Tener pocas energías puede ser tan deprimente. Nos sentimos deprimidos en casa, deprimidos en el trabajo, deprimidos en nuestra propia mente. No solo los demás disfrutan de la compañía de gente entusiasta, sino que, nosotros mismos disfrutamos mucho más cuando estamos llenos de pasión, inspiración y motivación. ¿Cuál es la clave para entusiasmarnos por esas pequeñas cosas? Exploremos.

Parte 1
Parte 1 de 4:
Organiza tus pensamientos

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    Encuéntrate a ti mismo. Es bastante difícil entusiasmarse en la vida si vives la vida de otra persona. No ser uno mismo es tan agotador que no es extraño que sea difícil sentir entusiasmo. Para poder canalizar esas energías debes, en primer lugar y ante todo, ser tú mismo. Al fingir ser alguien que no eres gastas todos esos recursos que «podrías» estar utilizando para hacer algo que realmente disfrutas y por lo cual podrías sentirte emocionado.
    • Muchos de nosotros nos esforzamos por encajar en un molde que la sociedad ha considerado el correcto. ¡Pfff! Las cosas que entusiasman a nuestros amigos no necesariamente nos entusiasman a nosotros, las cosas que llenan de satisfacción a otros no necesariamente nos llenan de satisfacción a nosotros. Por lo tanto, ¡no pierdas tu tiempo! Solamente siendo tú mismo, con naturalidad, es que podrás encontrar lo que te motiva y podrás aferrarte a ello. «Luego» podrás dedicarte a tu entusiasmo.
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    Averigua porqué te falta entusiasmo. Por alguna razón estás leyendo este artículo. Lo más probable es que alguien te esté dando sermones acerca de tu falta de energía. Muy pocas personas se analizan de manera objetiva y dicen: «Umm… me pregunto por qué no soy más vivaz», pero sea cual sea tu razón, probablemente tengas una sospecha del porqué. ¿Puede ser tu trabajo?, ¿tu vida amorosa? o ¿puede que sea más un asunto general diario que te esté trayendo abajo?
    • Es normal quedarse atrapado en la rutina. Estas cosas pasan, y en algún momento también terminan; sin embargo, existe la depresión clínica; pero esa es otra historia. Si es que hay algo sobre lo cual nunca te hayas puesto a pensar, piénsalo ahora. ¿Es esto falta de entusiasmo o es un problema mayor? ¿Qué presientes?
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    Comienza a pensar positivamente. Si alguien te pasara un examen de matemáticas y dijera: «Aquí está el examen. Es algo que ni siquiera soñaste desarrollar cuando estabas en la escuela. Buena suerte, chico», ¿cómo te sentirías? Tal vez muy desanimado. Si por el contrario dijeran: «Aquí tienes el examen; está complejo pero se puede desarrollar», ¿qué pensarías? ¡Te sentirías mucho más motivado y más confiado para desarrollar el examen! Lo mismo pasa con el entusiasmo; algo que parece ser malo no te emocionará.
