Existe un gran número de motivos por los que podrías tener que sedar a tu gato. Tu mascota podría tener problemas para viajar o sentir estrés cuando el veterinario la examina o al recibir un aseo profesional. Si tu gato se encuentra en una situación estresante, hay muchas maneras de calmarlo, algunas requieren medicamentos y otras no. Investiga sobre todos los métodos para identificar el más adecuado para tu mascota.

Método 1
Método 1 de 3:
Elegir un medicamento

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    Consulta con un veterinario. La mayoría de los sedantes requieren una orden de un veterinario. Consulta con un veterinario incluso si vas a comprar un medicamento de venta sin receta, así te cerciorarás de que apruebe su uso. Si empleas un producto de mala calidad, podrías hacer que la salud de tu gato corra peligro. Si un animal va a ser sedado con un medicamento, el veterinario debe revisarlo con anticipación para cerciorarse de que se encuentre lo suficientemente saludable como para sedarlo.
    • Si piensas viajar en avión con un gato, cuéntaselo al veterinario. Al combinar la presión del aire, la elevación y el estrés excesivo, esto puede generar reacciones adversas que podrían ser mortales.[1]
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    Conversa con el veterinario sobre los plazos de tiempo. Cada medicamento requiere un tiempo diferente para surtir efecto, por lo que debes conocer la acción específica de tu medicamento. Consulta con el veterinario con cuánta anticipación debes administrar el medicamento, antes de que ocurra el acontecimiento que le causará estrés a tu gato. Algunos medicamentos pueden surtir efecto de manera instantánea, pero otros podrían requerir hasta una hora para alcanzar su eficacia.
    • En el caso de los medicamentos que requieren un tiempo para surtir efecto, la ansiedad de tu gato podría anular la acción del sedante si no dejas que este surta efecto en un entorno relajado.
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    Conoce los tipos de medicamentos sedantes. Existen muchos tipos de medicamentos diferentes que se emplean para sedar a los gatos. Todos los medicamentos indicados en este artículo requieren que el veterinario revise al animal y recete el medicamento. Conversa con el veterinario sobre las opciones disponibles e identifica la más adecuada para tu mascota. Basándose en su formación, su capacitación y su experiencia, el veterinario te sugerirá el medicamento que cause la menor cantidad de efectos secundarios y riesgos en tu mascota.
    • Las benzodiacepinas son sedantes populares que alivian la ansiedad casi de inmediato. Entre los efectos secundarios se encuentran la pérdida de la orientación, la somnolencia y el aumento del apetito. Asimismo, deben administrarse con mucho cuidado en los gatos que tienen problemas hepáticos o renales.
    • También puedes aliviar la ansiedad con rapidez mediante los antagonistas e inhibidores de la recaptación de serotonina (AIRS), pero estos pueden causar mareos leves y pérdida de la orientación. Deben administrarse con cuidado en los animales con problemas cardiacos.
    • La clonidina y la gabapentina se desarrollaron para el tratamiento de la presión arterial y el dolor neurálgico en las personas, pero cuenta con efectos sedantes y ansiolíticos en los animales.
    • La clorfeniramina es un medicamento para la alergia y el resfriado; por otro lado, el fenobarbital es un narcótico y sedante que se emplea para el tratamiento de la epilepsia.
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    No esperes que el problema se solucione rápido. Puedes sedar a un gato con una gran variedad de medicamentos, la mayor parte de ellos requieren que un veterinario los recete. No obstante, al igual que las personas, cada gato reacciona diferente a diferentes medicamentos.[2] Lo que funciona en un gato podría no funcionar en otro. Planifica sedar a tu gato con medicamentos con la mayor anticipación posible, así podrás modificar su administración según lo requieras. No creas que existe una “píldora mágica” que funcionará de inmediato.
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Método 2
Método 2 de 3:
Sedar a tu gato con medicamentos

