Si te encanta la apariencia natural de la piel humedecida, ¡podrás conseguirla con facilidad! Para lograrlo sin aplicarte productos de maquillaje, haz cambios en tu estilo de vida que mejoren la salud de tu piel. También puedes aplicarte aceites naturales para humectarla y darle un brillo suave. Si prefieres usar maquillaje para darle esta apariencia, elige productos para el cuidado de la piel que iluminen y resalten tu rostro fresco. Usa maquillaje con moderación y aplícate toques de color de forma estratégica a fin de conseguir esta apariencia.

Método 1
Método 1 de 2:
Usar un método natural

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    Lávate el rostro todos los días. Siempre lávate las manos antes de lavarte el rostro. Luego amárrate el cabello para apartarlo. Échate agua tibia en el rostro para humedecerlo. Ahora aplícate un limpiador suave en la piel con cuidado para evitar que el jabón te entre en los ojos, la nariz o la boca. Enjuaga el limpiador con agua limpia para eliminar la grasa y las células cutáneas muertas.[1]
    • Usa un limpiador suave que no te reseque ni irrite la piel. Busca uno diseñado para tu tipo de piel. Por ejemplo, si tienes la piel grasosa, busca un limpiador profundo que quite la grasa sin eliminar los aceites de la piel.
    • Si tienes la piel reseca, elige un limpiador que la humecte cuando te laves.
    • También podrías tener que quitarte el maquillaje que tengas aplicado usando antes un producto que lo elimine.
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    Exfóliate la piel 2 o 3 veces a la semana.[2] Las células cutáneas pueden obstruirse, por lo que es importante que te exfolies la piel un par de veces a la semana. Compra un producto que elimine las células cutáneas muertas. Humedécete el rostro y aplícatelo con cuidado en la piel, y luego enjuágate con agua fría. Si te exfolias, evitarás las manchas y harás que la piel luzca brillante.[3]
    • Evita los productos que contengan pedazos grandes de exfoliantes físicos, como las cáscaras de nueces y las pepas de fruta. Elige exfoliantes que contengan ingredientes finos, como el azúcar y el bicarbonato de sodio, o elige un exfoliante químico, como un limpiador con alfahidroxiácidos.[4]
    • Sé cuidadoso cuando te exfolies, ya que podrías irritarte la piel. Si te exfolias con demasiada frecuencia, esto también puede resecarte la piel y hacer que luzca enrojecida.
    • Ten en cuenta que hay diferentes tipos de productos exfoliantes. Según el tipo que uses, podrías tener que exfoliarte con más o menos frecuencia. Por ejemplo, si vas a usar un exfoliante suave, puedes hacerlo 2 o 3 veces a la semana.
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    Rocíate aceite diluido en la piel. Llena una botella rociadora pequeña con dos partes de agua y una parte de un aceite natural. Agita la botella y rocíate la piel a lo largo del día para darle un brillo húmedo natural. Si también decides aplicarte maquillaje, puedes rociarte el rostro luego de maquillarlo. Estos son algunos buenos aceites:[5]
    • El aceite de marula puede ayudar a reducir las señales del envejecimiento, como las líneas delgadas y las arrugas.[6]
    • El aceite de jazmín tiene un aroma agradable y puede ser beneficioso para la piel reseca.
    • El aceite de lavanda tiene un efecto calmante en la piel y un aroma relajante.
    • El aceite de almendra dulce puede minimizar las líneas delgadas y brindar protección a través de los antioxidantes.
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    Sigue una dieta saludable todos los días. Incluye frutas, vegetales, proteínas magras, granos integrales y grasas saludables para tener una dieta equilibrada que nutra tu piel. Comer una variedad de nutrientes saludables ayudará a la piel a recuperarse y mantenerse a fin de lucir humedecida.[7]
    • Las grasas saludables son muy importantes para tener la piel humedecida. Consume salmón, aguacates, nueces y semillas como buenas fuentes de estas grasas.

    Consejo: también es importante que reduzcas tu consumo de alimentos procesados, grasas y azúcares, ya que pueden causar inflamación en el cuerpo e irritar la piel.

