En ocasiones, tenemos amigos, compañeros de habitación o colegas que tienen problemas para mantener su higiene personal. Quizás no se den cuenta del efecto de su mala higiene en sus relaciones o entorno laboral, por lo que un amigo o gerente podría tener que confrontarlos por ello. Aquí te indicaremos la manera de manejar esta difícil conversación manteniendo el enfoque en la relación y el bienestar de tu amigo o colega.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Prepararte para la conversación

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    Fija una meta para la conversación. Si tienes un resultado específico en mente, esto te ayudará a planificar esta difícil conversación. Reconoce los cambios específicos que quieras ver en su comportamiento y sé claro sobre el motivo por el que sean importantes.[1]
    • No examines su personalidad; mantén tus metas centradas en los comportamientos.
    • Escribe la meta para que puedas tenerla como referencia mientras planificas la conversación.
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    Considera la perspectiva de la otra persona. Si estás en un centro de trabajo, revisa el código de vestimenta de la compañía, en caso de que tu colega no conozca las normas. Si estás lidiando con un amigo o familiar, piensa en maneras de presentar la situación reflejando sus valores personales o creencias.[2]
    • Conoce el código de vestimenta de la compañía, si vas a conversar con un colega o empleado.
    • Es posible que la persona no sepa que tiene un problema, ya que podría tener una menor capacidad de oler o quizás no sepa cómo cuidar su higiene.[3]
    • Algunas personas podrían considerar a la higiene como una obligación comunitaria, en lugar de una personal, por lo que debes estar al tanto de los posibles valores culturales que puedas señalar como sustento para mejorar la situación.[4]
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    Aprende sobre los problemas de salud que pueden surgir debido a la mala higiene. Algunas enfermedades físicas o mentales pueden contribuir con las dificultades para controlar la higiene personal; por ello, es importante que tengas en cuenta que hablar sobre este tema podría abordar otros problemas.
    • La depresión puede causar ansiedad, una sensación de incapacidad y una tristeza profunda que podrían interferir con la capacidad o el deseo de la persona de mantener una buena higiene.[5]
    • Ciertas enfermedades y lesiones cerebrales o del sistema nervioso pueden afectar la capacidad física de la persona de cuidar sus necesidades, y contribuirán con la falta de una buena higiene.[6]
    • El abuso de drogas o alcohol puede causar confusión, fatiga, pérdida de la memoria y falta de atención, los cuales pueden contribuir con una menor atención a la higiene personal.
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    Examina y aborda tus propias inquietudes sobre la confrontación. Quizás te preocupe herir los sentimientos de la persona o tengas dificultades para hablar de problemas difíciles con los demás. Si te preparas a nivel mental centrándote en la meta y eliminas toda emoción adicional, te sentirás más seguro en la conversación.[7]
    • Elabora una lista de todos los problemas externos y las emociones que te causen ansiedad, y planea excluirlos de la conversación.
    • Recuerda que esta discusión será dolorosa, pero definitivamente ayudará a tu amigo o colega a largo plazo. Céntrate en los beneficios a largo plazo para su relación, éxito profesional y autoconfianza.
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    Practica la conversación con una persona de confianza que te apoye. No debes “chismear” sobre la situación, pero es importante que te enfoques en las metas de la conversación y que puedas sentir más seguridad sobre tu enfoque.[8]
    • Pídele a tu supervisor, un amigo o mentor (de preferencia, alguien que no conozca a la persona o no se vea afectada por la situación) que te dé su opinión sobre tu tono de voz, la evidencia que vas a incluir y las posibles dificultades que podrías afrontar durante la conversación.
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    Prepárate para una respuesta emocional. La persona podría no darse cuenta de que hay un problema, y tal vez se sienta humillada y se ponga a la defensiva. La conversación podría distanciar a tu amigo o colega incluso si eres amable y tienes las mejores intenciones. Él incluso podría gritarte o tener un altercado físico contigo.[9]
    • Incluye a un mentor u otro amigo como un sistema de apoyo para que te ayude a prepararte y esté presente durante la difícil conversación.
    • Ten en cuenta que este tipo de conversación (si se da con un colega) podría interpretarse como un prejuicio o acoso, y podría ponerte en riesgo de afrontar medidas legales.[10]
  7. 7
    Céntrate en un resultado positivo. Piensa que podrán hablar y escuchar de forma adecuada, y que llegarán a un acuerdo satisfactorio para ambos.[11]
    • Considera la meditación para calmar los miedos y mejorar tu plenitud mental, y por lo tanto tu seguridad.[12]
    • Imagina una conversación positiva y alentadora, y visualízate calmado, compasivo y sincero. Si imaginas la “mejor versión de tu persona”, esto puede mejorar tu seguridad y también podría mejorar tu optimismo para una conversación exitosa.[13]
    • Elabora una lista de los resultados de una conversación exitosa, tanto para la relación como para la vida de esta persona. También anota las implicancias positivas de las consecuencias negativas, para poder mantener una perspectiva optimista durante el proceso.[14]

