Un microscopio es un dispositivo que magnifica una imagen permitiéndote ver estructuras pequeñas al detalle. Si bien tienen una variedad de tamaños, los que se utilizan en casa y la escuela suelen tener partes similares: una base, un ocular, una lente y una plataforma. Conocer los aspectos fundamentales del uso de un microscopio permitirá que el equipo esté bien protegido y te proporcionará una herramienta de investigación valiosa.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Ensamblar el microscopio

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    Conoce los componentes del microscopio. El microscopio tiene muchas piezas esenciales que debes identificar y utilizar de manera adecuada. El ocular es la parte por la que verás el espécimen. Los microscopios simples solo tienen un ocular mientras que los más complejos tienen un binocular.[1] A continuación, estos son los componentes de un microscopio:
    • La plataforma es el lugar donde colocarás el portaobjetos.
    • El brazo es la parte que conecta la base con el ocular.
    • Existen dos perillas de enfoque: las de enfoque grueso y enfoque fino. La primera generalmente es grande, se ubica en el lado del microscopio y mueve la lente objetivo hacia el portaobjetos o lejos de él. También te permite encontrar al espécimen y hacer un enfoque aproximado en él. Por su parte, la perilla de enfoque fino es más pequeña y se utiliza para enfocar específicamente el espécimen. Te permite visualizarlo con mayor detalle.[2]
    • El objetivo es la parte que amplía la imagen. Existen varios objetivos con diferentes tipos de ampliaciones.
    • La fuente de luz se encuentra en la base y apunta hacia la plataforma. Su función es proporcionar luz para poder visualizar la imagen.
    • El diafragma se ubica justo por debajo de la plataforma y te permite modificar la cantidad de luz que brilla sobre la imagen.
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    Coloca el microscopio sobre una superficie limpia y plana. Limpia cualquier residuo en la superficie que pueda dañar el microscopio. Utiliza un limpiador y un trapo sin pelusa. Asegúrate de que dicha superficie se encuentre ceca de un tomacorriente.[3]
    • Sujeta el microscopio por la base y el brazo. Nunca lo sujetes únicamente por este último.[4]
    • Coloca el microscopio sobre la mesa y enchúfalo.
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    Ten el manual del microscopio a la mano. Si quieres saber las instrucciones sobre cómo manipular el modelo específico del microscopio, lee el manual atentamente. Allí también encontrarás instrucciones sobre el mantenimiento y la limpieza en caso de que sea necesario.
    • Guarda el manual junto con el microscopio para que puedas consultarlo fácilmente.
    • Si has perdido el manual, busca una versión descargable en el sitio web del fabricante. Si no puedes encontrar una, ponte en contacto directamente con la empresa y determina si pueden enviártela por correo.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Preparar los portaobjetos

