El edema pulmonar es la acumulación anormal de líquido en los pulmones, que puede dificultar la respiración. Puede aparecer por muchos motivos, por ejemplo, debido a una enfermedad del corazón, exposición química, infección o gran altitud. Suena terrible, pero afortunadamente es tratable con los cuidados correctos. Sin embargo, no es posible tratarlo solo en casa. Si tienes dificultad para respirar, silbidos al respirar, tos y ritmo cardiaco irregular, busca ayuda médica de inmediato.[1] Después de recibir tratamiento médico, generalmente con oxígeno y una combinación de medicamentos, podrás tomar algunas medidas en casa para controlar el problema y evitar que vuelva a suceder.

Método 1
Método 1 de 3:
Consejos de estilo de vida

Debido a que un gran número de cosas pueden causar un edema pulmonar, no hay un solo cambio en el estilo de vida que pueda tratarlo o evitar su reaparición. Sin embargo, unos cuantos pasos pueden mejorar la salud en general y evitar la acumulación anormal de líquido en los pulmones. Es posible controlar la afección efectivamente, siempre y cuando todo se haga bajo la supervisión de un doctor. Si tu problema no mejora o empeora, contáctate con tu doctor de inmediato para que continúe con el tratamiento.

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    Mantén un peso corporal saludable para bajar la presión arterial. El sobrepeso ejerce más presión en los pulmones y puede ralentizar la recuperación. También eleva la presión arterial, que puede ocasionar otro caso de edema. Habla con tu doctor para determinar tu mejor peso. Luego, diseñen un programa de dieta y ejercicio para alcanzarlo.[2]
    • Aunque tengas que bajar mucho de peso, evita las dietas relámpago o las extremas. Bajar demasiado peso demasiado rápido no es saludable y normalmente se vuelve a recuperar cuando se dejan las dietas extremas. Es mejor bajar de peso de manera lenta y sostenible.[3]
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    Ejercítate regularmente para que los fluidos corporales sigan en movimiento. El ejercicio regular es bueno para el corazón y también ayuda a drenar el líquido de los pulmones. Procura hacer 30 minutos de ejercicio aeróbico todos los días para controlar tu presión arterial y prevenir la acumulación anormal de líquido en los pulmones.[4]
    • Los ejercicios aeróbicos son actividades cardiovasculares que elevan el ritmo cardiaco, por ejemplo, el jogging, la natación o el kickboxing. También puedes hacer una simple caminata todos los días.
    • Si estás en recuperándote de un edema pulmonar, no empieces a ejercitarte hasta que tu doctor te indique que es seguro. Quizá te recomiende empezar con algunas actividades ligeras para no estresar el cuerpo en exceso.[5]
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    Incrementa tu capacidad pulmonar con ejercicios de respiración. Quizá hayas sufrido un edema debido a una salud deficiente de tus pulmones. Algunos ejercicios simples de respiración profunda pueden abrir tus vías respiratorias y ayudarte a respirar con mayor facilidad.[6]
    • Si quieres un ejercicio de respiración simple, acuéstate e inhala lo más profundo que puedas. Aguanta la respiración y exhala lentamente. Hazlo de 5 a 10 veces seguidas.[7]
    • Primero, pregúntale a tu doctor si tus pulmones están lo suficientemente saludables para hacer estos ejercicios.
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    Evita los elementos específicos que hayan causado el edema, si es el caso. En algunos casos, los fármacos, el humo, los alérgenos o los químicos pueden desencadenar un cuadro de edema. Si sabes que uno de estos elementos ha causado tu caso, entonces haz lo posible por evitarlos hasta que te hayas recuperado del todo.[8]
    • Si tu edema se debió a una enfermedad del corazón o a una infección, entonces quizá no puedas hacer mucho para evitar la causa. Aún así, es recomendable evitar los irritantes y demás elementos que puedan asfixiarte.
    • Ponerte una mascarilla cada vez que trabajes con polvo o químicos siempre es útil, aunque no hayas tenido un edema pulmonar.
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    Mantente en altitudes bajas si tienes un edema pulmonar causado por una gran altitud. El edema pulmonar de altitud, como su nombre lo indica, es un tipo de edema causado por una altitud elevada. Esto puede pasar si estás haciendo una caminata en un lugar elevado o acabas de llegar a un nuevo lugar con una altitud superior al nivel del mar. En cualquier caso, procura ir a una altitud más baja, de unos 300 a 900 metros (1000 a 3000 pies), si puedes. Esto ayudará a que tu cuerpo regrese a la normalidad.[9]
    • No hagas nada peligroso para bajar a una altitud baja. Baja lentamente y de manera segura.
    • Quizá no puedas subir a un avión si tu edema no ha sanado por completo todavía. Pregúntale a tu doctor antes de volar para saber si es seguro.
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    Eleva tu cabeza por la noche para que puedas respirar mejor. Si tu cabeza está inclinada hacia atrás, podrías tener problemas para respirar al dormir. Pon una almohada extra debajo de tu cabeza para inclinarla más bien hacia delante. Así, tus vías respiratorias se mantendrán abiertas.[10]
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    Deja de fumar para no irritar los pulmones. El cigarrillo introduce irritantes y químicos en los pulmones, lo cual puede empeorar el problema. Si fumas, lo mejor es dejar de hacerlo cuanto antes. Si no fumas, no empieces a hacerlo.[11]
    • El humo indirecto también puede causar problemas de salud, así que tampoco dejes que nadie fume de tu casa.