Parte 2
Parte 2 de 3:
Acordar la conversación

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    Pide permiso para tener una conversación privada. En lugar de hacer una petición en público o escribir una carta, llama o habla con tu amigo o colega de forma personal.[15]
    • Una conversación no es una discusión, así que usa tonos directos, pero cálidos, y un lenguaje general cuando le pidas que se reúnan. Por ejemplo, puedes decirle “Si tienes un minuto, me gustaría acordar una hora para hablar contigo esta semana”.
    • Puedes enviarle un correo electrónico, pero esto podría causar un poco de ansiedad, ya que es menos personal y podría parecer frío o insensible.
  2. 2
    Acuerden una hora que sea conveniente para ambos. Esta persona podría presionarte para que le des detalles de inmediato, pero lo mejor es asegurarte de que tengan tiempo suficiente para tener una conversación completa. Apresurarse entre las citas o cuando tienes otros planes podría generar confusión y herir sus sentimientos.[16]
    • Reunirse al final del día laboral es la mejor opción para un compañero de trabajo o empleado, de modo que no se sienta cohibido todo el día.[17]
    • Configura tu celular en el modo “No molestar” durante la hora que elijan, para evitar las distracciones y las interrupciones.
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    Planea una reunión en persona. El lenguaje corporal y las expresiones faciales abarcan una parte considerable de la comunicación, por lo que es importante reunirte en persona si quieres proteger tu relación, sin importar si es profesional o personal.[18]
    • Las videoconferencias (como las de Skype o Google Hangouts) son una opción, pero pueden sentirse poco personales y distantes, y correrás el riesgo de sufrir problemas tecnológicos y malentendidos.
    • Una reunión por teléfono podría ser aceptable, pero puede generar más incomodidad, ya que no podrás ver las expresiones ni el lenguaje corporal de la otra persona.
    • El correo electrónico no es muy útil, ya que la conversación se retrasará y se interrumpirá, y no podrás ver el lenguaje corporal ni escuchar el tono de voz de la otra persona. Además, el correo electrónico posa problemas de privacidad.[19]
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    Acuerden un lugar cómodo en donde reunirse. Elijan un espacio neutral y seguro (como una sala de conferencias, un parque exterior o un área de estudio), de modo que ninguno tenga mucho dominio sobre la conversación. Si uno de ustedes siente menos poder en la habitación, incluso podría estar nervioso o ponerse a la defensiva sobre la situación.[20]
    • Evita los lugares públicos hacinados (como las cafeterías o los restaurantes) que podrían generar una mayor vergüenza y una respuesta más emocional.
    • Tu colega podría sentir que ir a tu oficina es como ir castigado a la oficina del director, y podría haber más interrupciones. Estas interrupciones perjudicarán las probabilidades de tener una conversación tranquila y meditada.[21]
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    Pídele a la persona que te apoye que esté presente durante la reunión. Es más amable y eficaz que se reúnan en privado, pero pídele a otro amigo, un mentor o un supervisor que esté presente cuando se reúnan. Él podrá ayudarte a lidiar con las respuestas emocionales difíciles o las preguntas complicadas.[22]
    • Si te sientes incómodo estando solo con tu compañero de trabajo o amigo en esta situación, haz que la persona de apoyo esté presente durante la conversación.
    • Si tu compañero de trabajo es del sexo opuesto, ten en cuenta los valores culturales que podrían interferir con la conversación o complicarla.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Tener la conversación

