Transferir a un paciente de una cama a una silla o a una camilla puede ser desafiante, pues tendrás que sostenerlo apropiadamente para moverlo. Los pacientes que no pueden caminar o poner su peso en las piernas se tendrán que transferir regularmente en casa y en un entorno hospitalario. Como cuidador, tendrás que transferir a los pacientes correctamente para que no corran el riesgo de caerse o de lesionarse más. Aprender las técnicas correctas hará que sea un proceso seguro y rutinario para ti y para la persona a la que cuidas.

Método 1
Método 1 de 4:
Prepararte para la transferencia

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    Lávate las manos con un jabón antibacteriano y agua. Enjabónate las manos y lávalas por 40 o 60 segundos para que estén limpias. Esta acción asegurará que entres en contacto con el paciente con las manos limpias y que no lo expongas a gérmenes.[1]
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    Dile al paciente que lo vas a transferir. Explícale los pasos que vas a tomar para transferirlo a una silla o a una camilla. Sé claro con respecto a cada paso y a la manera en que vas a moverlo o a sostenerlo. Esta medida lo preparará para el movimiento a fin de que no lo tome por sorpresa.[2]
    • Por ejemplo, puedes decir “Voy a transferirte a esta silla sosteniéndote con mis brazos” o “Mi asistente y yo vamos a moverte a esta camilla poniéndote sobre un tablero deslizante para que la transferencia sea suave”.
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    Identifica el lado dominante del paciente. Sostén las manos del paciente, colocando 1 mano en cada una de las suyas. Pide al paciente que apriete las tuyas tan fuerte como pueda. Trata de sentir con las manos en qué lado tiene más fuerza.[3]
    • También puedes probar sus pies agarrando cada uno con las manos. Pide al paciente que haga presión sobre tus manos como si pisara el acelerador de un coche. Trata de sentir con las manos en qué lado tiene más fuerza.
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    Comprueba que el área de transferencia esté libre de cualquier obstrucción o de riesgos de resbalones. Fíjate si hay cables o tubos sueltos alrededor del área de transferencia y acomoda estos objetos para que no estén en tu camino. Debes pararte firmemente en el piso del área de transferencia para que no corras el riesgo de resbalarte o de perder el equilibrio.[4]
    • Debes usar zapatos antideslizantes para asegurarte de tener un agarre sólido en el piso.
    • Si transfieres a un paciente de una cama, comprueba que las ruedas de la cama estén en posición de bloqueo para que no se mueva o cambie de lugar cuando transfieras al paciente.
    • Si transfieres a un paciente en su casa, despeja cualquier área o quita cualquier alfombra que pueda hacer que te tropieces.
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Método 2
Método 2 de 4:
Transferir al paciente a una silla