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    Lleva a cabo una prueba. Siempre debes llevar a cabo una prueba con el medicamento antes de que tengas que sedar a tu gato. Así te cerciorarás de que tu gato reaccione de manera adecuada; de lo contrario, podría reaccionar mal en una situación ya cargada de estrés. En general, debes contar con un tiempo adicional de una semana como mínimo, así podrás acudir nuevamente al veterinario y conversar con él sobre las otras opciones, si el medicamento de elección no ha surtido efecto.
    • Espera a un momento en el que tu gato y tú estén tranquilos y relajados.
    • Observa a tu gato en las 12 horas posteriores a la administración del medicamento, así podrás evaluar su reacción.
    • El gato debe lucir relajado y tranquilo, pero no debe estar mareado ni inconsciente.[3] No vuelvas a darle el medicamento si luce desorientado o asustado.
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    Prepara a tu gato para sedarlo. Debes encontrarte en el plazo de tiempo adecuado para la sedación que el veterinario haya sugerido. Permite que el medicamento surta efecto por un tiempo antes de someter a tu gato al acontecimiento estresante. Tu gato y tú deben estar lo más relajados que puedan.
    • Envuelve a tu gato con una manta pequeña, una funda de almohada o una toalla; solo debes dejar expuesta su cabeza.
    • Coloca a tu gato entre tus piernas o en tu regazo, o haz que alguien lo sujete.
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    Adminístrale el medicamento.[4] Debes seguir con mucho cuidado las instrucciones que el veterinario te brinde en relación con la dosis. Estos medicamentos son fuertes, y pueden ser dañinos si se administran de manera inexacta.
    • Coloca tu dedo pulgar en uno de los lados del hocico del gato, y tu dedo índice en el otro.
    • Presiona con suavidad hasta que tu gato abra el hocico.
    • Presiona suavemente la parte inferior de la mandíbula con la mano que tengas libre, así abrirás más su hocico.
    • Introduce la píldora o echa el medicamento líquido en el interior de su hocico, en el lado de una de las mejillas.
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    Cerciórate de que el gato ingiera el medicamento.[5] Sostén su cuerpo con firmeza y suelta su hocico. Eleva su cara para que su nariz apunte hacia arriba y frótale la garganta con suavidad para hacer que pase el medicamento. Asimismo, podrías soplarle suavemente la cara, así harás que trague o pase saliva. Mantenlo en esta posición por unos segundos, luego retira el objeto con el que lo hayas cubierto y suéltalo.
    • Si notas que tu gato se lame la nariz, este signo podría indicar que ha ingerido el medicamento.
    • Elogia mucho a tu gato por haberse comportado bien, y reconfórtalo si está molesto por lo ocurrido.
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    Si es necesario, emplea otros métodos de administración.[6] Los gatos no acostumbran consumir medicamentos orales, por lo que tu gato podría resistirse si intentas sedarlo. Para administrar el sedante, puede ser de utilidad envolverlo con firmeza usando una toalla. Si lo envuelves como un bebé, no podrá forcejear mucho ni escapar.
    • Puedes adquirir un “inyector de píldoras” con el cual introducir la píldora en la parte posterior del hocico del gato, lo que hará que sea más probable que la pase.
    • Oculta la píldora en un poco de queso o alguna otra golosina que le guste a tu garo, así la ingerirá.
    • Si tienes dificultades para administrar las píldoras, pídele al veterinario que te recete medicamento líquido.
    • Si vas a tratar de mezclar un sedante líquido con la comida húmeda del gato, primero consúltalo a un veterinario. Debes cerciorarte de que el medicamento no pierda su eficacia.
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    Espera a que el sedante surta efecto.[7] Cada medicamento y cada dosis requieren un tiempo diferente para entrar en acción. El veterinario te indicará el tiempo que el medicamento y la dosis específicos para tu gato requerirán para surtir efecto, además del tiempo por el cual será eficaz. No obstante, lo que se suele buscar es que el gato se aturda y se canse, pero sin desorientarse ni confundirse. El gato debe quedarse tranquilo, pero no debe perder el conocimiento de forma súbita. Algunos gatos se quedan completamente dormidos, otros permanecen despiertos, pero tranquilos y en silencio.
    • Es probable que tu gato regrese a la normalidad unas horas después, pero también podría lucir somnoliento en los días siguientes.[8]
    • Debes comunicarte con el veterinario si tu gato no regresa a la normalidad luego de unos días.
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Método 3
Método 3 de 3:
Sedar a tu gato con métodos que no empleen medicamentos

