Este artículo fue coescrito por Laura Richer. Laura Richer es consejera de salud mental licenciada y la fundadora de Anchor Light Therapy Collective, una clínica multidisciplinaria de consejería en salud mental en Seattle, Washington. Con más de diez años de experiencia en el área de la salud mental, se especializa en trabajar con parejas y personas, y en apoyarlas para empoderarse a fin de regir su propio destino. Laura encontró su nicho en ayudar a las personas a navegar por las relaciones, ya suyas propias consigo mismas, así como las románticas y platónicas que tienen con los demás. Tiene una licenciatura en inglés de la Western Washington University y una maestría en consejería clínica de salud mental. También recibió una capacitación como profesional en hipnoterapia en la Bastyr University, certificación en consejería de parejas del Gottman Institute y una certificación como coach de vida de Seattle Life Coach Training. También es la presentadora del podcast Holding Ground que explora todo en el mundo de la salud mental y la psicología positiva.
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A nadie le gusta mentir, pero desafortunadamente, ser deshonesto con los demás y con nosotros mismos a veces es más fácil que decir la verdad. Sin embargo no tiene que ser necesariamente así. Aprender a ser honesto y eliminar la necesidad de mentir te ayudará a limpiar tu consciencia y tus relaciones. Cambiar un poco tu modo de pensar y orientarte a una política de honestidad te ayudará a borrar la necesidad de mentir y te será más atractivo decir la verdad. Ve al paso 1 para que sepas más.
Pasos
Método 1
Método 1 de 3:Ser honesto con los demás
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1Descubre por qué mientes y a quién. Todos hemos mentido en algún momento u otro, a varias personas, a nosotros mismos y por motivos diversos. Pero elaborar un plan sistemático para ser más honesto será difícil a menos que trates de definir por tu cuenta esos motivos y personas.
- Las mentiras que hacen que nos veamos mejor podrían incluir las exageraciones, las verdades endulzadas y las historias inventadas que les decimos a los demás y a nosotros mismos con el fin de hacernos sentir mejor sobre nuestras deficiencias. Cuando algo no te alegra, será mucho más fácil llenarlo con mentiras que decir la verdad.
- Les mentimos a los compañeros que consideramos superiores porque queremos que nos respeten así como los respetamos. Desafortunadamente, ser deshonesto a la larga es ser irrespetuoso. Reconoce más a la gente por su capacidad de identificarse contigo y comprenderte a un nivel más profundo.
- Las mentiras para evitar una vergüenza podrían ser las que decimos para ocultar comportamientos incorrectos, transgresiones o cualquier actividad que no nos enorgullezca. Si tu mamá encontró un paquete de cigarrillos en tu chaqueta, quizá le hayas dicho que era de tu amigo para que no te castigue.
- Les mentimos a las figuras de autoridad para evitar la vergüenza y el castigo, incluidos nosotros mismos. Cuando hemos hecho algo que nos hace sentir culpa, mentimos para eliminar esa culpa, para evitar ser castigados y volver a ese comportamiento inaceptable del cual nos vemos forzados a mentir. Es un círculo vicioso.
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2Anticipa aquellos comportamientos que hagan que te sientas culpable. Para romper la cadena de la vergüenza y la mentira, será importante aprender a anticipar aquello que nos haga sentir culpables en el futuro y evitarlo. Cuando uno miente, tapa una verdad incómoda que reposará mejor dentro de una mentira. En tu caso, podrás sentirte cómodo con la verdad o abandonar ese comportamiento que te da vergüenza.
- Si fumas cigarrillos, no tendrás que mentir si todos saben que es cierto. Reconócelo. Si no puedes reconocer determinado comportamiento, lo mejor quizá sea evitarlo. Podría ser humillante para tu esposa descubrir que mantienes una relación inapropiada con una colega, pero no tendrás que mentir si no caes en algo así.
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3Deja de compararte con los demás. En ocasiones mentimos para parecer superiores y mejores de lo que somos en realidad. Debido a que siempre competimos y nos comparamos con otros, toda deficiencia puede superarse fácilmente con una rápida mentira creativa. Si dejas de competir con los demás y te das el respeto que te mereces, no tendrás la necesidad de mentir para sentirte mejor. ¡Ya estás siendo mejor!
