Podría parecerte que tu hijo pequeño tiene energía interminable, pero a veces tendrás que cargarlo cuando esté cansado o en un lugar peligroso. Cuando tengas que cargarlo, asegúrate de levantarlo de forma segura para evitar las lesiones. Cuando lo lleves cargado, podrás mantenerlo delante de ti, colocarlo en una eslinga o sostenerlo en un portabebés en tu espalda.

Método 1
Método 1 de 3:
Cargarlo de forma segura

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    Párate delante de él y agáchate. Coloca las piernas a la altura de los hombros y agáchate para estar a la altura de sus ojos. Mantén la espalda y el cuello rectos y relajados.[1]
    • Si te sientes inestable mientras estás agachado, coloca una rodilla en el suelo para mantenerte estable.
    • Nunca te inclines a la altura de la cintura para levantarlo. Esto puede causar tensión innecesaria en la espalda y hacer que tengas muchas más dificultades para levantarlo.
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    Coloca un brazo alrededor de su espalda y el otro justo debajo de su trasero. Mantén la cabeza hacia adelante a medida que lo lleves a tu pecho. Asegura su espalda y piernas, colocándolas en tu cuerpo para cuando lo levantes.[2]
    • Estirarte para levantarlo puede ejercer tensión en la espalda. Nunca levantes a un niño de las axilas, ya que esto puede causarles dolor a ambos.
    • No lo levantes de los antebrazos o las manos, ya que puedes producir una lesión conocida como “codo de niñera”.
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    Usa los músculos de las piernas para pararte y levantarlo por encima del suelo. Usa los músculos de las piernas y el torso para regresar a la posición parada poco a poco. Mantén la espalda erguida y sujétalo cerca de tu cuerpo mientras te paras.[3]
    • Si es posible, pídele que se sujete de ti con los brazos en tus hombros y las piernas alrededor de tu cintura mientras te paras. Esto ayudará a mantenerlo en su posición y te permitirá usar una mano para estabilizarte con una pared o un mueble si es necesario.
    • No dobles la espalda o el torso mientras te pares, ya que puedes sufrir una lesión.
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    Sujétalo cerca de ti, en la parte delantera de tu cuerpo. La manera más sencilla de cargar a un niño pequeño es mantenerlo en la parte delantera de tu cuerpo, con su peso apoyado en tu pecho y brazos. Mantén los brazos alrededor de su espalda y debajo de su trasero.[4]
    • Para un mayor soporte, pídele al niño que se sujete a ti con sus piernas. Si es posible, evita que rodee tu cuello con sus brazos, lo que puede hacer que te inclines hacia adelante.
    • Si tienes que moverlo hacia un lado, espera a estar en una posición parada y usa los brazos para moverlo. No dobles la espalda o el torso para pasarlo a un lado.
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    No lo cargues en un lado del cuerpo por periodos prolongados. Algunos padres desarrollan problemas de cadera por cargar a sus hijos en una de ellas. Mantenlo en la parte delantera de tu cuerpo siempre que sea posible, y alterna las caderas si necesitas cargar a tu hijo en un lado.[5]
    • Recuerda usar los brazos en lugar de la espalda o el torso, para moverlo de un lado a otro.
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Método 2
Método 2 de 3:
Asegurarlo con una eslinga