    • Piénsalo. ¿Qué tan fácil es entusiasmarse por algo que es realizable y que sabes que eres capaz de lograr? Es mucho más difícil entusiasmarse por cosas que inmediatamente pensamos jamás se darán; y ¿cuál es a menudo la diferencia?: «nuestra manera de pensar». Algunas veces, de hecho, ese es el único obstáculo.
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    Define tus metas y cómo alcanzarlas. Ahora que al menos estás tratando de pensar positivo: ¿cuáles son las metas que quisieras alcanzar?, ¿qué harías para poder alcanzarlas?, ¿por qué quisieras sentir entusiasmo? Es difícil entusiasmarse cuando se anda luchando por la vida sin ningún propósito.
    • Saber «exactamente» lo que quieres hacer y qué hacer «exactamente» para conseguirlo, es darse a uno mismo algo por lo que sentirse entusiasmado. Si quieres adelgazar, es difícil sentirse entusiasmado por solo querer hacerlo; no obstante, si te ejercitas por 30 minutos a la semana y comes muchas verduras, es ese el comportamiento que te emocionará.
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    Convéncete a ti mismo. Es correcto y bueno tener metas; pero debes creer realmente en que puedes alcanzarlas. Si tu meta es demasiado idealista, baja un escalón. Hazlo hasta que creas que de pronto tu meta se ha convertido en algo que puedes hacer posible. Si tu meta es realista, la única cosa que te puede frenar es tú mismo.
    • Tener como meta convertirte en el rey o reina de Inglaterra es una meta por la que difícilmente alguien se entusiasmaría. Asegúrate de que tus metas sean factibles. si dudas, solo comienza en un nivel menos. ¿Quieres comenzar tu propio negocio pero no sabes nada acerca de ello?Trázate el objetivo de tomar cursos sobre negocios e informática. Emprende cosas más a tu alcance que sean totalmente realizables «y» totalmente útiles.
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    Supera tu miedo al fracaso, a tomar una mala decisión, a verte como un tonto. A menudo, cuando no estamos entusiasmados, es porque nos hemos inventado alguna excusa para tener un motivo de no estarlo. No queremos entusiasmarnos porque no queremos elevar nuestras esperanzas, no somos entusiastas porque estamos muy inseguros de serlo o no somos entusiastas porque nos preocupa que otros nos juzguen. ¡Todas estas son razones que no tienen sentido! No dejes que tu entusiasmo se vea desalentado y afectado por otros o por tus inseguridades. ¿Qué es lo que te frena?
    • Ten en cuenta que tu deseo por ser entusiasta está ahí, se encuentra enterrado debajo de una pila de preocupación y miedo. Cuando crecemos, a menudo los adultos llamamos a eso «razón». Es más que todo algo aprendido. Éramos entusiastas cuando niños; ¡es hora de recuperar esa actitud!
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Parte 2
Parte 2 de 4:
Encuentra motivación

