Puede ser complicado bañar a un gato, en particular debido a que a la mayoría les desagrada mojarse. No obstante, hay muchos casos en los que los gatos tienen que bañarse para fomentar la salud general de su pelaje y mantener su higiene cuando viven dentro de casa. Si es posible, se recomienda empezar a bañar a los gatos en su juventud, así se acostumbrarán a esta práctica. Sin embargo, si vas a bañar a un gato maduro por primera vez, tendrás que llevar a cabo el proceso poco a poco, así garantizarás que no te rasguñe ni te muerda, y también que la experiencia sea lo más cuidadosa posible para él.

Parte 1
Parte 1 de 4:
Bañar a tu gato

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    Corta sus uñas. Es probable que tu gato no sea agresivo en lo absoluto; no obstante, si se estresa a causa del proceso de bañarlo, incluso el gatito más delicado puede rasguñar a su dueño por accidente al tratar de salir de la bañera o escapar del secado.[1]
    • El gato debe estar del mejor humor posible antes de bañarse. Esto garantizará que sienta menos estrés durante el baño; por ello, no debes asociar el baño con alguna otra actividad que el gato considere desagradable. Si a tu gato no le gusta que le cortes las uñas, hazlo unos días antes de bañarlo. Esto evitará que asocie ambos acontecimientos.
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    Alista el área de baño. Consigue las toallas, el champú para mascotas, un recipiente para golosinas, vaselina o pedazos de algodón para sus oídos, un peine y un cepillo, y todo lo demás que necesites para el baño. Coloca los objetos en un lugar de fácil alcance, así podrás manipular al gato en la bañera y a la vez alcanzar los objetos.[2]
    • Si vas a bañarlo para eliminar las pulgas, un peine puede ser de utilidad para retirar las pulgas aturdidas del pelaje del gato sin tener que buscarlas demasiado. Debes usar un champú especialmente diseñado para eliminar las pulgas.
    • Si tienes una taza pequeña a la mano, esto puede ser de utilidad para mojar el pelaje del gato al inicio y para enjuagarlo, en particular si el gato tiene pelo largo.
    • Muchas tiendas de mascotas cuentan con productos diseñados para relajar a los gatos mediante aromas placenteros. Puedes darle aroma a la habitación de baño usando este tipo de productos, así le brindarás una tranquilidad adicional.
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    Abre el agua en la bañera. Llena la bañera o el lavabo con agua tibia (no caliente). Esta debe llegar como máximo hasta el vientre del gato.
    • Ten en cuenta que tu gato es un animal con instintos fuertes. Debes colocar agua suficiente como para lavarlo, pero no tanta como para que el gato pueda sentir miedo de ahogarse y entrar en pánico.
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    Lleva a tu gato a la habitación. Podría ser más sencillo atraerlo con un juguete o una golosina, ya que esto lucirá menos sospechoso. Asimismo, tan solo puedes tomar al gato y llevarlo a la habitación en la que lo bañarás. Cierra la puerta detrás de ti, si esa es una opción.
    • Los baños con bañera son ideales para bañar a un gato adulto, ya que son pequeños, tienen pocos lugares en los que pueda ocultarse y suelen tener una puerta que puede cerrarse, lo que evitará que el gato escape si se angustia.
    • Si sufres de problemas de espalda que no te permiten inclinarte hacia la bañera, puedes bañar a tu gato en el lavabo de la cocina. Asimismo, podría ser de utilidad contar con otra persona cerca que ayude a mantener al gato quieto durante el baño.
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    Alista al gato para el baño. Es probable que tu gato sienta estrés y esté paranoico debido al agua, por estar encerrado en una habitación o por otras sensaciones desconocidas. Puedes tranquilizarlo si lo acaricias y le hablas con un tono de voz relajante. Tranquiliza al gato lo más que puedas. Siéntate en la habitación con el agua y deja que el gato la olfatee o se acostumbre al lugar.
    • Este también es un momento adecuado para introducir los pedazos de algodón en sus oídos. No obstante, si tu gato ejerce resistencia, puedes colocar una capa de vaselina en el área que rodea la abertura de sus oídos. Bastará con aplicarle un poco en el área en el que el pelaje sea menos copioso, afuera de la abertura de los oídos. Tanto los pedazos de algodón como la vaselina garantizarán que el agua no ingrese en sus oídos.[3]
    • Si ya sabes o sospechas que tu gato va a forcejear, puedes bañarlo colocándolo en un arnés para gatos. Esto puede incomodarlo y estresarlo más, pero es mejor contar con un arnés al que pueda sujetarse que dejar que sienta pánico, se libere y entable una asociación de depredador y presa cuando vayas a buscarlo para llevarlo de vuelta al baño.[4]
