suele ser fácil si el libro es de pasta dura, pero puede ser más difícil si es un libro de pasta blanda. Puedes utilizar pesas o sujetalibros para mantener recto el libro si lo necesitas. Abre el libro hasta un espacio moderado, no más de 60o. Asegúrate de que el libro esté bien equilibrado y que no se pueda caer antes de proceder.
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    Ventila las páginas. Sin abrir la cubierta del libro no más de 60o, ventila suavemente las páginas. Trata de organizar las páginas de modo que haya un espacio pequeño entre la mayoría de estas (o en todas). Las páginas deben pararse casi rectas, ninguna debe colgar en un ángulo diagonal ni chocarse débilmente entre sí.
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    Circula aire seco en la habitación. Deja que las páginas del libro se comiencen a secar en una posición recta cuando se hayan ventilado uniformemente. Para acelerar el proceso de secado, asegúrate de que circule aire relativamente seco en la habitación. Utiliza un ventilador o crea una corriente de aire al abrir algunas ventanas o utiliza un deshumificador para hacer que se seque si el aire del ambiente es húmedo.
    • Mira con detenimiento los bordes de las páginas del libro si utilizas un ventilador o una brisa natural. El movimiento del aire no debe causar que las páginas revoloteen o se agiten en el viento ya que esto puede hacer que las páginas se doblen y se inflen cuando se sequen.
    • Sé paciente. Puede requerirse días o incluso una semana o más para que el libro se seque por completo.[2] Revisa frecuentemente el libro para tener una idea de cuán rápido se consigue un progreso.
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    Cuando se seque, colócalo debajo de un peso para que se aplane. En algún momento, después de que hayas dejado que el libro se seque pacientemente, no debe quedar más humedad en las páginas. Sin embargo, es probable que el libro no pueda reposarse por completo de una manera plana cuando se seque incluso si sigues con detenimiento las instrucciones. El papel que se utiliza en la mayoría de las páginas de los libros es un poco frágil y puede romperse y deformarse fácilmente cuando se seca, lo cual hace que el libro tenga una apariencia arrugada o doblada cuando se seque al final. Afortunadamente, esto se puede arreglar hasta cierto punto. Coloca el libro en una superficie y coloca un peso encima de este y deja que repose por varios días hasta una semana. Puedes utilizar a los libros de texto gruesos para esto. Esto puede reducir el efecto de arrugarse que se produce cuando se seca, aunque no se puede arreglar por completo.
    • Para evitar deformar el libro, asegúrate de que los bordes estén perfectamente cuadrados cuando coloques el peso. No dejes que este se coloque de una manera que doble el libro o fuerce los bordes de las páginas en un ángulo diagonal.
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    Cuelga los libros empastados en papel en un cordel. Si bien es cierto que los métodos anteriormente mencionados funcionan bien para la mayoría de los libros, los libros empastados en papel que son pequeños y delgados se pueden secar mediante un medio rápido que requiere de menos esfuerzo que el método de ventilar las páginas. Seca tu libro de pasta blanda como lo harías normalmente según los métodos mencionados anteriormente hasta que llegue a punto en el que solo esté húmedo y las toallitas de papel insertas en las páginas ya no se saturen de humedad. En esta fase, coloca un cordel, un alambre delgado o una cuerda entre dos superficies verticales y cuelga el libro encima de modo que se abra hacia abajo. Circula el aire con un ventilador o utiliza un deshumificador si estás en los interiores. El libro se debe secar dentro de algunos días.
    • Como se menciona anteriormente, no dejes que el libro de pasta blanda se quede afuera de la noche a la mañana si lo cuelgas en el exterior. No lo hagas si utilizas un cordel para prendas de vestir. El rocío que se forma en la mañana puede humedecer el libro.
    • No cuelgues libros empastados en papel que estén muy húmedos. El cordel o el alambre pueden desgarrar el libro con su propio peso si está muy húmedo ya que la humedad hace que el papel sea más frágil.

