Pandora

En la mitología griega, Pandora (en griego antiguo: Πανδώρα) fue la primera mujer, hecha por Hefesto por orden del dios Zeus después de que Prometeo, yendo en contra de su voluntad, le otorgara el don del fuego a la humanidad.

Pandora, según la versión más común del mito, fue responsable de abrir la caja (originalmente una jarra) que le fue dada por los dioses y que contenía todos los males, liberando en el mundo todas las desgracias que aquejan a la humanidad.[1] Lo último que queda en la caja, antes de que Pandora la cierre, es la esperanza.

Mito de los dioses

Según la versión del poeta Hesíodo, la creación de la primera mujer está ligada estrechamente con el incidente de Mecone. Cuando los mortales e inmortales se separaron, Prometeo urdió un engaño para que, en adelante, cuando los humanos hicieran sacrificios para los dioses, solo les reservaran los huesos y pudieran aprovechar para sí mismos la carne y las vísceras. Zeus, irritado por este acto, les negó el fuego a los humanos pero Prometeo, hurtándolo, se lo restituyó.[2]

Para vengarse del robo de Prometeo, Zeus ordenó que Hefesto modelara con arcilla una figura de una hermosa doncella, semejante a las diosas inmortales, y le infundiera vida. Pero, mientras que a Afrodita le ordenó otorgarle gracia y sensualidad y a Atenea concederle el dominio de las artes relacionadas con el telar y adornarla, junto a las Gracias y las Horas, con diversos atavíos, a Hermes le encargó sembrar en su ánimo mentiras, seducción y un carácter inconstante. Todo ello con el fin de configurar un "bello mal", un don tal que los hombres se alegrasen al recibirlo, aceptando en realidad un sinnúmero de desgracias.

Los poemas presentan de distinta forma la introducción de los males por Pandora. En la Teogonía, el poeta la presenta como la primera de entre las mujeres, que en sí mismas traen el mal: en adelante el hombre debe optar por huir del matrimonio a cambio de una vida sin carencias materiales pero sin descendencia que lo cuide y que mantenga su hacienda después de su muerte; o bien casarse y vivir constantemente en la penuria, corriendo el riesgo incluso de encontrar a una mujer desvergonzada, mal sin remedio.[3]

En Trabajos y días, Hesíodo indica que los hombres habían vivido hasta entonces libres de fatigas y enfermedades, pero Pandora abrió un ánfora que contenía todos los males (la expresión «caja de Pandora» en lugar de jarra o ánfora es una deformación renacentista) liberando todas las desgracias humanas. El ánfora se cerró justo antes de que la esperanza fuera liberada.[4]

En esta última versión se menciona por primera vez el nombre de "Pandora" y su vínculo con Epimeteo: Prometeo le había advertido que no aceptara ningún regalo de Zeus, de lo contrario les sobrevendría una gran desgracia a los mortales. Tras un rechazo inicial que enfureció a Zeus, este encadenó a Prometeo en las montañas del Cáucaso. Epimeteo terminó casándose con Pandora y se dio cuenta muy tarde de la astucia del padre de los dioses.[5]

En el Catálogo de mujeres nos encontramos de nuevo a Pandora, esta vez como hija de Deucalión y madre del héroe epónimo Greco. No se sabe si esta Pandora es el mismo personaje que aparece en las otras dos obras hesiódicas con una filiación diferente o son dos personajes distintos. Sea como fuera, su inclusión en esa obra relataría el origen de las estirpes de las mujeres que, acostadas con dioses, darían a luz a los héroes de toda la mitología griega en su conjunto. Una labor que al parecer ya era anunciada en la Teogonía (v. 591): «pues de ella descienden las tribus de las mujeres». La Biblioteca mitológica (I, 7, 2), que se basa en gran medida en el Catálogo, menciona que Epimeteo y Pandora fueron padres de Pirra, esposa de Deucalión, hijo de Prometeo. Deucalión y Pirra son considerados por el mito como antepasados de la mayor parte de los pueblos de la Antigua Grecia.[6]

Otras versiones del mito relatan que, en realidad, la jarra contenía bienes y no males. La apertura de la jarra ocasionó que los bienes volaran regresando a las mansiones de los dioses, sustrayéndose de la vida de los hombres que en adelante solo viven afligidos por males. Lo único que pudieron conservar de aquellos bienes es la esperanza.[7] No obstante, la figura de los toneles que contienen tanto el mal como el bien ya está reflejada incluso en la Ilíada, en la que se nos dice que «dos toneles están fijos en el umbral de Zeus: uno contiene los males y el otro los bienes que nos obsequian. A quien Zeus, que se deleita con el rayo, le da una mezcla, unas veces se encuentra con algo malo y otras con algo bueno. Pero a quien solo da miserias, lo hace objeto de toda afrenta, y una cruel aguijada lo va azuzando por la límpida tierra y vaga sin el aprecio ni de los dioses ni de los mortales».[8]

Interpretaciones

Etimología del nombre "Pandora"

Etimológicamente se ha dado a la palabra «Pandora» un significado con distintos matices: Paul Mazon[9] y Willem Jacob Verdenius[10] la han interpretado como "el regalo de todos"; sin embargo, para Robert Graves significa "la que da todo" e indica que con ese nombre (Pandora) se adoraba en Atenas y otros lugares a Rea.[11] Según Graves, se estaría ante la precursora griega de la Eva bíblica, puesto que Pandora es quien, como aquella, trae la desgracia a la humanidad.[12]