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    Lávate las manos antes de comenzar. Las manos contienen aceites que pueden manchar fácilmente los portaobjetos y especímenes. Estos aceites pueden dañar tanto a los especímenes como al microscopio. Si tienes guantes, es recomendable que te los pongas.
    • Mantén las manos y la zona de trabajo lo más limpias y libres de partículas contaminantes posible.
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    Ten a la mano un paño sin pelusas para limpiar y tocar los portaobjetos. Se trata de un material de limpieza especial que no deja pelusa después de limpiar una superficie.[5] Muchos portaobjetos tienen un recubrimiento en un lado para que sea fácil montarlos. Esto puede hacer que acumulen polvo y otros contaminantes con facilidad. Por ello, un paño sin pelusas mantendrá al margen la contaminación.
    • Nunca utilices toallas de papel para limpiar los portaobjetos, pues dejan mucha pelusa.
    • Si usas guantes, puedes tocar el portaobjetos, pero procura hacerlo únicamente de los lados.
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    Utiliza portaobjetos preparados. Los portaobjetos preparados ya tienen un espécimen ubicado de manera correcta. Puedes comprarlos en tiendas de materiales científicos o incluso puedes encontrarlos juntos con el microscopio. Una vez que te hayas acostumbrado a utilizar el microscopio, puedes preparar tu propio portaobjetos.
    • Para preparar tu propio portaobjetos, consigue un espécimen que te gustaría ver con mayor detalle. El agua de estanque o el polen son excelentes muestras con las cuales puedes empezar.
    • Vierte una gota pequeña del agua o coloca algunas esporas del polen directamente en el portaobjetos.
    • Coloca un cubreobjetos en un ángulo de 45 grados y déjala caer sobre el portaobjetos. El agua deberá mantener el portaobjetos en su lugar.[6]
    • Si quieres conservar las muestras por más tiempo, agrega un poco de esmalte de uñas transparente en los bordes del portaobjetos para fijar el cubreobjetos en su lugar.
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    Coloca el portaobjetos en la plataforma del microscopio. Levanta el portaobjetos sujetándolo únicamente por los bordes, de modo que no plasmes tus huellas dactilares y aceites en él, pues pueden contaminarlo. También puedes utilizar el paño sin pelusas para sujetar el portaobjetos.
    • Si el portaobjetos está sucio, límpialo suavemente con el paño sin pelusas.
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    Fija el portaobjetos en su lugar utilizando los dos broches de la plataforma. En la plataforma, verás dos broches (de metal o plástico) que sirven para asegurar el portaobjetos en su lugar, de modo que puedas mover las manos y enfocare en el microscopio. No deberías tener problema para deslizar el portaobjetos por debajo de los broches.
    • Evita forzar el portaobjetos para que ingrese debajo de los broches. Estos deben levantarse ligeramente para permitir que el portaobjetos ingrese. Si tienes dificultades, intenta hacer que se deslice por debajo de uno a la vez. Levanta el broche, desliza el portaobjetos por debajo y luego haz lo mismo con el otro.
    • Los portaobjetos son bastante frágiles y pueden romperse si no se los coloca adecuadamente.
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    Enciende el microscopio. Por lo general, el interruptor del microscopio se ubica en un lado. El centro del portaobjetos debe estar iluminado por un círculo pequeño de luz.
    • Si no ves ninguna luz, intenta ajustar el diafragma hasta que esté completamente abierto. El diafragma debe tener una palanca o disco que gira para modificar su diámetro y cambiar la cantidad de luz que pasa por él. Si está cerrado, no verás ningún haz de luz. Mueve la palanca o gira el disco hasta que veas un haz de luz atravesando el portaobjetos.
    • Si aún no ves nada, ponte en contacto con la tienda donde compraste el microscopio o solicita ayuda para cambiar la bombilla del microscopio.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Enfocar el microscopio