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    Coloca al gato en el agua. Sostén al gato de su cogote tomando la piel suelta que se encuentra entre su cabeza y sus hombros. Levántalo con cuidado y alza sus patas traseras con tu otra mano, así le recordarás que está seguro y estable. Desciende al gato con lentitud en el lavabo o la bañera, y retira la mano de la parte inferior de su cuerpo, manteniendo tu mano en su cogote.
    • Si sujetas el cogote del gato, esto será de utilidad como un tipo de contención si el gato forcejea. Esta es la manera en la que su madre solía sujetarlo cuando quería contenerlo o llevarlo. Asimismo, los gatos de toda edad responden a ello por instinto encogiéndose o relajando el cuerpo. Tómalo del cogote solo cuando sea necesario, y usa otros tipos leves de contención si el gato no forcejea contigo.[5]
    • Algunos gatos se sienten más tranquilos y seguros si el dueño se sienta en la bañera con ellos durante el baño. Esto solo se debe hacer si sabes que el gato no empleará su fuerza para alejarse de ti.
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    Humedece el pelaje. Mantén una mano libre para contener al gato y usa una taza pequeña para verter agua en su pelaje, así humedecerás todo su cuerpo, menos su cabeza.
    • Si tienes una bañera con un cabezal de ducha extraíble o un lavabo con un rociador, puedes emplearlos para humedecer el pelaje del gato.
    • Es esencial que te asegures de que el agua no ingrese en los oídos del gato, ya que esto puede provocarle infecciones de oído.
    • Inclina la cabeza del gato hacia arriba para humedecerla. Coloca la taza, el cabezal de ducha o el rociador entre los oídos del gato, y vierte o rocía el agua, así el chorro solo caerá detrás de su cabeza.
    • No tienes que humedecer toda la cabeza, solo la parte superior y la parte posterior del cuello. Si quieres limpiarle la cara, cerca del hocico y los ojos, puedes usar un paño húmedo.
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    Aplica el champú en el pelaje. Aplica un poco de champú en el pelaje del gato usando la mano que no lo esté conteniendo. Coloca el recipiente del champú en un lugar de fácil acceso, y luego esparce el champú en su pelaje. Aplica más champú si es necesario.[6]
    • Si debes limpiar la cara del gato, aplica algunas gotas de champú en un paño húmedo y lávale la cara con cuidado pasando el trapo en la dirección en la que crezcan los granos de su pelo.
    • Si vas a bañar a tu gato para eliminar las pulgas, primero tendrás que aplicar el champú en el pelo del cuerpo, cerciorándote de cubrir la barriga. Luego tendrás que aplicar el champú en la cola, las patas y la cabeza. Si las pulgas sienten una amenaza como el agua, estas se desplazarán por instinto a las extremidades del gato. Si primero aplicas el champú en el cuerpo, esto garantizará que, si las pulgas intentan regresar al pelo del cuerpo, estas estén expuestas al champú y queden aturdidas.
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    Enjuaga el pelaje. Drena la bañera con el gato aún en su interior. Toma el cabezal de ducha, el rociador o la taza, y enjuaga el pelaje empleando la misma técnica indicada para humedecer el pelaje. Cerciórate de que no haya ningún residuo de jabón en el pelaje, ya que esto puede atraer a la suciedad cuando tu gato ya esté seco.
    • Si vas a enjuagarlo con una taza, abre el grifo un poco, así producirá un chorro muy leve. Esto evitará que el gato entre en pánico con un chorro completo de agua. Deja el grifo de agua abierto. Ahora llena la taza con agua y viértela en el gato; repite el proceso hasta que el pelaje ya no tenga residuos de jabón.
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    Elimina las pulgas. Si vas a bañar a tu gato para eliminar las pulgas, empieza a pasar el peine desde el cuello hasta la base de la cola después de enjuagar el pelaje, luego peina hacia los costados desde el hombro hasta la pata trasera. Esto creará surcos en el pelaje del gato y hará que sea más sencillo identificar las pulgas. Si vas a usar un peine para pulgas, esto también será de utilidad para extraer las pulgas y sus huevos.[7]
    • Es probable que el peine elimine algunas pulgas, pero puedes retirar cualquier otra pulga que encuentres usando los dedos.
    • Si tu gato tiene un color claro, podrás encontrar con facilidad a las pulgas que estén atoradas en el pelaje húmedo. Asimismo, puedes identificar las pulgas en el pelaje al tacto, ya que las grandes cuentan con protuberancias pequeñas similares a una semilla.
    • Pasa el peine por el pelaje del gato de manera metódica, e intenta eliminar la mayor cantidad posible de pulgas. Asimismo, recuerda revisar la barriga del animal, ya que este es el escondite favorito de las pulgas.