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    Afirma tu compromiso con la relación. El resultado más importante es que la relación sobreviva a la conversación. Tenlo en cuenta a lo largo de la conversación para superar la incomodidad y mantenerte encaminado.[23]
    • Tu amigo necesita saber que su relación es importante para ti y que tienen esta conversación porque te importa su bienestar. Puedes decirle “Tu amistad significa mucho para mí y quería reunirme contigo porque me preocupas”.
    • Un compañero de trabajo o empleado necesitará escuchar que su trabajo es valioso y que su empleo no corre peligro. Dile algo como “Me alegra tenerte en el equipo y quiero que nuestra relación laboral siga siendo exitosa”.[24]
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    Sé directo, pero cálido. Sé específico sobre el problema, ya que ser ambiguo para proteger los sentimientos de la persona podría causar malentendidos. Sé lo más respetuoso, amable y compasivo posible, pero explica el problema con claridad.[25] [26]
    • Mantén un lenguaje corporal abierto para animar a tu amigo o colega a confiar en que quieres ayudarlo.
    • Evita las frases que generalicen, como “Tú nunca…” o “Tú siempre...”. Estas frases harán que la persona se ponga a la defensiva, lo que desviará la atención del problema en cuestión e incluso puede causarles más incomodidad a ambos.[27]
    • Solo usa frases en primera persona para explicar tus sentimientos, en lugar de culpar a tu amigo o compañero de trabajo. Céntrate en los motivos por los que una buena higiene personal es importante para su relación, ya sea personal o profesional.[28] [29]
    • No uses los comentarios de otras personas sobre su higiene como evidencia del problema, ya que esto solo hará que se sienta más humillado y aislado.
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    Empieza hablando sobre la ropa. Es más fácil hablar de ropa, ya que la mayoría de los centros de trabajo tienen un código de vestimenta, incluso si es ropa casual. Estas normas te ayudarán a explicar tu postura. Tu amigo también podría ser más receptivo si empiezas con inquietudes menos profundas.[30]
    • Podrías tener que explicarle el término “casual”. Por otro lado, si están en un centro laboral más informal, tendrás que explicarle la diferencia entre “casual” e “inapropiado” o “desordenado”.
    • Si la situación económica es un problema y la persona lo menciona, puedes darle algunas sugerencias para comprar con un presupuesto limitado. Dile “Entiendo que tengas problemas económicos; he pasado por lo mismo, y he aprendido mucho sobre cómo conseguir buenas ofertas para prendas de buena calidad”.
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    Conversa sobre el problema de mal olor o la falta de higiene en general. Esta parte de la conversación será la más incómoda para ambos, pero debes mencionarla lo más directo, pero cálido, posible. No hagas suposiciones sobre la causa del mal olor; en lugar de ello, sugiérele que podría tener que lavar su ropa o ducharse con más frecuencia, o que podría ser un problema de salud.[31]
    • Puedes decirle “También quería hablar contigo sobre algo difícil de mencionar, y es probable que nos sintamos muy incómodos. Me preocupan tus hábitos de higiene. He notado algunos malos olores que parecen seguirte”.
    • Deja el motivo como una cuestión abierta para que la persona pueda explicarte si se siente cómoda haciéndolo. La higiene es un problema personal, por lo que quizás no quiera ofrecer detalles de sus hábitos o problemas. Dile “No tienes que explicarme la situación, pero estaré dispuesto a escucharte si lo deseas”.
    • Explícale lo siguiente: “Los problemas de mal olor corporal son una violación al código de vestimenta de los empleados. En nuestro negocio, tenemos que mantener un nivel determinado de profesionalismo, y esto abarca desde un atuendo adecuado hasta la higiene en general”.[32]
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    Escucha de forma activa. Es importante que dejes que tenga la oportunidad de responder a la situación, en especial porque descubrir que su mala higiene personal molesta a los demás puede ser angustiante.[33]
