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Las crayolas que pierden el filo de la punta pueden volver a tener puntas afiladas de forma sencilla con un poco de agua caliente, aquí está cómo.
Pasos
Método 1
Método 1 de 4:Método 1: Método del agua caliente
Método 1
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1Sumerge la punta sin filo de la crayola en un tazón con agua caliente. Déjala ahí por unos cuantos minutos, si no te imaginas cómo sostenerla, amárrala a una pedazo de hilo que esté amarrado a un lápiz. Pon una pila de libros a ambos lados del tazón y pon el lápiz atravesado en los libros con la crayola amarrada colgando dentro del tazón, lo suficientemente alto como para que solo la punta de la crayola quede dentro del agua caliente.
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2Sácala del agua después de unos minutos.
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3Dale forma a la punta con tus dedos.
Método 2
Método 2 de 4:Sacapuntas eléctrico para crayolas
Método 2
Método 3
Método 3 de 4:Sacapuntas manual para crayolas
Método 3
Método 4
Método 4 de 4:Afilado con un cuchillo
Método 4
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1Consigue un cuchillo y crayolas. El cuchillo no tiene que ser súper afilado con un cuchillo de mantequilla funcionara.
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2Desliza el cuchillo en la punta del lápiz de color, yendo y viniendo. ¡Ten cuidado de no hacerte daño!
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3Cortando de la base del crayola para la punta es más fácil, aunque también se puede tratar de trabajar de lado a lado.
Cosas que necesitarás
- Agua caliente
- Tazón
- Lápiz, hilo y libros si haces un soporte para la crayola (útil si vas a afilar la punta de muchas crayolas)