Los piercings en el labio son uno de los piercings faciales más populares. Aunque son fáciles de cuidar y se curan bastante rápido, es común que se infecten debido a las bacterias, las reacciones alérgicas y los cuidados inadecuados. Si tu piercing de labio empieza a hincharse, enrojecerse y te duele al tocarlo, puedes tratar la infección con un remedio casero. Si la infección es grave o sigue empeorando, deberás acudir al médico y tomar medicamentos para tratarla. Una vez que la infección haya desaparecido, puedes evitar que vuelva a ocurrir en el futuro manteniendo limpio el piercing de labio.

Método 1
Método 1 de 3:
Utilizar remedios caseros

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    Deja el piercing en su sitio para permitir que la infección se drene. Cuando el piercing de labio se infecte, déjalo en su sitio para evitar que se cierre. Si retiras el piercing, la infección puede quedarse atrapada en la piel, lo que puede provocar un absceso y una infección más grave.[1]
    • Las joyas impiden que el agujero del piercing se cierre y permite el drenaje de la infección.

    Advertencia: si sospechas que tu piercing de labio está infectado, busca atención médica, ya que podría ser necesario retirar el piercing para evitar una mayor contaminación. No intentes quitarlo por tu cuenta.

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    Chupa trocitos de hielo para disminuir el dolor y la hinchazón. El hielo adormece el labio, lo que ayuda a reducir el enrojecimiento, la hinchazón y el malestar que provoca la infección.[2] Comer helado y chupar paletas heladas también ayuda a reducir el dolor y la hinchazón.[3]
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    Haz gárgaras con una solución salina después de cada comida. Añade 1/4 de cucharadita de sal de mesa o marina a una taza con 30 ml (1 onza) de agua tibia. Revuelve hasta disolver la sal. Luego, haz gárgaras con la solución durante varios segundos antes de escupirla en el lavabo.[4]
    • Repite el procedimiento después de cada comida o de 3 a 4 veces al día hasta que la infección haya sanado.[5]
    • También puedes remojar el labio en la solución por unos minutos para limpiar la parte exterior del labio.[6]
    • Otra alternativa es utilizar un enjuague bucal antibacteriano sin alcohol.
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    Come yogur para promover el crecimiento de bacterias buenas. Para acelerar la curación del piercing, come 250 ml (8 onzas) de yogur una vez al día. El yogur contiene probióticos que estimulan el crecimiento de bacterias buenas en la boca que ayudan a combatir las infecciones.[7]
    • Aunque el consumo de yogur ayuda a que la infección se cure más rápido, no podrá curarla por sí solo.
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    Aplica una compresa caliente si tienes un absceso o un forúnculo pequeño. Llena un bol pequeño con agua tibia. Mete un trapo limpio en el agua y aplícalo con suavidad en la zona infectada por unos minutos. Repite este proceso unas dos veces al día hasta que la infección haya sanado.[8]
    • Utiliza una solución salina tibia en vez de agua pura para que este método sea más eficaz.
    • La compresa caliente promueve el drenaje, lo que le ayudará al cuerpo a eliminar la infección con más rapidez.
    • Si el absceso es persistente, grande o muy doloroso, es mejor acudir a un médico para que lo drene quirúrgicamente.[9]

Método 2
Método 2 de 3:
Buscar tratamiento médico

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    Acude al médico si presentas una reacción adversa o el dolor es intenso. Si el enrojecimiento, la hinchazón y el dolor alrededor del piercing siguen empeorando, acude al médico de inmediato para determinar el mejor plan de tratamiento. Además, consulta con el médico si observas rayas rojas que se extienden desde el sitio del piercing, una gran cantidad de secreción espesa saliendo del piercing o presentas mareos, fiebre, escalofríos, náuseas o vómitos.[10]
    • También debes buscar atención médica si babeas o tienes dificultad para tragar o hablar.
    • Cualquiera de los síntomas anteriores pueden indicar que la infección está empeorando o que tienes una reacción alérgica al piercing.[11]
    • Si utilizas remedios caseros y los síntomas son persistentes pero leves, acude al médico para evaluar por qué la infección no está mejorando.
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    Toma un analgésico para disminuir el dolor y las punzadas. Si los síntomas son relativamente leves, el médico te recomendará un analgésico sin prescripción (como ibuprofeno) para reducir el dolor alrededor del sitio de la infección. Si los síntomas son graves, el médico puede prescribirte un analgésico.[12]
    • Muchos analgésicos como el ibuprofeno también ayudan a bajar la hinchazón y la inflamación.
    • Siempre toma los analgésicos según las indicaciones exactas del médico o del farmacéutico.
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    Elimina la infección con un antibiótico oral o tópico. Si los síntomas son persistentes o relativamente leves o estables, el médico puede recomendarte aplicar una crema antibiótica en la zona de la infección. Si los síntomas son graves, es probable que te prescriba un antibiótico oral más fuerte para combatir infecciones graves con mayor eficacia.[13]
    • El médico puede prescribirte una crema antibiótica tópica o recomendarte una opción de venta libre como Bactroban.[14]
    • No apliques medicamentos tópicos en las zonas infectadas dentro de la boca a menos que te lo indique el médico.
    • Keflex, Bactrim y doxiciclina son algunos antibióticos orales fuertes que el médico puede prescribirte.
    • La dosis y las instrucciones de uso de los antibióticos varían en función de los síntomas de infección específicos y del tipo de antibiótico. Siempre utiliza los antibióticos según las indicaciones del médico.
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    Prueba un antihistamínico si presentas picazón o una reacción alérgica. Si el médico determina que la infección se debe a una reacción alérgica al piercing, puede prescribirte o recomendarte un medicamento antihistamínico, como Zyrtec, Claritin, Allegra o Benadryl. También puede prescribirte un antihistamínico en caso de experimentar una picazón intensa en el sitio de la infección.[15]
    • Dado que la dosis y las instrucciones de uso varían de un medicamento a otro, siempre sigue las instrucciones del médico cuando tomes un antihistamínico.
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    Sométete a un procedimiento quirúrgico si la infección provoca un absceso grande. Si la infección produce un absceso grande, acumulación de pus y los tratamientos caseros y los medicamentos no son eficaces por sí solos, será necesario drenarlo quirúrgicamente.[16] Durante este procedimiento, el médico hace una incisión pequeña en el absceso para permitir que el pus acumulado se drene.[17]
    • El procedimiento y el tiempo de recuperación variarán según la gravedad de la infección. Sin embargo, en muchos casos este procedimiento es rápido, indoloro y sana en una semana.

