Este artículo fue coescrito por Molly DeVoss. Molly DeVoss es especialista certificada en comportamiento y entrenamiento de gatos (CFTBS), consultora certificada en comportamiento felino (CCBC), entrenadora certificada en adiestramiento sin miedo (FFCT) y fundadora de Cat Behavior Solutions. Molly se especializa en emplear el refuerzo positivo para modificar y prevenir comportamientos no deseados en los gatos, y reducir el abandono de los refugios para gatos. Ha formado parte del comité asesor de animales de dallas desde el 2013 y fue votada como una de las 12 principales conductistas de gatos del 2020 por Catpetclub.com. Está certificada por el Animal Behavior Institute y la International Association of Animal Behavior Consultants. También es la conductora del podcast semanal Cat Talk Radio.
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Los collares isabelinos, también conocidos como cuellos isabelinos, son importantes para la salud y el bienestar de los gatos heridos. Estos collares evitan que tu gato lama y muerda sus heridas, se quite las suturas y cree la necesidad de que se someta a más procedimientos quirúrgicos. Tu veterinario le colocará el collar a tu gato aunque, en casos de emergencia, puedes hacerlo por tu cuenta.[1]
Pasos
Parte 1
Parte 1 de 3:Preparar el collar
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1Mide el tamaño del cuello de tu gato. Hacerlo te ayudará a determinar el tamaño del collar isabelino que necesitará y cuán ajustado deberá estar. Cuando tengas el tamaño correcto del collar, pónselo al gato para ver si le queda.[2]
- Puedes tomar rápidamente una cinta métrica y envolverla alrededor del cuello de tu gato para conseguir un estimado de cuán grande debe ser el collar isabelino. Sin embargo, experimentar con collares de diferentes medidas es la única forma de verificar qué medida es la más adecuada para tu gato.
- Lo ideal es que el veterinario le ponga el collar por primera vez. Si sientes la necesidad de quitarle y reemplazar el collar, usa las mismas medidas que tu veterinario usó cuando le colocó el collar a tu gato por primera vez.
- El collar isabelino debe encajar ceñidamente de manera que el gato no mueva su cabeza demasiado.
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2Dobla el collar. El collar debe estar plano cuando lo compres. Envuélvelo alrededor para crear la forma clásica de cono del collar isabelino. Asegúrate de que el lado que tiene la etiqueta “inferior” esté doblado debajo del que diga “superior”.[3]
- La distancia en la que superpondrás estos lados dependerá de cuán ajustado estará el collar. La mayoría de collares son ajustables. Experimenta para ver qué tamaño le queda a tu gato.
- Si los lados no tienen la etiqueta "superior" o "inferior", coloca el lado con la lengüeta larga de plástico de manera que cuelgue sobre la parte superior.
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3Ensarta la lengüeta larga de plástico. El pliegue superior debe tener un pedazo largo de plástico que cuelgue fuera del interior del pliegue que se alinee con dos agujeros grandes. El pliegue inferior debe tener cuatro hendiduras pequeñas que pueden tener las etiquetas "adentro" y "afuera". Alinea los pliegues de manera que puedas ensartar el plástico a lo largo de la primera hendidura, fuera de la segunda, dentro de la tercera y fuera de la cuarta.
- Para cuando hayas completado este proceso, el collar debe tener la forma de un cono asegurado.
- Ese es un buen momento para deslizar el cono sobre la cabeza del gato para determinar si encaja apropiadamente. Recuerda que usarás un collar adicional para asegurar el collar isabelino en su lugar cuando hayas terminado.
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4Ensarte las tres lengüetas de plástico más pequeñas. Debe haber tres pedazos más pequeños de plástico haciendo círculos en la parte interna del collar. Estos deben estar alineados con sus propias hendiduras. Ensártalos adentro y afuera de las hendiduras para que al final tengas cuatro círculos alrededor de la parte interna del collar.[4]
- Verifica que los círculos estén asegurados y no puedan jalarse fácilmente. Posiblemente quieras doblar el extremo del plástico un poquito y tirar del círculo para mantener el plástico firmemente en su lugar.[5]
- Estos agujeros se usarán de manera que puedas envolver el collar normal de tu gato alrededor de la parte interna del collar isabelino para ayudar a asegurarlo en su lugar.
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5Introduce el collar de tu gato a través de los círculos. Ahora que tienes cuatro círculos alrededor de la parte interna del collar isabelino, pasa el collar normal de tu gato a través de estos círculos. De esa forma, una vez que el collar isabelino esté sobre tu gato, puedes usar el otro collar para ayudar asegurarlo en su lugar.[6]
Parte 2
Parte 2 de 3:Colocarle el collar a tu gato
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1Levanta a tu gato. La forma en la que lo levantes variará dependiendo de cuan cooperativo sea. Si se siente cómodo cuando lo levantas, sujeta a tu gato por debajo del abdomen con una mano. Sostenlo cerca de tu cuerpo. Usa la otra mano para sostener su mentón en su lugar. Llévalo hacia una superficie plana, como una mesa.[7]
- Si tu gato está asustado, coloca una toalla sobre la superficie. Deja que se siente por unos cuantos minutos hasta que se calme. Luego, envuelve la toalla alrededor de la parte inferior de tu gato y levántalo de manera que esté cubierto con ella.
