Transferencia de población

La transferencia de población o el reasentamiento es el movimiento de un gran grupo de personas de una región a otra, a menudo una forma de migración forzada impuesta por la política estatal o la autoridad internacional y con más frecuencia por origen étnico o religioso, pero también por el desarrollo económico. El destierro o el exilio es un proceso similar, pero se aplica forzosamente a individuos y grupos.

Expulsión nazi de polacos de Polonia central, 1939

A menudo, la población afectada es trasladada por la fuerza a una región lejana, quizás no adaptada a su modo de vida, causándole un daño sustancial. Además, la pérdida de todos los bienes inmuebles y, cuando son apresurados, la pérdida de cantidades sustanciales de bienes muebles, están implícitos. Esta transferencia puede estar motivada por el deseo de la parte más poderosa de dar otros usos a la tierra en cuestión o, en menor medida, por condiciones ambientales o económicas desastrosas que requieran reubicación.

Intercambio de población

El intercambio de población es la transferencia de dos poblaciones en direcciones opuestas aproximadamente al mismo tiempo. En teoría al menos, el intercambio no es forzoso, pero la realidad de los efectos de estos intercambios ha sido siempre desigual, y al menos la mitad del llamado "intercambio" ha sido forzada por el participante más fuerte o más rico. Estos intercambios han tenido lugar varias veces en el siglo XX: dos ejemplos son la partición traumática de la India y Pakistán y la expulsión masiva de griegos anatolios y musulmanes griegos de Turquía y Grecia, respectivamente, durante su llamado intercambio de población greco-turco, involucrando a aproximadamente 1,3 millones de griegos anatolios y 354.000 musulmanes griegos, la mayoría de los cuales fueron forzados a convertirse en refugiados y de hecho desnaturalizados de sus países de origen.

Asuntos consecuencia de la transferencia de población

Según el politólogo Norman Finkelstein, la transferencia fue considerada como una solución aceptable a los problemas del conflicto étnico hasta alrededor de la Segunda Guerra Mundial e incluso a veces un poco después. La transferencia se consideraba una medida drástica pero "a menudo necesaria" con la intención de poner fin a un conflicto étnico o una guerra civil étnica.[1] La viabilidad de la transferencia de población se incrementó enormemente con la creación de redes ferroviarias a partir de mediados del siglo XIX.

La transferencia de población difiere considerablemente de la migración motivada individualmente, pero en tiempos de guerra, el acto de huir del peligro o del hambre a menudo difumina las diferencias. Si un Estado puede preservar la ficción de que las migraciones son el resultado de innumerables decisiones "personales", el Estado puede ser capaz de afirmar que no es el culpable de las expulsiones. Los judíos que habían entregado propiedades en Alemania y Austria durante el nazismo, aunque fueran coaccionados para hacerlo, encontraron casi imposible ser reembolsados después de la Segunda Guerra Mundial, en parte debido a la capacidad del gobierno para argumentar que "tomaron la decisión personal de irse".

Estatus bajo el derecho internacional

Expulsión forzada debido al Apartheid (Mogopa, Transvaal, Sudáfrica, febrero de 1984)

La visión del derecho internacional sobre la transferencia de población experimentó una evolución considerable durante el siglo XX. Antes de la Segunda Guerra Mundial, muchas transferencias importantes de población eran el resultado de tratados bilaterales y contaban con el apoyo de organismos internacionales como la Sociedad de Naciones. La expulsión de alemanes después de la Segunda Guerra Mundial de Europa Central y Oriental fue sancionada por los Aliados en el artículo 13 del comunicado de Potsdam, pero la investigación ha demostrado que las delegaciones británica y estadounidense en Potsdam se opusieron al tamaño de la transferencia de población que ya había tenido lugar y se estaba acelerando en el verano de 1945. El redactor principal de la disposición, Geoffrey Harrison, explicó que el artículo tenía la intención de no aprobar las expulsiones, sino encontrar una manera de transferir la competencia al Consejo de Control Aliado en Berlín para regular el flujo.

