Las crayolas que pierden el filo de la punta pueden volver a tener puntas afiladas de forma sencilla con un poco de agua caliente, aquí está cómo.

Método 1
Método 1 de 4:
Método 1: Método del agua caliente

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    Sumerge la punta sin filo de la crayola en un tazón con agua caliente. Déjala ahí por unos cuantos minutos, si no te imaginas cómo sostenerla, amárrala a una pedazo de hilo que esté amarrado a un lápiz. Pon una pila de libros a ambos lados del tazón y pon el lápiz atravesado en los libros con la crayola amarrada colgando dentro del tazón, lo suficientemente alto como para que solo la punta de la crayola quede dentro del agua caliente.
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    Sácala del agua después de unos minutos.
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    Dale forma a la punta con tus dedos.

Cosas que necesitarás

  • Agua caliente
  • Tazón
  • Lápiz, hilo y libros si haces un soporte para la crayola (útil si vas a afilar la punta de muchas crayolas)

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Categorías: Dibujo