Llegaste a ese punto otra vez. Tienes que convencer a tus padres de que hagan algo que ellos no necesariamente quieren. Aunque las posibilidades quizás no estén de tu lado, puedes adoptar algunas medidas para que estas te sean favorables.

Método 1
Método 1 de 3:
Tener la conversación

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    Decide qué quieres que hagan tus padres. Debes saber con exactitud lo que quieres que suceda cuando tengan la conversación. ¿Quieres ir a un baile? ¿Quieres llegar más tarde a casa? ¿Quieres ir a una cena especial con tus padres? Piensa en lo que quieres obtener de la conversación.
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    Anota lo que quieres decir. Incluso puede ayudar que lo anotes. Asegúrate de tener todos los detalles importantes. Tenerlos te ayudará a responder las preguntas, lo que calmará a tus padres.[1]
    • Por ejemplo, si quieres pasar la noche en la casa de una amiga, tendrás que saber si sus padres estarán allí, en qué momento empezará el evento nocturno, qué tendrás que llevar y en qué momento tus padres pueden pasar a buscarte. También puede ser útil tener el número telefónico de los padres de tu amiga.
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    Elige una ocasión y un lugar oportuno. No debes hablar con tus padres cuando estén ocupados. Elige un momento en el que tengan tiempo para sentarse contigo. Debe ser uno en el puedas tener toda su atención. Si no puedes determinar el momento, pregúntales cuál sería el oportuno.[2]
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    Empieza a hablar. Si continúas aplazándolo, solo te pondrás más nervioso. Tan pronto reúnas a tus padres, empieza lo que debas decir.[3]
    • Por ejemplo, podrías empezar al decir lo siguiente: “Tengo algo que discutir con ustedes, espero que mantengan una actitud de apertura. Me gustaría ir a un baile el sábado por la noche”.
    • Si no puedes decirlo de inmediato en lo absoluto, no hay problema en iniciar la conversación con algo más, siempre que vayas al grano al final.
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    Hazles saber de qué forma se beneficiarán. Una excelente forma de convencer a alguien de hacer algo es decirle qué ventaja le traerá. Piensa en la forma en la que tus padres se beneficiarán con lo que hagas y menciónalo.[4]
    • Por ejemplo, si tratas de conseguir el permiso de tus padres para salir una noche, podrías decir lo siguiente: “Como ventaja adicional, ¡tendrán toda la casa para ustedes!”.
    • Otro ejemplo es que si tratas de hacer que tus padres salgan a comer a algún lugar, menciónales sus platos favoritos.
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    Di la verdad. Si tratas de recibir o dar una verdad a medias, es probable que tus padres no confíen en ti en el futuro si lo descubren. Además, te conocen muy bien, así que probablemente ellos sepan que mientes.[5]
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    Habla sobre ti. Es decir, quizás tengas una tendencia a culpar a tus padres. Casi todas las personas lo hacen en conversaciones serias. Sin embargo, debes tratar de atenerte a lo que sientes o piensas, no a aquello por lo que culpes a tus padres.
    • En otras palabras, usa “yo” en lugar de “ustedes”. Di algo como lo siguiente: “Me molesta cuando no puedo salir con mis amigos”, en lugar de “Ustedes son horribles por no dejarme salir con mis amigos”. La segunda los pone en guardia, mientras que la primera solo expresa lo que sientes.
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    Respalda lo que dices. Si puedes, describe los detalles para respaldar lo que digas. Como se mencionó en la sección anterior, tener los detalles sobre el lugar al que vayas es importante. Sin embargo, es igual de importante tener los detalles en otras conversaciones. Tener a alguien con más autoridad que tú, como uno de los padres de tu amigo, un maestro o un investigador a través de un artículo, para que te respalde puede ayudar a convencer a tus padres.[6]
    • Por ejemplo, si tratas de convencerlos para estar en una banda, podrías investigar en artículos que expongan la forma en la que la música puede ayudarte a mejorar en matemáticas. Podrías decir lo siguiente: “Tal como señala la investigación, estar en una banda puede ayudarme a mejorar en matemáticas. Les dejaré estas páginas para que lo puedan leer”.
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    Escucha lo que tus padres tienen que decir. Si tratas de conseguir que ellos hagan algo que no quieren, entonces escuchar la razón puede ayudarte. Tus padres pueden tener buenos puntos para mencionar sobre el problema. A su vez, podrías lidiar con esos problemas al encontrar soluciones.[7]
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    Sé cortés. Es importante que te dirijas a ellos amablemente. [8] Molestarte o alterarte no ayudará a convencerlos de nada. De hecho, te hace lucir inmaduro.

