Los Birkenstocks son una excelente opción para mantener los pies cómodos cuando quieres usar sandalias, pero requieren un período de amoldado antes de que realmente puedas aprovechar todo su potencial de comodidad. Puedes aumentar lentamente la cantidad de tiempo que las usas cada día para amoldarlas, mientras que hacer cualquier ajuste o cambio físico en las sandalias para que se ajusten mejor a los pies garantizará que sean cómodas. Pronto, todo esto te dará un calzado con un soporte increíble con el que puedas caminar todo el tiempo que quieras.

Método 1
Método 1 de 3:
Usar Birkenstocks nuevos

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    Camina con ellos por solo 30 a 45 minutos el primer día. Usarlos por más tiempo puede poner más tensión en los pies antes de que el material de corcho de la plantilla de los Birkenstocks se haya adaptado a ellos. Si te empiezan a doler antes de que transcurran 30 minutos, quítatelos de todos modos.[1]
    • Usar calcetines puede ayudar a aliviar la rigidez de caminar con los zapatos las primeras veces y luego puedes comenzar a hacer la transición a usarlos sin calcetines.
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    Usa los Birkenstocks por 1 o 2 horas diarias durante las próximas semanas. Usarlos para caminar todos los días permitirá que la plantilla se afloje y se adapte mejor al pie. Si puedes, procura aumentar el tiempo que los uses cada día para acelerar el proceso.[2]
    • Sigue este método para asegurarte de que usar los Birkenstocks sean muy cómodos antes de usarlos para dar paseos largos. Esto es especialmente importante si piensas usarlos en unas vacaciones que impliquen caminar mucho.
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    Busca la impresión del pie en la plantilla para ver si se están amoldando. A medida que los usas, comenzarás a notar un contorno de cada uno de los pies en los Birkenstocks que luce cada vez más oscuro. Esto muestra cómo se adaptan mejor a la forma de los pies cada vez que los usas.[3]
    • Comprometerte a usarlos para caminar constantemente al principio es el único método infalible para hacerlos más cómodos.

Método 2
Método 2 de 3:
Hacer ajustes a los Birkenstocks

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    Flexiona el zapato suavemente para ablandar la plantilla cuando los recibas inicialmente. Podrías sentir que los Birkenstocks son muy rígidos inicialmente cuando los acabas de sacar de la caja. Usa las manos para doblar el zapato hacia adelante y hacia atrás en ambas direcciones, luego agarra la parte delantera y trasera para girarlas en direcciones opuestas al mismo tiempo.[4]
    • También puedes rodarlos contra el piso o doblarlos contra un mueble pesado para lograr el mismo efecto.
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    Golpea las partes incómodas de la plantilla para suavizarlas. La muesca para los dedos con frecuencia es el área donde la gente se queja de que los Birkenstocks son demasiado rígidos o incómodos. Toma un mazo pequeño y golpea la plantilla con cuidado, pero con firmeza para aflojar el corcho donde te molesta. Dale varios golpes presionando la plantilla con los dedos para probar qué tan suave está quedando y continúa hasta que sientas que será más fácil que se adapte a la forma del pie.[5]
    • Procura no martillar demasiado, de lo contrario podrías debilitar el soporte natural de la plantilla.
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    Agrega más agujeros a las correas para que queden más sueltas o más ajustadas en el pie. Si sientes que la sandalia no se ajusta a la forma del pie, agregar un agujero adicional a la correa podría ayudar a asegurar mejor el pie y agregar un grado de comodidad cuando camines.[6]
    • Puedes calentar un alfiler o un tornillo para perforar el cuero, y hacer un nuevo agujero en la correa. Luego, pasa la punta de la hebilla por el agujero para ensancharlo y facilitar su uso.
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    Lija las partes incómodas de las correas de los Birkenstocks. Si hay una sección de la correa que te incomoda cuando se frota contra la parte superior del pie o te irrita cuando caminas, la lija puede ayudar. Con una lija fina, frota las áreas problemáticas en la parte inferior de la correa para que los puntos de contacto sean más cómodos.[7]
    • Ten cuidado de no lijarlos demasiado; de lo contrario, podrías terminar haciéndolos más incómodos o dañando el zapato.

