Si eres articulado, les das a los demás la impresión de tener una educación sólida y completa y una mente culta, y será más probable que te escuchen y respeten tu inteligencia. Si haces un esfuerzo por pensar antes de hablar y ser más claro y conciso con regularidad, independientemente de que vayas a dar una presentación o estés intentando contarles una historia cómica a tus mejores amigos, serás la persona más articulada del grupo en poco tiempo.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Sonar más inteligente

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    Conoce sobre el tema. Habla sobre temas que puedas esclarecer para los demás o que te permitan contribuir a la conversación. Si hablas impulsado por el deseo de contribuir algo o tan solo de que se te escuche, esto no aportará nada a la percepción de cuán articulado eres. Debes dejar que los demás hablen sobre aquello en lo que sean expertos y hacerles preguntas articuladas para así contribuir a la conversación. Investiga y conoce cuáles son las demás perspectivas, pero también debes estar dispuesto a dejar de contribuir cuando abandones el ámbito de tu conocimiento actual.
    • En caso de que no conozcas bien el tema pero sea necesario que hables al respecto, debes investigar extensamente para así poder sonar como un experto.
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    Piensa antes de hablar. De esta forma, te deshaces de las pausas verbales y podrías evitar decir algo sin sentido. No importa si esto hace que vayas más lento, ya que, en realidad, si haces una pausa antes de dar una respuesta verdadera, darás la impresión de ser más reflexivo e inteligente que una persona que tan solo deje escapar una sarta de frases carentes de sentido apenas se le haga una pregunta.
    • En caso de que alguien te haga una pregunta y de verdad quieras pensarla con detenimiento, no dudes en decir "Te respondo en un momento. Necesito ordenar mis pensamientos". Una vez que hayas tenido tiempo para pensar, sonarás mucho más preparado.
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    Expande tu vocabulario. Mediante una variedad de palabras que tengan el mismo significado, generarás un mayor interés y color en lo que digas. En caso de que no comprendas las palabras que leas, puedes consultarlas en un diccionario o un diccionario de sinónimos. Pera expandir tu vocabulario, lo más fácil es leer, leer y leer. Si bien te será de ayuda conocer los sinónimos de las palabras, debes tener cuidado de usarlos de la forma correcta en lugar de decir en voz alta por primera vez una palabra que solo hayas visto en el diccionario.
    • Podrías elaborar tarjetas mnemotécnicas de vocabulario para ponerte a prueba. Establécete el objetivo de aprender 10 palabras nuevas por semana.
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    Emplea palabras de verdad. Omite la jerga y las contracciones. Por ejemplo, no digas "sip", sino "sí". Evita decir "ajá" o "ah" a menos que sea en el contexto de una historia o un evento. Es importante que emplees palabras completas e inteligentes si es que vas a realizar una presentación formal o incluso una semiformal. No uses lenguaje coloquial (por ejemplo, di "esa chica" en lugar de "la chica esa") y usa oraciones completas lo más posible (a menos que lo hagas para generar un efecto).
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    Usa bien la gramática. Debes estudiar cuál es el uso correcto de "yo", "mí", "él", "suyo" y "no", ya que suelen usarse de la forma incorrecta, como al enumerar personas o al decir cosas como "detrás suyo" en lugar de "detrás de él". Si vas a reiterar un dato que ya hayas dicho, siempre debes decir "como dije" y no "según dije", por ejemplo. Estos son algunos otros trucos que debes saber:
    • Di "Él y yo estábamos conversando…" y no "Yo y él estábamos conversando…".
    • Di "Puedes darme el informe a mí o a ella" y no "Puedes darle el informe a mí o a ella".
    • Di "por ejemplo" y no "como".
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    Rebosa confianza. Si lo que quieres es sonar articulado e inteligente, es necesario que tengas un aspecto confiado al momento de transmitir tu mensaje. Debes hacer contacto visual con el público, sonar como si de verdad quisieras decir lo que estés diciendo y hablar en un tono lo suficientemente alto como para que todos puedan escucharte. Dar la impresión de sentirte cómodo con tu mensaje y creer en tus palabras (y no cuestionarte) hará que sea más probable que las personas también las crean.
    • Tus oraciones deben sonar firmes y decididas. Evita que terminen en una pregunta o que tu voz suene ligeramente más aguda. De lo contrario, darás la impresión de que siempre buscas afirmación.
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    Mejora tu postura. Esta puede marcar una gran diferencia en cuanto a hacer que suenes más inteligente. Párate erguido sin encorvarte para nada, independientemente de que estés de pie, caminando o sentado. Evita cruzar los brazos sobre el pecho sino, en cambio, mantenlos a los lados y gesticula con ellos. Estira un poco el cuello. Al pararte erguido, tus palabras sonarán más contundentes y lograrás que los demás crean aún más que sabes de lo que hablas.
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    Prepárate mucho. Para sonar inteligente, no puedes simplemente charlotear con un grupo de personas o con tus amigos cercanos sobre tus ideas más recientes sin pensar de antemano en la forma de plantearlas. En cambio, debes preparar lo que vayas a decir, independientemente de que sea para una presentación en clase o para hablar con tu novia sobre un problema en su relación. Ensaya lo que vayas a decir tanto como sea necesario para poder sentirte cómodo con decir lo que vayas a decir.
    • Si bien la práctica y el ensayo son importantes, también lo es que digas algo que suene natural, por lo que debes conocer el material lo suficiente como para cambiar las cosas de ser necesario.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Tener una mejor dicción