Método 2
Método 2 de 3:
Seguir adelante

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    Discute una posible solución. Para llegar a una solución, es probable que deban hacer concesiones. Es decir, es probable que tanto tus padres como tú deban ceder un poco. Si lo hacen, quizás encuentren una solución con la que todos estén felices.[9]
    • Cuando trates de llegar a un acuerdo, tienes que determinar lo que tus padres y tú quieren o necesitan. Por ejemplo, es probable que a ellos les preocupe más tu seguridad y bienestar; mientras que a ti te preocupe más obtener lo que quieres, como un poco más de independencia.
    • Di que quieres pasar la noche en la casa de una amiga. Quizás tus padres no quieran que lo hagas porque no conocen a sus padres y así sucesivamente, ellos no saben si estarás seguro. Pueden llegar a un acuerdo en el que empieces por reunir a todos, de forma que tus padres puedan conocer a los de tu amiga. Después, cuando lo analicen, puedes aceptar que los llamarás de vez en cuando para que sepan que estás bien. De esa forma, tanto ellos como tú se sentirán un poco mejor en torno a lo que quieren.
    • Sin embargo, quizás tus padres no estén dispuestos a llegar a un acuerdo si piensan que no estarás seguro, así que considéralo cuando se realicen las concesiones.
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    Acepta su decisión. Quizás no obtengas lo que quieres. Es posible que tus argumentos no convenzan a tus padres. Si ese es el caso, es mejor aceptar lo que ellos tienen que decir por el momento. En el futuro, puedes tratar otra vez. Si lloriqueas o te quejas ahora, tus padres pensarán que eres menos confiable, no lo contrario.[10]
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    Continúa debatiendo. Una forma de ayudar a que tus padres comprendan cómo te sientes por el tema es discutir tus sentimientos y pensamientos con ellos francamente. Eso no significa que les insistas constantemente para que cambien de opinión. En su lugar, debes tener un diálogo abierto sobre la razón por la que te sientes de esa forma.[11]
    • Por ejemplo, si tratas de conseguir que tus padres te dejen salir más, no digas lo siguiente: “Ustedes son horribles. Tienen que cambiar su decisión”. En su lugar, di algo como esto: “Sé que quieren protegerme, pero realmente me siento excluido cuando mis amigos salen sin mí. No quiero ir a fiestas ni emborracharme. A mis amigos les gusta salir para ir por un café o a ver películas, y creo que estas actividades son aceptables”.

Método 3
Método 3 de 3:
Ganarte más la confianza de tus padres

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    Sé confiable. Es decir, preséntate a tiempo y haz lo que dices que harás. Asume responsabilidades en casa. Todas estas cosas pequeñas te ayudarán a fomentar la buena voluntad con tus padres, para que ellos sean más propensos a decir "sí" en el futuro.[12]
    • Una forma de crear confianza es decirles la verdad. Si no lo haces, es probable que lo descubran y será menos probable que confíen en ti.
    • Otra forma de crear confianza es hacer lo que dices que harás. Eso significa que llegues a casa a tiempo, de forma que estés en el lugar donde dices que estarás. Cuando digas que harás tu tarea, realmente hazla. Todas estas cosas pequeñas contribuyen a crear confianza.
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    Discúlpate si traicionas la confianza de tus padres. Ellos te harán saber si has traicionado su confianza. Por lo general, eso significa que has hecho algo malo en una situación en la que ellos creían que actuarías tal como dijiste que lo ibas a hacer sin que ellos te controlen. Por ejemplo, si ellos confiaron en que irías a la casa de un amigo y, en su lugar, fuiste a una fiesta; eso es una traición de su confianza.[13]
    • Cuando comprendas que lo estropeaste, di algo como lo siguiente: “Lamento mucho haber traicionado su confianza. Sé que esto es peor que solo romper una regla porque me dieron una mayor libertad. ¿Cómo puedo empezar a compensárselo?
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    Prioriza tus deseos y necesidades. Tus necesidades son todo aquello que debes tener para vivir, incluyendo cosas como una vivienda, ropa y comida. Dentro de necesidades también se incluyen cosas básicas para tu felicidad como el apoyo de tu familia y amigos. Los deseos son todo lo que está por encima de ello. Estos pueden incluir esa chaqueta nueva que hayas visto o salir con tus amigos los fines de semana, cuando los ves con frecuencia durante la semana.[14]
    • Solo porque algo sea un deseo no significa que no debas tenerlo. Sin embargo, debes pensar en lo que consideras más importante dentro de tus deseos. Quizás salir con un amigo un fin de semana es más importante para ti que ir el siguiente a un baile. Al determinar qué quieres más, estarás en una mejor posición para hablar con tus padres.
    • Cuando trates de decir qué es lo más importante, piensa en lo que te entristecería más perder o no tener. Eso es lo más importante para ti.
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    Elige por qué cosas presionar. Al igual que tus padres eligen sus batallas cuando se trata de lo que haces, debes decidir qué cosas quieres que ellos te den cuando trates de convencerlos. Es decir, si los presionas por todo, es más probable que ellos difieran y te digan “no”. Trata de elegir solo una o dos cosas que realmente quieras, para que cuando se las solicites a tus padres después, no hayas ya pedido diez cosas para esa semana. Eso ayudará a que tus padres sepan que realmente consideras importante ese tema o petición.
    • Por ejemplo, podrías decir lo siguiente: “He pensado mucho en lo que es más importante para mí. Si bien, entiendo que no quieren que vaya a la casa de mi amigo, ¿podríamos ir a tomar un café? Ustedes pueden llevarme allí si eso los hace sentir mejor en cuanto a la situación”.

Consejos

  • Hazlo simple. Ve al grano y elimina cualquier elemento vago o ambiguo.
  • No sigas agregando detalles que creas que ayudarán a tu casa DESPUÉS de haber hablado de ella. Se siente como una molestia para los padres y, a veces, los detalles adicionales en realidad debilitan tu argumento. Para tener un argumento sólido, mantén todo en un solo lugar en vez de hablar de él por días. Ten la conversación y di que lo discutirás más adelante o algo así.
  • Pregúntales a tus padres por qué no quieren permitirte hacer lo que quieres. Explícales cómo ambos podrían llegar a un acuerdo. No los presiones, mantén la calma.

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