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    Encuentra lo que realmente te gusta hacer y hazlo todo el tiempo. No hay manera de vivir la vida no siendo feliz. Tener un trabajo inútil, beber todos los fines de semana, rodearse de relaciones amorosas vacías, todo ello puede ser bastante desalentador. No es extraño que sea una lucha el ser entusiasta cuando te pasas 8 horas detrás de una pantalla, comiendo comida chatarra y lamentando tu situación actual; sin embargo, puedes encontrar algo que disfrutes hacer y quedarte con eso. Hazlo tanto como puedas. Dale a tu vida ese chispazo que necesita para generar entusiasmo.
    • No importa lo que sea. Si se trata de construir modelos de aviones, cocinar, karate o karaoke alemán; hazlo. Encuentra tiempo para hacerlo: reorganiza tu horario, sacrifica otras obligaciones, hazlo parte de tu rutina. Si eso te motiva y te apasiona, aférrate a ello, y aférrate bien. El entusiasmo fluirá a partir de ahí.
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    Elige la buena compañía. ¿Alguna vez has estado en un cuarto de pesimistas quejándose del gobierno, las tendencias actuales, sus compañeros de trabajo y conocidos? Es horrible y es bastante contagioso. Antes de que te des cuenta ya empezaste a odiar todo también. ¡No lo hagas! Estas personas ven asomarse un poco de entusiasmo, lo toman y lo echan al olvido. Si quieres trabajar en tu positivismo y entusiasmo, estas personas deben jugar un rol mucho más pequeño en tu vida.
    • El primer paso es terminar con las amistades toxicas. Si te tomas unos 5 segundos para pensar en esto, probablemente tendrás una buena idea de a quién nos referimos. Una vez que la negatividad esté eliminada, piensa en tres personas que de verdad te hagan sentir rotundamente «bien». Estas deben ser las personas a las cuales debes acudir en tu tiempo libre. Además, ¡pueden ser modelos de personas entusiastas!
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    Come saludable. ¿Ya sabes lo que dice la gente si comes chatarra? Te sentirás terrible todo el día. Bueno, es verdad. Y es mucho más difícil sentir que uno está presente mentalmente cuando tampoco se está presente físicamente. Por lo tanto, ¡come saludable! Tu entusiasmo lo vale, ¿cierto?
    • Aquí hay otro ejemplo: ¿alguna vez te has quedado en cama todo el día, preguntándote por qué estás tan cansado? Y luego te das cuenta que es porque te has rascado la panza todo el día. Levantarte y hacer ejercicios te harán sentir mucho más enérgico. Entonces, ¡comienza a hacer ejercicios! Esa descarga de endorfina será el primer paso para sentir la inspiración fluir a través de tus venas.
    • Ten una buena noche de sueño. Es muy difícil estar entusiasmados cuando nos sentimos cansados. En realidad, nuestro comportamiento es lo opuesto cuando estamos exhaustos. Si no has estado durmiendo últimamente, esa podría ser la causa de tu falta de energía. Entonces, ¡descansa!
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    Haz una lista de las cosas por la cuales te sientes agradecido. Sabes que el pensamiento positivo es imprescindible para estar entusiasmado; pero puede ser difícil encontrar la motivación para ese positivismo. Para aminorar la carga, haz una lista de las cosas por las cuales estés agradecido. Ver una lista concreta de todo lo que le da sentido a tu vida hará más difícil negar el porqué debes estar entusiasmado.
    • No te des por vencido luego de 5 minutos. Algunas veces es difícil pensar en las cosas por las cuales nos sentimos agradecidos por el mismo hecho que las tenemos. El hecho de tenerlas 24 horas, 7 días a la semana hace que ante nuestros ojos pierdan su genialidad. Tus piernas, ¿las recuerdas? Es genial tenerlas. ¿No te sientes contento por eso?
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    Actúa con entusiasmo. ¿Recuerdas esa antigua frase: «la práctica hace al maestro»? Bueno, no funciona; sin embargo, la práctica «sí» hace el hábito. Actúa con entusiasmo por un buen tiempo y a la larga se convertirá en el sentimiento al que siempre regresarás. Te tomará algo de tiempo, pero es definitivamente alcanzable. Entonces, ¡ponte ese sombrero de entusiasmo que posees y comienza a actuar!
    • Y sí, por un corto tiempo te incomodará. Te sentirás como un mentiroso, sonriendo y riendo, y decir cosas como "¡sí, claro!", se sentirán extrañas. Por lo menos, comienza diciéndolas sarcásticamente; anímate a dar un toque de diversión a esa personalidad antialegre que tienes. Encuentra una excusa para fingir hasta que llegue el momento en que sientas que ya no estás fingiendo.
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Parte 3
Parte 3 de 4:
Proyecta entusiasmo

