A veces, te encuentras en una situación en la que te parece difícil tolerar las acciones o las palabras de alguien más. Trata de entender de dónde viene cada persona y evita que se convierta en una batalla personal. Puedes tratar de desarrollar una actitud más tolerante al aprender acerca de diferentes personas, al desarrollar confianza en ti mismo y al llegar a apreciar la diferencia.

Método 1
Método 1 de 2:
Tolerar a otros en situaciones difíciles

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    Trata de empatizar. Un buen primer paso para tolerar a otros en una situación difícil es hacer un esfuerzo consciente para empatizar con otra persona e intentar ver las cosas desde su perspectiva. Podrían tener diferentes orígenes y experiencias que aprovechar; por lo tanto, lo que parece obvio para ti podría parecer extraño o ajeno para alguien más.
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    Pide explicaciones. Si hablas con alguien y esa persona dice algo que te parece difícil aceptar, puedes averiguar su perspectiva sin ser intolerante o agresivo. Intenta entender mejor el punto de vista de alguien más pidiéndole que te lo explique.
    • Podrías decir algo como “Está bien, dime más acerca de eso. ¿Qué te hace pensar eso?”.
    • Si haces eso, estarás siendo más tolerante al no rechazar por completo a esa persona e intentarás entender algo que se te hace difícil.[1]
    • Recuerda que la tolerancia no significa aceptar un comportamiento inaceptable.[2]
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    Ignora las diferencias. Una manera de lidiar con una situación difícil es simplemente tratando de ignorar las diferencias. Esta es una manera más negativa que aprender a aceptar y valorar las diferencias, pero puede ser útil. Para hacer esto necesitarías evitar algunos temas de conversación, o cambiar rápidamente el tema cuando sea necesario.
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    Usa enunciados en primera persona en lugar de hacerlos en segunda persona. Si conversas con alguien y te cuesta demasiado mantener la cortesía, evitar hacer acusaciones o suposiciones acerca de la persona con la que estás hablando podría ser de ayuda. Puedes hacer esto usando enunciados en primera persona en lugar de hacerlos en segunda persona. Esto puede ayudarte a apaciguar cualquier enemistad personal y te ayudará a estar más abierto a los puntos de vista de otras personas.
    • Por ejemplo, si hablas con alguien acerca de las escuelas que reparten anticonceptivos a los estudiantes, podrías decir “Pienso que es razonable que las escuelas pongan a disposición los anticonceptivos”. Esta es una manera tolerante de expresar tu opinión.
    • Evita hacer enunciados en segunda persona como “Eres un estúpido por pensar que las escuelas deben repartir anticonceptivos”.[3]
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    Aborda el conflicto. Si te cuesta empatizar o ignorar una situación, y te parece difícil tolerarla, puedes intentar abordar la situación para buscar algún tipo de solución. Si eres buen amigo de alguien y no deseas que esta intolerancia dañe su amistad, vale la pena hacer un esfuerzo para encontrar una solución juntos. Todos los involucrados deben estar preparados para hacer un esfuerzo y participar plenamente.
    • Debes empezar describiendo calmadamente lo que encuentras ofensivo o intolerable en el comportamiento o punto de vista de la otra persona. Por ejemplo, puedes decir “No estoy de acuerdo con tu postura acerca del control de armas”.
    • Necesitarás tratar de entender mejor las percepciones culturales de los demás. Podrías hacer esto preguntando algo como “¿Qué experiencias te llevaron a desarrollar tus ideas acerca del control de armas?”.
    • Luego debes explicar cómo podría tratarse el tema tomando en cuenta la cultura o el punto de vista de la otra persona. Podrías empezar diciendo cómo crees que sería la situación ideal y luego permitiendo que la otra persona haga lo mismo. Por ejemplo, puedes empezar diciendo algo como “Pienso que deberíamos hacer más difícil la obtención de armas porque…”.
    • Después, puedes comenzar a negociar un camino a seguir teniendo en cuenta y respetando sus diferencias. Esto puede ser más fácil cuando hay un malentendido en la conducta de la otra persona que cuando tienen putos de vista más o menos incompatibles. Por ejemplo, puedes empezar diciendo algo como “Si bien no estoy de acuerdo con tus puntos de vista, ahora los entiendo mejor. Ahora que conozco las razones detrás de tus creencias, es más fácil para mí entender tu punto de vista y estoy dispuesto a avanzar”.

