Los perros enfermos suelen mostrar una falta de apetito y energía, inquietud, jadeos o inactividad. Si crees que tu perro no se siente bien, podrías tener que tomarle la temperatura en casa para obtener información sobre los síntomas de la enfermedad. A diferencia de las personas, los perros no mostrarán los mismos signos de tener una temperatura elevada, como la piel cálida o los escalofríos. Por lo tanto, es importante aprender a tomar la temperatura de un perro para tener una idea de lo alta que esté y saber si quizás necesite ver a un veterinario.

Parte 1
Parte 1 de 4:
Prepararte para tomar la temperatura del perro

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    Reúne los materiales adecuados. Lo mejor es usar un termómetro digital que puedes conseguir a través de una compañía de suministros para mascotas. También necesitarás un lubricante como vaselina o un gel KY. También podrías necesitar un bozal y un bolígrafo y un papel para anotar la temperatura.
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    Busca a un ayudante. Es mucho más sencillo medir la temperatura de un perro con dos personas. Lo ideal es que una lo contenga mientras la otra introduce el termómetro y mide la temperatura.
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    Determina cuál es el mejor lugar para el procedimiento. Una habitación pequeña como un baño podría ser una buena opción para hacerlo, de modo que el perro no trate de escapar. Colocarlo sobre una mesa es un buen método, ya que puede evitar que hagas esfuerzo en la espalda y darte un acceso más fácil al recto del perro. [1]
    • Los perros pequeños o medianos deben colocarse sobre una mesa para brindar un acceso más fácil.
    • Asegúrate de que alguien permanezca al lado del perro cuando lo coloquen sobre una mesa. Si no lo supervisan, podría saltar hacia el suelo y lesionarse.
    • Los perros más grandes podrían permanecer en el suelo para el procedimiento.
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    Mantén la calma. Si estás nervioso por medirle la temperatura a tu perro, este podría captar tu energía y ponerse ansioso. Permanece tranquilo y seguro al seguir los pasos de este proceso, y elogia y háblale a tu mascota.
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Parte 2
Parte 2 de 4:
Sostener al perro

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    Colócalo sobre una mesa o en el suelo. Haz que tu ayudante lo coloque sobre una mesa o en la habitación en la que vas a medir su temperatura. La cola del perro debe estar en el mismo lado que el de tu mano dominante. Por ejemplo, si eres diestro, apuntarás al lado de tu mascota con su cabeza a tu lado izquierdo y su cola en tu lado derecho.
    • Tu ayudante debe pararse en el lado opuesto del perro, de modo que estén apuntándose entre sí y el animal esté en el centro.
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    Coloca un bozal alrededor del hocico del perro. En ocasiones, incluso los perros amigables pueden morder a las personas si se sienten amenazados. Si crees que tu perro se molestará por el procedimiento o si está comportándose de forma ansiosa, podrías tener que colocarle un bozal para garantizar tu seguridad.
    • Un bozal de paseo servirá, si tienes uno.
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    Haz un bozal si es necesario. Una corbata estándar puede convertirse en un bozal temporal eficaz, si estás en apuros. [2]
    • Haz un nudo de una sola vuelta en el centro de una corbata.
    • Haz que el nudo sea un poco más grande que el diámetro del hocico del perro.
    • Colócalo de forma cuidadosa y lenta sobre la nariz del perro y ajústalo.
    • El bozal debe estar lo suficientemente ajustado como para que no se salga de la nariz del perro si este sacude la cabeza.
    • Enrolla los extremos de la corbata alrededor del hocico del perro hasta llegar a las puntas y átalas juntas.
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    Sujeta al perro de forma segura. Tu ayudante debe sostener al perro de forma segura arrodillándose junto a él sobre el suelo o sujetándolo sobre una mesa. [3]
    • Tu ayudante debe pasar el brazo por debajo del estómago del perro y doblarlo hacia arriba para jalar la parte trasera del animal hacia su pecho.
    • Luego debe colocar la otra mano alrededor de la parte frontal del cuello del animal, por debajo de su mentón y hacia su oreja.
    • Esta persona debe jalar la cabeza y el cuello del perro hacia ella con cuidado para que se apoye en su hombro.
    • Si el perro empieza a moverse o retorcerse durante el procedimiento, el ayudante debe jalarlo hacia él con más firmeza, usando un tono de voz relajante para reconfortarlo.
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    Determina cuándo detenerte. Si el perro muestra signos evidentes de malestar, agresividad o pánico, no sigas conteniéndolo para medirle la temperatura. Por la seguridad y la salud de todas las personas involucradas, es mejor ser cauteloso y saber cuándo tu perro se siente amenazado. [4]
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Parte 3
Parte 3 de 4:
Medir la temperatura