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    Emite diferentes expresiones. Está bien, tal vez no estés de humor para poner todo de tu parte; sin embargo, «eres» de las personas con la mentalidad de que la práctica hace el hábito; entonces, ¿cómo puedes actuar? Comienza por emitir frases como: « ¡Pero claro! », o « ¡Maravillosamente bien!», o « ¡No te lo puedo creer!». Depende de ti. Podrás convencer a más gente si reaccionas mejor y con energía.
    • Imagina que tu amigo Ted entra a la habitación, ambos hacen contacto visual, asientan con la cabeza y dicen: «Qué tal», ni siquiera en forma de pregunta, simplemente: «Qué tal»; él responde diciendo: «Dime». Intercambiaron saludos. Ahora, imagina que Ted entra a la habitación y tú dices: « ¡HOLA TED! DIOS MÍO, ¡ESTOY TAN CONTENTO DE VERTE!» y luego cruzas la habitación con los brazos cual Tiranosaurio rex, el cual siempre quisiste ser. ¿Quién está siendo entusiasta ahora?
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    No te quedes quieto. La parte buena del: « ¡HOLA TED! DIOS MÍO, ESTOY TAN CONTENO DE VERTE! », fue la del acercamiento. No puedes recostarte en tu silla, sin mover una pestaña, pegado a la televisión y emitir esas palabras con el mismo efecto (bueno, podrías…) Entonces, la próxima vez que te encuentres pensando: «Sería bueno mostrar entusiasmo ahora mismo», haz algo al respecto: brinca, mueve los brazos como un loco (no hagas esto en público), dale esos cinco a la abuela (especialmente si es ella la que quiere que seas más enérgico) Decídete y comprométete con la situación.
    • Podrías danzar alegremente, podrías pretender que cargas un arma y actuar como Fonzie, podrías señalarte a ti mismo mientras hablas de cuan asombroso eres. ¿Por qué no intentas todas estas alternativas y ves la reacción de la gente?
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    Vuélvete histriónico. Cuando estés pensando en «entusiasmo», es más recomendable pensar en «exagerar». ¿Cómo puedes exagerar todo lo que estás haciendo? Intenta recordar lo siguiente: no estás en una película, no hay cámaras. Estás en un escenario en donde tienes que demostrar a 1500 personas en el 4to nivel del teatro (a prácticamente ochocientos metros), lo que estás sintiendo, pensando y haciendo. ¿Cómo podrías hacer para que tu comportamiento sea más notorio?
    • La próxima vez que tu compañero de cuarto te diga: « ¡Oye, acabo de hacer unos quequitos!», no irás a responder: « ¡Genial, gracias. Me gustan los quequitos!». No, no no. Te levantarás a lo John Bender de la película El Club de los Cinco, te arrodillarás y dirás: «¡El rey de los quequitos, cómo haré para recompensarte! », y luego correrás a la cocina y te meterás uno de esos quequitos en la boca. Todo sea por tu amigo. Dale.
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    Expresa con el rostro. Todos estos consejos no convencerán a los que te rodean si tu rostro no expresa lo que dices con tus palabras, el tono de tu voz y tus movimientos corporales. Cuando Ted entre al cuarto, sonríe y abre bien los ojos. Cuando tu compañero de cuarto # 2 te comenté que te ha preparado quequitos, quédate boquiabierto en señal de gratitud. Cuando estés pretendiendo sentir alguna emoción (por cierto, puedes ser entusiásticamente negativo), asegúrate de que no se te escape ningún detalle.
    • Sabes exactamente como hacer esto. Haz visto a la gente actuar y haz visto las expresiones faciales que concuerdan con cada sentimiento. Lo único que tienes que hacer es exagerar la expresión, asegurándote de que la gente la reconozca. Debes asegurarte de que tu entusiasmo sea escuchado «y» visto.
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    Es preferible hablar alto. Referente a la parte de ser «escuchado», no es que hablar alto sea sinónimo de entusiasta, es solo que a veces se tiende a confundir a una persona con voz moderada por apática. Entonces, cuando le estés diciendo a Ted qué tan feliz estás de verlo, no lo hagas susurrando. Cuando estés demasiado contento por los quequitos, pon tus pulmones a trabajar. No hay necesidad de gritar; pero debes liberar tu entusiasmo, si lo deseas. A cómo eres normalmente súbele un poco las revoluciones.
    • Piensa en la reacción de una adolescente cuando ve a Robert Pattinson o Justin Bieber: grita y se pone toda revoltosa. No hagas eso; pero sí percátate de ello. Cuando llegue el momento de demostrar entusiasmo, acuerda que eres hincha del Equipo Edward de Crepúsculo (aunque no hay problema si mantienes un aullido leve) Al menos, hazlo sarcásticamente. Lo único que debes saber es que estás dando un toque de diversión a aquellos que te rodean. En todo caso, fueron ellos los que pidieron un poco de entusiasmo, ¿no?
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Parte 4
Parte 4 de 4:
Mantén el entusiasmo