Parte 2
Parte 2 de 4:
Secar a tu gato

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    Exprime el agua del pelaje. Luego de terminar de bañar y enjuagar al gato, iniciarás el proceso de secado exprimiendo con cuidado la mayor cantidad posible de agua de su pelaje. Tendrás que concentrarte en la cola, las piernas y las patas.
    • Forma una “U” con la mano que no esté conteniendo al gato. Coloca esta “U” sobre los hombros del gato.
    • Aplica una presión leve mientras empujas la mano de los hombros a las caderas del gato. Notarás que presionas el agua hacia abajo y lejos de la parte superior del lomo.
    • Toma con cuidado la cola y empuja la mano desde la base hasta la punta, aplicando una presión suave. Debes notar que el agua sale del gato y cae en la bañera. Hazlo también en las piernas y las patas, y exprime estas últimas un poco para liberar agua del pelaje más grueso que se encuentra en los dedos.
    • Vuelve a realizar este proceso un par de veces, y cerciórate de también exprimir con cuidado el pelaje de la barriga.
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    Usa una toalla. Luego de haber retirado toda el agua posible del gato, tiende una toalla en el piso con la mano que no lo esté conteniendo.[8]
    • Recoge al gato y recuerda apoyar sus patas traseras en la mano que no sostenga su cogote, luego levántalo de la bañera o lavabo y colócalo con cuidado en la toalla.
    • Con la mano que no contenga al gato, dobla con cuidado la toalla por encima y alrededor suyo, hasta cubrirlo de manera parcial. Emplea la misma mano para frotar con cuidado la toalla por encima del cuerpo del gato, moviéndola de atrás hacia adelante. Tendrás que frotar la mayor parte posible del cuerpo. Si parece que el gato no está dispuesto a correr, puedes emplear ambas manos.
    • Emplea otra toalla si es necesario, y sigue frotando el pelaje hasta que esté semiseco y crespo. Luego aplana el cabello con un peine, y asegúrate de peinar en la dirección en la que el pelaje suela tenderse. En este punto, puedes darle golosinas, tranquilizarlo con caricias y palabras relajantes, calmarlo, y luego soltarlo y dejar que se acicale él mismo.
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    Usa una secadora. Antes de usar la secadora, se recomienda que realices un secado preliminar breve con una toalla. Además, solo debes usar la secadora si crees que el gato no entrará en pánico debido al ruido que esta emite.[9]
    • Desenvuelve al gato, pero déjalo reposar sobre la toalla. Debes contenerlo si parece que podría correr.
    • La mano con la que no contengas al gato debe sujetar el mango de la secadora y colocarla en la intensidad y la velocidad más bajas. Enciéndela y deja que el gato se acostumbre al ruido antes de usarla. Si el gato entra en pánico y no puede tranquilizarse, apaga la secadora y sigue secándolo con la toalla.
    • Si el gato no tiene problemas con el ruido de la secadora, enciéndela para que pueda sentir el aire que esta emite. Si el gato sigue tranquilo, acerca la secadora y empieza a secarlo agitándola de atrás hacia adelante, así te cerciorarás de que el calor y el aire se dispersen y no se concentren demasiado.
    • Si el gato luce tranquilo, puedes aumentar la velocidad de secado y también reubicar al gato de modo que lo sostengas en la parte superior de tus piernas, mirando a tus pies. Esto te permitirá usar una mano para secarlo con la secadora y la otra para esponjar el pelaje mientras secas. Si el gato lo tolera sin forcejear, esto acelerará el proceso de secado de manera significativa.[10]
    • Seca al gato hasta que la mayor parte de su pelaje esté seco y esponjoso. Las patas y la cola podrían seguir un poco húmedas, pero secarán con rapidez cuando el gato empiece a acicalarse.