Método 3
Método 3 de 3:
Ajustar correctamente los Birkenstocks

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    Mete el pie en la sandalia completamente desabrochada. Alinea los arcos y los contornos del pie con los que vienen incorporados en los Birkenstocks y asegúrate de que la muesca para los dedos quede debajo de todos los dedos de los pies (donde se conectan con el pie). Coloca el talón de manera que encaje cómodamente en la cavidad de la parte trasera.[8]
    • Ni el talón ni los dedos de los pies deben extenderse más allá de la longitud de la plantilla. Si es así, compra unos que sean de una talla más grande.
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    Alinea el talón y los dedos de los pies con la orilla de la sandalia. Asegúrate de tener suficiente espacio libre alrededor del perímetro del pie, aproximadamente 0,5 cm (1/4 de pulgada) de espacio para los talones y los dedos de los pies, y 0,3 cm (1/8 de pulgada) para los lados de los pies.[9]
    • Debe haber un poco de espacio para que el pie se mueva en los Birkenstocks mientras caminas.
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    Aprieta las correas de manera que puedas colocar un dedo debajo. Con el pie alineado correctamente con la plantilla, comienza a abrocharte las sandalias. Cuando vayas a apretar la hebilla, ajústala de modo que el pie quede bien asegurado, pero no demasiado apretado. Puedes comprobarlo viendo si todavía puedes meter un dedo debajo de la correa en el tobillo.[10]
    • El soporte de la sandalia dependerá de que el pie descanse correctamente en la plantilla, no de lo apretadas que estén las correas.
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    Vuelve a ajustar las correas mientras caminas si aún sientes molestias. Aunque es posible que las hayas ajustado correctamente en casa, mientras caminas, el movimiento natural del pie podría hacer que la sandalia lo roce de manera incómoda. Si algo te molesta, es posible que una correa de la sandalia, como las que se van sobre la parte superior del pie o los dedos, no esté lo suficientemente ajustada o suelta. Realiza cualquiera de estos cambios mientras caminas para que estén listos para la próxima vez.
    • Es posible que debas abrochar las correas de manera diferente en cada pie, según su forma o tamaño.[11]

Consejos

  • La comodidad viene con un ajuste adecuado, y los Birkenstocks se ajustan a su tamaño. Tienen dos ajustes principales para adaptarse a personas con pies estrechos y anchos, por lo que debes asegurarte de elegir un par que te quede bien para brindar la máxima comodidad y apoyo. Puedes encontrar una guía de tallas aquí: https://www.birkenstock.com/us/us-service-fittingguide.html.
  • Pide la plantilla blanda si los usarás para caminar por largas distancias. La marca Birkenstocks fabrica un modelo de sandalia con una capa adicional de espuma amortiguadora para que sea más cómodo usarlas durante períodos prolongados. Compra las plantillas blandas si los usarás como la pieza principal de calzado, o si los quieres para caminar durante las vacaciones.[12]

Advertencias

  • No expongas los Birkenstocks a la lluvia y otra humedad, ya que puede degradar la calidad de la plantilla, lo que hace que sean más incómodos con el tiempo.

Acerca de este wikiHow

Marc Sigal
Coescrito por:
Especialista en cuidado de calzado
Este artículo fue coescrito por Marc Sigal. Marc Sigal es el fundador de ButlerBox, un servicio de limpieza en seco y cuidado de calzado con sede en Los Ángeles, California. ButlerBox coloca casilleros diseñados a medida y resistentes a las arrugas en edificios de apartamentos de lujo, edificios de oficinas de clase A, centros comerciales y otros lugares convenientes para que uno pueda recoger y dejar artículos las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Marc tiene una licenciatura en Estudios Globales e Internacionales de la Universidad de California, Santa Bárbara. Este artículo ha sido visto 5694 veces.
Categorías: Trucos para el calzado