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Criar niños puede ser muy desafiante. Algunos niños todo el tiempo son muy traviesos y desobedientes, mientras que otros niños solo son traviesos en ocasiones. Ten en cuenta al tratar con un niño travieso que debes reconocer que es el comportamiento que muestra lo que te molesta y no el niño. Toma medidas para crear límites, lidiar con las rabietas, lidiar con el mal comportamiento y reforzar el buen comportamiento y así criarás niños bien educados en poco tiempo. Si cuidas niños que no son tuyos, puedes tomar medidas para enseñarles a comportarse sin socavar la autoridad de sus padres.
Pasos
Parte 1
Parte 1 de 5:Crear estructura
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1Haz un conjunto de reglas. Este conjunto de reglas lo debes escribir teniendo en cuenta la edad del niño. Los niños más pequeños necesitarán reglas simples y directas, mientras que los niños mayores pueden empezar a entender reglas más complejas, las cuales pueden ser flexibles según la situación. La lista debe dar prioridad a las reglas que se basen en los comportamientos traviesos que tus hijos demuestren.[1]
- Por ejemplo, si tu hijo se comporta de forma agresiva cuando no consigue lo que quería al golpear a otra persona o a ti mismo, debes hacer una regla que haga que ese comportamiento esté estrictamente prohibido.
- La lista de reglas debe incluir cada una de las cosas que esperas que haga tu hijo cada día, lo cual también dependerá de su edad. Esto puede incluir cepillarse los dientes, lavarse la cara y peinarse el cabello cuando se levante en la mañana, arreglar su cama, guardar sus juguetes, etc.
- Siéntate y conversa sobre esta lista de reglas con tu hijo para que sepa lo que se espera de él.
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2Pon las consecuencias inmediatas a cada regla. No solo debes tener un conjunto claro de reglas que tu hijo pueda entender y seguir, también debes dejar en claro qué sucederá cuando las incumpla. Si incumple una regla de mayor prioridad (por ejemplo, si tu hijo te golpea), la consecuencia debe ser más severa a diferencia de lo que pasaría si incumple una regla de prioridad menor (por ejemplo, si no arregla la cama en la mañana).
- Nunca debes utilizar la violencia física como un medio para castigar a tu hijo. El hecho de golpear o azotar a tu hijo no solo daña tu relación con él, sino que así muestras que puedes conseguir que las personas más pequeñas y débiles te den lo que quieres al golpearlas.[2]
- Asegúrate de conversar sobre cada regla junto con la consecuencia que se producirá si tu hijo incumple la regla. De esta manera, comprenderá lo que puede esperar.
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3Dale cosas que hacer. Los niños que están aburridos encontrarán formas de entretenerse. Si bien no es necesariamente algo malo que los niños utilicen su propia imaginación cuando se trata de entretenerse a sí mismos, esto también puede provocar que se porten mal y de formas que saben que no deben.[3]
- Por ejemplo, si tu hijo va a estar en casa todo el día, trata de programar diversas actividades. Le puedes dar un libro para colorear y crayones por 1 hora mientras que haces lo que tienes que hacer. Pasa algún tiempo jugando con él, pídele que te ayude a hacer el almuerzo o salgan juntos a hacer pinturas usando los dedos. Es bueno que le des un tiempo para que juegue por sí solo, pero también es importante que pasen tiempo juntos jugando y así nutrir la relación.
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4Ten un horario. Además de dar muchas tareas a tu hijo, debes tener una rutina a la que te ajustes cada día, en especial si todavía no está en edad escolar. Esto le ayudará a comprender qué esperar y cuándo, al reducir la probabilidad de aburrimiento o frustración.
- Por ejemplo, pídele que se tome su siesta a la misma hora cada día. Asegúrate también de ser coherente. Pídele que se tome su baño cada día a la misma hora. Por ejemplo, antes de dormir, lo cual también le indicará que es momento de relajarse.
