Los gatos no son grandes fanáticos de mojarse, de este modo, bañar a un gato puede provocar que el felino se moleste y que te arañe varias veces. De hecho, los gatos pueden asearse de forma continua durante todo el día y no necesitan que los bañes cada semana. Si el pelaje de tu gato tiene un aspecto grasoso, descolorido u oloroso, será hora de darle un buen baño en la bañera.[1] Hay varios pasos que puedes seguir para evitar los arañazos de tu gato y así lograr que tolere un baño.

Parte 1
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Preparar a tu gato para un baño

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    Empieza a bañar a tu gato cuando sea un gatito. Introduce a tu gato al agua cuando todavía sea un gatito para que se acostumbre a bañarse.[2]
    • También debes dejar que tu gato se acostumbre a estar en el fregadero o bañera unas semanas antes de bañarlo. Ponlo en el fregadero o bañera con sus juguetes favoritos. Agrega algunos premios o hierba gatera y déjalos reposar en el lugar por 5 a 10 minutos. Esto servirá para que asocie el lugar con cosas positivas y para que se no asuste demasiado con la idea de un baño.
    • Una vez que tu gato se acostumbre a sentarse en el fregadero o bañera, llénalo con 3 cm (1 pulgada) de agua y pon algunos juguetes ahí. Juega con tu gato en el fregadero o bañera y aliéntalo a sentarse en el borde y a jugar con los juguetes en el agua.
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    Cepilla bien el pelaje de tu gato antes de bañarlo. Cepilla bien el pelaje de tu gato para sacar el polvo y los residuos y para soltar los enredos, en especial si tienes un gato de pelaje largo. Un enredo seco es mucho más fácil de peinar que un enredo húmedo y evitará que tu gato se irrite durante el baño. Así, al cepillar el pelaje de tu gato también sacarás todo pelaje maltratado, lo cual puede atrapar residuos de jabón en la piel de tu gato, y provocar picor y escamas.[3]
    • También debes cortarle las uñas a tu gato antes de bañarlo para que no te arañe y para que no se le enganchen en tu ropa o toalla durante el baño.
    • También puedes poner algodón en los oídos de tu gato para evitar que el agua se filtre, y aplicar ungüento en cada ojo para que esas partes no se irriten con el jabón. Si tu gato no deja que te acerques a sus orejas con el algodón, olvídate de esto y asegúrate de secárselas bien con una bola de algodón después del baño.
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    Prepara el espacio en el que bañarás a tu gato para que así lo hagas de forma rápida y sin dolor. La mejor manera de que tu gato tolere el baño es bañarlo de forma rápida y eficaz. Junta con anticipación los suministros necesarios en el fregadero o bañera. Necesitarás lo siguiente:
    • un par de guantes de goma
    • champú para gatos (no utilices champú humano, ya que la piel humana tiene un pH diferente al de la piel del gato y secará su pelaje, por lo tanto, si tienes dudas sobre qué champú para gatos usar, debes saber que el de avena es siempre una buena opción ya que es ligeramente hidratante)
    • una jarra grande con una boquilla de rociado que tenga un ajuste suave para enjuagar
    • una toalla grande
    • bolas de algodón
    • un paño pequeño
    • No utilices una boquilla de rociado que sea ruidosa, ya que distraerás e irritarás a tu gato (utiliza una boquilla rociadora de ajuste suave, conectada a la bañera o al fregadero; así, si utilizas un secador de cabello en vez de una toalla para secar a tu gato al final del baño, asegúrate de que tenga una temperatura baja para que no le quemes la piel; no obstante, recuerda que la mayoría de los gatos disfrutan de un masaje con una toalla en vez del fuerte rugido del secador de cabello)
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    Coloca una toalla en el fondo de la bañera o fregadero. A fin de evitar arañazos en tus brazos o manos, dale a tu gato una toalla en la que pueda hundir sus garras. Asegúrate de que la toalla esté fija para que no se deslice cuando tu gato meta sus garras en ella durante el baño.
    • También puedes colocar un mosquitero en un ángulo de 45 grados dentro de la bañera o fregadero para darle a tu gato algo a lo cual agarrarse.
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    Pídele a alguien que te ayude a sujetar a tu gato durante el baño. Si es posible, pide ayuda a tu pareja o a un amigo para que te apoye durante el baño. Pídele a la persona que agarre con cuidado a tu gato del pescuezo y así tú empezarás a bañarlo, usando muy poca fuerza para que no sienta dolor ni incomodidad.
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Parte 2
Parte 2 de 2:
Bañar a tu gato