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    Ajusta el ocular en caso de que tengas un microscopio binocular. Si solo cuentas con un ocular, puedes omitir este paso. En el caso de un microscopio binocular, gira los oculares hasta encontrar el espacio correcto entre los ojos (conocido también como distancia interpupilar). Debes ver un solo círculo de luz cuando mires por ambos oculares.[7]
    • Si ves dos imágenes, necesitas seguir ajustando la distancia.
    • Junta o separa más los oculares hasta que veas un solo círculo de luz.
    • Si usas gafas, quítatelas. Puedes utilizar la configuración del microscopio para enfocar el objeto de acuerdo con tu vista.
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    Ajusta el diafragma a su abertura máxima. El diafragma te permite modificar la cantidad de luz en el portaobjetos. Para comenzar a enfocarte en el espécimen, deberás proyectar la mayor cantidad de luz en el portaobjetos.[8] Debe haber una palanca o disco giratorio que te permita modificar el diámetro.
    • Mueve la palanca o gira el disco hasta que el diafragma esté completamente abierto.
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    Comienza a enfocarte en el objetivo de menor ampliación. Quizás tienes dos o tres lentes objetivo giratorias que puedes cambiar de lugar para ampliar el objeto. Debes comenzar con el objetivo 4x y aumentar la ampliación hasta que el objeto esté enfocado. Por lo general, el objetivo 4x (en ocasiones, 3,5x) es la norma estándar para la ampliación más baja en un microscopio básico.[9]
    • El objetivo a baja potencia te brinda la perspectiva más amplia y te permite enfocar el objeto lentamente sin perderlo de vista. Es por esta razón que suele llamársele objetivo de exploración. Si comienzas con el objetivo a alta potencia, es posible que no veas el objeto o que no lo veas por completo.
    • Los dos objetivos de alta potencia más comunes son los de 10x y de 40x.
    • El ocular tiene una ampliación de 10x que se multiplica por la ampliación del objetivo. Por lo tanto, el objetivo 4x te da una ampliación total de 40x (10 veces 4). El objetivo 10x te da una ampliación de 100x y el de 40x, una ampliación de 400x.
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    Si es necesario, mueve el portaobjetos para centrarlo en la plataforma.[10] La mayoría de los portaobjetos son mucho más grandes que el espécimen colocado en ellos. Si puedes ver el espécimen, intenta ubicarlo directamente en el centro de la fuente de luz. Si no puedes verlo, mueve lentamente el portaobjetos mientras miras a través del ocular.
    • Recuerda que la ampliación se refleja, así que deberás mover el portaobjetos hacia la dirección opuesta en la plataforma para que se ajuste adecuadamente a la lente.
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    Enfoca el portaobjetos con la ayuda de las perillas de ajuste y el diafragma. Comienza con la perilla de ajuste grueso (la más grande de ambas perillas), luego haz lo mismo con el ajuste fino y, por último, cambia los niveles de luz. Mientras miras a través del ocular, gira lentamente la perilla de enfoque grueso hasta que comiences a ver la imagen.
    • Utiliza la perilla de ajuste fino para enfocar más el portaobjetos.
    • Ten en cuenta que, a medida que realizas el enfoque, la plataforma se acerca cada vez más al objetivo. Es posible elevarla lo suficiente como para que entre en contacto con algunas de las lentes objetivo, así que ten cuidado durante el proceso de enfoque para que esto no ocurra.
    • Ajusta el diafragma debajo de la plataforma. Reducir la luz puede hacer que el objeto se vea más claro y menos borroso.[11]
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    Amplía la imagen con un objetivo más alto. Cambia a un objetivo más alto solo cuando no puedes enfocar el objeto con uno de potencia baja. La ampliación más alta te permitirá ver el espécimen con mayor detalle. Ten en cuenta que no todos los objetivos altos sirven con todos los portaobjetos, pues algunos pueden hacer un enfoque demasiado cercano.
    • Ten cuidado al cambiar de objetivos pues podrías romper el portaobjetos.
    • Cuando trabajes con objetivos más altos (p.ej. la opción de 10x), utiliza la perilla de ajuste fino. Debido a que la perilla de enfoque grueso acerca los objetivos a la plataforma, el portaobjetos puede agrietarse si no prestas atención.
    • Utiliza diferentes objetivos y ajusta las perillas de enfoque hasta que te sientas a gusto con lo que ves en el microscopio. Utiliza distintos portaobjetos para practicar más.
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    Ponle un forro al microscopio cuando lo guares. Las lentes pueden dañarse fácilmente por el polvo y otras partículas flotantes. Mantener las lentes y la plataforma limpias de polvo evitará que se dañen. Solo limpia las lentes con una solución aprobada y un paño sin pelusas.
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Advertencias

  • Nunca toques las lentes del microscopio con los dedos. Si lo haces, dejarás aceite y huellas en esta parte importante del dispositivo. Si es necesario, límpialas con un paño sin pelusas y un espray especial.[12]
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Cosas que necesitarás

  • mesa plana y limpia
  • tomacorrientes
  • portaobjetos
  • forro para el microscopio
  • paños sin pelusas

Acerca de este wikiHow

Bess Ruff, MA
Coescrito por:
Científico ambiental
Este artículo fue coescrito por Bess Ruff, MA. Bess Ruff es estudiante de doctorado en Geografía en la niversidad de Florida State. Recibió su maestría en Ciencias y Gestión Ambiental en la Universidad de California, Santa Bárbara en 2016. Ha realizado trabajos de encuestas para proyectos de planificación de espacio marino en el Caribe y ha brindado apoyo de investigación como becaria de posgrado del Sustainable Fisheries Group. Este artículo ha sido visto 83 290 veces.
Categorías: Química
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