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5Considera la edad del niño. Obviamente, a medida que el niño crezca, tendrá que repensar las reglas y las consecuencias que se atribuyen a ellas. Por lo tanto, es importante que recuerdes que los niños más pequeños no podrán procesar reglas complejas con eventualidades, mientras que a los niños mayores se les puede dar un poco más de control e independencia.[4]
- Un niño entre 0 y 2 años no podrá comprender un conjunto de reglas. En vez de eso, si hay determinadas cosas en la casa que deseas que evite, es mejor mantenerlas en alto y fuera de su alcance. Si se pone a hacer algo y prefieres que se mantenga alejado, dile “No” de forma amable pero firme y distráelo con otra actividad. Puedes utilizar separaciones breves de unos minutos para ayudarlo a asociar determinadas acciones (como morder o golpear) con una consecuencia negativa. Las separaciones breves de más de unos minutos no serán efectivas para los niños a esta edad temprana.
- Un niño entre 3 y 5 años podrá comprender las conexiones entre lo que hace y la consecuencia que sigue. Si el niño se porta mal, asegúrate de explicarle por qué no debe hacer lo que hizo antes de aplicarle la consecuencia. Explícale qué hizo mal y qué pasará si vuelve a hacerlo. La próxima vez que suceda, recuérdale lo que le dijiste y aplícale la consecuencia.
- Desde los 6 hasta los 8 años, las separaciones breves son una forma de establecer disciplina. Designa un momento de separación breve que esté libre de distracciones (como televisión, computadora, etc.) para que así el niño tenga que pensar en lo que hizo. Una vez más, recuerda no llevarlo al extremo. Una separación breve de 6 a 8 minutos debe ser suficiente. Si el niño se pone a hacer una rabieta, dile que permanecerá así hasta que pueda calmarse.
- Al empezar los 9 años hasta los 12, puedes comenzar a utilizar castigos naturales, además de la disciplina establecida, por ejemplo, no permitir que salga durante una semana si incumple una regla. Asimismo, si tu hijo no pudo hacer su tarea por ir a dormir, debes hacer que aprenda lo que pasa cuando vuelva a la escuela sin hacer su tarea antes de intervenir. A partir de esta edad, los niños deben empezar a aprender por sí mismos lo que sucede cuando no hacen lo que se les pide.
- Si tu hijo es adolescente, tendrás que reestablecer las reglas para que pueda ejercer su propio control e independencia, dentro de lo razonable. Si incumple una regla, todavía debe haber consecuencias; no obstante, así como antes, es importante explicarle por qué debe atenerse a las reglas. Por ejemplo, si llega a casa después de una hora límite y no llama, explica por qué eso es muy preocupante para ti.
Parte 2
Parte 2 de 5:Lidiar con las rabietas
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1Aléjate del comportamiento. Si tu hijo está haciendo una gran rabieta (por ejemplo, chilla, grita, llora, da puñetazos en la mesa, etc.), lo mejor que puedes hacer es eliminar la audiencia para la cual se muestra. Es posible que solo se trate de ti, pero tal vez también sean tus otros hijos, amigos de tu hijo, abuelos, etc. Si estás en casa y tu hijo no está en peligro de hacerse daño, entonces sugiere que todos se pongan a hacer otras cosas en una habitación distinta por un momento.[5]
- Si no estás en casa, retira a tu hijo del lugar público lo más rápido que sea posible. Por ejemplo, si estás en la tienda de abarrotes, llévalo al auto.
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2Hazle saber que comprendes que está molesto. Si tu hijo tiene menos de 4 años, puedes dejarlo haciendo su rabieta en un lugar seguro. Vigílalo cada pocos minutos y dile que sabes que está molesto y que puedes hablar con él sobre por qué está así cuando termine la rabieta.[6]
- Si el niño de menos de 4 años reacciona de forma violenta contigo, ya sea golpeándote, pateándote, arañándote o mordiéndote, debes separarlo brevemente de forma inmediata. Dile con mucha claridad que definitivamente no tolerarás ese comportamiento.
- Una vez que el niño se calme y que tú puedas hablar con él, escucha lo que tenga que decir, y dile que hacer una rabieta no es la mejor forma de lidiar con su problema. Sin embargo, no te fijes en este aspecto. Explícale una mejor forma de lidiar con el asunto y sigue adelante.
