Bienestar social

El bienestar social se indica observando los factores que participan en la calidad de vida de las personas en una sociedad y que hacen que su existencia posea todos aquellos elementos que dan lugar a la satisfacción humana o social.[1] Se trata de una condición no observable directamente, que se comprende a partir de formulaciones y se compara de un tiempo o espacio a otro. Aun así, el bienestar, como concepto abstracto, posee una importante carga de subjetividad propia del individuo, aunque también aparece correlacionado con algunos factores económicos objetivos. El bien social no implica necesariamente un colectivismo. El concepto de bienestar social a menudo se confunde con el de la calidad de vida y, sin embargo, son diferentes. Los dos conceptos se derivaron de las diversas teorías del bienestar, pero al paso del tiempo se fueron diferenciando; así, en tanto que la calidad de vida se orientó a los componentes psicosociales, el bienestar social lo hizo más bien hacia los aspectos materiales.

Bienestar económico

La medida del bienestar económico ha sido objeto de intenso debate debido a la dificultad de definir qué debe entenderse por bienestar. Convencionalmente se ha optado por tomar, como medida del bienestar, la cantidad de bienes materiales y servicios útiles producidos por un país, dividido entre el número de sus habitantes (lo que se conoce con el nombre de renta per cápita) o alguna medida directamente relacionada con ésta. Aun así, existen otras medidas alternativas que consideran factores no englobados en el PIB y en la renta per cápita.[2]

Para rentas nacionales bajas, la renta per cápita es mucho mejor indicador del bienestar social. Una de las razones es que la esperanza de vida está positivamente correlacionada con el PIB per cápita cuando este se sitúa entre 0 y 4.000 dólares, pero a partir de 10 000 dólares apenas existe correlación entre ambos,[3] por ejemplo. Otros factores que contribuyen al nivel de vida material de una población son:[4]

  • El desempleo, en particular el desempleo o subempleo crónico está asociado a la marginalidad, la pobreza y cierto tipo de disfunciones sociales.
  • La distribución de la renta, se considera que beneficia a la sociedad una renta que esté distribuida de manera más uniforme entre los miembros de un país, a que ésta presente fuertes contrastes entre ricos y pobres.

Renta per cápita

La renta per cápita se mide a partir del producto interno bruto (PIB) o valor de los bienes y servicios que produce un país, dividido entre el número de habitantes. Al calcular el valor de la producción de un país a precios de mercado, se sabe cuál es el ingreso de ese país. Por acuerdo internacional, se expresa siempre en dólares.

Si se divide el valor del PIB entre el número de habitantes, se obtiene un promedio, un indicador de cuánto tendría de ingreso cada quien. Se hace así porque si dos países tienen el mismo PIB, digamos de 1000, pero uno tiene 20 habitantes y otro 50, al dividir el 1000/20 vemos que el ingreso per cápita es de 50 mientras que en el otro, al dividir 1000/50 el ingreso per cápita es de 20, "o sea" es un país más pobre que el primero.

Se trata de un cálculo estadístico, de un promedio, no de que en realidad los habitantes de un país produzcan eso y por tanto tengan ese ingreso. Hay muchas personas que, como los bebés, no producen nada económicamente hablando y otras que producen muchísimo más que la cifra promedio.

Los tres factores que más contribuyen al incremento del PIB per cápita son:

  • La productividad, medida normalmente por el valor monetario de la cantidad de bienes y servicios que produce un trabajador/a en una hora.
  • La tasa de ocupación por población o porcentaje de la población total que tiene un trabajo remunerado.

El PIB per cápita recibe fuertes críticas como indicador del bienestar social. Como ejemplo, algunos economistas han objetado que el PIB mide sólo un aspecto parcial del bienestar económico objetivo.

Índice de Pobreza Humana (IPH)

En cambio, el IPH intenta medir el nivel de pobreza existente en un país. Este índice fue elaborado por Naciones Unidas y en el caso de las economías en desarrollo (puesto que existe otro índice para los países de la OCDE) comprende:

  • La probabilidad al nacer de no sobrevivir a los cuarenta años.
  • La tasa de adultos no alfabetizados.
  • La media entre la tasa de población sin acceso estable a una fuente de agua de calidad y la tasa de menores de edad con peso por debajo de la media.

Así pues, este último índice es más elevado en los países de mayor pobreza.

Índices de distribución de la renta

Como se ha indicado para medir aproximadamente la distribución uniforme de la renta entre todos los individuos de un país determinado existen algunos indicadores económicos alternativos como son:

Bienestar social

Algunos de los indicadores más idóneos para medir el bienestar social de un país son:[2]

Desarrollo humano y pobreza

Además del índice de desarrollo humano directo (IDH), que entre sus parámetros cuenta con la Renta per cápita, existen otros, indirectos, que son aquellos que indican el grado de pobreza, subdesarrollo o privación.