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    Sé más conciso. En algunos casos, las personas podrían cerrarse o dejar de escuchar si dices más al decir menos. Debes contribuir a las conversaciones con contenido que esté lo más condensado posible sin que llegue a ser vago. Si hablas hasta llegar al grano, con seguridad la mitad de tu público ya se habrá desconectado. Por tanto, debes expresar cuál es tu punto por adelantado para que así la gente sepa sobre qué vas a elaborar.
    • En caso de que debas dar un discurso y tengas un límite de tiempo, evita introducir en él a la fuerza los 30 pensamientos que se te ocurran sino, en cambio, elige las tres ideas más importantes para elaborar sobre ellas.
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    Deshazte de las pausas verbales. Las palabras como "este", "ah", etc., degradan lo que dices y le restan valor, ya que interrumpen el flujo de las oraciones y las desconectan. Es mucho mejor hacer una pausa no verbal. Si pierdes el hilo, hacer una pausa no verbal en el lugar correcto le transmite al oyente el efecto de un pensamiento dramático o estudiado y confirma que tienes el control sobre lo que dices.
    • Asimismo, una forma de ayudar a que te ciñas a tu mensaje es hablando más lento, deshaciéndote de las distracciones y estableciendo contacto visual.
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    Habla más lento. Esta constituye otra forma de hablar con mayor claridad. Quizás consideres que podrás salir del asunto y lograr que los demás perciban tu punto con mayor claridad si te apresuras y dices todo lo que quieras decir. Sin embargo, podrás mejorar realmente tu dicción si te tomas el tiempo para bajar la velocidad, pensar en lo que vayas a decir y pronunciar tus palabras de tal forma que no masculles ni confundas al público.
    • Tampoco es necesario que hables con tal lentitud que des la impresión de hacer una pausa entre cada palabra. Bastará con hacer una pausa entre oraciones para que así tengas tiempo de prepararte para la siguiente.
    • Asimismo, hablar con demasiada rapidez hace que sea probable que digas algo de lo cual te arrepientas o que no tenga nada de sentido, y luego tendrás que retractarte de forma que el público pueda comprender lo que realmente quisiste decir. Para evitar todo esto, puedes hablar con lentitud en un principio.
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    Usa las manos. Es más probable que tartamudees, olvides lo que vayas a decir o confundas al público si tus manos permanecen en tus bolsillos, ya que usarlas para gesticular puede serte útil para explicar lo que quieras decir y hacer que todo tu cuerpo se involucre en el proceso de hablar. La comunicación no proviene únicamente de la boca sino también de la postura, el contacto visual, los gestos y el lenguaje corporal. Forma parte de un paquete completo. Por tanto, la próxima vez que hables, saca las manos de los bolsillos. Te sentirás más cómodo si gesticulas un poco, incluso si no lo haces demasiado.
    • Asimismo, con las manos en los bolsillos, tendrás un aspecto menos confiado y esto podría dar la impresión de que tu mensaje es más débil.
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    Limita las distracciones. Para tener una mejor dicción, otra forma es enfocarte mucho en tu mensaje. Quizás digas "este" o "ah" o pierdas el hilo de tus pensamientos cada cierta cantidad de oraciones debido a que tu teléfono celular no deja de vibrar, a que estás retrasado o a que te preocupa una reunión que vayas a tener más tarde ese día. Por tanto, debes mantenerte en el presente y concentrarte lo más posible en lo que digas en el momento en que lo digas.
    • Estar enfocado únicamente en tu mensaje te permitirá transmitirlo de una forma más articulada, además de que el público también te prestará más atención.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Hacer un esfuerzo adicional