    • Deja que exprese las emociones necesarias, incluso si esto significa que esté visiblemente molesto y esto te incomode.
    • No lo interrumpas, salvo que te haga una pregunta. En ocasiones, las interrupciones son una estrategia útil, pero en este caso no debes ratificar el control sobre su parte de la conversación.[34]
    • Presta atención a lo que la persona diga y cómo lo dice. Identifica las pistas verbales y las no verbales, y prepárate para resumir y reflexionar sobre su respuesta antes de continuar.[35]
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    Mantén la conversación centrada en el tema y encaminada hacia tu objetivo. En una conversación incómoda, es fácil distraerse con problemas o emociones secundarios, o el deseo de ser muy amable. Mantente centrado en explicar el problema y los cambios que te gustaría ver en su comportamiento.[36]
    • Indícale que entiendes sus sentimientos, pero que necesitas mantenerte encaminado: “Gracias por ser sincero conmigo sobre tus sentimientos. Hablemos sobre la manera en la que podemos solucionar este problema juntos”.
    • Si se pone a la defensiva, recuerda reafirmar la relación y su valor como amigo o empleado, pero exprésale con claridad que la higiene personal es un aspecto importante de su éxito, tanto a nivel personal como profesional.
    • Alístate para redirigir la conversación a la higiene personal y las maneras en las que puedes ayudar, en especial si la persona ahora parece pensar que no vale nada como amigo o empleado.
    • Si un empleado te menciona que su mala higiene guarda relación con la depresión, muéstrale una compasión auténtica y anímalo a solicitar terapia. Aun así debes expresar que los empleados deben practicar una buena higiene cuando vayan a trabajar.[37]
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    Termina la conversación con un plan que ambos acepten. Explícale tus expectativas en torno a su higiene, y luego ofrécele ayuda con todo aspecto de los buenos hábitos que le parezca difícil. Vuelve a revisar las fortalezas de su relación y los posibles resultados positivos de la conversación: “Me alegra que te hayas tomado el tiempo de hablar conmigo. nuestra relación (o tu trabajo) es importante, así que hablemos sobre cómo podemos seguir adelante”.[38]
    • Por ejemplo, los estudiantes universitarios jóvenes podrían no saber cómo lavar su ropa, así que recomiéndale detergentes y métodos de lavado de ropa.
    • Si la persona insiste en que se baña con frecuencia, sugiérele nuevos jabones o desodorantes para combatir los malos olores, y debes estar dispuesto a explicarle cómo aplicarse el desodorante.
    • Conversa sobre otras opciones para solucionar el problema, prestándoles atención a las necesidades de la persona y a las tuyas. Pregúntale “¿Qué puedo hacer para ayudarte?”.

Advertencias

  • No trates de aligerar los ánimos con bromas. Restarle importancia a la dificultad de una persona solo contribuirá con la incomodidad de la situación.
  • Si eres un administrador o supervisor, no hagas suposiciones sobre las posibles enfermedades o discapacidades mentales de un empleado, ya que podrías exponer al empleador a una responsabilidad bajo la Ley sobre Estadounidenses con Discapacidades o ADA (o una ley similar en tu país).[39]
  • En ocasiones, llamarle la atención a alguien por su higiene personal podría conducir a medidas legales si la persona se siente acosada, por lo que debes ser sincero y justo cuando interactúes con ella.[40]
  • Sé delicado con las diferencias culturales en los hábitos de higiene y los olores aceptables. Evita una percepción de intolerancia estableciendo con claridad las normas comunes de higiene en los centros de trabajo de tu país.
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Acerca de este wikiHow

Jennifer Boidy, RN
Coescrito por:
Enfermera registrada
Este artículo fue coescrito por Jennifer Boidy, RN. Jennifer Boidy es una enfermera registrada en Maryland. Recibió su título técnico en Ciencias en Enfermería en el Carroll Community College. Este artículo ha sido visto 1214 veces.
Categorías: Higiene personal