La marea comenzó a cambiar cuando la Carta de los juicios de Núremberg de los líderes nazis alemanes declaró la deportación forzada de las poblaciones civiles como un crimen de guerra y un crimen contra la humanidad. Esa opinión fue adoptada progresivamente y extendida hasta el resto del siglo. El cambio subyacente fue la tendencia a asignar derechos a los individuos, limitando así el derecho de los Estados a hacer acuerdos que les afecten negativamente.

En la actualidad, hay poco debate sobre la situación jurídica general de las transferencias involuntarias de población. Las transferencias forzadas de población se consideran violaciones del derecho internacional. No se hace distinción legal entre las transferencias unidireccionales y bidireccionales, ya que los derechos de cada individuo se consideran independientes de la experiencia de otros.

El artículo 49 del Cuarto Convenio de Ginebra (adoptado en 1949 y ahora parte del derecho internacional consuetudinario) prohíbe el movimiento masivo de personas fuera o dentro del territorio ocupado bajo ocupación militar beligerante:[2]

Los traslados en masa o individuales, así como las deportaciones de personas protegidas del territorio ocupado al territorio de la Potencia ocupante o al de cualquier otro país, ocupado o no, están prohibidos, sea cual fuere el motivo.
La Potencia ocupante no podrá deportar o transferir partes de su propia población civil al territorio que ocupa.

Un informe provisional de la Subcomisión de las Naciones Unidas de Prevención de Discriminaciones y Protección a las Minorías, publicado en 1993, dice al respecto que:[3]

Los casos históricos reflejan una creencia ahora perdida de que la transferencia de población puede servir como una opción para resolver diversos tipos de conflicto, dentro de un país o entre países. El acuerdo de los Estados reconocidos puede proporcionar un criterio para la autorización de los términos finales de resolución de conflictos. Sin embargo, el principio cardinal de "voluntariedad" rara vez se satisface, independientemente del objetivo de la transferencia. Para que la transferencia cumpla con las normas de derechos humanos tal y como están desarrolladas, los posibles transferidos deben tener la opción de permanecer en sus hogares si lo desean.

El mismo informe advertía de la dificultad de garantizar la verdadera voluntariedad:

Algunas transferencias históricas no requerían transferencias forzadas u obligatorias, sino que incluían opciones para las poblaciones afectadas. Pero las condiciones de los tratados pertinentes crearon fuertes presiones morales, psicológicas y económicas para irse.

El informe final de la Subcomisión, publicado en 1997,[4] invocó numerosas convenciones y tratados para apoyar la posición de que las transferencias de población contravienen el derecho internacional a menos que tengan el consentimiento tanto de la población desplazada como de la población de acogida. Además, ese consentimiento debe ser dado libre de presión negativa directa o indirecta.

"Deportación o traslado forzoso de población" se define como un crimen de lesa humanidad por el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional en su artículo 7.[5] El Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia ha enjuiciado y a veces condenado a varios políticos y comandantes militares acusados de deportaciones forzadas en esa región.

La limpieza étnica abarca la "deportación o traslado forzoso de población" y la fuerza involucrada puede involucrar otros crímenes, incluyendo crímenes contra la humanidad. La agitación nacionalista puede endurecer el apoyo público, de un modo u otro, contra la transferencia de la población como una solución a los conflictos étnicos actuales o futuros, y las actitudes pueden ser cultivadas por partidarios de cualquiera de los planes de acción con su propaganda de apoyo utilizada como típica herramienta política por la que se pueden alcanzar sus objetivos.