Bienestar subjetivo

El bienestar subjetivo es cualquier medida de la cantidad de bienestar que dicen tener las personas de un país. Una medida de esto por ejemplo es índice de bienestar subjetivo, que se elabora a partir de encuestas, se calcula a partir del porcentaje de personas que se consideran "felices" o "muy felices" menos el porcentaje de personas que se consideran "no muy felices" o "infelices".

La Encuesta Mundial de Valores de 1990 mostró que este índice variaba desde -2% para Bulgaria hasta el 90% para Islandia. Se observó al igual que sucede con la esperanza de vida, que para niveles de renta baja existe una correlación más alta entre bienestar subjetivo y PIB per cápita. Para rentas más altas sigue existiendo correlación aunque más moderada. El coeficiente de correlación r entre las dos variables considerando todos los tramos de renta fue alto (r = 0,74).[11]

Crítica: el PIB per cápita como indicador de bienestar

El PIB per capita real de una economía suele utilizarse como indicador del nivel de vida medio de los particulares de un país, y el crecimiento económico suele verse por lo tanto como un indicador del aumento en el nivel de vida medio.

No obstante, se presentan algunos problemas al calcular el crecimiento mediante PIB per capita con la finalidad de medir el crecimiento del bienestar, por ejemplo:

  • Los gastos para contrarrestar los efectos negativos del crecimiento sobre el medio ambiente, como la contaminación (esto se llama gasto defensivo).
  • Aspectos económicos 'negativos', como el coste del desplazamiento.
  • Evaluación del rendimiento no comercializado, como el trabajo en el hogar (si un particular contrata a un empleado del hogar en lugar de limpiar la casa por sí mismo, este rendimiento se contabiliza en el PIB, pero probablemente el bienestar no haya aumentado).
  • Es posible que parte de los buenos rendimientos no queden reflejados en el PIB, por ejemplo el de los padres que cuidan de sus bebés, el bricolaje y el trabajo en régimen de voluntariado.
  • La distribución desigual de la renta; según la teoría de la utilidad marginal, los ingresos extra tienen menor utilidad para quienes ya disponen de unos ingresos altos que para aquellos que tienen ingresos bajos, de modo que un aumento en el PIB puede aumentar la utilidad en diferentes medidas según el lugar del individuo en la cadena de distribución de la riqueza.

Otras medidas de rentas nacionales, como el Índice de bienestar económico sostenible o el Indicador de progreso real, han sido desarrolladas como intento de ofrecer una visión más completa del nivel de bienestar, aunque no se ha llegado a un consenso en cuanto a qué medida, si existe, es mejor que el PIB. Este indicador sigue siendo con diferencia la medida más utilizada, especialmente si tenemos en cuenta que, independientemente de todo lo demás, un aumento del PIB real conlleva un aumento de la disponibilidad de empleo, necesaria para la supervivencia de la mayoría de los particulares.

Referencia histórica

Los propios creadores del sistema de contabilidad nacional que dio lugar a la medida del PIB advirtieron de las limitaciones de esta medida como medida del bienestar social.[12] John Maynard Keynes, John Hicks y Simon Kuznets desarrollaron el sistema de contabilidad nacional porque sus gobiernos necesitaban mejores medios para gestionar sus economías frente a las espectaculares fluctuaciones del ciclo económico en el período de entreguerras. Kuznets creador del sistema estadounidense unificado de contabilidad nacional, advirtió en 1934 al Congreso de que:

es muy difícil deducir el bienestar de una nación a partir de su renta nacional (per cápita)[13]
Simon Kuznets, 1934

Sin embargo consideró que sus advertencias eran ignoradas y que tanto economistas como políticos acostumbraban a equiparar prosperidad y crecimiento del PIB per cápita. Años más tarde amplió su criticismo en el mismo sentido cuando declaró:[14]

Hay que tener en cuenta las diferencias entre cantidad y calidad del crecimiento, entre sus costes y sus beneficios y entre el plazo corto y el largo. [...] Los objetivos de "más" crecimiento deberían especificar de qué y para qué[13]
Simon Kuznets, 1962

Efectos

Es poco probable que el programa de intervención de la asistencia social al trabajo tenga algún impacto en la salud mental y física de las familias monoparentales y los niños. Incluso cuando las tasas de empleo y de ingresos eran más altas en este grupo de personas, la tasa de pobreza era alta, lo que podría conducir a tasas persistentemente altas de depresión, estuvieran o no en el programa. [15]

Las transferencias de ingresos pueden ser condicional o incondicional. Las condicionalidades son a veces criticadas por ser paternalista e innecesarias.

