La pimienta roja es una pimienta picante y penetrante que se cultiva en las áreas de clima tropical. Esta no solo les ofrece un sabor picante a muchos platos, sino que también tiene muchos beneficios para la salud. Las personas la usan para aliviar el dolor, perder peso y tratar las infecciones de oído y la psoriasis. La capsaicina, el ingrediente principal en la pimienta roja, también es eficaz para reducir la presión arterial.[1] Si deseas utilizar pimienta roja para reducir tu presión arterial, podrías agregarla a tus comidas, tomar cápsulas o beber un tónico de pimienta delicioso.

Método 1
Método 1 de 3:
Consumir pimienta roja en forma concentrada

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    Toma cápsulas de pimienta roja.[2] Estas cápsulas están disponibles con diversos niveles de concentración. La mayoría de los suplementos ofrecen de 400 a 600 mg de pimienta roja por píldora. Conversa con un profesional médico capacitado para decidir qué concentración es la adecuada para ti, y consume las cápsulas siguiendo las indicaciones.
    • Las cápsulas de pimienta roja son una buena opción para las personas que no pueden soportar el sabor picante de los granos o el polvo de pimienta roja.
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    Consúmela en una tintura.[3] Una tintura de pimienta roja es una mezcla especial de un extracto de la misma con otros ingredientes, como alcohol, agua, coco u otro extracto natural. Agita el recipiente de la tintura mucho antes de usarla. Las indicaciones de uso específicas variarán, pero por lo general podrás tomar una cucharadita de la tintura tres veces al día por vía oral.
    • Siempre usa el producto siguiendo las indicaciones.
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    Mezcla pimienta roja en polvo con agua.[4] Agrega una cucharadita de pimienta a media taza de agua tibia. Mezcla la solución con una cuchara, un tenedor o una pajilla. Toma la mezcla a diario para reducir tu presión arterial.
    • Si quieres preparar un lote más grande de agua con pimienta roja, puedes modificar las proporciones. Por ejemplo, podrías agregar dos cucharaditas de pimienta roja a una taza de agua y mezclar la solución.
    • Si quieres diluir la mezcla, podrías mezclar la pimienta roja con una o dos tazas de agua, en lugar de solo media taza.
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    Mezcla jugo de tomate y pimienta en polvo.[5] Combina 240 ml (8 oz) de jugo de tomate bajo en sodio (o cualquier otro jugo vegetal) con una cucharadita de pimienta. Bate bien la mezcla y tómala una vez al día.
    • Si crees que la cucharadita entera hace que la mezcla esté demasiado picante, podrías usar media cucharadita o 1/4; sin embargo, la reducción en tu presión arterial podría no ser tan evidente ni pasar con tanta rapidez.
    • Si quieres aumentar el impacto de esta mezcla, puedes tomarla tres veces al día en lugar de solo una.
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    Haz una bebida matutina con pimienta.[6] Mezcla 1/4 de taza de jengibre molido o picado, 1/4 de taza de jugo de limón, 1/4 de taza de jugo de arándano, una cucharadita de pimienta en polvo y 3/4 de taza de agua. Agita todo en una botella de agua cerrada con cubos de hielo o en una licuadora.
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Método 2
Método 2 de 3:
Incorporar la pimienta roja en tus comidas

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    Prepara un condimento de barbacoa con pimienta roja.[7] Esta es una manera grandiosa de darles un poco de picante a tus platos favoritos. Aplica un poco en tus carnes, tofu y pescado antes de colocarlos en la barbacoa o en la sartén. La mezcla puede mantenerse fresca en una bolsa de cierre hermético grande o un contenedor plástico hasta que sea el momento de usarla. Tan solo mezcla lo siguiente:
    • 1 cucharada de sal
    • 1 cucharada de pimienta
    • 1 cucharada de ajo en polvo
    • 1 cucharada de chile en polvo
    • 1 cucharada de cebolla en polvo
    • 1/2 taza de azúcar rubia
    • 1/2 taza de pimentón
    • 1 cucharadita de pimienta roja
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    Haz garbanzos al horno.[8] Los garbanzos al horno son un bocadillo grandioso y solo requieres unos minutos para prepararlos. Tan solo precalienta tu horno a 220 °C (428 °F). Coloca dos cucharaditas de mantequilla clarificada en una bandeja para asar. Coloca la bandeja en el horno por uno o dos minutos.
    • Mientras la bandeja se caliente, mezcla 1 cucharadita de orégano seco, 400 g de garbanzo (drenado y enjuagado), 1 cucharadita de pimentón ahumado, 3/4 de cucharadita de sal, 1/4 de cucharadita de pimienta roja y 1/2 cucharadita de pimienta negra en un tazón.
    • Vierte la mezcla en la bandeja en el horno y bate todo bien para garantizar que cubras los garbanzos de manera uniforme.
    • Hornea por 30 a 35 minutos, agitando la bandeja cada 5 a 10 minutos para evitar que se peguen a ella.
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    Hornea algunos palitos de queso picantes.[9] Estos bocaditos son un acompañamiento grandioso para la pasta o las ensaladas. Precalienta el horno a 204 °C (400 °F). Combina una taza y media de queso parmesano rallado, dos cucharaditas de pimentón y 1/4 de cucharadita de pimienta roja (o más si lo deseas) en un tazón.
    • Usa un poco de hojaldre para formar un rectángulo de una profundidad de 3 mm (1/8 de pulgada), un largo de 30 cm (12 pulgadas) y un ancho de 60 cm (24 pulgadas).
    • Aplica la mezcla de parmesano sobre la mitad de la masa.
    • Dobla la otra mitad encima, de modo que cubra la mezcla de parmesano. Ahora debes tener un cuadrado con 30 cm (12 pulgadas) en cada lado.
    • Corta la masa en tiras de 2 cm (3/4 de pulgada) con un cuchillo afilado o un cortador de pizza. Gira los extremos de cada tira en direcciones opuestas.
    • Coloca las tiras en una sartén con un poco de grasa y cubre cada una con una mezcla de una cucharada de agua y un huevo.
    • Hornea por 15 a 18 minutos o hasta que se doren.
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    Reemplaza la sal con pimienta roja.[10] Esto es útil para combatir la presión arterial elevada. No solo vas a reducir tu consumo de sal (un paso importante para combatir la presión arterial elevada), sino que también aumentarás tu consumo de pimienta roja (la cual reduce activamente la presión arterial). Con la pimienta roja en tus papas fritas, sopas, pasta y vegetales, no extrañarás a la sal.
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Método 3
Método 3 de 3:
Variar la frecuencia con la que consumas pimienta