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    Prueba algunas eslingas antes de comprar una que sea segura y cómoda. Cuando busques una eslinga en una tienda especializada o un supermercado, busca una con un aro metálico y tela resistente, como algodón, lana o tela de mezcla triple. Revisa el envase y asegúrate de que tu hijo esté dentro del límite de altura y peso. Si es posible, prueba la eslinga en la tienda colocándolo en ella.[6]
    • Como regla general, una eslinga de buen encaje estará ajustada y podrás ver hacia abajo y tener a tu hijo lo suficientemente cerca como para besarlo. Su espalda debe tener un soporte adecuado y su cabeza debe estar levantada y el mentón fuera de su pecho.
    • Llévalo a la tienda contigo y prueba varias eslingas para encontrar la más cómoda para ambos.
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    Sujeta el aro de la eslinga con la mano no dominante. Sujétala con la mano no dominante mientras cargas al niño a un lado con el brazo dominante. Verifica que esté seguro y en una posición cómoda mientras te alistas para colocarte la eslinga.[7]
    • Si es quisquilloso o no quiere que lo cargues, espera a que se calme para colocarlo en la eslinga. Solo tendrás un brazo disponible para sostenerlo, lo que puede ser peligroso si trata de hacer que lo bajes.
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    Coloca el aro sobre tu cabeza y en el hombro del brazo dominante. Coloca la eslinga de modo que esté alrededor de tu cuerpo como una faja. El aro debe estar en el mismo lado de tu cuerpo que tu hijo, mientras la parte voluminosa de la tela reposa en la cadera opuesta.[8]
    • Si usas esta técnica, tu hijo estará en el lado de tu mano no dominante, lo que dejará libre la otra mano. Si prefieres tener libre la mano no dominante, coloca el aro en el hombro de ese lado.
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    Pásalo al lado de tu cuerpo en donde repose la tela de la eslinga. Usa los brazos para mover a tu hijo al lado en el que repose la tela. La tela debe hundirse por debajo de su trasero, y sus piernas deben estar delante de ella en la parte delantera de tu cuerpo.[9]
    • Mantén sus dos piernas delante de tu cuerpo para colocar la eslinga con más facilidad. Una vez que esté en la eslinga, podrá mover las piernas a una posición que le parezca más cómoda.
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    Mete la mano dominante por la eslinga y pasa sus pies a través de ella. Mete la mano por debajo de la tela en la parte delantera de tu cuerpo y ubícala debajo de sus piernas para tirar de la tela de la parte inferior de su cuerpo. Luego colócala detrás de su trasero. Usa el brazo no dominante para guiar sus piernas a través de los espacios abiertos de la tela.[10]
    • Si no coopera en este paso, mete la tela por debajo de una pierna y luego la otra, en lugar de las dos al mismo tiempo.
    • Mantén la tela compactada mientras la colocas por debajo del niño. Esto hará que el proceso sea más fácil y evitará que ambos se enreden en ella.
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    Usa las manos para extender la tela de sus rodillas a su espalda. Una vez que la eslinga esté envuelta alrededor de ambos, tira de la tela por su espalda hasta que esté justo debajo de sus omóplatos. Asegúrate de que la parte inferior esté ubicada detrás de sus rodillas para ofrecerle el mayor soporte posible.[11]
    • Deja la mitad inferior de sus piernas y sus pies fuera de la eslinga, para que pueda encontrar una posición cómoda.
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    Ajusta la eslinga al tirar del exceso de tela a través del aro. Para cerciorarte de que el niño esté seguro, mete el extremo de la tela fuera del aro. Tira de ella hacia adelante, hacia arriba y hacia abajo hasta que sientas que el niño está cerca de tu cuerpo y asegurado en la eslinga.[12]
    • Si sientes que tu hijo está más holgado mientras caminas, tira del extremo de la tela para volver a ajustar la eslinga.
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Método 3
Método 3 de 3:
Usar un portabebés de espalda

