Convertirte en asesor fiscal, ya sea para complementar tu ingreso actual o como un empleo a tiempo completo, puede ser una labor gratificante y bien remunerada. En Estados Unidos, por ejemplo, el asesor fiscal promedio ganó 44 000 dólares anuales en el 2014.[1] Además, los asesores fiscales lidian con sectores amplios del público y, en muchos casos, pueden dar buenas noticias a sus clientes sobre importantes devoluciones de dinero al revisar sus declaraciones de años anteriores. También contarás con bastante seguridad laboral: las personas tienen que declarar sus impuestos todos los años sin importar el estado de la economía.[2] Aunque tal vez parezca que ser asesor fiscal exige muchos estudios y capacitación, casi cualquier persona puede prepararse para serlo en unos meses. Lee este artículo para descubrir cómo.

Parte 1
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Cumplir los requisitos académicos

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    Cumple los requisitos mínimos. En general, los asesores fiscales deben tener un diploma de educación secundaria o su equivalente. Eso significa que no necesitas un grado de licenciado o de asociado para empezar a florecer en el negocio de la asesoría fiscal. Sin embargo, los aspirantes a asesor fiscal deben tener en cuenta que el trabajo exige algunas destrezas básicas. Mientras estés en la escuela secundaria, podrías prepararte para el trabajo si cultivas:
    • destrezas matemáticas sólidas;
    • destrezas informáticas básicas y digitación;
    • destrezas y experiencia en atención al cliente;
    • un entendimiento elemental sobre las normas fiscales (los formularios necesarios y los plazos).[3]
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    Evalúa las opciones de capacitación. Muchos asesores fiscales deben prepararse un poco antes de poder empezar a trabajar, ya que no cuentan con ninguna capacitación formal en la materia. En estos cursos de preparación, los estudiantes aprenden sobre temas como declaración de impuestos, interrogatorios a los contribuyentes, excepciones, cálculo de impuestos y cronogramas de rembolso.[4] Muchas instituciones ofrecen estos cursos, así que será mejor que evalúes varias opciones antes de elegir la mejor para tu situación.
    • Algunas compañías de asesoría fiscal ofrecen capacitación práctica, así que trata de postular directamente a un empleo y determina si ofrecen este tipo de entrenamiento, lo cual podría ahorrarte una cantidad considerable de tiempo y dinero. Para encontrar trabajo, busca en los portales laborales virtuales antes del inicio de la temporada de impuestos (en enero).[5]
    • En los Estados Unidos, inscríbete en algún programa de capacitación ofrecido por el Consejo de Acreditación Contable y Tributaria (ACAT, por sus siglas en inglés) o por la Asociación Nacional de Profesionales Fiscales (NATP, por sus siglas en inglés). Revisa sus páginas web para conseguir más información.
    • Muchas escuelas técnicas y comunitarias, así como también universidades, ofrecen programas cortos de certificación que pueden calificarte para una posición de principiante. Para saber más, busca programas en tu zona. Algunos de estos programas quizá también estén disponibles en línea.[6]
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    Completa la capacitación fiscal. Sin importa en donde hayas decidido estudiar, tendrás que terminar tus estudios antes de convertirte en un asesor fiscal profesional. Si puedes, trata de tomar cursos avanzados que incluyan información sobre temas como impuestos patrimoniales, ganancias de capital y fondos de retiro. Este conocimiento te hará destacar entre la multitud.[7]
    • Asegúrate de guardar cualquier información o apuntes que obtengas en tus clases, ya que podrías necesitarlos después si eliges obtener un certificado o educación de nivel superior.
    • Además, asegúrate de que cualquier competencia que hayas adquirido en asesoría fiscal se adecúe al estado en el cual ejercerás, ya que los requisitos para declarar los impuestos varían de un estado a otro.[8]
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    Piensa en un grado superior de formación. Aunque un curso simple en asesoría fiscal puede prepararte para la mayoría de los roles necesarios para la declaración de impuestos, quizá además quieras llegar más alto y convertirte en un especialista fiscal certificado o incluso en contador público colegiado o en abogado tributario. Obviamente, estos grados te demandarán muchos más estudios y gastos, pero las oportunidades de progreso e incremento salarial son mucho mejores. Sin estudios adicionales (o sin tu propia empresa de asesoría fiscal), hay muy poco espacio para progresar en la industria de la asesoría fiscal.

Parte 2
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Obtener la certificación

