El proceso de servir vino es un arte. Si no se sirve correctamente, podrías muy fácilmente arruinar las características del vino. Si te interesa aprender la mejor manera de servir vinos, entonces considera las siguientes sugerencias.

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Pasos

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    Perfecciona el arte de abrir una botella de vino. Hay muchos tipos de sacacorchos en el mercado, así es que puedes seleccionar el más indicado para ti. Necesitas remover el corcho sin esfuerzo, sin quebrarlo, y especialmente sin dejar caer piezas de corcho dentro de la botella. Practica abriendo botellas de vino para que perfecciones el proceso.
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    Aprende acerca del vino que estás sirviendo y la temperatura que debe tener. Diferentes clases de vinos se sirven a diferentes temperaturas. Mientras algunos vinos son mejores fríos, otros necesitan ser servidos a temperatura ambiente para disfrutarlos correctamente. Servir un vino a una temperatura incorrecta puede destruir su sabor y aroma, frustrando así el propósito del fabricante.
    • Sirve la Champaña, vinos burbujeantes, Pinot Grigio, Sauvignon Blanc, Zinfandel blanco, y otros vinos blancos a 35 a 40 grados Fahrenheit (1.67 a 4.44 grados Celsius). Enfríalos por una hora y media en un refrigerador. 20 minutos en una cubeta de agua con hielo será suficiente también. Los vinos dulces para postre y el Jerez seco también deben ser servidos de esta manera.
    • La champaña añeja, los vinos burbujeantes de alta calidad y los vinos añejos de barril también deben ser enfriados por una hora y media antes de servirse, junto con los vinos blancos de barril de buena calidad, con cuerpo como el Bordó blanco y el Chardonnay. Luego deben sacarse 20 minutos antes de servirse. La temperatura ideal para servir debe ser de 55 grados (12.78 grados Celsius), o temperatura de bodega de vinos. Esto resaltará los caracteres maduros de los vinos añejos y los sabores de los vinos de alta calidad.
    • Sirve la mayoría de vinos tintos a 65 grados Fahrenheit (12.78 grados Celsius) o después de 20 minutos de refrigeración.
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    Averigua que vinos necesitan respirar oxigeno para desencadenar el aroma a la hora de servir. No todos los vinos se benefician de respirar, sin embargo, por ejemplo, el Bordeaux debe respirar por una hora antes de servirse. La mayoría de los vinos puede ser servido en cuanto se abre la botella. Cuando estés permitiendo que el vino respire, viértelo en la licorera o en la copa primero, ya que los vinos no pueden respirar bien dentro de la botella. No dejes que el vino respire por mucho tiempo, ya que esto puede opacar el aroma y el sabor.
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    Opta por servir el vino en una licorera. Las licoreras no solo son agradables a la vista sino también mejoran el sabor del vino. Los vinos añejos, específicamente, se benefician de ser servidos de una licorera porque se remueven los sedimentos del vino y permite que el vino respire.
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    Selecciona las copas para vino dependiendo del tipo de vino que estas sirviendo. Recuerda que cuando estas sirviendo un vino, necesitas darle espacio. Aprende los diferentes estilos de vasos que hay y la manera en que son diseñados específicamente para resaltar las distintivas cualidades del vino. Por ejemplo, la copa de vino tradicional tiene una forma de tazón grande. Cuando se llena solo la cuarta parte, el espacio permite que sea movido en espiral y que respire oxigeno.
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    No sirvas un vino nuevo en la misma copa donde serviste un vino anterior. Si terminaste una botella de vino y abriste una nueva, cambia la copa para que no pierdas la integridad del sabor del vino.
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Consejos

  • Si se te caen pedazos de corcho dentro de la botella, quítalos inclinando ligeramente la botella y algo rápido. El corcho debería salir con solo que salga un poquito del vino.
  • Combina tus vinos con comidas que los complementen. El vino se combina típicamente con comidas que complementan o contrastan su intensidad, sabor, peso y aroma. Por ejemplo, combina un vino tinto de cuerpo completo como el Bordeaux o Cabernet con un bistec. El Chardonnay, Bordó o un vino tinto claro se combina bien con pollo. Combina los vinos, claros y vinos de cuerpo medio, como un Chablis o un Pinot Grigio, con pescado.
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