Método 2
Método 2 de 3:
Cambios en la dieta

Elabora un plan dietario general para mantener tu peso corporal, y niveles de presión arterial y de colesterol bajos. Estos tres factores pueden ponerte en un mayor riesgo de sufrir un edema pulmonar. Mantenerlos controlados es posible con algunos cambios inteligentes en la dieta.

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    Lleva una dieta balanceada y saludable. Una dieta saludable puede bajar tu peso corporal, presión arteria y colesterol, lo cual es bueno para tratar y prevenir el edema. Sigue una dieta rica en frutas, verduras, proteínas magras y granos integrales para que tu cuerpo tenga la nutrición que necesita para estar saludable.[12]
    • Por lo general, 4 porciones de verdura y 5 porciones de fruta todos los días es lo ideal para la salud del corazón. Incluye una porción de cada una en cada comida, y también consúmelas como bocadillos durante el día.[13]
    • Sustituye los productos a base de harina blanca y enriquecida, como el pan y el arroz, por sus variedades integrales. Este tipo de productos brindan carbohidratos complejos para que la energía se libere de forma más sostenida.
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    Consume menos de 2000 mg de sal al día. La sal eleva la presión arterial y hace que el cuerpo retenga agua, lo cual podría desencadenar un cuadro de edema. Tu doctor probablemente te sugiera una dieta baja en sal, incluso si has tenido edema, que suele consistir en el consumo diario de menos de 2000 mg. Esto equivale a menos de 1 cucharadita, así que ten mucho cuidado controlando tu consumo de sal para que no la excedas.[14]
    • No agregues nada de sal a tus platos o comidas para reducir tu consumo.
    • Acostúmbrate a leer las etiquetas de nutrición de todos los alimentos que compres. Evita los productos muy altos en sal.
    • El límite de sal exacto puede depender de tu condición, por eso sigue las instrucciones de tu doctor.
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    Elimina las grasas saturadas de tu dieta. Las grasas saturadas también elevan el peso corporal, la presión arterial y el colesterol, que pueden aumentar tu riesgo de sufrir un edema. Elimina las grasas saturadas de tu dieta en lo posible. En su lugar, sustitúyelas por grasas no saturadas, tales como carnes magras, aguacates, nueces, mantequilla de maní, aceites de origen vegetal, lácteos y legumbres.[15]
    • Por lo general, solo el 10 % de tus calorías diarias deben provenir de grasas saturadas. Si consumes 2000 calorías, entonces menos de 200 deben provenir de grasas saturadas.[16]
    • Solo el 25 al 30 % de tus calorías diarias deben provenir de cualquier tipo de grasa, incluso de grasas saludables.
    • Los alimentos fritos y procesados, y las carnes rojas tienden a ser muy altos en grasas saturadas. Evítalos en lo posible.
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    Toma abundante agua todos los días. La deshidratación puede ocasionar la acumulación anormal de líquidos y causar edema.[17] Toma como mínimo 6 vasos de agua todos los días para mantenerte bien hidratado.[18]
    • Si tu orina es de color amarillo oscuro, entonces estarás deshidratándote. Toma más agua.