Sentido del mito

Para Jean-Pierre Vernant, el rol de mito de Pandora en el texto hesiódico (sobre todo referido a Trabajos y días) es el de la justificación teológica de la presencia de fuerzas oscuras en el mundo humano. Al intentar Prometeo obtener para los hombres más de lo que debían recibir, arrastra a la humanidad a la desgracia: Zeus da a los mortales un don ambiguo, mezcla de bien y mal, una peste difícil de tolerar pero de la que no se puede prescindir. Es el engaño mismo disfrazado de amante. Pandora es la responsable de comunicar al mundo humano los poderes representados por la estirpe de la Nyx: de ahora en adelante, toda abundancia convive con Ponos, a la juventud sigue Geras, y la justicia contrasta con Eris. La aparición de la mujer implica también la necesidad de un constante afán en las labores agrícolas, puesto que es presentada constantemente como un vientre hambriento, atenta contra la hacienda de su prometido, al que acecha con encantos seductores (Apate), y una vez casada instala el hambre en el hogar.[13]

¿Caja o pithos?

La mala traducción de pithos como «caja», está atribuida al humanista Erasmo de Róterdam, al traducir la historia hesiódica de Pandora al latín. Hesíodo utiliza el sustantivo πίθος (pithos), que define una tinaja (o jarra o ánfora) de barro para almacenar vino, aceite, grano u otras provisiones. Erasmo sustituyó πίθος por πυξίς (pyxis), que significa propiamente «caja». El contexto de esta historia aparece en los "Adagios" (1508) de Erasmo, en una ilustración en latín que reza "malo accepto stultus sapit" («la experiencia hace sabio al necio»); precisamente en su versión de la caja es el propio Epimeteo quien la destapa, cuyo teónimo parece que significa etimológicamente «el que piensa tardíamente». Desde entonces la expresión «caja de Pandora» se convertido en una expresión proverbial y ha sobrevivido en el acervo cultural hasta nuestros días.[14][15]

Véase también

Referencias

  1. «EL MITO DE PANDORA EN CALDERÓN». Centro Virtual Cervantes.
  2. Hesíodo, Teogonía 535-570; Trabajos y días, 47-58.
  3. Hesíodo, Teogonía 602-612.
  4. Hesíodo, Trabajos y días 90-105.
  5. Hesíodo, Los trabajos y los días 83-89.
  6. Hesíodo, Catálogo de mujeres fr. 5 M-West. Richard Hunter, The Hesiodic Catalogue of Women, Constructions and Reconstructions, (2005; Cambridge) p. 9.
  7. Grimal, Diccionario de mitología griega y romana, ad. voc. "Pandora", p. 405.
  8. Homero, Ilíada XXIV 527-534
  9. Hésiode Théogonie, n. al v. 58
  10. «Aufbau und Absich der Erga», en:Hésiode et son influence, Entretiens sur l'Antiqué classique 7, p. 109-170, citado por Aurelio Pérez Jimenes, Trabajos y días ed. Gredos, p. 126 n. 8.
  11. R. Graves, Los mitos griegos, 39.8, Alianza, 1991, vol. 1, p. 182. Graves remite a: Aristófanes, Aves, 971, y Filóstrato, Vida de Apolonio de Tiana, VI, 39.
  12. R. Graves, Los mitos griegos, 4.3, Alianza, 1991, vol. 1, p. 39.
  13. Mito y pensamiento en la Grecia antigua, p. 60 - 63.
  14. Meagher 1995, p. 96 (en sus notas de los Trabajos y días). William Watson Baker, The Adages of Erasmus, p. 32 (Universidad de Toronto, 2 001)
  15. Trabajos y días 47 ss. De acuerdo a West 1978 p. 168. Erasmo probablemente habría "confundido" la historia de Pandora con la de Psique. Cf. Verdenius, p. 64

Bibliografía

Fuentes

  • Hesíodo (ed. 1997). Obras y fragmentos: Teogonía. Trabajos y días. Escudo. Fragmentos. Certamen. Madrid: Editorial Gredos. ISBN 978-84-249-3517-7.
  • Paul Mazon (Ed. y trad.) (1928). Hésiode Théogonie; Les travaux et les jours; Le bouclier (en griego/francés). París: Les Belles Lettres. ISBN 2-251-00152-2.
  • Pseudo Apolodoro (ed. 1950). Biblioteca mitológica. Buenos Aires: Coni en representación de la Facultad de filosofía y letras de la UBA.

Estudios y bibliografía secundaria

  • Graves, Robert, Los mitos griegos, 2 vols., Madrid, Alianza Editorial, 1985; 6.ª reimpr., 1991, {ISBN 84-206-0110-1} e {ISBN 84-206-0111-X}.
  • Grimal, Pierre (2009). Diccionario de mitología griega y romana. Colección Bolsillo Paidós. Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica. ISBN 978-84-493-2211-2.
  • Hidalgo-Marí, Tatiana. "De Pandora i altres mals: La divulgación industrial-cultural del mite de la dona fatal".2013. Tesis doctoral. Alicante: RUA- Universidad de Alicante. (Disponible en: http://hdl.handle.net/10045/29107)
  • Vernant, Jean-Pierre (1973, trad. 1986). Mito y pensamiento en la Grecia antigua (título original: Mythe et pensée chez les grecs). Barcelona: Ariel. ISBN 978-84-344-9702-4.

Enlaces externos

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