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    Cubre tu hogar con feromonas sintéticas.[9] Las feromonas sintéticas son una solución grandiosa si tu gato está ansioso o demasiado emocionado, o si muestra comportamientos no deseados, como el marcaje con aromas o los rasguños. Estos químicos imitan a las feromonas que los gatos generan de manera natural y que emplean para comunicarse con otros gatos. Algunas compañías han imitado estas feromonas con aceites esenciales o mezclas de hierbas.[10] Si se usan con frecuencia, los gatos pueden sentirte más tranquilos y seguros en casa.
    • Las feromonas sintéticas pueden emplearse a través de collares, aerosoles, paños o difusores conectables.
    • Entre las marcas conocidas en los Estados Unidos tenemos a Feliway, Comfort Zone y Sargeant’s Pet Care, etc.[11]
    • Puedes usarlos en todo momento para asegurarte de que tu gato esté feliz y tranquilo. Asimismo, podrías usarlos unas semanas antes de que ocurra un acontecimiento estresante para tu gato, así harás que esté preparado.
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    Considera colocarle a tu gato una envoltura corporal. Se ha demostrado que las envolturas corporales ayudan a calmar la ansiedad en los gatos. Estos productos se envuelven en el torso del gato, y ejercen una presión suave en sus puntos de presión. Su efecto es parecido a envolver a un bebé con una manta. El uso de estos productos es más popular en los perros; sin embargo, tienen la misma eficacia en los gatos.
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    Si no tienes una envoltura corporal, envuelve a tu gato con una toalla.[12] Si tu gato muestra ansiedad o miedo, y no has adquirido una envoltura corporal, puedes lograr el mismo efecto con una toalla gruesa. Cubre todo el cuerpo del gato envolviéndolo con una toalla, pero deja su cara descubierta. Cerciórate de haber envuelto la toalla con firmeza en su cuerpo. Puedes emplear este método para administrarle medicamento, cortarle las garras o hacer algo breve que pueda molestarlo.
    • Siempre debes elogiar al gato después de quitarle la toalla.
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    Combate la ansiedad con suplementos alimenticios. Estos suplementos contienen ingredientes que son de utilidad para el equilibrio químico natural del gato, para hacer que se relaje más. Estos pueden ser líquidos o masticables, o pueden venir en tabletas. Anxitane y Zylkene son dos de estos suplementos.
    • Anxitane es un aminoácido del té verde que (según el fabricante) actúa en los receptores químicos del cerebro haciendo que los gatos sientan menos miedo y ansiedad.
    • Zylkene es un suplemento que proviene de la proteína láctea que relaja a los recién nacidos.[13]
    • Puedes adquirir estos suplementos en Internet o en una veterinaria.
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Consejos

  • En algunos casos, debes combinar los medicamentos y los métodos no medicinales para lograr el mejor efecto.
  • Para identificar la mejor solución para la ansiedad de tu gato, debes experimentar con anticipación al día en el que tendrá que estar tranquilo.
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Advertencias

  • Nunca le administres medicamentos para personas, salvo que el veterinario te haya brindado esta indicación específica. Esto podría enfermar gravemente a tu gato o, incluso peor, podría matarlo por consumir medicamentos seguros para personas, pero nocivos para los gatos.
  • Ten en cuenta que estas indicaciones no deben emplearse para sedar a un gato salvaje atrapado con una jaula compasiva. Estos gatos deben sedarse antes de someterlos a una cirugía o a exámenes físicos; sin embargo, no debes tocarlos, así evitarás rasguños o mordeduras fuertes. Lo mejor es llevar al gato salvaje dentro de la jaula a un veterinario para que este lo sede.
  • No se recomienda sedar a un gato para viajar en avión.
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Cosas que necesitarás

  • Veterinario
  • Gato o gatito
  • Sedante en pastilla o en líquido
  • Manta, toalla o funda de almohada
  • Golosinas

Acerca de este wikiHow

Pippa Elliott, MRCVS
Coescrito por:
Veterinaria
Este artículo fue coescrito por Pippa Elliott, MRCVS. La Dra. Elliott, miembro del Colegio Real de Cirujanos Veterinarios, es una veterinaria con más de 30 años de experiencia en cirugía veterinaria y práctica en animales de compañía. Se graduó de la Universidad de Glasgow en 1987 con un título en Medicina y Cirugía Veterinaria. Ella ha trabajado en la misma clínica de animales en su ciudad natal durante más de 20 años. Este artículo ha sido visto 189 959 veces.
Categorías: Gatos
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