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    Lee las instrucciones para garantizar que lo uses de forma correcta. Antes de colocar al niño en el portabebés, lee las instrucciones. Debes aprender la manera adecuada de colocar el portabebés y saber en qué punto debe reposar el niño.[13]
    • Las instrucciones también pueden incluir consejos útiles para conseguir un encaje cómodo y poder caminar con el peso extra de un niño pequeño en tu espalda.
    • Hay diferentes tipos de portabebés. Uno para paseos requerirá una posición diferente que uno para uso cotidiano.
    • Lo mejor es probar varios con el niño en la tienda antes de elegir uno.
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    Amarra el portabebés alrededor de la cintura y ajústalo con la correa. Envuelve la parte inferior del portabebés alrededor de tu cintura y asegura el broche hasta que escuches un clic. Luego tira de la correa hasta que esté ajustado (pero no mucho) alrededor de la cintura.[14]
    • Si la correa se siente muy ajustada, tira del broche para soltarla.
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    Colócate una correa de hombro y carga al niño. Coloca una de las correas sobre tu hombro y carga al niño con normalidad. Usa los brazos para colocarlo en el lado de tu cuerpo sin la correa en el hombro. Asegúrate de que tenga una pierna delante de tu cuerpo y la otra detrás.[15]
    • No dobles el torso ni la espalda mientras lo muevas. Puedes soltar el portabebés o ejercer tensión en tu espalda si te mueves demasiado.
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    Inclínate hacia adelante y coloca al niño entre el portabebés y tu espalda. Mientras te inclinas a la altura de la cintura, empuja al niño con lentitud hacia tu espalda. Mueve una de sus piernas hacia el lado del portabebés con la correa en tu hombro a medida que lo muevas con el brazo libre. Asegúrate de que su pierna pase por el agujero en el lado de la correa del portabebés.[16]
    • Podría ser de utilidad que le pidas que sujete tus hombros o cuello para ganar estabilidad mientras lo mueves. También podría colocar su pierna en el portabebés mientras lo guías.
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    Coloca la otra correa y adapta su posición con las manos. Tira de la otra correa sobre tu hombro y asegúrate de que sus piernas estén fuera del portabebés en ambos lados de tu cuerpo. Usa las manos para alisar el panel en su espalda y hazlo rebotar un poco para desplazarlo a una parte más alta en tu espalda.[17]
    • Muchos padres prefieren cargar a sus hijos en un punto más alto de la espalda, ya que el peso extra es más fácil de manejar. Prueba diferentes posiciones para determinar cuál te parece más cómoda.
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    Asegura la correa delantera y párate erguido. Asegura la correa delante de tu pecho y tira de ella para ajustarla. Luego endereza la espalda con lentitud para depositar el peso del niño en el portabebés.[18]
    • La correa inferior debe estar asegurada alrededor de tu cintura, y debe ubicarse justo por debajo del trasero del niño. Si está más abajo en el portabebés cuando te paras, vuelve a inclinarte y hacer que el niño rebote un par de veces para llevarlo a un punto más alto en tu espalda. Luego ajusta la correa de la cintura y párate.
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    Usa las correas del hombro para adaptar la posición del niño en tu espalda. Cuando te pares, tira de los extremos sueltos de las correas de hombro para ajustarlas y acercar al niño a tu espalda. Si quieres que se incline un poco lejos de tu espalda, tira de los broches para soltar las correas.[19]
    • Mientras camines, podrías tener que ajustar o soltar la correa del hombro y la del pecho. Nunca desabroches la correa de la cintura cuando el niño esté en el portabebés, ya que puedes hacer que se caiga.
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Consejos

  • Ten en cuenta que los niños pequeños por lo general te indicarán si están incómodos en una determinada posición.
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Advertencias

  • Ten en cuenta su peso cuando lo cargues. Si es alto, su cabeza podría estar un poco más alto que la tuya. ¡Ten cuidado con los techos bajos y los marcos de puerta!
  • Camina con lentitud cuando lo levantes por primera vez y empieces a cargarlo. Tu cuerpo encontrará el equilibrio de forma natural con el nuevo peso después de unos pasos.
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Acerca de este wikiHow

Denise Stern
Coescrito por:
Especialista en crianza
Este artículo fue coescrito por Denise Stern. Denise Stern es especialista en crianza de los hijos y presidenta ejecutiva de Let Mommy Sleep, el servicio de enfermería y atención posparto líder en el país. Se especializa en brindar cuidados cariñosos a los recién nacidos y educación basada en evidencia a sus padres. Tiene una licenciatura en Relaciones Públicas de la Universidad Estatal de Carolina del Norte. Denise fue declarada como la empresaria líder en la Cámara de Comercio de EE. UU. en 2013, como madre del año en la revista Washington FAMILY Magazine en 2016, y estuvo en la Cumbre élite de la Casa Blanca para las familias trabajadoras organizada por el presidente y la primera dama Obama en 2014. Let Mommy Sleep es la única empresa de este tipo que tiene un contrato con el gobierno local para enseñar el cuidado del recién nacido y posparto. Este artículo ha sido visto 1960 veces.
Categorías: Cuidado de niños
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