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    Haz preguntas. Una manera sencilla de parecer entusiasta es haciendo preguntas. Ello demuestra que estás interesado y comprometido con el momento; y luego, ¿qué pasa cuando haces preguntas? La gente responde y podría decir algo que «realmente» despierte tu interés, si es que no lo logró antes. Por lo tanto, ¡da el primer paso! Haz preguntas, dale cuerda a la conversación y fíjate como fluye todo a partir de ahí.
    • Es fácil descartar un tema/cosa/persona al no parecernos nada interesante, juzgándola por cómo se ve a simple vista, si así lo quieres. Pues, ¡reúsate a hacer esto! Cuando te tiente hacerlo, tómalo como una oportunidad para investigar qué hay más allá. Podrías darte cuenta que llama tu atención saber que hay dentro de esa caja de Pandora, y que ¡esa curiosidad podría llevarte a encontrar algo por lo que vale la pena ser entusiasta!
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    Ríe. Una de las maneras más simples de estar contento es empezar a reír. Comenzar a reír y estar contento hace que fluya el entusiasmo. De manera natural, esto puede ponerte de mejor humor y hacer que la creatividad y el positivismo fluyan.
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    Asómbrate por todo. Luego de cierto tiempo en un ambiente, todo su encanto se desvanece. Te dejas de percatar de lo que alguna vez hizo que frenarás para admirar su belleza; dejas de hacer preguntas y de preguntarte; dejas de sentirte fascinado. Cuando eso pasa, el entusiasmo se va como arena entre los dedos; de repente, la vida se torna aburrida y rutinaria. No dejes que eso pase.
    • Cosas tan simples como la belleza de un atardecer pueden traer de vuelta el entusiasmo. La arquitectura de tu edificio favorito en tu localidad; caramba, un grupo de niños haciendo un castillo de arena. Cuando te detienes y hueles las rosas, podrías solo parar y darte cuenta de lo que te mantendrá animado, qué puede ser totalmente inspirador.
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    Intenta cosas nuevas. Una manera sencilla de comenzar a sentir emoción otra vez es intentando cosas nuevas. La vida puede tornarse aburrida haciendo lo mismo de siempre; por ende, ¡comienza a alternar! Es imposible mantener el entusiasmo por algo que se ha hecho por muchos años. ¡Y es absurdo esperar que encuentres entusiasmo en una rutina que no tiene nada de emocionante!
    • Incluso los cambios más pequeños pueden hacer maravillas. ¿Has venido corriendo 4,800 metros por día en los últimos seis meses? Pues, ¡busca otro recorrido! Comienza a cocinar en casa, comienza a tener un pasatiempo, anda de compras (mesuradamente), explora las atracciones turísticas de tu localidad. El cambio no tiene que ser grandioso, solo diferente.
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    Sigue aprendiendo. Imagina una relación con una persona que conoces por toda una vida. Probablemente la relación se torne un poco aburrida una vez que no haya más que saber sobre esa persona, cuando sabes todo lo que había por saber. ¡Lo mismo para con la vida! Si dejas de aprender, se te acabarán las razones para sentirte inspirado. Por lo tanto, investiga con más detalle, busca a los expertos, utiliza tus conexiones. Lo que sea que quieras hacer, hazlo a «profundidad».
    • No tienes que aprender de un libro necesariamente; puedes aprender de aquellos que te rodean, puedes aprender incluso de ti mismo; hasta de wikiHow puedes aprender. Solo sigue buscando conocimiento. Mientras más sepas, más interesantes se tornan las cosas. ¡Incluso la vida!
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Advertencia

  • El entusiasmo repentino por la vida puede causar sentimientos de fascinación, mareo y latidos acelerados del corazón. Podría incluso ocasionar que más personas realmente disfruten de tu compañía.

Referencias

  1. http://www.awaionline.com/2012/02/pon más entusiasmo en tu trabajo y a tu vida/
  2. http://www.positivityblog.com/index.php/2008/03/13/4-razones poderosas para incrementar tu entusiasmo y cómo hacerlo/
  3. http://www.theeurekalife.com/10 pasos simples para llevar una vida con más entusiasmo/
  4. http://www.huffingtonpost.com/lisa-earle-mcleod/get-hopes-up_b_1772263.html

Acerca de este wikiHow

Sandra Possing
Coescrito por:
Coach de vida
Este artículo fue coescrito por Sandra Possing. Sandra Possing es una coach de vida, oradora y empresaria con sede en el área de la Bahía de San Francisco. Sandra se especializa en coaching individual con un enfoque en la transformación de mentalidad y liderazgo. Sandra recibió su entrenamiento como coach en el Instituto de Entrenamiento de Coaches y tiene siete años de experiencia como coach de vida. Tiene una licenciatura en Antropología de la Universidad de California, Los Ángeles. Este artículo ha sido visto 44 717 veces.
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