El martillo es una herramienta fácil de usar y eficaz para todo tipo de proyectos. Sin embargo, cuando utilices un martillo, es importante que tomes las precauciones de seguridad necesarias y lo hagas correctamente para no lesionarte a ti mismo o a otros. Asegúrate de tener el martillo adecuado para el tipo de trabajo a realizar y ponerte unas gafas de seguridad para protegerte los ojos. Con un poco de preparación y atención a los detalles, podrás usar fácilmente un martillo sin lesionarte.

Método 1
Método 1 de 3:
Tomar las precauciones básicas de seguridad

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    Inspecciona el martillo antes de utilizarlo para asegurarte de que esté en buenas condiciones. No utilices un martillo si está oxidado, si la madera está astillada o si la cabeza está floja. Usar un martillo que no esté en buenas condiciones puede resultar en una lesión.[1]
    • Por ejemplo, si la cabeza del martillo está floja, podría desprenderse al balancearlo. Si puedes, utiliza un destornillador para apretar los tornillos del martillo. De no ser así, es posible que tengas que reemplazarlo.
    • Si la madera está astillada, el martillo podría romperse con el impacto.
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    Limpia el martillo antes de empezar, si está sucio. Si notas suciedad, aceite o residuos en el martillo mientras lo inspeccionas, asegúrate de limpiarlo con un paño limpio. Si hay aceite o residuos en el martillo, puede que se te resbale de las manos al utilizarlo.[2]
    • Evita usar agua, ya que esto puede causar que el martillo se oxide.
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    Usa unas gafas de seguridad para protegerte de los elementos que pueden salir volando. Podrías lesionarte o perder el ojo si te golpea un clavo u otro elemento que salga despedido. Cuando te coloques las gafas de seguridad, asegúrate de que toda el área de los ojos esté cubierta y de que la correa esté bien sujeta.[3]
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    Mantente concentrado en lo que haces en todo momento para prevenir una lesión. Si te distraes o sueñas despierto mientras trabajas, podrías terminar lastimándote por accidente. Permanece atento mientras trabajas y préstale atención al martillo. De esta manera, es menos probable que sufras un accidente.[4]
    • Si sueñas despierto mientras trabajas, podrías terminar golpeándote los dedos en vez de los clavos.

Método 2
Método 2 de 3:
Balancear el martillo correctamente

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    Mira detrás de ti antes de balancear el martillo para evitar lesiones. Si balanceas el martillo sin verificar primero, puedes lesionarte a ti mismo o a otras personas que pasen por allí. Antes de empezar a martillar, echa un vistazo por encima del hombro para asegurarte de que no hay nadie detrás de ti y de que no hay ningún objeto colgante.[5]
    • Por ejemplo, mira detrás de ti para asegurarte de que no haya ningún cable colgando por encima que se pudiera enganchar con el martillo.
    • Si no miras detrás de ti, podrías golpear a alguien accidentalmente mientras te dispones a balancear el martillo.
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    Sujeta el martillo por el extremo del mango. Enrolla los dedos alrededor del mango de manera que el pulgar se asiente en la parte superior del mango. De esta manera, podrás tener un mayor control sobre el martillo.[6]
    • Colocar el pulgar en la parte superior te ayudará a controlar la cantidad de fuerza que utilices para clavar el objeto.
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    Sujeta el martillo con firmeza para que no se te escape de las manos. Si el agarre es flojo, el martillo podría salir volando mientras lo balanceas, lo que podría lesionarte a ti mismo o al objeto en el que vas a trabajar. Aprieta el mango firmemente al usarlo para que el martillo permanezca en su sitio.[7]
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    Alinea el martillo y el objeto antes de balancearlo para lograr un golpe preciso. Para evitar golpearte los dedos por error, alinea la cabeza del martillo con el objeto antes de dar el primer golpe. Esto te ayudará a enfocar la puntería, asegurándote un golpe recto y sólido. Después de alinear el martillo y el objeto, golpéalo con una fuerza constante.[8]
    • Por ejemplo, sostén el clavo contra la pared y coloca la punta del martillo sobre la cabeza del mismo.
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    Empieza con un golpe suave antes de aumentar la potencia. Si vas a clavar un clavo en una pared o en un tablero, sostén el clavo sobre la superficie y golpéalo suavemente con el martillo hasta que se quede en su lugar. Utiliza una fuerza ligera y constante para que el clavo entre derecho y firme. Después de que el clavo esté en su lugar, puedes utilizar una fuerza moderada y constante para clavar el resto.[9]
    • Después de que el clavo se asiente, puedes apartar la mano para no golpearte.
    • De esta manera, evitarás lesionarte los dedos o usar demasiada fuerza.
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    Balancea el martillo con la totalidad del brazo. Si no vas a clavar un clavo en la pared, agarra el martillo por el extremo, asegúrate de que esté bien sujeto y coloca el brazo por encima de la cabeza. Balancea el martillo con una fuerza moderada y constante usando tanto el brazo como el codo.[10]
    • Por ejemplo, puedes hacer esto si vas a romper una pared de yeso o si vas a trabajar en una parte de un automóvil.