- Olvídate de lo que crees que los demás quieren escuchar. Dales a los demás el beneficio de la duda y no asumas que están haciéndote un juego o están siendo manipuladores. Habla de corazón, diles la verdad y despreocúpate por verte bien o “mal”. La gente respeta la honestidad, aunque la verdad sea incómoda.
- Deja que tu honestidad y no tu exageración impresione a la gente. Gran parte de la deshonestidad surge del deseo de impresionar a los compañeros con historias elaboradas y superiores a las de los presentes en la mesa. Si no puedes contribuir con la ronda de historias de viajes a Europa, escucha con atención y espera que el tema cambie, no inventes una trama de tu intercambio en Mallorca.
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4Acepta las consecuencias y decide afrontarlas. En ocasiones, es mejor reconocer las mentiras, engaños y comportamientos anteriores que te avergüencen en vez de seguir tejiendo un entramado elaborado de mentiras. Sincerarte podría ser liberador y extremadamente saludable. Aunque tengas que sufrir algunas consecuencias al final de tu confesión, merecerás la consecuencia honesta.
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5Haz cosas que te hagan sentir orgulloso. ¡No tendrás que mentir si te sientes bien contigo mismo! Rodéate de personas atentas y comprensivas que te respeten por tu persona. Haz aquello que te brinde placer y te haga sentir orgulloso.
- Emborracharte todas las noches podría sentirse bien durante un par de horas, te dará placer, pero el dolor de cabeza la mañana siguiente en el trabajo hará que te sientas avergonzado y culpable cuando no te salgan bien las cosas. Cuídate a nivel mental y físico. No hagas cosa que te avergüencen.
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6Evita las situaciones en las que tengas que mentir por otros. Ten cuidado cuando alguien te diga algo en secreto que sepas que tengas que compartirlo con otra persona (por ejemplo, cuando te enteres de un delito, mentira o un hecho perjudicial contra otra persona). Tener que escuchar dicha información te pondrá en una posición difícil, sobre todo cuando la verdad salga a la luz con el tiempo y la persona afectada se entere que siempre lo habías sabido.
- Si alguien empieza diciéndote: “No le digas a tal y tal lo que te voy a decir, ¿bien?”, prepárate para responder con tu propio descargo de responsabilidad: “Si es algo que quisiera saber sobre otra persona, entonces no me lo cuentes. No quiero ser responsable de los secretos de nadie, solo de los míos”.
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7Haz una distinción entre los “necesita saber” y “quiero decir”. A veces, sentimos una necesidad implacable de que nos escuchen. Regañar a un compañero de cuarto descortés, enfrentar al cónyuge o discutir con un profesor podrían parecer momentos que requieran toda nuestra honestidad al destape, pero optar por hacerlo podría ser un método rápido para amargar las relaciones y decir las cosas que no queremos. Para evitar compartir demasiado, trata de calcular la diferencia entre las cosas que necesitas decir porque otra persona necesita oírlo y las cosas que quieres decir para hacerte sentir mejor.
- Alguien más necesitará saberlo si hace algo que le causará daño físico o emocional o si hace algo que afecta a los demás del mismo modo. Tu compañero de cuarto podría tener que saber que su excesivo consumo de alcohol te incomoda en tu propia casa, pero no tiene que saber que consideras que su nueva novia es vulgar.
- Quizá quieras decir algo por un arranque de cólera u otra emoción intensa que, después de reflexionar, podrías expresar en términos más amigables. En medio de una discusión sobre una relación apagada, podrías querer decir: “Estás cada vez más gordo y ya no me gustas”, cosa que podría ser un tema muy sensible para tu cónyuge, pero decir: “Creo que podríamos ser más saludables” dará a entender el mismo mensaje de algo que tu cónyuge necesita saber.
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8Practica siempre el tacto. A todos les gusta una persona directa, pero a veces la puntería de una persona directa podría desviarse unos cuantos centímetros. Considera el efecto de tus palabras y aprende a decir con otras palabras algo que sea probablemente ofensivo o incómodo. Aprende a ofrecer opiniones apropiadas.
- Usa oraciones en primera persona cuando compartas verdades incómodas. Cuando compartas tus opiniones y verdades con otros, procura domar tu honestidad. Enfócate en tus sentimientos y opiniones para seguir siendo respetuoso con los demás.
- Trata de agregar la frase al principio: “En mi experiencia…” o “Personalmente, he observado que…” o termina con “…pero esa es solo mi apreciación (o experiencia) que podría ser diferente en otros lugares”.