Un estudio realizado en 2008 por el economista del bienestar y profesor de la Universidad de Brown, Allan M. Feldman[16] sugiere que el bienestar puede alcanzar tanto el equilibrio competitivo como la eficiencia de Pareto en el mercado.[17] Aunque, los diferentes puntos de eficiencia de Pareto son más justos para unos que para otros.[18]

Algunos opositores a la asistencia social argumentan que afecta a los incentivos laborales.

Percepción

Según un estudio de revisión de 2012, que un programa de bienestar genere apoyo público depende de:[19]

  • si el programa es universal o está dirigido a determinados grupos
  • el tamaño de los beneficios del programa social (los beneficios más grandes incentivan una mayor movilización para defender un programa social)
  • la visibilidad y la trazabilidad de las prestaciones (si los beneficiarios saben de dónde proceden las prestaciones)
  • la proximidad y la concentración de los beneficiarios (esto afecta a la facilidad con la que los beneficiarios pueden organizarse para proteger un programa social)
  • la duración de las prestaciones (las prestaciones más largas incentivan una mayor movilización para defender un programa social)
  • la forma en que se administra un programa (por ejemplo, ¿es el programa inclusivo, sigue los principios?)

Referencias

  1. «Bienestar social». Definición.de. Consultado el 28 de agosto de 2023.
  2. Jeremy Rifkin, La civilización empática. Paidos, ISBN 978-84-493-2356-0, pag. 539 -en inglés pág. 548
  3. Ronald Inglehart, Modernización y Posmodernización: el cambio cultural, económico y politico en 43 sociedades, Ed. Siglo XXI, Madrid, 2000, pp. 78
  4. Paul Krugman, La era de las perspectivas limitadas, Ed. Ariel, Barcelona, 1998, ISBN 84-344-1432-5, pp. 19
  5. ¿Qué hay de equivocado en el PIB?, apartado Indicador de progreso real, en crisisenergetica.org
  6. Alternatives to the GDP, McGregor Consulting Group, 25 de marzo de 2003
  7. «Economía y ecología, El desarrollo sostenible intenta armonizarlas, Pedro Medellín Milán, 1999, México». Archivado desde el original el 4 de octubre de 2018. Consultado el 28 de marzo de 2011.
  8. Larry Osberg y Andrew Sharpe, Human Well-Being and Economic Well-Being: What Values are Implicit in Current Indices?, Center for the Study of Living Standars, julio de 2003
  9. Índice de pobreza multidimensional desde 2010 El IPM o MPI está desarrollado por la PNUD y la OPHI (Oxford Poverty and Human Development Initiative)
  10. El indicador de privación material. Un instrumento mejor para el estudio de la pobreza, Stephen Crawford · Shawn Fremstad en Sin Permiso
  11. Ronald Inglehart, Modernización y Posmodernización: el cambio cultural, económico y politico en 43 sociedades, Ed. Siglo XXI, Madrid, 2000, pp. 81
  12. Clive Hamilton, El fetiche del crecimiento, Ed. Laetoli, 2006, p.33
  13. citado por C. Cobb, T. Halstead y J. Rowe, The Atlantic Monthly, Octubre 1995
  14. bienestar Revisado.
  15. «Welfare-to-work Interventions and Their Effects on the Mental and Physical Health of Lone Parents and Their Children». Cochrane Database of Systematic Reviews 2018 (2): CD009820. 26 de febrero de 2018. PMC 5846185. PMID 29480555. doi:10.1002/14651858.CD009820.pub3. Parámetro desconocido |vauthors= ignorado (ayuda)
  16. «Allan M. Feldman». Brown University (en inglés).
  17. Feldman, Allan M. «Economía del bienestar». El nuevo diccionario Palgrave de economía. ISBN 978-1-349-95121-5.
  18. cosign-apps.lib&https://apps.lib.umich.edu/login?dest=/proxy-login/?qurl=https%3A%2F%2Fdoi.org%2F10.1057%2F978-1-349-95121-5_1417-2 «U-M Weblogin». weblogin.umich.edu. doi:10.1057/978-1-349-95121-5_1417-2. Consultado el 8 de diciembre de 2021.
  19. Campbell, Andrea Louise (11 de mayo de 2012). «Policy Makes Mass Politics». Annual Review of Political Science 15 (1): 333-351. ISSN 1094-2939. doi:10.1146/annurev-polisci-012610-135202.

Véase también

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