Método 2
Método 2 de 2:
Desarrollar una actitud más tolerante

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    Valora las diferencias. Una parte importante de desarrollar una actitud más tolerante es aprender a apreciar y valorar las diferencias. Las personas que valoran las diferencias y la diversidad generalmente son más tolerantes que otros, y se estresan menos por la ambigüedad y la incertidumbre. La intolerancia puede delimitar y simplificar un mundo en constante cambio, haciéndolo más fácil de comprender porque se ignora la variedad y la complejidad.
    • Adoptar una actitud más abierta, y exponerte a puntos de vista y culturas que son distintas a las tuyas pueden ayudarte a ser más tolerante.
    • Habla con personas que no conozcas y lee periódicos o páginas web que normalmente no revises.
    • Habla con personas de distintas edades y culturas.[4]
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    Acepta la incertidumbre. Algunas investigaciones han demostrado que la intolerancia a la ambigüedad, o la incapacidad para aceptar la incertidumbre, es rasgo clave en la personalidad de personas que son menos tolerantes con otros. Las investigaciones realizadas a nivel nacional han demostrado que los países cuyos habitantes están más receptivos a la incertidumbre suelen ser más receptivos a la discrepancia, más tolerantes a los cambios, tienen menos temor al cambio y son más positivos con respecto a los jóvenes.[5]
    • Puedes tratar de volverte más receptivo a la incertidumbre pensando más en respuestas que en preguntas.
    • La idea es que, aunque siempre estés centrado en encontrar una respuesta y empieces a pensar que solo existe una respuesta, la respuesta será constante e inmutable.
    • A menudo, existen muchas respuestas diferentes para la misma pregunta y, si mantienes tu mente abierta y curiosa, te volverás más consciente de las diferencias y serás más tolerante ante esta ambigüedad.[6]
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    Aprende acerca de otras personas y otras culturas. Una buena manera de volverte una persona más tolerante es educándote más profundamente acerca de otras personas y culturas. Usualmente, cuando las personas muestran una falta de tolerancia hacia alguien, es en parte porque se sienten extrañas o inseguras acerca de lo que la otra persona hace o dice. Tómate el tiempo de aprender acerca del sistema de diferentes culturas y creencias. No temas hacer preguntas, pero hazlas siempre de manera respetuosa y educada.
    • Por ejemplo, podrías averiguar acerca de las distintas maneras de celebrar eventos importantes.
    • También puedes exponerte a nuevas experiencias para clarificar las cosas que podrían haberte parecido extrañas o ajenas a ti antes.[7]
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    Analiza tus sentimientos intolerantes. Comprender el contexto y las raíces de tus sentimientos intolerantes puede ayudarte a reconocerlos y desafiarlos. Piensa acerca de por qué juzgaste a otras personas en el pasado. ¿Te criaron para pensar que algunas personas son inferiores a ti o tuviste algunas experiencias negativas? Haz un diagnóstico de por qué te sientes de cierta manera acerca de un grupo de personas.
    • Por ejemplo, tal vez creciste en un hogar donde era común escuchar comentarios despectivos acerca de personas de cierta raza o religión, o tal vez tuviste experiencias negativas con alguien de una raza o religión diferente a la tuya, y aquellas experiencias han contribuido en tus ideas acerca de esas personas.
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    Fortalece tu autoestima. A veces, las personas que no se sienten felices consigo mismas, o no tienen una autoestima baja o negativa, son más intolerantes con los demás. Esta intolerancia puede ser un reflejo de cómo una persona se siente acerca de sí misma. Si te sientes más seguro y confiado en ti mismo, podrías ser una persona más abierta y tolerante con otras personas.[8]
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    Piensa en una idea difícil. Una manera interesante para intentar volverte más tolerante es practicar lidiar con ideas que te parecen intolerables. Esta es una técnica que los psicólogos usan y puede ser una forma útil para hacer frente a la intolerancia. Este funciona bajo el principio de que es complicado mantener una idea difícil, y que tratar de hacer esto te ayudará a manejar las situaciones complicadas.
    • Tenemos la tendencia de huir o evitar pensamientos difíciles, los cuales pueden conducirnos a una perspectiva intolerante, impaciente o antipática.
    • Escoge un pensamiento difícil y pasa al menos diez segundos cada día pensando en ello.
    • Por ejemplo, si la idea de cambiar tu religión es intolerable para ti, entonces podrías pensar “Voy a renunciar a mi religión y me volveré budista (u otra religión que sea diferente a la tuya)”.
    • Luego analiza lo que sucede. ¿Tienes alguna reacción física? ¿Cuáles son los siguientes pensamientos que llegan a tu mente?[9]

Consejos

  • Recuerda la Regla de Oro: “Trata a los demás como te gustaría ser tratado”.
  • Aceptar que las personas son diferentes y buscar lo positivo en ellos nos ayuda a construir una actitud de tolerancia.

Acerca de este wikiHow

Trudi Griffin, LPC, MS
Coescrito por:
Consejera profesional
Este artículo fue coescrito por Trudi Griffin, LPC, MS. Trudi Griffin es un consejero profesional con licencia en Wisconsin especializado en adicciones y salud mental. Brinda terapia a las personas que luchan contra las adicciones, la salud mental y los traumas en entornos de salud comunitaria y práctica privada. Recibió su maestría en Consejería Clínica de Salud Mental en la Universidad Marquette en 2011. Este artículo ha sido visto 169 885 veces.
Categorías: Relaciones sociales