- Aprende a escuchar en silencio a los demás cuando hablen, aunque no estés de acuerdo con lo que digan o tengas la necesidad de mostrarte en desacuerdo. Cuando sea tu turno de tomar la palabra, te tratará con la misma cortesía, lo cual hará que la conversación sea más honesta y cómoda.
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Método 2
Método 2 de 3:Ser honesto contigo mismo
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1Hazte una valoración objetiva. Será importante que de vez en cuando te mires en el espejo y luego hagas un balance de cómo te sientes. ¿Qué te gusta de ti mismo? ¿Qué áreas necesitas mejorar? Es posible levantar elaboradas barreras psicológicas que nos obligan a adoptar comportamientos, opiniones y actividades deshonestas que podrían evitarse si nos hiciéramos una valoración objetiva. Escribe una lista de todas tus fortalezas y debilidades en un cuaderno, no hagas un balance de tu valor personal, más bien busca aquello que puedas mejorar y celebra tus logros.
- Identifica tus fortalezas. ¿En qué eres bueno? ¿Qué haces mejor que la mayoría de gente que conoces? ¿Qué contribuyes en la vida diaria? ¿De qué te enorgulleces? ¿En qué cosas has mejorado?
- Identifica tus debilidades. ¿Qué te da vergüenza de ti mimo? ¿Qué podrías mejorar? ¿Has empeorado en algo específico con los años?
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2Confronta aquello sobre tu persona que te desagrade. Una gran fuente de deshonestidad sobre nuestras vida proviene de la indisposición de confrontar aquello que nos avergüenza de nosotros mismos o que nos desagrada. Sin darle muchas vueltas, trata de definirlo con honestidad.
- Quizá siempre hayas deseado publicar tu primera novela para cuando tengas 30, un objetivo que no es más cercano ahora que hace 5 años. Quizá sepas que tienes que ponerte en forma, pero te parezca más fácil llevar tu rutina de siempre. Quizá tu relación esté estancada y estés descontento con ella, pero no puedas realizar ningún cambio considerable.
- Trata de eliminar las excusas de tu mente lo más que puedas. Lo importante no será por qué determinada verdad incómoda sobre ti existe, porque no podrás regresar al pasado y cambiarla. Pero si podrás cambiar tu comportamiento ahora y empezar a ser más feliz.
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3Créate oportunidades para que mejores. De tu lista de fortalezas y debilidades, identifica las áreas específicas que necesites mejorar y los métodos puntuales para hacerlo.
- ¿Qué fue necesario para que tus fortalezas se convirtieran en fortalezas? ¿Qué tuviste que hacer para que te sientas orgulloso de algo? ¿En qué manera podría influir esa verdad en tu deseo de mejorar algunas de tus debilidades?
- ¿Qué amenaza tu capacidad de mejorarte? ¿Acaso son amenazas externas, tales como la falta de los fondos necesarios para comprar una membresía en un gimnasio para poder bajar de peso o son amenazas internas, tales como la falta de deseo de informarte sobre las opciones caseras para bajar de peso?
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4Cuando decidas actuar, lleva esa acción a término. Mentirte será fácil. Es fácil inventar cientos de excusas para no hacer algo que no quieras hacer. ¡Por eso dejamos que sea tan frecuente! Haz que te sea difícil. Cuando decidas ponerle fin a una relación o empezar a trabajar, empieza haciéndolo. Hazlo ahora y no esperes tener una letanía de motivos como “aún no es el momento”. Cuando tomes una decisión, ponla en marcha.
- Haz que te sea fácil tener éxito a la hora de alcanzar tus mejoras. Establece un intercambio de riesgo y recompensa cuando culmines una tarea abrumadora, por ejemplo, podrías comprarte una guitarra nueva después de terminar una relación pésima o irte de vacaciones después de bajar unos cuantos kilos.
- Termina tus deberes con un poco de ayuda digital: podrás inscribirte a Skinny-Text para recibir en tu celular recordatorios para hacer ejercicios o incluso considera la posibilidad de usar Pact, el cual te cobrará cierta cantidad de dinero si decides no hacer ejercicios.
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Método 3
Método 3 de 3:Evitar las mentiras innecesarias
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1No le agregues colores a tus historias. Una mentira muy tentadora y habitual es agregar detalles extras a una historia para hacerla más entretenida. Podría resultar tentador inventar que había un oso vagando en tu campamento y no un mapache, pero podrías dejar un precedente abierto a razones y oportunidades para mentir más. Deja que la verdad predomine y sé lo más honesto posible.