Método 3
Método 3 de 3:
Tratamientos naturales no comprobados

Los siguientes tratamientos pueden ser efectivos para algunos, pero los estudios no demuestran que sean efectivos para todos. Puedes probarlos por tu cuenta, pero recuerda que solos no son suficientes para tratar el edema. También tendrás que acudir a tu doctor con regularidad y seguir todas sus sugerencias para mejorar el problema.

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    Toma CoQ10 para ayudar a despejar los pulmones. La CoQ10 es una enzima natural que puede ayudar a drenar líquido de los pulmones y curar el edema. Si tu doctor lo aprueba, puedes tomar un suplemento de CoQ10 y ver si te funciona.[19]
    • Una dosis común son 2 mg por día, pero sigue las instrucciones de dosificación del producto que uses.
    • La CoQ10 puede interactuar con los medicamentos anticoagulantes, en especial con la warfarina, así que no la tomes si estás tomando estos medicamentos.
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    Hazte un masaje de espalda para mejorar la circulación. Los masajes de espalda pueden estimular la circulación a los pulmones, lo cual hace que el líquido drene mejor. Los masajes también alivian el estrés, que es bueno para la salud en general. Hazte un masaje de vez en cuando para ver si te ayuda.[20]
    • Si has tenido un edema pulmonar, infórmaselo a tu masajista para que pueda adaptar su método como corresponda.
    • Consulta con tu doctor antes de hacerte un masaje de espalda. La presión sobre los pulmones podría ser perjudicial si todavía no estás recuperado del todo.
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    Prueba con la acupuntura para liberar la tensión. No hay pruebas científicas que confirmen que la acupuntura sea efectiva para tratar el edema, pero a algunas personas les agrada la liberación de estrés y tensión de los tratamientos de acupuntura. Saca una cita con un acupunturista para ver si te funciona.[21]
    • Asegúrate de acudir a un acupunturista certificado y con experiencia para obtener el mejor tratamiento.

Aportes médicos

Si bien hay algunos cambios de estilo de vida que puedes adoptar para controlar el edema pulmonar, no es posible tratarlo solo sin la ayuda de un doctor. Si tienes síntomas de edema, acude a un doctor cuanto antes. Después de que te estabilice, toma algunos pasos todos los días para controlar el problema y evitar su reaparición. Con el tratamiento correcto, podrás recuperarte sin problemas duraderos

Consejos

  • Los síntomas de edema pulmonar más comunes son la falta de aire, silbidos al respirar, dificultar para respirar al hacer ejercicios o estar acostado, toser o sentirse sin aliento por la noche, fatiga, hinchazón de piernas y pies, y subida de peso.[22]

Advertencias

  • El edema pulmonar es una emergencia, así que no trates de tratarlo solo. Busca ayuda médica de emergencia.

Acerca de este wikiHow

Luba Lee, FNP-BC, MS
Coescrito por:
Junta de revisión médica
Este artículo fue coescrito por Luba Lee, FNP-BC, MS. Luba Lee es una enfermera profesional certificada en Tennessee. Recibió su maestría en Ciencias de Enfermería en la Universidad de Tennesee en 2006. Este artículo ha sido visto 1568 veces.
Categorías: Salud

Descargo de responsabilidad médica

El contenido de este artículo no pretende ser un sustituto del consejo, examen, diagnóstico o tratamiento médico profesional. Siempre debes comunicarte con tu médico u otro profesional de salud calificado antes de comenzar, cambiar o suspender cualquier tipo de tratamiento de salud.