Acariciar a un gato puede ser más difícil de lo que parece, en especial si el gato es muy nervioso. Un gato temeroso, agresivo o nervioso puede no saber cómo reaccionar a tus muestras de cariño y podría interpretarlas como agresivas cuando en realidad son amorosas.[1] Si bien es probable que quieras acariciar, abrazar o estrujar a tu amado felino cuando sientas ganas de hacerlo; en lugar de ello, tienes que considerar el temperamento del gato cuando desees brindarle un poco de afecto.

Método 1
Método 1 de 3:
Hacer que un gato arisco se sienta cómodo

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    Proporciónale a un gato muy nervioso lugares en los que pueda ocultarse y sentirse cómodo. Si bien puede ser tentador forzar a un gato nervioso a salir de su escondite, esto no permitirá desarrollar una mejor relación con él. En lugar de ello, si puedes tentar al gato a salir de su escondite, básicamente harás que sea él quien decida si va a interactuar. Si el gato cuenta con lugares en los que se siente seguro, quizás estos hagan que se sienta menos estresado y más seguro cuando se aventure a salir.[2]
    • Si bien debes asegurarte de que el gato pueda ocultarse un poco, también tienes que asegurarte de que no hayan peligros cerca.[3] ¡Asegúrate en especial de que el gato no pueda escapar!
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    Dale al gato algo de espacio físico. No fuerces a un gato muy nervioso a recibir tu afecto. Puede ser completamente frustrante cuidar a un gato que no confía en ti o que no quiere estar cerca de ti, pero tienes que mantenerte enfocado en desarrollar tu relación a largo plazo con él. Forzar al gato a hacer algo que no quiere solo hará que desconfíe más de ti.
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    Estimula la mente y el cuerpo de tu gato. Dale juguetes y equipo al gato (como una torre de juegos para gatos), esto hará que se sienta más feliz y satisfecho.[4] Si bien un gato arisco puede temerte un poco, él puede superar ese miedo para jugar contigo o recibir una golosina. Esta satisfacción solo hará que sea más probable que el gato supere su timidez y se sienta cómodo contigo.
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    Comprende que un gato arisco puede no sentirse cómodo por completo en tu presencia. Algunos gatos son reservados por naturaleza o han experimentado un trauma que los vuelve temerosos. Si bien es importante hacer feliz a tu gato, es probable que él no pueda superar todos sus traumas. Haz un esfuerzo coordinado para socializar a tu gato, pero si él no quiere acurrucarse contigo todo el tiempo, no lo consideres un fracaso personal.
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    Asegúrate de que el gato vea que eres tú quien lo alimenta. La comida es un motivador poderoso para un gato, así que si sabe que eres su fuente de comida, es probable que esté más dispuesto a mostrarte afecto.[5] Si el gato es demasiado nervioso, la hora de comer podría ser el único momento en el que puedes acercarte a él. Pasa tiempo cerca del plato de comida del gato, asegurándote de estar lo suficientemente lejos del plato del cuál comerá y de que el gato reconozca tu presencia.

Método 2
Método 2 de 3:
Leer el lenguaje corporal de un gato

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    Busca signos de miedo en el gato. No debes aumentar la ansiedad de un gato que ya está estresado. Si un gato tiene el pelaje erizado o te sisea, es un signo de que no quiere interactuar contigo. En este punto, puedes hacer una de dos cosas, alejarte y darle espacio al gato o tratar de ganártelo ofreciéndole una golosina a cierta distancia. Sin embargo, no debes tratar de ganártelo obligándolo a recibir afecto físico. Esto solo hará que desconfíe y puede hacer que te arañe o te muerda.
    • Recuerda que un gato confiará en su instinto de pelear o huir cuando sienta peligro.[6] Puede escapar de ti o pelear contigo, en ambos casos lo hace por miedo.
    • También puedes observar la cola de un gato para evaluar su nivel de comodidad. Una cola recta puede indicar que el gato siente miedo, mientras que una cola relajada y meneándose indica mayormente que el gato se siente cómodo contigo.
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    Comprende que en cualquier momento un gato puede decidir que no quiere que lo acaricien. Deja de acariciar al gato si muestra algún signo de descontento. Por lo general, un gato te advertirá que lo estás estimulando demasiado con una mordedura o un maullido suaves.[7] Si el gato que estás acariciando lo hace, deja de acariciarlo de inmediato y dale un poco de espacio.
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    Busca signos que indiquen que el gato disfruta que lo acaricien. El ronroneo es el signo más claro que indica que tu gato disfruta la forma en la que lo acaricias.[8] El cuerpo del gato debe estar relajado y, si en verdad le gusta la caricia, debe presionar tu mano para que le apliques más presión.
    • Tu gato también podría dirigir tu caricia al área en la que desea que lo rasques. Este es un buen signo que indica que le gusta lo que estás haciendo, solo desea que lo hagas en otra parte.
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    Recuerda que el hecho de que un gato se frote en ti no significa que quiere que lo acaricies. Un gato incluso puede ronronear y luego decidir que ya no quiere que continúes. Cuando acaricies a un gato muy nervioso, prepárate para dejar de hacerlo rápidamente y ten en cuenta que podría morderte o arañarte. Este podría ser el precio a pagar por tratar de conectarte con un gato arisco.