Método 3
Método 3 de 3:
Elegir el tipo de martillo adecuado

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    Utiliza un martillo de orejas para clavar los clavos. Un martillo de orejas es el tipo de martillo más tradicional. Cuenta con una cabeza de metal y, por lo general, tiene un mango de madera. Un lado del martillo se utiliza para clavar clavos en la madera y el extremo con la "garra" del martillo se utiliza para quitar los clavos. Utilízalo para unir tablas, colgar obras de arte u otros trabajos artesanales.[11]
    • La parte de las "garras" del martillo es la parte trasera con puntas. Si necesitas sacar un clavo, sostén el martillo boca abajo, alinea las "garras" con el clavo y tira hacia arriba con una presión moderada. Al hacerlo, mantente pendiente de los elementos que podrían salir volando.[12]
    • Los martillos de orejas vienen en muchas formas, tamaños y pesos distintos. Algunos también vienen en modelos que son de metal sólido.
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    Si vas a hacer trabajos manuales o ensamblar piezas de muebles, utiliza un mazo. Los mazos son una buena opción si vas a trabajar con objetos ligeros que no quieras dañar por usar demasiada fuerza. Elige entre un mazo de madera o uno de goma. Los mazos de madera se utilizan para cincelar la madera o para trabajar los detalles finos de los proyectos de carpintería. Los mazos de goma funcionan bien para dar un golpe fuerte sin mucho rebote, lo que lo hace ideal para trabajar en muebles.[13]
    • Cuanto más grande sea el mazo, mayor será la fuerza del balanceo.
    • Por ejemplo, utiliza un mazo de goma pequeño para martillar las estacas de la carpa cuando salgas a acampar.
    • Si necesitas golpear un objeto duro como una llave inglesa o un martillo, usa un mazo de goma o de madera para hacerlo. Si utilizas un objeto metálico para golpear otro objeto metálico, podría resultar en una lesión.
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    Elige un martillo de bola para clavar un cincel o un punzón. El martillo de bola está hecho por lo general de metal sólido y tiene una parte superior redondeada ideal para golpear metales. Utilízalos para dar forma a metales como los remaches o para alcanzar los espacios pequeños.[14]
    • Este martillo es comúnmente utilizado por los trabajadores del metal.
    • Por ejemplo, si tratarás de reforzar una plataforma y no puedes introducir el martillo de orejas en la grieta, intenta utilizar en su lugar un martillo de bola. Tiene un menor tamaño, lo que lo hace ideal para las áreas de difícil acceso.
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    Intenta usar una almádena o maza si vas a trabajar en una demolición. Las almádenas se utilizan comúnmente para derribar ensamblajes o para derribar paneles de yeso. A menudo tienen un mango largo de madera y una cabeza pesada de metal. La cabeza del mazo es cilíndrica y uniforme en ambos lados.[15]
    • Las almádenas son uno de los tipos de martillo más pesados, pesan alrededor de 5 kg (11 lb), así que ten cuidado al balancear esta variedad.
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    Elige un martillo yunque de mecánico si vas a trabajar en automóviles. Este martillo tiene un pequeño yunque curvado, a menudo llamado "dolly", que está hecho de metal y sujeto a un mango de madera. Utiliza este tipo de martillo para quitar abolladuras de los paneles de la carrocería del automóvil, por ejemplo.[16]
    • Este modelo de martillo solo se utiliza para el trabajo automotriz. No utilices este martillo para clavar un clavo, pues podrías lesionarte.

Consejos

  • Los menores de edad deben contar siempre con la ayuda de un adulto al momento de utilizar un martillo.
  • Intenta utilizar una pinza de ropa para sostener el clavo en su lugar mientras martillas para no golpearte la mano accidentalmente.

Advertencias

  • Si no tienes un martillo, nunca utilices un tubo de metal, un gancho de grúa u otra herramienta improvisada. Podrías hacerte daño a ti mismo o al objeto en el que vas a trabajar.
  • Evita reparar el mango de un martillo por ti mismo con cinta adhesiva. En su lugar, compra uno nuevo.
  • No utilices el martillo como palanca, cuña o pilar de apoyo. El uso del martillo para cualquier otra cosa que no sea martillar puede causar que la cabeza y el mango se debiliten con el tiempo.

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