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3Recuérdale las reglas. Si el niño tiene más de 4 años y hace una rabieta, recuérdale con amabilidad las reglas. Explícale que tiene dos opciones: puede optar por dejar ese comportamiento y hacer algo que esté dentro de las reglas y que le gustaría hacer o puede seguir con ese comportamiento y así no tener suficiente tiempo para hacer algo que disfrutaría.[7]
- Una vez que se haya calmado, habla mejor sobre las formas en que puede expresar sus sentimientos en el futuro. Pídele que haga sugerencias sobre cómo piensa que podría haber reaccionado mejor.
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4Distráelo. Algunas veces las rabietas pueden ser tan severas al punto que ninguna cantidad de razonamiento parecerá funcionar. En ese caso, puedes intentar distraerlo con un libro favorito o chupón si usa uno.[8]
- Sin embargo, cuando la rabieta haya terminado, seguirá siendo importante hablar sobre las mejores formas de tratar problemas en el futuro.
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5No te rindas. En especial cuando un niño hace una rabieta en un lugar público, como en la tienda de abarrotes, podría parecer que lo mejor a hacer es simplemente darle lo que quiere para que deje de avergonzarte. Sin embargo, esta es una mala idea y solo reforzará que con una rabieta conseguirá lo que quiere. Tal vez pueda parecer una buena idea en ese momento, pero te arrepentirás de haberlo hecho la próxima vez que haga una rabieta en la misma situación exacta.[9]
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6No le grites. Cuando un niño hace una rabieta y tú te frustras con él, puede ser muy tentador gritarle para así calmarlo. Sin embargo, en este punto, es improbable que los gritos ayuden a la situación y posiblemente solo aumentarás los niveles de estrés del niño y de ti mismo.[10]
- En vez de eso, mantén tranquilo y uniforme el tono de tu voz. Si sientes que vas a gritar si abres la boca, entonces no digas nada. Si estás perdiendo la paciencia, tal vez lo mejor sea alejarte de la situación durante unos minutos, siempre y cuando tu hijo no esté en peligro de hacerse daño.
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7Retira aquello que causó la rabieta. Una vez que el niño se haya calmado, debes retirar aquello que causó la rabieta y reemplazarlo por algo tranquilo y relajante para que así se concentre.[11]
- Por ejemplo, si tu hijo se molestó porque quería una barra de chocolate, aléjalo de la sección de dulces y permite que revise una revista mientras terminas de comprar.
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8Recuérdale al niño que lo amas. Dile al niño que si bien no te gusta su comportamiento, tú lo amas y eso siempre será así. Es importante que un niño comprenda que tu amor por él no depende de su buen comportamiento.[12]
- Por ejemplo, debes decir algo como “Esa rabieta fue muy mala, espero que comprendas que no disfruto cuando chillas y gritas así, pero te amo mucho, incluso cuando haces rabietas”. Evita decir algo como “Fuiste un muy mal chico cuando estuvimos ahí; algunas veces es difícil amarte cuando actúas así”.
Parte 3
Parte 3 de 5:Lidiar con los malos comportamientos
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1Dile a tu hijo lo que te gustaría que haga. Si tu hijo se está portando mal o si ha hecho algo que no quieres que haga, no digas simplemente “¡Deja de hacerlo!”. En vez de eso, dile lo que te gustaría que haga y cuál será la recompensa por mostrar ese comportamiento distinto.[13]
- Por ejemplo, si le gritó a su hermano menor, di algo como “Recuerda que tenemos una regla respecto a los gritos. Si te molesta tu hermana, me gustaría ver que te alejes en vez de gritar. Cuando vea que lo hagas, te llevaré a ver la película que me dijiste”.
- También le puedes dar al niño la oportunidad de decirte lo que pasa por su mente. Por ejemplo, podrías decirle algo como “¿Qué hace tu hermana que provoca que sientas como si quisieras gritarle?”. Esto le dará la oportunidad de sentirse comprendido en vez de simplemente reorientar su comportamiento sin reconocer que está molesto.
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2Recuérdale las reglas. Si tu hijo hace algo que está en contra de las reglas, recuérdale esa regla y la consecuencia de incumplirla. Explícale que si sigue con ese comportamiento de incumplir la regla, tú te verás obligado a aplicar la consecuencia.[14]
- En este punto, puedes darle una elección. Explícale que puede detener ese comportamiento, no recibir la consecuencia por eso y así hacer otra cosa o que puede seguir con el comportamiento y lidiar con tal consecuencia.