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    Lubrica el termómetro. Sostén el termómetro con tu mano dominante (la cual debe estar cerca de la cola del animal) e introduce la punta del mismo en el lubricante. Asegúrate de aplicar una cantidad abundante de lubricante (de preferencia, recuperando una cantidad considerable de la punta).
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    Levanta la cola del perro. Usa tu mano no dominante (la izquierda si eres diestro) para sujetar la base de la cola del perro y levantarla. Debes levantar la cola con firmeza, pero de forma delicada, dejando expuesto el ano del perro. [5]
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    Ubica el ano. El ano del perro estará directamente debajo de la cola y tiene forma circular. Ten en cuenta que, en las perras, la vulva está más abajo (entre las patas) y se asemeja más a una hendidura. No introduzcas el termómetro en la vulva de la perra. [6]
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    Pon el termómetro en posición. Sostenlo paralelo al lado longitudinal del perro, sujetando el termómetro de forma horizontal y apuntando de la cola a la cabeza. Mantenlo en esta posición y haz que la punta del mismo toque el ano. [7]
    • No inclines el termómetro hacia arriba o hacia abajo al introducirlo al ano. En lugar de ello, mantenlo totalmente horizontal.
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    Introduce el termómetro. Los músculos en el aro anal (los músculos que rodean el ano) reposan en una posición contraída, cerrando el ano. Para introducir el termómetro, tienes que pasar por ellos con delicadeza e introducirlo en el recto girándolo con lentitud a medida que lo hagas entrar.
    • Gíralo de forma leve para introducirlo con cuidado en el ano del animal.
    • Introduce la mitad del mismo. Podrías tener que introducir menos si el perro es muy pequeño.
    • Debes sostener el termómetro. No dejes que entre por completo en el recto del animal.
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    No fuerces el termómetro. NO fuerces el termómetro si no entra en el ano con facilidad. Podrías perforar el intestino del perro y causarle una lesión grave o incluso la muerte.
    • Si el termómetro no entra con facilidad, retíralo y vuelve a intentarlo. Podrías tener que volver a aplicarle lubricante si empiezas de nuevo.
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    Mide la temperatura del perro. Si vas a usar un termómetro digital, tendrás que presionar el botón en el mango para encenderlo. Vuelve a presionarlo para empezar a tomar la temperatura del perro.
    • Es probable que la pantalla parpadee o que veas que la temperatura aumenta mientras la mides.
    • Espera entre 5 y 60 segundos, dependiendo del termómetro.
    • Habrás terminado cuando escuches que el termómetro emite un bip o si la temperatura se ha nivelado y se mantiene constante.
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Parte 4
Parte 4 de 4:
Evaluar los resultados

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    Lee los resultados. Mira la pantalla del termómetro digital cuando haya emitido el bip. Si es posible, anota la lectura de modo que no la olvides.
    • Puedes leer el termómetro mientras sigue en el ano del perro o después de quitarlo, pero hazlo con rapidez, antes de que la pantalla se apague.
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    Retira el termómetro. Retira el termómetro del ano del perro, jalándolo de forma recta y manteniéndolo horizontal (paralelo a la mesa o el suelo).
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    Desinfecta el termómetro. Usa un desinfectante o alcohol isopropílico para este fin. Coloca el desinfectante en un pedazo de algodón y frota la punta del termómetro, girándolo hasta que el algodón salga limpio.[8] Coloca el termómetro en su empaque para guardarlo.
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    Consulta los rangos de temperatura normales. Las temperaturas corporales de los perros difieren un poco de las de las personas. La temperatura corporal normal de las personas es 37 °C (98,5 °F), pero la de un perro suele ser de 38 a 39 °C (de 100,5 a 102,5 °F).[9] [10]
    • Una temperatura por encima de los 39 °C es un poco alta, pero podría no ser una causa de inquietud.
    • Una temperatura por encima de los 39,5 °C se considera como una fiebre y puede ser un signo de que se necesita atención veterinaria.
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    Llama a tu veterinario. Llama al veterinario si tu perro tiene una fiebre alta, en especial si va acompañada de otros signos de enfermedad, como la pérdida de apetito o el letargo. Podrías tener que reservar una cita para que tu mascota reciba atención.
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Consejos