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    Coloca la silla junto a la cama del paciente en su lado dominante. Asegúrate de que la silla esté al alcance de tu mano para que puedas llegar a esta fácilmente. Si usas una silla de ruedas, asegúrate de que las ruedas estén bloqueadas y separa los reposapiés de la parte inferior de la silla para que el paciente pueda deslizarse a esta fácilmente.[5]
    • Poner la silla en el lado dominante del paciente te ayudará a moverlo más fácilmente, pues podrá poner más fuerza en ti a medida que lo transfieras.
    • Si hay un protector de brazo en la cama, bájalo para que no estorbe.
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    Usa las manos para hacer rodar al paciente al mismo lado de la silla. Haz girar suavemente al paciente para que esté de costado, mirando a la silla. Pídele que mantenga las manos pegadas al pecho o debajo de la cabeza para que sienta que lo sostienes.[6]
    • Trata de hacer rodar al paciente lo más cerca posible al borde de la cama cuando lo pongas de costado.
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    Mueve los pies del paciente fuera del borde de la cama y ponlo en una posición sentada. Coloca 1 brazo debajo de los hombros del paciente y 1 brazo debajo de sus rodillas. Dobla las rodillas a medida que muevas los pies del paciente fuera del borde de la cama. Pon tu peso sobre el pie trasero y coloca al paciente en un posición sentada erguida, mirándote a ti.[7]
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    Baja la cama usando los controles. Pon al paciente al borde de la cama y bájala para que sus pies toquen el piso. Asegúrate de sostener la parte superior del cuerpo del paciente con el brazo a medida que bajas la cama para asegurarte de que no se vaya para adelante.[8]
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    Coloca un cinturón de traslado en el paciente si no puede mantenerse erguido por su cuenta. Si el paciente ha sufrido un derrame cerebral u otro problema que afecte sus funciones motoras, ponle un cinturón de traslado alrededor de su cintura. Este cinturón también te proveerá un mejor agarre durante la transferencia para que el paciente no se te escape de los brazos. Envuelve el cinturón alrededor de su cintura de manera que esté ceñido, pero no demasiado ajustado. Mete la tela adicional en el extremo del cinturón para que no sea un riesgo de tropiezo.[9]
    • No uses el cinturón de traslado como un mango o como una manera de recoger al paciente. Su propósito es crear fricción cuando levantas al paciente para que no se caiga.
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    Entrelaza las manos detrás del paciente o en el cinturón de traslado. Párate tan cerca como sea posible del paciente y extiende los brazos alrededor de su pecho. Entrelaza las manos detrás del paciente, en el centro de su espalda. Si tiene puesto un cinturón de traslado, puedes sostener el cinturón entre las manos y alinear los brazos con el cinturón para crear fricción.[10]
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    Coloca la pierna exterior del paciente entre tus rodillas. La pierna exterior del paciente será la pierna más alejada de la silla. Coloca su pierna entre tus rodillas para tener apoyo y dobla las rodillas, manteniendo tu espalda derecha. Dile al paciente que vas a contar hasta 3, y que cuando llegues a 3 vas a ponerte de pie y levantarlo.[11]
    • Asegúrate de que el paciente mantenga las manos a los costados para que pueda sostenerse cuando lo levantes. Si el paciente tiene fuerza en las piernas, indícale que ponga su peso en estas a medida que lo transfieres.
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    Párate y levanta al paciente, girando hacia la silla. Cuenta en voz alta “1, 2, 3”. Cuando llegues a “3”, párate lentamente usando las piernas para levantar al paciente. A medida que lo levantes, pídele que empuje la cama con las manos. Transfiere al paciente a la silla, asegurándote de que tu espalda esté alineada con tu cadera.[12]
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    Baja al paciente a la silla. Una vez que las piernas del paciente toquen el asiento de la silla, dobla las rodillas y bájalo lentamente a la silla. Pide al paciente que busque los apoyabrazos para que se apoye a medida que lo bajas.[13]
    • Si deseas colocarlo en una silla de ruedas, entonces puedes volver a colocar los protectores para los pies e indicar al paciente que ponga sus pies ahí para que esté bien sostenido en la silla.
    • Confirma que la transferencia fue exitosa preguntando al paciente “¿Cómo te sientes?” o “¿Te sientes bien en la silla?”. Si responde “sí”, puedes llevarlo en la silla o dejar que se siente solo en esta.
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Método 3
Método 3 de 4:
Completar una transferencia de pivote dentro y fuera de una silla

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    Coloca la silla de ruedas al lado de la cama. Si el paciente puede ponerse de pie y soportar un poco de peso, puede hacer una transferencia de pivote. Explica al paciente que vas a moverlo de la cama a la silla o de la silla a la cama, según sea el caso.[14]
    • Inclina la silla de ruedas 30 o 45 grados desde un lado de la cama.
    • Asegúrate de que la cama esté baja de manera que esté al nivel de la silla.
    • Pon los frenos en la silla de ruedas.
    • Quita los reposapiés fuera del camino.
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    Ayuda al paciente a sentarse en la cama. Si el paciente va a pasar de la cama a la silla, haz que se siente. Pídele que ruede sobre su lado dominante, mirándote, tan cerca del borde de la cama como pueda.[15]
    • Pon una mano detrás de sus hombros para sostener su cuello y las vértebras superiores de la espalda.
    • Indica al paciente que se levante con los codos y que sostenga los rieles laterales. Mantén la mano en su espalda para sostener su cuello y sus hombros. No dejes que el paciente ponga el brazo sobre tus hombros.
    • Pasa tu peso lentamente del pie que está más cerca al paciente al pie posterior mientras agarras sus muslos externos y lo ayudas a balancear sus piernas lentamente sobre el costado de la cama.
    • Elevándote con los muslos, alza lentamente al paciente para hacer que se siente. Pide al paciente que empuje la cama con el brazo que esté contra esta. Si es fuerte, déjalo que se levante.
    • Observa al paciente a medida que se siente. Si parece mareado o empieza a inclinarse, estabilízalo y deja que se siente nuevamente sin ayuda.
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    Ayuda al paciente a ponerse de pie. Si el paciente no está mareado ni se inclina, ayúdalo a completar la transferencia de pivote. Colócale un cinturón de traslado. Ayúdalo a deslizarse para que su trasero esté en el borde del asiento o de la cama. Comprueba que ambos pies estén firmemente en el piso.[16]
    • Indica al paciente que empuje con las manos, inclinándose hacia delante sobre sus pies. Luego puede balancear el trasero en la cama y sentarse.
    • Asegúrate de no dejar de sostener el cinturón de traslado para impedir que el paciente se caiga.
    • Dile palabras de ánimo sobre la marcha si el paciente es nuevo en esto. Puedes decir algo como "Suave y lentamente. Ambos pies en el suelo. Buen trabajo".
    • Si el paciente gira de una cama a una silla, pídele que ponga las manos en los reposabrazos y que baje solo.
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Método 4
Método 4 de 4:
Mover a un paciente a una camilla