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3Sigue adelante. Algunas veces hacer cumplir las consecuencias por el incumplimiento de una regla puede ser una molestia. Sin embargo, si el niño incumplió una regla, es importante que sigas adelante con lo que dijiste y que lo hagas de una forma oportuna. Si no lo haces, el niño podría aprender que tú mismo no te ajustas a las reglas y, por lo tanto, ¿por qué debería hacerlo?[15]
- Si por alguna razón, no puedes de inmediato aplicar la consecuencia, explica al niño que todavía seguirás adelante, pero que tendrá que ser en un momento posterior. Explica la razón de la demora para que entienda que no dejarás de lado su mal comportamiento.
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4Sé constante. Esto puede ser muy frustrante, en especial porque podría significar que lidies con el mismo comportamiento varias veces antes de que se detenga; no obstante, es importante que tu hijo comprenda que habrá consecuencias cada vez que incumpla una regla. Asegúrate de seguir adelante al explicarle cuál es la regla, cómo es que la incumplió y cuál es la consecuencia.
- Por ejemplo, si el niño golpea a otro niño, de inmediato sepáralo brevemente en un lugar en el que no pueda jugar durante 5 minutos. Si el comportamiento se repite, repite la consecuencia. Hazlo tantas veces como sea necesario para que tu hijo comprenda que el mal comportamiento siempre tiene una consecuencia.[16]
Parte 4
Parte 4 de 5:Reforzar el buen comportamiento
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1Pídele al niño que te ayude a inventar recompensas por su buen comportamiento. Puedes sentarte con él y escribir varias cosas distintas que le gustaría hacer, comidas que le gustaría probar y lugares que le gustaría visitar. Haz que te diga qué cosas realmente le gustaría y que las clasifique desde la prioridad más alta a la más baja.[17]
- Cuando tu hijo haga algo realmente excelente, puedes darle su recompensa más grande. Por ejemplo, si su maestro te informa que se ha portado muy bien todo el mes en la escuela, podrías llevarlo al zoológico si eso era lo que más quería. Puedes usar las demás recompensas para premiarlo por algún otro buen comportamiento, como arreglar su cama todos los días durante una semana sin que se lo pidas.
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2Felicítalo verbalmente. Si notas que tu hijo se comporta particularmente bien, díselo. Agradécele por portarse muy bien y dale un abrazo. También recompénsalo con algo de la lista.
- Si nunca lo recompensas por su buen comportamiento a menos que te haga recordar los acuerdos, esto tal vez le demostrará que en realidad no prestas atención.
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3Pasa tiempo con él. La mayoría de los niños realmente disfrutan hacer cosas con los padres y cuidadores. Si tu hijo se porta bien, muéstrale que lo aprecias haciendo cosas junto a él. Permítele asumir más responsabilidades con tareas ya que así le mostrarás que notas su buen comportamiento y lo estarás recompensando.
- Por ejemplo, si tu hijo se está portando muy bien, pídele que vaya contigo a plantar algunas flores en el jardín. Luego, permítele que se haga cargo (dentro de lo razonable). Deja que escoja dónde plantar las flores, que coloque las semillas en el agujero y que las tape.
Parte 5
Parte 5 de 5:Cuidar niños que no son tuyos
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1Habla sobre la disciplina con los padres. Es importante que hables con los padres del niño sobre cómo debes disciplinarlo si incumple las reglas. Pregunta cómo disciplinan al niño y cuáles son sus expectativas cuando se trata de cuidar al niño y aplicar la disciplina si no se siguen las reglas.[18]
- Es importante hablarlo con los padres para que no hayan malentendidos. Si no hablan sobre este asunto, podrías utilizar técnicas de disciplina diferentes a las de los padres. Esto no solo provocará confusión y estrés para el niño, sino que también podría causar tensión en su relación con los padres.
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2Establece reglas. Es muy probable que las reglas que utilices con el niño sean las mismas que las que usan los padres. Sin embargo, podrías pedir a los padres que incluyan en la lista una o dos nuevas reglas que se relacionen de manera específica con cómo se espera que el niño se comporte cuando tú seas el cuidador.[19]
- Por ejemplo, podrías incluir una regla que indique explícitamente que cuando cuidas al niño, tú estás a cargo y que se espera que él haga lo que tú digas.