Ejemplos de transferencia de población

Alemanes deportados de los Sudetes tras la Segunda Guerra Mundial
  • Poco antes, durante e inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, Stalin llevó a cabo una serie de deportaciones a gran escala que afectaron profundamente el mapa étnico de la Unión Soviética. Más de 1,5 millones de personas fueron deportadas a Siberia y las repúblicas de Asia Central. El separatismo, la resistencia al dominio soviético y la colaboración con los invasores alemanes fueron citados como las principales razones oficiales para las deportaciones. Después de la Segunda Guerra Mundial, la población de Prusia Oriental fue reemplazada principalmente por rusos. Muchos musulmanes tártaros fueron trasladados al norte de Crimea (actualmente en disputa entre Rusia y Ucrania), mientras que Crimea del Sur y Yalta se poblaron con rusos. Una de las conclusiones de la Conferencia de Yalta fue que los Aliados devolverían a la Unión Soviética (Operación Keelhaul) a todos los ciudadanos soviéticos que se encontraban en la zona aliada. Esto afectó inmediatamente a los prisioneros de guerra soviéticos liberados por los aliados, pero también se extendió a todos los refugiados de Europa del Este.[20]
Refugiados palestinos, 1948
  • El éxodo palestino de 1948, también conocido como Nakba, ocurrió cuando más de 700.000 árabes palestinos huyeron o fueron expulsados de sus hogares durante la guerra de Palestina de 1948.[24]
  • Después de la creación del estado de Israel el 14 de mayo de 1948, se iniciaron en los países árabes fuertes olas de antisemitismo, por lo que muchos judíos fueron obligados a abandonar sus hogares. Muchos se trasladaron a Europa o a los Estados Unidos, y otros a Israel. El número estimado es de entre 850.000 y 1.000.000 de personas. Los que llegaron a Israel fueron puestos en un campamento de refugiados, hasta que se recuperaron con el apoyo del Estado.[25]
  • En la isla de Diego García, en el Océano Índico, entre 1967 y 1973, el gobierno británico retiró por la fuerza a 2000 isleños chagosianos para dar paso a una base militar. A pesar de las sentencias judiciales a su favor, no se les ha permitido regresar de su exilio en Mauricio, aunque hay indicios de que una compensación financiera y una disculpa oficial están siendo consideradas por el gobierno británico.[26]