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    Pídele a 1 persona que te ayude. Necesitarás que otra persona te ayude a sostener y a levantar al paciente para colocarlo en la camilla. Pídele a un colega, a un amigo o a un familiar que te ayude. Pídele que se pare en el lado opuesto de la cama para que pueda sostener al paciente del lado opuesto al tuyo.[17]
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    Alinea la camilla con la cama del paciente. Asegúrate de que la parte superior de la camilla se alinee con la parte superior de la cama del paciente. Comprueba que las ruedas de la camilla y las de la cama estén bloqueadas. Luego, eleva la altura de la cama para que esté 25 o 50 milímetros (1 o 2 pulgadas) más alta que la camilla.[18]
    • Si la cabecera de la cama está levantada, bájala para que quede plana.
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    Mueve al paciente al borde de la cama y hazlo rodar en dirección opuesta a la tuya. Si el paciente puede moverse por su cuenta, pídele que se ponga en el borde de la cama. Si no puede moverse, es probable que debas moverlo usando las manos y la ayuda de tu asistente. Ayuda al paciente a ponerse de costado, de espaldas a ti. Pide al paciente que doble las piernas y que mantenga los brazos sobre el pecho mientras esté echado de costado.[19]
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    Baja el protector en 1 lado de la cama y coloca el tablero deslizante debajo del paciente. Asegúrate de que esté debajo de la sábana inferior para que la sábana y el paciente estén sobre el tablero. Forma un puente entre la cama y la camilla con el tablero deslizante, colocándolo de manera que la mitad esté debajo del paciente y la otra mitad sobre la camilla.[20]
    • Ajusta la sábana inferior para que esté sobre el tablero deslizante.
    • Asegúrate de que el área circundante a la camilla esté libre de cables, alambres o tubos de manera que no corras el riesgo de tropezar.
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    Haz que el paciente ruede sobre su espalda para que el tablero deslizante lo sostenga. Pide al asistente que te ayude haciendo rodar al paciente en dirección opuesta a la de él, sobre el tablero deslizante. Asegúrate de que su espalda esté firmemente sobre la sábana inferior y el tablero deslizante para que esté bien sostenido.[21]
    • Comprueba que las rodillas del paciente estén aún dobladas y que sus brazos estén firmemente sobre su pecho.
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    Desliza al paciente a la camilla con la ayuda del asistente. Dile al paciente que vas a deslizarlo a la cuenta de 3. Pide al asistente que baje la barandilla de su lado de la cama. Luego, cuenta en voz alta hasta “3”. Al llegar a “3”, desliza al paciente a través del tablero deslizante para ponerlo en la camilla. El asistente debe deslizar al paciente sobre su lado de la cama.[22]
    • Comprueba que tú y tu asistente tengan un buen agarre en la sábana inferior y en el tablero deslizante cuando deslices al paciente.
    • Puede ser necesario para el asistente subirse a la cama para deslizar al paciente. Asegúrate de que se ponga sobre sus rodillas en la cama, no en el tablero deslizante, para mover al paciente seguramente.
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    Quita el tablero deslizante y coloca al paciente cómodamente en la camilla. Una vez que el paciente esté en la camilla, hazlo rodar sobre su costado de manera que esté frente a ti y quita el tablero deslizante. Deja el tablero deslizante sobre la cama. Haz rodar al paciente sobre su espalda y desliza una almohada debajo de su cabeza para que pueda descansar cómodamente en la camilla. Ajusta la sábana inferior para que quede plana sobre la camilla.[23]
    • Eleva los protectores de la camilla para que el paciente esté bien sostenido.
    • Pregúntale si se siente bien en la camilla para asegurarte de que esté cómodo. Puedes preguntar algo como “¿Cómo te sientes?” o “¿Te sientes bien en la camilla?”. Si responde “sí”, puedes hacerlo rodar en dirección opuesta a la tuya.
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Consejos

  • Si vas a transferir al paciente a casa después de que le hayan dado de alta en el hospital, practica en el hospital con la guía de un miembro del personal capacitado para que puedas aprender las técnicas apropiadas a fin de prevenir cualquier lesión al paciente o a ti mismo.
  • Dependiendo de las circunstancias, es probable que necesites equipo adicional para transferir a pacientes. Algunos pacientes necesitarán un elevador.
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Acerca de este wikiHow

Janice Litza, MD
Coescrito por:
Médica de medicina familiar certificada por el colegio oficial
Este artículo fue coescrito por Janice Litza, MD. La Dra. Litza es una médica certificada en medicina familiar en Wisconsin. Es una médica activa y enseñó como profesora clínica durante 13 años, después de recibir su doctorado en la Facultad de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Wisconsin en Madison en 1998. Este artículo ha sido visto 9147 veces.
Categorías: Salud
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