Parte 3
Parte 3 de 4:
Calmar al gato luego de su baño

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    Bríndale golosinas. Tu gato habrá vivido una experiencia poco natural y es probable que esté agotado y un poco quisquilloso, e incluso podría creer que el baño era un castigo. Hazle recordar que eres su amigo y que no está en problemas; para ello, dale algunas de sus golosinas favoritas.
    • Al acicalarse luego del baño, tu gato podría ingerir una gran cantidad de pelo. Puedes darle “golosinas contra las bolas de pelo” con fórmula especial. Estas cuentan con una cantidad mayor de grasa o aceite de pescado, los cuales se adherirán al pelo en el estómago del gato, lo que ayudará al pelo a pasar por el sistema digestivo y evitar la formación de bolas de pelo.
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    Acaricia al gato. Cuando le des su golosina, acarícialo con delicadeza, háblale y dile el buen gatito que es, asegurándole que todo volverá a la normalidad y que no tiene nada que temer.
    • Si a tu gato le encanta que lo cepillen, inicia el proceso de aseo. Para ello, toma su cepillo favorito y empieza a eliminar el pelo que ha liberado a causa del estrés y el baño.
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    Sigue acariciándolo, dándole golosinas y tranquilizándolo antes de soltarlo. No sueltes al gato hasta que su lenguaje corporal te indique que se ha relajado y no tiene miedo. Identifica las señales como levantar la cola, ronronear, cerrar los ojos por completo o de manera parcial, empujar tus manos o tu cuerpo con su cabeza, o cualquier otro signo que te indique que está feliz.
    • Libera al gato si su cuerpo emite una energía tranquila. Es probable que busque un lugar alejado y cómodo en donde iniciar su propio proceso de aseo. Dale algunas horas para que se asee, tome una siesta y vuelva a sentirse normal. Deja que te busque cuando esté listo para interactuar.

Parte 4
Parte 4 de 4:
Entrenar a tu gato para el baño y el secado

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    Empieza a bañar al gato desde que es un gatito. Si tienes a un gatito, empieza a bañarlo lo más pronto que puedas. A diferencia de un gato maduro, será mucho más sencillo contener a un gatito pequeño. Además, los gatitos son muy receptivos con el hecho de que los tomen del cogote, y esto reforzará la actividad para futuras interacciones.
    • Para poder bañarlo, espera hasta que tenga como mínimo 6 semanas de edad, ya que si lo haces antes, podrías provocarle enfermedades u otras complicaciones en su salud.
    • En el caso de los gatitos pequeños, empieza a bañarlos en el lavabo del baño. Este es poco profundo y más adecuado en cuestión de tamaño. Además, este te permitirá enjuagar con más facilidad usando el grifo, lo que hará que el gato se acostumbre al sonido y la sensación que produzca el agua corriente.
    • Puedes bañar y secar a un gatito una vez cada 2 semanas, durante 3 meses. Esto evitará las complicaciones que surgen al bañar en exceso (como la piel reseca) y al mismo tiempo hará que el gato se acostumbre al proceso de baño como una parte de su aseo.
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    Evita el estrés o los choques. Nunca emplees el baño o las secadoras como castigo para un gato, y evita todo acontecimiento o tipo de interacción que pudiera brindarle una experiencia negativa con tu baño o lavabo, lo que dependerá del lugar en el que lo bañes.
    • Esto implica evitar el uso del baño como castigo para el gato por haberse comportado mal.
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    Haz que el gato se acostumbre. Para acabar con las creencias del proceso de baño de un gato y volverlo menos estresante, tendrás que dejar que tu gato se acostumbre a los ruidos, los olores y las sensaciones del proceso.
    • Si vas a tomar una ducha o secarte el cabello, permite que tu gato acceda al espacio en el que realizarás estas actividades. Los gatos sienten mucha curiosidad por las experiencias nuevas y es probable que entren a estas habitaciones para investigar lo que ocurre.
    • No le prestes atención al gato mientras realices tu rutina. Los gatos son independientes por naturaleza y puede ser de utilidad que dejes que el gato escoja vivir estas experiencias por su propia voluntad, y que se acostumbre a los sonidos y las sensaciones sin la influencia de las personas.
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    Facilita las asociaciones positivas. Antes de tomar una ducha o secarte el cabello, puedes dejar golosinas o un juguete favorito de tu gato en la habitación, en un punto que esté a la vista del baño o la secadora. Esto puede atraer al gato para que ingrese en la habitación y así generar sentimientos positivos relacionados con esa acción.
    • No le des juguetes o golosinas al gato de manera directa, ya que si combinas esto con los sonidos y los olores del agua corriente y la secadora, esto puede ser abrumador y podría hacer que un gato estresado lo interprete de manera involuntaria como una amenaza. Ten en cuenta que debes ignorar al gato mientras aprende a asimilar estas nuevas experiencias.
    • Tranquiliza al gato. Si el gato se siente cómodo con los ruidos, esto podría indicar que puedes abordarlo si relaja su lenguaje corporal, si reposa en la habitación en la que ocurren los ruidos o cerca de ella, o si pasa tiempo en el baño contigo mientras te bañas o te secas el cabello. Algunos gatos se sienten lo suficientemente cómodos como para entrar en la ducha con su dueño. Elogia a tu gato si demuestra que se ha acostumbrado al baño y al secado de pelo.
    • Puedes anticipar el proceso de secado si frotas a tu gato con una toalla como parte de un juego. A algunos gatos les gusta que los cubran con telas o que creen “cuevas” con ellas como parte de un juego, e irán a la toalla sin reparos. Otros podrían requerir que los convenzan un poco, pero intenta hacer que el gato se acostumbre al proceso de secado colocando juguetes debajo de la toalla o metiendo la mano debajo de ella y moviéndola, así lucirá como un animal pequeño que el gato podría querer cazar. Anima al gato a meterse debajo de la toalla mientras juega, así harás que se acostumbre al olor, la sensación y la experiencia de interactuar con la toalla.
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    Obtén la ayuda de un amigo o de tus familiares. Haz que tus familiares participen en tu esfuerzo por hacer que el gato conozca el baño y el secado. Si vas a bañar a un gato por primera vez, puedes tener cerca a un familiar o amigo que el gato conozca y que pueda ayudar con el proceso, así garantizarás que no haya problemas.