- Si es un gato agresivo, sujétalo y levántalo por la piel de la parte posterior de su cuello. Usa tu otra mano para sostener las patas traseras de tu gato y apoyarlo desde la parte trasera.
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2Sostén el gato. Si tienes a alguien que te ayude, pídele que use ambas manos para sostener el cuello del gato o sus patas frontales. Al mismo tiempo, el asistente debe inclinarse sobre la mesa y presionar sus brazos contra la parte lateral del gato. De esa forma, el gato estará asegurado con la presión en ambos lados.
- Háblale a tu gato con un voz calmada para tranquilizarlo y hacer que se sienta más cómodo.
- Si tratas de asegurar al gato por tu cuenta y tienes algunas dificultades para hacerlo, sujétalo de la piel de la parte posterior de su cuello y levanta sus patas frontales fuera de la mesa. Al hacerlo, dejarás una mano libre. Esta posición también hace que sea imposible que el gato te rasguñe. Debido a que las madres de los gatos los llevan de este modo, ellos tienden a calmarse en esta posición.[8]
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3Desliza el collar isabelino sobre tu gato. Considera pedirle a otra persona que sostenga a tu gato en su lugar ya que probablemente el animal no quiera cooperar. Desliza la abertura más pequeña del collar isabelino sobre el rostro del gato y sobre su cuello parándote detrás de él. Jala las orejas del gato hacia adelante cuidadosamente.[9]
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4Cierra el collar. Cierra el collar que enlazaste a través de la parte interna del collar isabelino. De esta manera, asegurarás el collar isabelino en su lugar. Asegúrate de que el collar encaje fijamente sin obstaculizar la respiración del gato.[10]
- Otra cosa que puedes hacer es pasar una cinta a través de los círculos y atarla alrededor del cuello de tu gato para asegura el collar isabelino en su lugar.
Parte 3
Parte 3 de 3:Vivir con el collar
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1Consigue ayuda profesional. Aunque debes ser capaz de instalar y quitar el collar isabelino por tu cuenta, un veterinario podrá asegurarse de que encaje lo mejor posible. Haz que un profesional le coloque y quite el collar a tu gato cuando sea posible. No le quites el collar hasta que tu veterinario te lo indique.[11]
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2Abstente de quitártelo. Aunque el collar isabelino parezca incómodo, tu gato podrá comer, dormir y movilizarse con él. No hay razón válida para que se lo quites, y si lo haces, tu gato podría arruinar las suturas de sus heridas, lo cual podría requerir de una intervención quirúrgica importante.[12]
- Si sientes la necesidad de quitarle el collar, el proceso no será demasiado difícil. Simplemente desabrocha el collar secundario que envolviste a través de los círculos del collar isabelino. Luego jala el collar isabelino directamente de la cabeza de tu gato. Deja el sobrante del collar armado para que pueda deslizarse fácilmente sobre tu gato cuando llegue el momento.
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3Pregúntale a tu veterinario sobre otras alternativas. Actualmente, existen en el mercado algunas alternativas al collar isabelino que afirman ser más cómodas o incluso más seguras en cuando a que no bloquean la visión periférica y por lo tanto es menos probable que causen otro accidente. Sin embargo, antes de intentar estas alternativas, consulta con tu veterinario sobre cuán efectivas son.[13]
Referencias
- ↑ http://www.pethealthnetwork.com/dog-health/dog-surgery-a-z/cone-shame-elizabethan-collars-and-your-pet
- ↑ https://www.youtube.com/watch?v=k9E6Yd1mR_4
- ↑ https://www.youtube.com/watch?v=L01859-a2E8
- ↑ https://www.youtube.com/watch?v=L01859-a2E8
- ↑ https://www.youtube.com/watch?v=iRyzcAdMtq8
- ↑ https://www.youtube.com/watch?v=L01859-a2E8
- ↑ http://www.doctordog.com/catbook/cathand.html
- ↑ http://www.doctordog.com/catbook/cathand.html
- ↑ https://www.youtube.com/watch?v=L01859-a2E8
- ↑ https://www.youtube.com/watch?v=L01859-a2E8
- ↑ http://www.pethealthnetwork.com/dog-health/dog-surgery-a-z/cone-shame-elizabethan-collars-and-your-pet
- ↑ http://www.pethealthnetwork.com/dog-health/dog-surgery-a-z/cone-shame-elizabethan-collars-and-your-pet
- ↑ http://trupanion.com/blog/2014/06/7-alternatives-cone-shame/