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    Obtén un número de identificación como asesor fiscal (PTIN por sus siglas en inglés). En los Estados Unidos, antes de que un asesor fiscal pueda empezar a trabajar, también deberá cumplir algunos requisitos estatales y federales. Primero, solicita al Servicio de Rentas Internas (IRS por sus siglas en inglés) que te asigne un número de identificación, mediante el envío de tus datos personales (incluido tu número de seguro social), una declaración de impuestos del año anterior y el pago de una tasa de cincuenta dólares. Puedes hacer este trámite de manera virtual, a través de su página web: http://www.irs.gov.[9] Al obtener el número de identificación, te registrarás como "asesor no afiliado", lo cual te otorgará el nivel mínimo de autorización para preparar declaraciones tributarias federales.[10]
    • Ten en cuenta que esta solicitud demandará que reveles y expliques cualquier condena por delitos tributarios o problema con tus obligaciones fiscales.[11]
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    Obtén el registro estatal. Para tener una licencia plena, es probable que además tengas que obtener un registro estatal. Sin embargo, estos requisitos varían según el estado. Verifica los requisitos que correspondan a tu estado mediante una búsqueda en Internet con las palabras "registro de asesoría fiscal (tu estado)". No obstante, en algunos casos, de acuerdo a la ley estatal, se te exonerará de este registro o no se exigirá.[12]
    • Por ejemplo, los contadores públicos colegiados, los abogados tributarios y los agentes afiliados (profesionales en tributación evaluados por el IRS), en la mayoría de los casos, están exonerados del registro estatal.[13]
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    Evalúa la posibilidad de convertirte en un agente afiliado. Un agente afiliado es un asesor fiscal que ha demostrado competencia en la preparación de declaraciones de impuestos. Los asesores fiscales pueden convertirse en agentes afiliados, ya sea trabajando para el IRS durante un periodo específico o aprobando un examen especial de afiliación (SEE, por sus siglas en inglés) y presentando una solicitud en línea para obtener tal estatus. Después de aprobar el examen u obtener la experiencia laboral exigida, podrás postular para obtener el estatus de agente afiliado completando el formulario IRS 23 y sometiéndote a una verificación de antecedentes.[14]
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    Considera la posibilidad de rendir el examen del IRS. En el 2014, el IRS presentó el Programa Anual de la Temporada Tributaria. Este programa ofrece anualmente cursos de educación continua y un examen de calificación para los asesores fiscales, y les concede el estatus de "asesores fiscales registrados". Puedes empezar el proceso de calificación a través de este programa matriculándote en las clases de algún proveedor de educación continua en tu zona que esté aprobado. Puedes encontrar la lista de proveedores aprobados aquí (en inglés).
    • Aunque en la actualidad este programa es voluntario, puede darte la credibilidad que necesitas para tener éxito, en especial si planeas iniciar tu propio negocio de asesoría fiscal.[15]

Parte 3
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Encontrar trabajo

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    Trabaja para una consultora de preparación de declaraciones de impuestos. Muchos asesores de impuestos empiezan sus carreras trabajando en alguna consultora de preparación de impuestos ya establecida. Estas compañías te capacitarán en los requisitos locales y estatales para declarar impuestos, y pueden ayudarte en cualquier dificultad que pudieras tener al principio. Después de obtener esta experiencia, estarás más preparado para cambiar de empleo, empezar tu negocio propio o estudiar más.[16]
    • La mayor ventaja de hacer este tipo de trabajo es que muchos asesores fiscales ofrecen capacitación práctica y formación continua gratuitas.[17]
    • Aunque este tipo de trabajo es un gran primer paso para un asesor fiscal, solo conseguirás empleo durante la temporada de impuestos, lo cual te dejará sin trabajo durante aproximadamente dos tercios del año. Esto es genial para los trabajadores a tiempo parcial, pero si lo que quieres es ser asesor fiscal a tiempo completo, quizá tengas que buscar otros tipos de empleos.
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    Trabaja para un estudio contable o jurídico. Además de las empresas especializadas en preparar declaraciones de impuestos, quizá también haya empleos disponibles en estudios contables o jurídicos que ofrezcan servicios tributarios.[18] En estos roles, probablemente apoyarás a un contador público colegiado o a un abogado tributario en la preparación de las declaraciones de impuesto de sus clientes. En otras palabras, harás algo más que solo ingresar la información de los clientes; además, tal vez lidies con ciertos procedimientos fiscales o con las complejidades de la legislación tributaria.
    • Encontrar esta clase de empleo podría ser más fácil si eres capaz de diferenciarte del resto de asesores fiscales al especializarte en cierto tipo de declaraciones de impuestos o de empresas.[19] Por ejemplo, tal vez podrías especializarte en la declaración de cierta clase de impuestos complejos, como aquellos que gravan los activos internacionales.
    • Tal vez estas oportunidades también estén disponibles en muchos otros tipos de empresas, así que asegúrate de buscar nuevas oportunidades en las bolsas de trabajo virtuales y en los avisos clasificados de los periódicos.
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    Empieza tu negocio propio. Con la experiencia o las credenciales suficientes, puedes iniciar tu propio negocio de preparación de declaraciones de impuestos como asesor fiscal independiente. Empieza por dar a conocer tus servicios a la comunidad y comienza a desarrollar tu base de clientes. Con un servicio cordial y confiable, tal vez pronto descubras que tu negocio podría crecer y florecer.[20] Con el tiempo, incluso quizá puedas abrir otra franquicia y contratar a otros asesores fiscales para que hagan el trabajo por ti.
    • Puede ser una buena idea empezar con la familia y los amigos antes de pasar a otros clientes. Esto podría ayudarte a conseguir un comienzo libre de tensiones mientras afinas los detalles del proceso de declaración de impuestos. A partir de allí, puedes distribuir tarjetas de negocios y confiar en las recomendaciones para más negocios.
    • Esta será la mejor elección si quieres trabajar como asesor fiscal a tiempo parcial. Es fácil dirigir un negocio de asesoría tributaria fuera de casa y cobrar precios más bajos que algunas de las consultoras tributarias más renombradas.[21]
    • Si quieres trabajo adicional durante el año, también considera la posibilidad de ofrecer tus servicios como consultor tributario o contador personal a los clientes a quienes les prepares las declaraciones de impuestos.[22]

Consejos

  • Los asesores fiscales también pueden demostrar su experiencia si obtienen un certificado del Consejo de Acreditación Contable y Tributaria (ACAT por sus siglas en inglés), lo cual exige contar con una experiencia mínima de tres años en la preparación de declaraciones de impuestos, además de aprobar un examen.[23]

Advertencias

  • El trabajo puede ser estresante, ya que cualquier error podría costarle mucho dinero al cliente. Además, el estrés de los clientes puede ser contagioso.
  • A menos que te capacites más (como agente afiliado o contador tributario), quizá solo encuentres trabajo durante la temporada de impuestos, entre enero y abril.
  • Con frecuencia, los asesores fiscales no reciben beneficios debido a que realizan su trabajo por temporadas.

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