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    Expande tu base de conocimientos. En caso de que quieras que el ser más articulado constituya un esfuerzo de por vida, debes llevar una vida más intelectual. Lee ficción contemporánea y clásica de forma que te sumerjas en el mundo de la literatura. Asimismo, lee no ficción y el periódico para así mantenerte al día. Mira también las noticias para adquirir una mejor idea de lo que ocurra en el mundo y la forma como se expresen los asuntos relevantes. Habla con otras personas inteligentes y adopta el hábito de comunicarte de una forma sabia.
    • Si bien es posible que leer un libro más al mes o leer el periódico todos los días no te convierta de inmediato en una persona más articulada la próxima vez que tengas una conversación, a la larga podrás percibir el impacto sobre tus habilidades cognitivas y del habla.
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    Conoce mejor a tu público. Si quieres ser más articulado, otra opción es trabajar para desarrollar una idea sólida del grupo de personas a las cuales vayas a hablar. En caso de que vayas a dar una presentación a un grupo de académicos literarios sobre un poeta, puedes suponer que comprenderán el vocabulario y los conceptos que emplees. En contraste, si vas a enseñar a un grupo de estudiantes de quinto grado de primaria a escribir sus propios poemas, deberás usar palabras y dar un nivel de explicación muy diferentes según a quiénes te dirijas.
    • Si vas a hablar con un grupo de niños de 9 años, no te será para nada útil que seas un genio absoluto. Para poder ser un profesional en materia de ser articulado, será necesario que hagas ajustes en tus palabras y tu forma de hablar en donde sea necesario según quién sea tu público.
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    Cuenta una historia. Al contar una historia, es más probable que te deshagas de todo el relleno verbal o la vacilación, ya que la conocerás como la palma de tu mano y te será posible pasar con mayor fluidez de una oración a otra. En caso de que tengas una historia que ilustre muy bien tu punto, debes emplearla en un discurso o al momento de hablar con alguien. De este modo, sonarás más animado y articulado, ya que hablarás sobre una base con la cual te sientas cómodo.
    • Por supuesto que, aunque consideres que conoces muy bien la historia, practicar contarla de antemano puede serte útil para afinarla.
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    Inspírate en discursos y oradores famosos. Puedes mirar a excelentes oradores (por ejemplo, Martin Luther King o Steve Jobs) en YouTube o alguna otra fuente en línea e intentar aprender algo de ellos. Asimismo, podrías leer discursos excelentes, como "El Discurso de Gettysburg", para fijarte si puedes aprender cómo impresionar e inspirar a los demás. También podrías tan solo mirar a oradores inspiradores en las noticias que sean particularmente reflexivos y tengan una muy buena dicción para ver qué puedes aprender de ellos.
    • Toma notas al mirar o leer. Te darás cuenta de que, con solo mirar a otras personas con buena dicción, es posible aprender mucho sobre la forma de ser articulado.
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    Haz que el contenido sea aún más interesante. Si quieres impresionar a un público o a un colega y transmitir tu mensaje, otra opción es tener cuidado de que valga la pena escuchar tu mensaje. Al contar una historia sorprendente e inspiradora sobre cómo terminaste una maratón con un esguince en el tobillo, quizás no te expreses a la perfección, pero la gente podrá pasar por alto todas las veces en las que hagas pausas, tartamudees o emplees rellenos verbales si es que la historia es lo suficientemente interesante. Por tanto, la próxima vez que sientas nervios en cuanto a hablar con la gente, evita concentrarte únicamente en la forma como expreses tu mensaje sino también en que este en sí sea lo más cautivador posible.
    • Si quieres que el contenido sea más interesante, puedes no solo deshacerte de la verbosidad adicional sino también determinar lo que sería más fascinante para contárselo al público.
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    Únete a un club de oratoria. De esta forma, entrarás en contacto con personas con las que tengas cosas en común y tendrás el lugar y momento necesarios para dar discursos, cautivar a un público y aprender a ser más articulado. En caso de que te sientas tímido o temas hablar frente a un público, esto te brindará el impulso necesario para ser una persona más confiada y articulada.[1]