Cosas que necesitarás

  • lavabo o bañera
  • champú para gatos
  • peine común o peine para pulgas
  • toallas de baño
  • golosinas para gatos
  • taza pequeña
  • pedazos de algodón o vaselina

Consejos

  • Si vas a acicalar a tu gato para eliminar una plaga de pulgas, tendrás que bañarlo una vez a la semana, hasta que las pulgas desaparezcan. Además, tendrás que volver a lavar, enjuagar y repetir (en particular en el baño inicial) para eliminar la mayor cantidad posible de pulgas.
  • Si tienes un gato viejo, con problemas de salud o extremadamente difícil de controlar a la hora del baño, existen “champús en aerosol” que puedes usar para refrescar el pelaje del gato. Tan solo sigue las indicaciones del envase.

Advertencias

  • Siempre usa un champú diseñado para el pelaje de los gatos. Si usas champú para personas, esto puede hacer que los residuos se acumulen en el pelaje del gato. Asimismo, si usas detergente para vajilla u otros productos de limpieza, esto puede causar irritación en la piel del gato y, en algunos casos, erupciones o ampollas.
  • Para garantizar la seguridad de tus mascotas y no estresarlas de manera innecesaria, no bañes a más de un gato al mismo tiempo. Existen algunos gatos que no se rehúsan a bañarse y en realidad adoran el agua; sin embargo, la mayor parte de los gatos consideran que la experiencia del baño es estresante. Por esta razón, lidiar con más de un gato frenético a la vez podría hacer que todos se lesionen.
  • Al igual que las personas, algunos gatos tienen fobias. Es probable que lo mejor para ambos sea no bañar al gato si este se estresa mucho debido a los ruidos o las nuevas sensaciones, o si has probado realizando el proceso de baño y este ha sido traumatizante (y no solo estresante) para el animal. Esto evitará que el gato relacione las experiencias negativas traumatizantes contigo, su cuidador. Si tienes que bañar a tu gato con frecuencia por motivos de salud, la veterinaria o un peluquero de mascotas podrán brindarte este servicio por un costo mínimo.[11]
  • Algunos dueños secan a sus gatos colocándolos en una jaula para mascotas y dejando la secadora fuera de la puerta, en donde enviará el aire a la jaula. Esto no se recomienda, ya que puede hacer que el gato se caliente en exceso, lo que ha llegado a causar la muerte en algunos casos.[12]

Acerca de este wikiHow

Pippa Elliott, MRCVS
Coescrito por:
Veterinaria del Colegio Real de Cirujanos Veterinarios
Este artículo fue coescrito por Pippa Elliott, MRCVS. La Dra. Elliott es una veterinaria con más de 30 años de experiencia. Se graduó en la Universidad de Glasgow en 1987, y ha trabajado como cirujana veterinaria durante 7 años. Después, la Dra. Elliott trabajó como veterinaria en una clínica de animales durante más de una década. Este artículo ha sido visto 22 788 veces.
Categorías: Higiene de gatos