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2Sé creativo con las “mentiras blancas”. Todos las hemos dicho cuando alguien nos ha preguntado algo como: “¿Me veo gordo?” o “¿Existe Papa Noel?”. En ocasiones, sentimos que tenemos que mentir para hacer sentir bien a la otra persona o disminuir el dolor de una verdad incómoda, pero optar entre ser honesto y mentir casi nunca es tan fácil como decidir entre A y B.
- Enfatiza lo positivo. Desvía el enfoque de lo que, con toda honestidad, creas que sea negativo. En lugar de decir “No, no creo que te veas bien en esos pantalones” di lo siguiente: “No te sienta tanto como el vestido negro, ese vestido te queda fantástico. ¿Te lo has puesto con esas pantimedias que te pusiste en la boda de mi primo el año pasado?”.
- Guárdate las opiniones para sí. Quizá no te atraiga la idea de ir al restaurante temático de vaqueros y el bar que tu mejor amigo quiere visitar en su única noche en tu ciudad, pero no será necesariamente “honesto” compartir tu opinión. Lo que deberás hacer es mostrar tu mayor solidaridad en vista de que ¡solo tienen una noche juntos! para que se diviertan más. Más bien di: “No es mi lugar favorito, pero quisiera hacer lo que tú quieres hacer. Hagamos que sea grandioso”.
- Desvía la pregunta. Si tu hijo quiere saber si Papa Noel existe, dile que no estás seguro pero pregúntale algo. Pregúntale qué cree que sea verdad: “¿Qué opinas”, “¿Qué dicen los niños de la escuela?”. No tendrás que optar por una mentira total o por una verdad absoluta. El mundo real es incluso más complicado.[1]
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3Mantente en silencio de ser necesario. Si te encuentras en una situación tensa en que la honestidad perturbaría los ánimos y la alegría de todos, mantenerse en silencio no será necesariamente algo deshonesto. Si tienes la opción de no participar, no lo hagas. A veces, requerirá de mucho valor permanecer en silencio en una situación incómoda.
- Opta por la vía ancha. En un desacuerdo, verter más opiniones no hará necesariamente que el problema sea más fácil de solucionar. No tendrás que decir una mentira blanca para que un desacuerdo llegue a su fin, tampoco necesitarás seguir lanzando bombas de la verdad. Mantente alejado de desacuerdos insignificantes en vez de avivar la llama.[2]
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Consejos
- Ser honesto es difícil porque nos obliga a reconocer nuestros errores.
- Registra por escrito lo que les digas a los demás (por ejemplo en un diario o tabla). Hacerlo podría revelar las veces que seas honesto o deshonesto; aprende de ello. Registrar la deshonestidad podría brindarte información para tomar decisiones futuras y ¡podría ser un contraste manifiesto si visualizas la recompensa de la honestidad!
- Si alguien te presiona a decir la verdad sobre algo que hayas hecho, entonces di algo como: “Me equivoqué al hacer ese error sin pensar. ¡Mejoraré! Por favor, dame otra oportunidad para mostrarte que no fue mi intención y que puedo ser un buen amigo”.
- Para la mayoría de personas, guardar secretos para beneficiar a otro no se considera deshonesto si él o ella comprende enteramente al descubrirlo. Sin embargo, el límite entre los secretos honestos y deshonestos es poco claro: mantener en secreto una fiesta de cumpleaños sorpresa es una cosa, pero no decirle a un niño que es adoptado o que su mascota ha muerto es otra cosa.
- Los grupos de compañeros o amigos podrían desviarte de tu decisión de mantenerte en el camino correcto. Como cualquier otra mala costumbre, podrías sentirte presionado a ceder si estás rodeado de gente sin integridad ni honestidad. No tendrás que buscarte un nuevo grupo de amigos confiables, pero ten consciencia de tu vulnerabilidad de caer en esa tentación si te juntas con personas abiertamente deshonestas.
Advertencias
- Si te das cuenta que no puedes controlar tus mentiras, tal vez haya una situación emocional más allá de lo que hablamos en el presente artículo. Deberás considerar la posibilidad de ver a un consejero u otro profesional que pueda ayudarte a tratar esos problemas a largo plazo. Tu deshonestidad podría ser un hábito que requiera mucha introspección y esfuerzo para solucionarlo.