Consejos

  • Mantente al día con los eventos de actualidad y familiarízate con la historia. Si bien esto no es obligatorio, te será útil para tener conversaciones inteligentes. Tu capacidad para hablar no te servirá de nada si no tienes nada de lo que hablar.
  • Puedes elegir una palabra del diccionario y usarla tantas veces en un día como te sea posible.
  • En caso de que no seas capaz de hacer nada respecto a la articulación, no te sea posible deshacerte de las pausas verbales, no puedas pensar antes de hablar, no tengas un buen vocabulario o no te sea posible hablar sin usar jerga ni groserías, no pierdas la esperanza. Podrás poseer de manera instantánea todas las cualidades mencionadas anteriormente que todo orador articulado debe poseer si tan solo lees en voz alta cualquier tipo de escritura profesional (por ejemplo, un libro, un periódico o un artículo).
    • Sin embargo, ten en cuenta que la clave para convertirte en un orador articulado independiente es buscar las palabras y la pronunciación correcta que no conozcas y refinar tu pronunciación a medida que avances leyendo en voz alta con mayor frecuencia. Tal y como ocurre con el ejercicio físico, observarás que tu voz adquiere una mayor fuerza y que, gracias a la práctica, tu cerebro se acostumbrará a hablar de una forma articulada. El entrenamiento de la voz puede ser divertido del mismo modo que todo artista puede desarrollar y perfeccionar un estilo único. Sin embargo, ten en cuenta que el conocimiento y la constancia son primordiales. Leer en voz alta te fortalecerá la voz y, a la vez, te hará adquirir conocimientos. Si bien existen excelentes modelos a seguir, en última instancia eres quien tiene que esforzarse. Practica, independientemente de que sea conversando o leyendo en voz alta.
  • Conoce cuál es la diferencia entre sonar articulado y simplemente intentar sonar educado. Esto último implica el uso de palabras grandilocuentes y la incorporación de estadísticas no relacionadas, mientras que sonar articulado conlleva usar palabras que todos comprendan y conocer los detalles menores de tu postura.
  • En caso de que no te sea fácil dejar de decir "este", etc., en voz alta, puedes tratar de pensar en la palabra en lugar de decirla.
  • Rodéate de personas con quienes te sientas cómodo y te darás cuenta de que se te facilita más ser articulado.
  • Evita enfocarte en tus sentimientos (los nervios, la preocupación, etc.) sino en el mensaje que quieras transmitir.

Advertencias

  • No uses blasfemias al hablar. El lenguaje grosero nunca logrará realzar la opinión que otra persona tenga sobre ti (a menos que esa persona sea un niño preadolescente).
  • No te vayas por las ramas. En caso de que no tengas nada que decir, debes tomar asiento, ya que nadie se quejará nunca porque una reunión terminó antes.

Acerca de este wikiHow

Amy Chapman, MA
Coescrito por:
Coach de voz y de oratoria
Este artículo fue coescrito por Amy Chapman, MA. Amy Chapman es una terapeuta vocal y, especialista en canto y voz con una maestría en Ciencias con certificado de competencia clínica en la patología del habla. Ella ha dedicado su carrera a ayudar a los profesionales a mejorar y optimizar su voz. Amy ha impartido conferencias sobre la optimización de voz en universidades de California, incluyendo la UCLA, la USC, la Universidad de Chapman, Cal Poly Pomona, CSUF y CSULA. Amy se capacitó en Lee Silverman Voice Therapy, Estill y LMRVT, y es parte de la American Speech and Hearing Association. Este artículo ha sido visto 20 359 veces.