Método 3
Método 3 de 3:
Evitar infecciones futuras

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    Lávate bien las manos antes de tocar el piercing. Cada vez que toques el piercing para cambiarlo o limpiar la zona, lávate bien las manos con agua y jabón. Mantener las manos limpias reduce las probabilidades de que el piercing vuelva a infectarse.[18]
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    Utiliza un cepillo de dientes nuevo de cerdas suaves para mantener la boca limpia. Después de hacerte un nuevo piercing de labio, utiliza un cepillo de dientes nuevo de cerdas suaves para evitar trasladar las bacterias del cepillo de dientes viejo al piercing. Además, las cerdas suaves son más delicadas en la boca y tienen menos probabilidades de irritar la hinchazón y la sensibilidades posteriores al piercing.[19]
    • Debes evitar utilizar un cepillo de dientes eléctrico hasta que desaparezca la sensibilidad o la infección alrededor del piercing.
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    Enjuágate con un enjuague bucal antiséptico sin alcohol unas 4 veces al día. Mientras el piercing aún se está curando, enjuágate con 1 tapa llena de enjuague bucal antiséptico sin alcohol por 30 a 60 segundos después de cada comida y antes de acostarte.[20] El enjuague bucal ayuda a matar muchos de los gérmenes que pueden provocar una infección, lo que a su vez contribuye a evitar infecciones futuras y a tratar la infección actual.[21]
    • Existen varios tipos de enjuagues bucales antisépticos sin alcohol en el mercado que están ampliamente disponibles en Internet y en las farmacias. Si no sabes cuál utilizar, pídele una recomendación al dentista.
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    Limpia la zona alrededor de la boca con jabón antibacteriano. Para mantener limpia la zona alrededor del piercing de labio, lávate el rostro con agua tibia y jabón antibacteriano sin aroma todos los días.[22] Esto impide que las bacterias alrededor del piercing entren en el agujero y lo infecten.
    • Por ejemplo, los jabones sin aroma que contienen cloruro de benzalconio suelen ser eficaces para limpiar la zona alrededor del piercing.[23]
    • Si la piel alrededor del piercing es sensible, diluye el jabón mezclándolo con una parte igual de agua.
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    Limita tu consumo de alimentos picantes, tabaco y alcohol hasta que el piercing sane. Los alimentos picantes, el tabaco y el alcohol tienden a irritar los labios y la boca, lo que produce inflamación y picazón que te llevan a tocarte el piercing. Por lo tanto, es mejor evitar o limitar tu consumo de sustancias irritantes para no tocar el piercing y correr el riesgo de trasladar las bacterias a la zona.[24]
    • Tomar bebidas calientes también pueden irritar la boca y los labios. Si es así, reduce su consumo hasta que el piercing sane.
    • El consumo de alcohol y tabaco también puede retrasar el proceso de curación.[25]
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    Evita al máximo tocar el piercing. Incluso después de que el piercing haya sanado, evita tocarlo a menos que necesites limpiarlo o cambiarlo. Por ejemplo, girar las joyas, rascarse el labio y tocarse las costras puede trasladar bacterias y provocar la reaparición de la infección.[26]
    • Además, evita cualquier otro tipo de contacto, como los besos, durante 6 semanas después de hacerte un nuevo piercing en el labio para darle tiempo de curarse de forma adecuada.[27]

Advertencias

  • Nunca utilices alcohol isopropílico o peróxido de hidrógeno en el piercing de labio, ya que ambas sustancias pueden retrasar el proceso de curación secando la piel y matando las nuevas células sanas.[28]

Acerca de este wikiHow

Erik Kramer, DO, MPH
Coescrito por:
Doctor en medicina osteopática
Este artículo fue coescrito por Erik Kramer, DO, MPH. El Dr. Erik Kramer es médico de atención primaria en la Universidad de Colorado, especializado en medicina interna, diabetes y control de peso. Recibió su doctorado en Medicina Osteopática en el Touro University Nevada College of Osteopathic Medicine en 2012. El Dr. Kramer es miembro diplomado de la Junta Estadounidense de Medicina de la Obesidad y está certificado por el colegio oficial. Este artículo ha sido visto 8392 veces.