Método 3
Método 3 de 3:
Acariciar a un gato correctamente

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    Atrae al gato hacia donde estás. Después de ubicar al gato, siéntate en un mueble cercano o en el piso, pero no demasiado cerca de él. Trata de estar a la altura del gato para no hacer que se sienta amenazado. Puedes mirar en su dirección, pero no hagas contacto visual. Pronuncia el nombre del gato. Él responderá mirándote, volteando una oreja en tu dirección, pausando su actividad actual o levantándose con lentitud, estirándose y dejando la habitación, o no responderá en lo absoluto.
    • Si el gato te reconoce, empieza a dar una palmada en tu rodilla y llámalo de nuevo con un tono de voz suave y agradable. Incluso podrías atraerlo hacia ti con una golosina.[9]
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    Deja que el gato te olfatee y se frote en ti, pero no trates de acariciarlo. Un gato arisco necesita acostumbrarse a tu olor antes de sentirse cómodo contigo. Si va hacia tu dirección y se frota en ti, está diciendo que eres de su territorio.[10] Si el gato se frota en tus piernas, esto no significa exactamente que el gato te quiere; sin embargo, es un buen primer paso para lograr que se sienta cómodo contigo.
    • Una vez que el gato se haya frotado en ti un par de veces, tiende tu mano para que la olfatee. El gato podría frotar tu mano con su mejilla, a partir de ese momento puedes empezar a averiguar cuidadosamente en qué parte le gusta que lo acaricies.
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    Asegúrate de que el gato te vea acercándote antes de que trates de acariciarlo. No sorprendas a un gato muy nervioso. Si bien podrías acercarte a un gato arisco moviéndote sigilosamente, de esta forma no desarrollarás confianza con él. En lugar de ello, asegúrate de que el gato te vea acercándote. Si está de acuerdo con que lo acaricies, lo sabrás porque no escapará.
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    Acaricia al gato en áreas específicas de su cuerpo. Empieza acariciándole el lomo o debajo de su mentón. También trata de acariciarlo entre los omoplatos o debajo de su collar. Estos son puntos que no puede alcanzar con facilidad; por ello, los gatos suelen adorarlo.
    • Acaricia suavemente al gato en la dirección en la que crece su pelaje, ya que a muchos gatos no les gusta que les desordenen el pelaje cuando los acarician en la dirección contraria.
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    Evita acariciar las áreas sensibles. Por ejemplo, evita acariciar la barriga de un gato muy nervioso.[11] Si bien algunos gatos disfrutan que les acaricien la barriga, es más probable que esto haga que un gato arisco se ponga a la defensiva. Algunos gatos incluso consideran a las caricias en la barriga como una clara invitación a morder y arañar tu mano de forma juguetona.
    • Asimismo, a muchos gatos no les gusta que les toquen las patas.
    • Algunos gatos pueden morder sin advertirlo si los acaricias demasiado. Si tienes dudas, suele ser más seguro acariciar solo su cabeza, su cuello y debajo de su mentón.
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    Sé paciente. Acaricia suavemente a tu nuevo mejor amigo y descubre en dónde y cómo le gusta que lo acaricien o lo rasquen con delicadeza. Si tu gato te lo permite, actúa como si estuvieras feliz por hacer algo muy importante.
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    Aumenta poco a poco el tiempo que acaricias a tu mascota. No esperes que un gato tímido tolere que lo acaricies por un largo periodo de tiempo. Dale algunas caricias agradables en el lomo y luego deja voluntariamente que se aleje. Esto iniciará el proceso de vinculación física entre el gato y tú, pero también será de ayuda para desarrollar un lazo de confianza.

Consejos

  • No le temas al gato. Si tienes miedo, él también lo tendrá.
  • Los gatos suelen adorar que los acaricien en la parte superior de su cabeza, debajo de su mentón, en el lomo y en la parte posterior de su cuello (en especial, si usan un collar). Acaricia siempre estos puntos si quieres que tu gato se entusiasme contigo. Al inicio, no acaricies sus patas, su cola, la parte inferior de su lomo y su estómago.
  • Cuando un gato empieza a despertar, suele estar más calmado y es más probable que lo toques. Asimismo, si un gato está agotado, podría preferir ignorar tus caricias y tomar una siesta.

Advertencias

  • Es posible que un gato muy nervioso pueda tener el síndrome de la hiperestesia felina si se agita demasiado cuando lo acarician. Si este es el caso, acariciarlo y cepillarlo pueden causarle dolor en lugar de placer. Hay muchas formas de ayudar a tu gato, incluidos (pero sin limitarse a) el entrenamiento con clicker, más horas de juego y mayor actividad, y medicamentos.
  • En ocasiones, los gatos mordisquean tu mano y tu antebrazo o los tocan con la pata de forma juguetona. Permanece calmado y firme, y di “alto”. Es probable que tu gato se detenga y te mire. Aprovecha esta oportunidad para retirar tu mano y acariciarlo en otro lugar para poder continuar el proceso de vinculación.
  • No trates de acariciar a tu gato mientras come o usa la caja de arena, ya que podría ponerse territorial y arañarte.
  • Si un gato clava sus garras en tu mano, no jales tu mano o terminarás con uno o más arañazos largos que dejarán tu piel rasgada. Deja que el gato jale tu mano hacia él. Por lo general, el gato podría mordisquear un poco tu mano o retirar sus garras cuando tu mano está más cerca.

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Categorías: Gatos