- Probablemente también sea una buena idea sentarse con el niño (si es lo suficientemente mayor para entender) y con los padres a fin de repasar todas las reglas (incluyendo cualquier nueva regla). Esto ayudará al niño a comprender que se aplican en tu presencia y le harás saber que también las conoces.
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3Sé constante. Esto es quizás lo más importante a recordar. Algunas veces será más fácil dejar simplemente que el niño haga lo que quiera. No obstante, es importante que también sigas todas las reglas y que apliques las consecuencias para una regla incumplida.[20]
- Esto es importante porque si el niño sabe que no sigues las reglas de forma estricta, entonces será más probable que se comporte mal en tu presencia. Asimismo, también será probable que empiece a cuestionar la autoridad de sus padres.
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4Haz sugerencias a los padres. Si te das cuenta de que hay determinadas reglas que no funcionan o si tienes sugerencias de nuevas reglas que piensas que podrían ayudar a un niño travieso a aprender a comportarse, entonces habla con los padres sobre eso. Al hacerlo, sé respetuoso. No digas algo como “Están haciendo esto y es tonto ya que no está funcionando, deben hacer esto”. En vez de eso, si notas que una regla no funciona y deseas sugerir una nueva idea, di algo como “He estado trabajando con (agrega aquí el nombre del niño) para que no incumpla esta regla, pero parece que tiene problemas con eso. ¿Qué pensarían si probamos este enfoque…?”.[21]
- Debes evitar hacer que los padres sientan como si estuvieras insultando su forma de criar. Más bien, debes mostrar que te interesa ayudar a mejorar, si hay una forma de hacerlo, pero sin pisar la autoridad que tienen.
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5Mantén al día a los padres. Una vez que termines con tus deberes de cuidador, debes hablar brevemente con los padres sobre cómo se portó el niño y si fue necesaria alguna medida disciplinaria.
- Esto ayudará a los padres a comprender qué funciona y qué no y también te permitirá tener la oportunidad de sugerir cualquier idea que puedas tener.
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6Evita la violencia. Así como nunca debes golpear a tus propios hijos como una forma de disciplina, sin lugar a dudas nunca debes usar la violencia física para disciplinar a los niños que cuidas.[22]
- Si los padres sugieren utilizar la violencia como una forma de disciplina, explícales cortésmente el problema que hay con este tipo de disciplina. De forma respetuosa explica que no lo harás y sugiere una alternativa. Si insisten, probablemente debas considerar retirarte del acuerdo.
- Si te preocupa la seguridad del niño, ponte en contacto con las autoridades. Desafortunadamente, es legal golpear a niños en todos los estados de Estados Unidos; no obstante, la ley varía de estado a estado respecto a qué es legal y qué no lo es.[23] Si te preocupa, es mejor ponerte en contacto con las autoridades en vez de mantenerte al margen y dejar que un niño sufra abusos.
Consejos
- No seas muy duro contigo mismo. Criar niños puede ser una de las cosas más difíciles que uno puede hacer. Tal vez algunas veces puedas sentir que fracasaste como cuidador porque tu hijo se porta mal; sin embargo, recuerda que los niños se portan así para probar distintos límites a fin de ver qué sucede. Tómate un respiro y recuerda que juntos lo superarán.
Advertencias
- Si sientes que estás a punto de perder la paciencia en una situación que involucra a un niño, aléjate y tómate un poco de tiempo para calmarte. Podrías perder el control de ti mismo y decir algo que no quieres o algo peor. Si te preocupa que puedas hacer algo, pídele a un amigo de confianza que te visite un rato para vigilar al niño y así podrás tranquilizarte un poco.
Referencias
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- ↑ https://www.psychologytoday.com/blog/good-thinking/201409/is-what-happens-when-you-hit-your-kids
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- ↑ http://kidshealth.org/en/parents/discipline.html#
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- ↑ https://www.care.com/a/how-a-nanny-should-discipline-your-kids-1108171600
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- ↑ https://www.care.com/a/disciplining-other-peoples-kids-what-is-the-rule-20151214050510
- ↑ http://time.com/3379862/child-abuse/
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