Véase también

Referencias

  1. Finkelstein, Norman (2003). Imagen y realidad del conflicto palestino-israelí (segunda edición). Madrid: Ediciones Akal. ISBN 84-460-2041-6. Consultado el 13 de septiembre de 2017.
  2. «IV. Convenio de Ginebra relativo a la protección debida a las personas civiles en tiempo de guerra, 1949». Ginebra: Comité Internacional de la Cruz Roja. 12 de agosto de 1949. Consultado el 13 de septiembre de 2017.
  3. «Realización de los derechos económicos, sociales y culturales - Consecuencias del traslado de poblaciones, incluida la implantación de colonos y asentamientos, en el disfrute de los derechos humanos». Nueva York: Organización de las Naciones Unidas - Consejo Económico y Social. 6 de julio de 1993. Consultado el 13 de septiembre de 2017.
  4. «Freedom of movement: Human rights and population transfer» (en inglés). Nueva York: Organización de las Naciones Unidas - Consejo Económico y Social. 27 de junio de 1997. Archivado desde el original el 29 de junio de 2011. Consultado el 13 de septiembre de 2017.
  5. «Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional». Ginebra: Comité Internacional de la Cruz Roja. 17 de julio de 1998. Consultado el 13 de septiembre de 2017.
  6. Schama, Simon (9 de abril de 2015). La historia de los judíos: Vol. I - En busca de las palabras, 1000 A.E.C. - 1492. Penguin Random House Grupo Editorial España. ISBN 978-84-9992-539-4. Consultado el 26 de septiembre de 2022.
  7. «LOS JUDÍOS EN PORTUGAL: la historia de un retorno». Revista Maguén Escudo. 6 de noviembre de 2014. Consultado el 12 de diciembre de 2021.
  8. Quirós, Paloma (2 de diciembre de 2013). «Curiosidades históricas del capítulo 26 de 'Isabel' - ¿Por qué Isabel y Fernando expulsaron a los judíos?». Madrid: Radiotelevisión Española (RTVE). Consultado el 14 de septiembre de 2017.
  9. Cervera, César (30 de octubre de 2014). «La expulsión de los judíos de 1492: la leyenda que construyeron los enemigos de España». ABC. Madrid: Diario ABC. Consultado el 14 de septiembre de 2017.
  10. Puga, Gabriel Torres (7 de noviembre de 2019). Historia mínima de la inquisición (en inglés). El Colegio de Mexico AC. ISBN 978-607-564-279-6. Consultado el 9 de agosto de 2023.
  11. Fajardo, José Manuel (2 de enero de 2009). «Moriscos: el mayor exilio español». El País. Madrid: Ediciones El País. Consultado el 14 de septiembre de 2017.
  12. Bastidas, Carlos (12 de octubre de 2016). «Los colonos que exterminaron a los pueblos indios en EE. UU.». El Tiempo. Bogotá: Casa Editorial El Tiempo. Consultado el 14 de septiembre de 2017.
  13. «Historia de los Indígenas de los Estados Unidos». Todo sobre historia. Consultado el 14 de septiembre de 2017.
  14. Ballón, José Carlos (2003). Martí y Blaine en la dialéctica de la Guerra del Pacífico, 1879-1883. UNAM. ISBN 978-970-32-0943-9. Consultado el 12 de julio de 2023.
  15. Armstrong, William (31 de julio de 2013). «Twice a Stranger: How mass expulsion forged modern Greece and Turkey». Hurriyet Daily News (en inglés). Estambul. Consultado el 14 de septiembre de 2017.
  16. «The Greek Turkish Population Exchange» (en inglés). Archivado desde el original el 15 de septiembre de 2017. Consultado el 14 de septiembre de 2017.
  17. Kulischer, Eugene (1943). The Displacement Of Population In Europe (en inglés). Montreal: The International labour Office. OCLC 883951967. Consultado el 14 de septiembre de 2017.
  18. «Refugee» (en inglés). Encyclopædia Britannica. Consultado el 14 de septiembre de 2017.
  19. Maurizio, Ridolfi (28 de enero de 2020). Las fiestas nacionales en la Italia contemporánea. Prensas de la Universidad de Zaragoza. ISBN 978-84-17358-55-6. Consultado el 16 de septiembre de 2023.
  20. «Forced Population Transfers». GlobalSecurity.org (en inglés). Consultado el 14 de septiembre de 2017.
  21. «Campos de concentración de japoneses, un lado desconocido en la II Guerra Mundial». Guayaquil: El Universo. 8 de agosto de 2015. Consultado el 14 de septiembre de 2017.
  22. Cromos. 1951. Consultado el 24 de agosto de 2023.
  23. García, Jorge L. Tizón (2 de noviembre de 2022). La guerra como campo de batalla: Deconstruyendo mitos y símbolos. Herder Editorial. ISBN 978-84-254-4963-5. Consultado el 24 de agosto de 2023.
  24. Pato, Ignacio (13 de mayo de 2016). «Al-Nakba: la limpieza étnica sobre la que se construyó Israel». Palestinalibre.org. Santiago: Comité Democrático Palestino. Consultado el 14 de septiembre de 2017.
  25. «Jewish Refugees from Arab Countries». Jewish Virtual Library (en inglés). American-Israeli Cooperative Enterprise. Consultado el 14 de septiembre de 2017.
  26. «La barbarie oculta de Diego García». The Prisma. Londres. 16 de julio de 2012. Archivado desde el original el 24 de junio de 2016. Consultado el 14 de septiembre de 2017.
  27. Rivas, Juan José (12 de enero de 2015). «Pol Pot y el genocidio de Camboya». El Mundo. Madrid: Unidad Editorial Información General. Consultado el 14 de septiembre de 2017. «El régimen del terror se inició con la forzada "ruralización" de todas las poblaciones urbanas: el 18 de abril Pol Pot ordenó la evacuación de los 2 millones y medio de habitantes de Phnom Penh, incluyendo heridos y enfermos, en una brutal marcha que marcó el inicio del Año Cero. »

Enlaces externos

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