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    Toma agua a lo largo del día. Tu piel lucirá más saludable si te mantienes hidratado, por lo que es importante que tomes agua y comas alimentos que contengan líquido, como las frutas y los vegetales. Toma 8 vasos de líquido de 240 ml (8 oz), incluido el líquido de los alimentos que comas. Si te mantienes hidratado, eliminarás las toxinas del cuerpo y lograrás que tu piel luzca brillante.[8]
    • Esta también lucirá más joven si reduces tu consumo de alcohol y cafeína.
    • Si estás cansado de tomar agua, toma tés de hierbas o agua con una infusión de fruta.
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    Duerme más. El cuerpo repara y restaura la piel con más rapidez mientras duermes, así que trata de dormir como mínimo 7 horas todas las noches. Esto puede evitar que la piel luzca opaca o te haga lucir cansado.[9]
    • Si no puedes dormir más por la noche, incluye algunas siestas durante el día. Esto también hará que la piel luzca revitalizada y reposada.
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Método 2
Método 2 de 2:
Conseguir una piel humedecida con maquillaje

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    Aplícate un humectante en crema en el rostro. Empieza con la piel limpia lavándotela y secándola con toques suaves. Luego extiende una cantidad pequeña de humectante en crema de manera uniforme en tus mejillas, frente, nariz, mentón y cuello. Usa las yemas de los dedos para aplicarte el humectante de forma profunda en la piel. Esto hará que la piel luzca voluminosa y humedecida.[10]
    • Para una hidratación adicional, agrega una gota de aceite de aguacate prensado en frío. Esto le dará al humectante un poco de brillo adicional.
    • Usa el dedo índice o el meñique para aplicarte el humectante en el hueso de la ceja y alrededor de los ojos.

    Consejo: busca productos que contengan ingredientes extrahumectantes, como el aceite de oliva o aguacate prensado en frío, la cera de abeja, la miel o la jalea real.

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    Aplícate una base rica en vitaminas en la piel. Elige un producto que contenga vitamina C y FPS.[11] Luego toma un poco de base con las yemas de los dedos o una esponja de maquillaje suave, y aplícatela de manera uniforme en la piel, de modo que llegue a lo profundo de los poros. Usa un movimiento circular para que la base se difumine. Es importante que uses una base clara que no cubra los detalles de la piel, como las pecas.[12]
    • Esta actuará como una prebase que uniformizará el tono de la piel y hará que brille.
    • Para un poco de color adicional, puedes usar una base o un humectante de color claro.
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    Usa un corrector solo para cubrir las imperfecciones o las ojeras.[13] Aplícate un poco de corrector con una esponja o el dedo en las áreas problemáticas, según lo necesites. Si vas a usar una varilla de corrector, aplica algunos círculos del producto en las áreas problemáticas y difumínalo con el dedo. No te apliques demasiado corrector o color en la piel, ya que la piel hidratada de forma natural debe ser visible.[14]
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    Aplícate maquillaje en polvo en las áreas muy grasosas. En lugar de aplicarte el polvo con una brocha en toda la piel, usa una brocha común pequeña o una tipo abanico para solo aplicarte un poco de polvo en las áreas muy grasosas. Por ejemplo, si la zona T o el mentón están muy grasosos o brillantes, aplícate un poco de polvo en el área para que coincida con el nivel de brillo en el resto del rostro.[15]
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    Usa un iluminador para acentuar las mejillas. El iluminador ayudará a darle a la piel una apariencia húmeda, incluso si no lo está. Aplícate un iluminador en los pómulos, los huesos de las cejas, el puente de la nariz y el arco de Cupido, el cual es la V en el centro del labio superior.[16]
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    Agrégales un toque de color a las mejillas y los labios. Frota un poco de rubor en crema entre los dedos o aplícate un poco de tintura en los pómulos. Aplícate el color en las mejillas para volverlas rosadas. Luego usa tu lápiz labial favorito para otro toque de color que resalte la tez humedecida.[17]
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Consejos

  • Si te preocupa tener la piel muy grasosa como para lograr una apariencia humedecida, puedes usar una prebase opaca en lugar de una iluminadora.
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Acerca de este wikiHow

Aanand Geria, MD
Coescrito por:
Dermatólogo certificado por el colegio oficial
Este artículo fue coescrito por Aanand Geria, MD. El Dr. Aanand Geria es un dermatólogo certificado, instructor clínico en Mt. Sinai, además de propietario de Geria Dermatology con sede en Rutherford, Nueva Jersey. Su trabajo ha aparecido en Allure, The Zoe Report, NewBeauty y Fashionista, y tiene trabajos revisados por pares para el Journal of Drugs in Dermatology, Cutis, y seminarios en medicina y cirugía cutánea. Tiene una licenciatura de la Penn State University y una maestría de la Facultad de Medicina de Rutgers, Nueva Jersey. Posteriormente, terminó su pasantía en Lehigh Valley Health Network y una residencia en dermatología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Howard.
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