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    Cierra la puerta del baño. Evita que tu gato se escape del baño al cerrar la puerta del lugar en el que está el fregadero o bañera. Llena el fregadero con 5 u 8 cm (2 o 3 pulgadas) de agua tibia. Nunca utilices agua caliente, ya que los gatos se pueden sobrecalentar fácilmente.[4]
    • Ponte los guantes de goma para protegerte las manos y mantener higiénico el baño.
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    Sujeta a tu gato por el pescuezo o cuello. Háblale con calma a tu gato en un tono que lo tranquilice mientras lo pones en el fregadero o bañera. Sujétalo del pescuezo o cuello para que se quede quieto o pídele a un asistente que lo haga. Si tu gato tiene garras delanteras, sujétaselas con su espalda hacia ti para que no te arañe.[5]
    • Acaricia a tu gato con una mano mientras le mojas el cuello y la cabeza con el agua. Mantén el agua fuera de sus ojos para que no se les irriten. Moja su espalda, patas y extremo trasero hasta que estén lo suficientemente húmedos.
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    Aplica el champú en el pelaje de tu gato. Asegúrate de limpiar su espalda, cuello, pecho, vientre, cola y patas. Forma bastante espuma en su pelaje para que le saques toda la suciedad y los residuos.[6]
    • A la mayoría de los gatos no les gusta que les salpiquen agua en la cara. Utiliza un paño húmedo para limpiarle la cara y cabeza y así evitarás que te arañe o que se queje.
    • Para este punto puedes utilizar bolas de algodón a fin de limpiar el interior de las orejas de tu gato si te lo permite.
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    Enjuaga el pelaje de tu gato hasta que no tenga jabón. Es posible que tengas que enjuagarlo varias veces para asegurarte de haber sacado todo el jabón. El jabón sobrante irritará la piel de tu gato, por lo tanto, enjuágalo hasta que no veas más espuma o jabón en su pelaje.[7]
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    Seca a tu gato con una toalla o con un secador de cabello. La mayoría de los gatos disfrutan de un buen masaje con una toalla después del baño. Utiliza una toalla para secar a tu gato de la cabeza a la cola. Trata de absorber la mayor cantidad de agua posible con la toalla, ya que es probable que tu gato trate de sacarse el exceso de agua y eso podría provocar charcos de agua en tu baño o cocina.[8]
    • Si prefieres utilizar un secador de cabello para secar a tu gato, nunca utilices el ajuste caliente, ya que puedes quemar su piel sensible. Pon el secador en la posición de calor y nivel de ruido bajo.
    • Recompensa a tu gato con un premio por un baño exitoso, ya que esto le recordará que la hora del baño puede ser una experiencia positiva.
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    Considera la posibilidad de buscar un peluquero profesional si tu gato no tolera los baños. Si tu gato muestra una fuerte aversión hacia la hora del baño, a pesar de tus intentos por hacer que se sienta cómodo, podrías considerar llevarlo a un peluquero profesional. El peluquero puede bañar a tu gato por ti, de tal modo que te salvará de sus arañazos y miradas de gato enojado.
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Acerca de este wikiHow

Pippa Elliott, MRCVS
Coescrito por:
Veterinaria del Colegio Real de Cirujanos Veterinarios
Este artículo fue coescrito por Pippa Elliott, MRCVS. La Dra. Elliott es una veterinaria con más de 30 años de experiencia. Se graduó en la Universidad de Glasgow en 1987, y ha trabajado como cirujana veterinaria durante 7 años. Después, la Dra. Elliott trabajó como veterinaria en una clínica de animales durante más de una década. Este artículo ha sido visto 8921 veces.
Categorías: Higiene de gatos
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