Método 4
Método 4 de 4:
Secar libros con papel satinado

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    Coloca separadores entre cada página húmeda. La situación se vuelve más urgente en comparación con la de los libros ordinarios cuando se mojan los libros de páginas brillantes y lustrosas, como muchas revistas y libros de arte. La humedad puede disolver la cubierta lustrosa de las páginas y puede convertirla en una sustancia adhesiva que puede pegar permanentemente las páginas si se secan. Para evitarlo, separa de inmediato las páginas húmedas al colocar separadores de papel parafinado entre cada par de páginas húmedas. Retira y reemplaza estos separadores cuando se humedezcan.
    • Es importante poner un separador en cada página húmeda. Las páginas se pueden pegar de una manera que incluso los profesionales no pueden reparar si se deja que estén juntas cuando se secan.[3]
    • Puedes utilizar toallitas de papel simples y blancas si no tienes a la mano papel parafinado, con tal de que las reemplaces frecuentemente.
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    Retira las toallitas y ventílalas hasta que se sequen cuando estén húmedas. Retira los separadores y para el libro cuando las páginas se sequen hasta un punto en el que solo estén húmedas y los separadores ya no se humedezcan. Utiliza dos sujetalibros u objetos pesados para darle apoyo al libro si este no puede hacerlo con su propio peso. Ventila las páginas con un ancho no mayor de 60o. Deja que el libro se seque en esta posición.
    • Como mencionamos anteriormente, debes asegurarte de que el aire alrededor del libro circule si puedes hacerlo al utilizar un ventilador o al abrir una ventana para tener una corriente de aire. De igual forma, los deshumificadores pueden ser útiles, en especial si el aire es húmedo.
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    Controla frecuentemente las páginas para prevenir que se peguen. A pesar de que las páginas estén húmedas, en vez de humedecidas, se mantiene el riesgo de que se peguen. Para evitarlo, revisa frecuentemente el libro cuando se seque. Hazlo cada media hora más o menos si puedes. Pasa con cuidado tu dedo pulgar a través de las páginas del libro. Sepáralas y deja que el libro se siga secando si notas que se comienzan a pegar. En algún momento, el libro se debe secar por completo. Es posible que no se pueda evitar que haya algunas ocasiones menores en las que las páginas se peguen, en especial en las esquinas.
    • Como mencionamos anteriormente, no querrás que las páginas del libro se revoloteen con el aire en movimiento ya que esto puede causar una apariencia arrugada o doblada en el libro cuando se seque.
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    Congela el libro si no tienes mucho tiempo. No dejes que el libro repose si está húmedo, tiene páginas lustrosas y no tienes el tiempo o los materiales para separar las páginas a tu disposición. En lugar de ello, coloca el libro en una bolsa de plástico, cierra la bolsa y colócala en el congelador (en cuanto más frío esté, mejor).[4] Hacer esto no será muy beneficio para secarlo, pero prevendrá que le cause daño y te dará tiempo para que consigas lo necesario para secar apropiadamente el libro.
    • No olvides colocar el libro en una bolsa congeladora antes de ponerla en el congelador. Al hacerlo, se previene que el libro se pegue al interior del congelador o con otros objetos.
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    Deja que el libro congelado se descongele gradualmente. Retíralo del congelador si estás listo para intentar secarlo, pero mantenlo dentro de la bolsa y colócalo en un lugar con temperatura ambiente. Deja que el libro se descongele gradualmente dentro de la bolsa. Esto puede tomar algunas horas hasta algunos días, dependerá del tamaño y de la humedad del libro.[5] Retira el libro de la bolsa y sécalo como describimos anteriormente cuando el hielo se haya descongelado por completo.
    • No dejes que el libro se quede en la bolsa más tiempo que el que se requiere para que se descongele. Dejar un libro en un lugar húmedo y confinado incentiva que el moho crezca.

Consejos

  • No lleves contigo tus libros de la biblioteca si irás a la piscina. En lugar de ello, escoge uno de estos para que puedas llevarlo contigo y ponlo dentro de una bolsa grande de plástico. Asegúrate de secarte por completo antes de leerlo.
  • No leas libros en la bañera.
  • No comas ni bebas mientras leer un libro de la biblioteca.

Advertencias

  • Utiliza la secadora para cabello a cierta distancia del libro de modo que no se encienda.
  • Es posible que tengas que reemplazar el libro de la biblioteca si se moja. Sin embargo, dependerá de cuánto daño tenga el libro por el agua.

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Categorías: Libros