  • Si prefieres, puedes medir su temperatura usando un termómetro de oído para mascotas. Sin embargo, ten en cuenta que estos no son tan exactos como los rectales.
  • Puedes usar un termómetro oral para persona y medir la temperatura de tu perro, pero uno digital para personas será la mejor opción. El de tipo común que contiene mercurio puede ser peligroso si se rompe por accidente.
  • Al aprender a tomar la temperatura de un perro, mantente relajado y no muestres signos de ansiedad al animal.
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Advertencias

  • No te frustres con tu perro si no se calma lo suficiente como para dejar que le introduzcas el termómetro. Llévalo al veterinario si no puedes medir su temperatura.
  • No introduzcas el termómetro en el recto del perro sin lubricación. Esto puede causarle dolor y podrías tener dificultades para introducirlo apropiadamente.
  • No trates de medir la temperatura del animal si está muy alterado o luce hiperactivo. Esto podría lesionar a tu mascota o a ti. Espera a que se calme antes de tratar de introducir el termómetro.
  • No intentes tratar al animal si su temperatura es muy alta o baja. Un veterinario tendrá que revisarlo.
  • Ten mucho cuidado y sé delicado cuando midas su temperatura. No introduzcas el termómetro muy profundo en su recto, ya que esto podría causarle dolor o hacer que sea difícil sacarlo.
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Referencias

  1. Jones’s Animal Nursing. Bruce Jones. Editorial: Pergamon
  2. Jones’s Animal Nursing. Bruce Jones. Editorial: Pergamon
  3. Jones’s Animal Nursing. Bruce Jones. Editorial: Pergamon
  4. Jones’s Animal Nursing. Bruce Jones. Editorial: Pergamon
  5. BSAVA Manual of Practical Veterinary Nursing. Mollineaux & Jones. BSAVA Publication
  6. BSAVA Manual of Practical Veterinary Nursing. Mollineaux & Jones. BSAVA Publication
  7. BSAVA Manual of Practical Veterinary Nursing. Mollineaux & Jones. BSAVA Publication
  8. Jones’s Animal Nursing. Bruce Jones. Editorial: Pergamon
  9. BSAVA Manual of Practical Veterinary Nursing. Mollineaux & Jones. BSAVA Publication
  1. Jones’s Animal Nursing. Bruce Jones. Editorial: Pergamon

Acerca de este wikiHow

Ray Spragley, DVM
Coescrito por:
Veterinario
Este artículo fue coescrito por Ray Spragley, DVM. El Dr. Ray Spragley es doctor en Medicina Veterinaria y propietario / fundador de Zen Dog Veterinary Care PLLC en Nueva York. Con experiencia en múltiples instituciones y consultorios privados, las especializaciones e intereses del Dr. Spragley incluyen el manejo no quirúrgico de los desgarros del ligamento cruzado craneal, la enfermedad del disco intervertebral (IVDD) y el manejo del dolor en la osteoartritis. El Dr. Spragley tiene una licenciatura en biología de SUNY Albany y un título de Doctor en Medicina Veterinaria (DVM) de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Ross. También es terapeuta de rehabilitación canina certificado (CCRT) a través del Instituto de rehabilitación canina, así como acupunturista veterinario certificado (CVA) a través de la Universidad de Chi. Este artículo ha sido visto 6636 veces.
Categorías: Salud canina
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