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    Empieza consumiendo pimienta roja una vez al día.[11] Consumir pimienta roja una vez al día (ya sea como tintura o bebida) te ayudará a modificar sus efectos de forma gradual. Usa alrededor de 1/4 o 1/2 cucharadita cuando empieces.
    • Las tinturas, las cápsulas y las bebidas con pimienta roja son la manera más eficaz de usarla cuando combates la presión arterial elevada; sin embargo, además de consumirla de estas formas, pueden consumir algunos bocadillos o comidas que la incluyan.
    • Mide tu presión arterial antes de empezar tu régimen de pimienta roja, de modo que puedas registrarla conforme pase el tiempo.
    • Si vas a usar cápsulas de pimienta roja, puedes tomar cápsulas de entre 30 y 120 mg tres veces al día todos los días.
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    Aumenta tu consumo de pimienta roja.[12] Pasa de 1/4 de cucharadita a 1/2 cucharadita. Si aún no consumes 1/2 cucharadita, empieza a hacerlo una semana después. Si ya consumes 1/2 cucharadita, tendrás que aumentarlo a 3/4 de cucharadita. Puedes consumirlo una vez al día o dividir la cantidad entre varias comidas o bebidas.
    • Vuelve a medir tu presión arterial en este punto para determinar qué tipo de progreso haces. Si no notas un cambio, considera agregar más pimenta roja a tu dieta.
    • Por ejemplo, usa 3/4 de cucharadita en lugar de media cucharadita.
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    Aumenta tu consumo a una cucharadita completa.[13] Divide tu consumo para todo el día. Por ejemplo, si comes 3 comidas al día, usa 1/3 de cucharadita con cada comida. Toma otra medida de tu presión arterial luego de consumirla en dicha cantidad por una semana. Si tus resultados son satisfactorios, reduce un poco tu consumo diario.
    • Si tu presión arterial no ha disminuido a un nivel normal en este punto, sigue consumiendo la pimienta roja tres veces al día hasta que lo haga. Agrega más (hasta una cucharadita, tres veces al día) si quieres acelerar el proceso.
    • Sigue supervisando tu presión arterial. Si esta empieza a subir nuevamente, agrega más pimienta roja a tu dieta.
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    Consulta con un doctor sobre el consumo de pimienta roja. Debido a las diferencias de cada cuerpo humano, lo mejor es consultar con tu doctor si la pimienta roja puede ayudarte a reducir tu presión arterial. Las afirmaciones de las propiedades curativas de la pimienta roja podrían no aplicar a todos. El doctor te ayudará a determinar cuánto debes consumir basándose en tu historial médico personal y si te iría mejor con otras intervenciones médicas que puedan reducir la presión arterial.
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Consejos

  • La pimienta roja tiene diversos usos. Esta puede ayudar a aliviar el dolor, suprimir el apetito, controlar la psoriasis, etc. Por ejemplo, puedes usar una crema de pimienta roja para tratar la comezón, el dolor y la inflamación. Asegúrate de que contenga como mínimo 0,075 % de capsaicina y nunca te la apliques en piel agrietada o lesionada, ni de forma interna. Lávate las manos justo después de usarla y no te toques los ojos ni el rostro.
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Advertencias

  • Sé cauteloso cuando tomes medicamentos para la diabetes, debido al aumento del riesgo de sufrir una hipoglucemia.
  • Si tienes úlceras o sufres de acidez, no uses pimienta roja. Consulta con tu doctor si la pimienta roja es adecuada para ti.
  • No le des pimienta roja a los niños menores de dos años.
  • Si consumes medicamento para la presión arterial o anticoagulantes, conversa con el doctor antes de consumir pimienta roja.
  • Si empiezas a desarrollar comezón, sed o enrojecimiento de la piel cuando consumes pimienta roja, reduce la cantidad. Deja de consumirla por completo si los síntomas persisten.[14]
  • No tomes cápsulas de pimienta roja si das de lactar, ya que esta puede pasar a la leche materna.
  • La pimienta roja podría incrementar tu riesgo de hemorragia si consumes ciertos medicamentos anticoagulantes.
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Acerca de este wikiHow

Timothy Sherman, RN
Coescrito por:
Enfermero registrado
Este artículo fue coescrito por Timothy Sherman, RN. Timothy Sherman es un enfermero registrado con sede en Austin, Texas y afiliado a St. David's HealthCare. Con más de siete años de experiencia en enfermería, Timothy se especializa en trabajar con adultos en un entorno médico quirúrgico general, quimioterapia y con la administración de bioterapia. También ha impartido clases de Fundamentos de Terminología Médica y Anatomía, y Fisiología para Auxiliares Médicos en Austin Community College. Recibió su licenciatura en enfermería en la Universidad Estatal de Wichita en 2012. Este artículo ha sido visto 1174 veces.
Categorías: Salud alternativa
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