Tener la piel seca, escamada o grasosa es un gran fastidio. Y aunque puedes obtener un tratamiento rejuvenecedor en un spa, también puedes conseguir una piel suave en la ducha con un exfoliante de azúcar. Aplicarlo de manera correcta (y con frecuencia) puede ayudar a exfoliar el cuerpo, eliminar las células muertas y dejar una piel suave como la seda.

Parte 1
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Elegir un exfoliante de azúcar

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    Busca un exfoliante con partículas finas. Un exfoliante de azúcar áspero puede irritar e incluso desgarrar la piel sensible. Los gránulos de azúcar más pequeños son más suaves y menos abrasivos.
    • El azúcar moreno es una de las más suaves y funciona bien en el rostro y el cuerpo.[1]
    • El azúcar turbinado (también conocida como azúcar natural) tiene partículas más grandes así que si la consideras como un ingrediente, ten en cuenta que es un exfoliante más fuerte.[2]
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    Elige un exfoliante hidratante si tienes la piel muy seca. Aunque el azúcar es un humectante natural (significa que atrapa la humedad), algunos exfoliantes son más humectantes que otros.[3] Elige uno con ingredientes para reponer la piel como el ácido hialurónico, el aceite de coco o de aguacate, la glicerina o los aceites esenciales si tu piel es propensa a la deshidratación.
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    Elige un aroma con propiedades basadas en la aromaterapia. Busca exfoliantes que incluyan aceites esenciales que se ajusten a tus necesidades. Por ejemplo, si estás estresado, una esencia de lavanda te relajará. Y si te sientes fatigado, las esencias de limón o de menta son revitalizantes.
    • Otras esencias populares de aromaterapia incluyen el eucalipto para limpiar los senos paranasales, el pachuli para calmar la ansiedad y el romero para aumentar la concentración.[4]
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    Prepara tu propio exfoliante de azúcar si no tienes suficiente dinero. Con ingredientes básicos de la alacena como aceite de oliva, miel y azúcar moreno puedes hacer tu propio exfoliante de azúcar.
    • Preparar tu propio exfoliante de azúcar significa que puedes controlar exactamente qué añadirle para evitar químicos o aditivos que podrían ser dañinos para ti o para el medio ambiente.

Parte 2
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Aplicar el exfoliante de azúcar

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    Moja la piel. El agua tibia suavizará la piel y la preparará para la exfoliación. Como regla general debes remojarte en la tina de baño o pararte bajo la ducha durante 5 o 10 minutos antes de comenzar a fregar.
    • El agua demasiado caliente puede secar la piel. La temperatura adecuada para la piel es por debajo de los 41 °C (100 °F) (si la piel se torna roja, quiere decir que el agua está demasiado caliente).[5]
    • Si te vas a afeitar las piernas, hazlo antes de usar el exfoliante de azúcar para evitar ardor e irritación.
    • Lava la piel antes de fregarla para eliminar el sudor, la suciedad y el maquillaje. De otra forma, al fregarla podrías empujar todos los residuos dentro de la piel.
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    Esparce el exfoliante en la piel. Presiona suavemente y friega el azúcar en la piel con movimientos circulares usando las yemas de los dedos. Esto no solo elimina la piel muerta, sino que también activa la circulación y estimula la producción de colágeno en el cuerpo, una proteína que ayuda contra las arrugas y mantiene la piel joven.[6]
    • Comienza en la parte superior del cuerpo y sigue hacia abajo.
    • Ten cuidado de no fregar demasiado fuerte porque podrías dañar la piel.
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    Enjuágate con agua tibia. No es necesario usar gel para ducha ni jabón después de haberte exfoliado. Para una hidratación extra y una piel más suave, deja el exfoliante en el cuerpo durante un par de minutos antes de enjuagarte cuidadosamente.
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    Sécate. Usa una toalla para dar golpecitos suaves sobre el cuerpo para secarlo por completo.
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    Al terminar, usa una loción o un aceite corporal. Una vez que estés seco, aplica una loción o aceite para humectar la piel recién exfoliada. Hazlo inmediatamente después de haberte secado mientras los poros aún estén abiertos y puedan absorber el humectante más fácil y rápido.[7]
    • Si tienes un frasco de aceite de coco extra virgen, este puede servir como un humectante económico pero efectivo gracias a su alto nivel de grasas saturadas. Úsalo únicamente si no eres propenso a romper cosas.
    • Aplícate siempre protector solar después de haberte exfoliado ya que la piel se vuelve más sensible. Usa uno que tenga factor de protección solar de 30 o más alto y que tenga protección de amplio espectro.[8]
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    Repite el proceso una o dos veces por semana. Los exfoliantes de azúcar no deben formar parte de tu rutina de belleza. Exfoliar demasiado puede irritar la piel así que intenta usar un exfoliante de azúcar no más de tres veces por semana como máximo.[9]
    • No uses un exfoliante de azúcar sobre la piel que se haya quemado al sol o que sea demasiado sensible. También debes evitarlo después de cualquier tipo de cirugía médica o cosmética o después de una exfoliación química porque en ambos casos tu cuerpo tratará de recuperarse esencialmente de un trauma y fregar con fuerza podría evitar la cicatrización adecuada. [10]

Acerca de este wikiHow

Diana Yerkes
Coescrito por:
Profesional en cuidado de la piel
Este artículo fue coescrito por Diana Yerkes. Diana Yerkes es la esteticista principal en Rescue Spa en la ciudad de Nueva York, Nueva York. Diana es miembro de Associated Skin Care Professionals (ASCP) y tiene certificaciones de los programas Wellness for Cancer y Look Good Feel Better. Recibió su educación en estética en el Aveda Institute y el International Dermal Institute. Este artículo ha sido visto 1411 veces.
Categorías: Cuidado de la piel